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“SI PERDÉS, LO PRIMERO QUE TE DICEN ES QUE TE CAGARON A TROMPADAS”

El luchador y profesor de Muay Thai, Matías Bartolini (33), es quien introdujo la disciplina tailandesa a nuestra ciudad. El “Espartano” nos cuenta sobre los orígenes de la disciplina y su mutación con la influencia occidental, opina sobre el rol del deportista en la sociedad y comparte sus proyectos.

Oriundo de Villa Regina, Matías regresó a la ciudad en 2014 con la incertidumbre de poder o no, imponer el Muay Thai en la zona, “me encontré con un panorama incierto porque si bien había mucha gente que me decía que quería entrenar conmigo, porque le interesaba el deporte o veían lo que yo hacía, uno no puede materializar eso hasta que lo hace. Esa expectativa, en principio, me daba un poco de miedo”. Sin embargo, se animó y apostó a una disciplina que era desconocida para muchos, “en Regina solo existían las artes marciales tradicionales como el karate o el taekwondo”, explica.

LTA: Tuviste la posibilidad de vivir el Muay Thai en su país de origen, ¿Hay diferencias en el entrenamiento en relación con Argentina?

MB: Tailandia es un país pobre, con poca alfabetización. Los profesores que están a cargo de un gimnasio no tienen estudios sobre la preparación física, entonces entrenan igual que hace cientos de años. Son los mejores del mundo porque tienen mucha experiencia pero podrían ser mejores aún con conocimientos sobre el entrenamiento físico. Esto no quiere decir que en Argentina se entrene bien, acá cuesta mucho obtener información, y a veces, las ganas de capacitarse de los profesionales es escasa. Una gran diferencia es que en Tailandia se empieza a entrenar desde muy chico, porque como es un país muy pobre, y el peleador de Muay Thai tiene una valoración muy importante en la sociedad, las familias llevan a los nenes a los cinco años a los campos de entrenamiento para que tengan la posibilidad de tener un futuro más próspero.

LTA: ¿Cómo surge la idea de ser profesor?

MB: Surge un poco de casualidad, me encontré con un rol que me da cierta comodidad y me gusta mucho. Siento que tengo mucho para transmitir y me parece que a los pibes les llega, eso me motiva a seguir por este camino. Cuando ves que hay respuesta del otro lado, quiere decir que vas en la dirección correcta, que estás haciendo bien las cosas.

LTA: Teniendo en cuenta el valor que le da la cultura oriental a los maestros ¿Qué rol ocupa el profesor de Muay Thai en la vida de sus alumnos?

MB: El rol de profesor lo terminás desempeñando en todos lados, uno está en contacto mucho tiempo con los chicos. Tengo alumnos de seis años para arriba, los más pequeños te adoptan como una figura importante en su vida, uno por ahí tiene 15 años más y vivió más cosas, el rol termina siendo más amplio, te encontrás aconsejándolos en ciertos aspectos de la vida que no están relacionados directamente con la disciplina.

LTA: Vivimos en una sociedad exitista, ¿Cómo tratás la derrota con tus alumnos?

MB: La derrota en el Muai Thai es muy cruel, como en todos los deportes de contacto. Si perdés, lo primero que te dicen es que te cagaron a trompadas. Lo que hay que entender es que es un deporte de situación en donde una mano te puede hacer perder la pelea. Vos podés ir llevando una buen round  y de repente te meten una mano en la pera que te afloja las piernas y perdés, y no importa lo que hiciste durante toda la pelea, la perdiste por una mano. Hay que saber convivir con eso. Ganar no es todo, lo que hiciste durante la pelea tiene que ser más importante. A los chicos se los transmito de esa manera, hacer lo mejor posible e ir creciendo de a poco, más allá del resultado final.

LTA: Llevás organizados varios eventos de artes marciales en la ciudad, ¿Cómo surge la idea?

Organizar eventos nace como una necesidad. En la Patagonia somos la única escuela de Muay Thai, entonces teníamos el problema de que al momento de competir solo encontrábamos la posibilidad de hacerlo desde el kick boxing, que si bien también peleamos esa disciplina, a mis alumnos les contagié el amor por el Muay Thai y ellos quieren pelear Muay. Ahí nace la iniciativa de hacer eventos, aún con todos los problemas que eso conlleva. Tuvimos que traer escuelas de Córdoba, Neuquén, Capital, Bahía Blanca. Que si bien es una problemática, a la vez está bueno porque levanta el nivel del evento y de los competidores.

Matías Bartolini considera que el deportista debe aportar algo a la sociedad si no se convierte en un ser egoísta y sin utilidad. “Los deportistas tenemos la ventaja de estar en una situación privilegiada, en cuanto a notoriedad e influencia sobre la gente. Entonces tenemos que ser responsables con esto. Si voy a pelear y a ganar pero no aporto nada a la sociedad, lo mío es egoísta. El deportista muchas veces se pone en una postura de exigencia, de recibir, y en realidad por el contrario, tiene que aportar. Sino solamente pedís cosas para alimentar tu ego. Esto es importante, hay que tener cierto valor sobre la sociedad, expresarse sobre determinados temas, movilizar a la gente sobre ciertas temáticas. Ahí es cuando el deporte y el deportista tienen real importancia, si solamente va a ser un resultado no sirve para nada”.

Entrevista: Emiliano Piccinini - Germán Busin
Portada: Germán Busin

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