El Intendente Marcelo Orazi acompañará hoy martes a la Gobernadora Arabela Carreras en el acto de jura de la Ministra de Turismo y Deportes Martha Vélez y del Secretario de Estado de Cultura Ariel Ávalos.
La actividad se desarrollará a partir de las 11 en Los Gansos Restó de nuestra ciudad, ubicado sobre calle Mitre.
Luego de la jura, la mandataria provincial encabezará una reunión del gabinete provincial.
Recordemos que en su anterior visita a Villa Regina, Carreras confirmó que nuestra ciudad iba a ser la sede de encuentros provinciales de este tipo, anuncio que fue valorado por el Intendente Orazi. “De esta manera nuestra ciudad se reposiciona en el contexto provincial”, dijo el jefe comunal.
El equipo económico esta entusiasmado. Los motiva que, tras el giro en la política económica, no se les haya disparado el tipo de cambio. Los funcionarios festejan que en el mercado oficial, como en los segmentos paralelos, el dólar promedie los $1150.
El entusiasmo es tal, que el Banco Central publicó una oferta de compra por USD 500 millones a 999,99 pesos por dólar. Técnicamente esta oferta se denomina Bid. Se trata de un documento digital que se carga en el sistema del mercado mayorista. En el Siopel quedan registradas todas las operatorias de grandes volúmenes de divisas.
Cuando el Siopel registra un Bid, los jugadores interesados presentan su oferta (offer). “El BCRA sube un bid y si un operador se lo matchea con un offer, la operación se concreta y se liquida”, explicó a LPO un operador financiero.
Esto es lo que no sucedió. Ningún operador matcheó el bid del Banco Central. En criollo: nadie le vendió al Banco Central un dólar a cambio de 1.000 pesos.
La rueda de este martes cerró, una vez, mas sin intervención de la máxima autoridad cambiaria. Encadena así siete jornadas consecutivas desde que se anunció el cambio en el régimen cambiario tras el acuerdo con el Fondo. Las reservas se mantienen constantes.
La decisión de Milei y Caputo de no sumar reservas mientras el dólar se ubique por encima de los 1.000 pesos contradice el nuevo acuerdo con el FMI que exige sumar USD 4.500 millones de reservas de acá a junio y para eso habilita al Gobierno a comprar dentro de la banda de flotación.
La fallida movida del Banco Central viene a oficializar lo que tanto el presidente Javier Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, habían filtrado luego de firmar el acuerdo con el FMI: el BCRA no realizará compras de reservas mientras el tipo de cambio se ubique por encima de los 1000 pesos.
Esta posición contradice la letra del acuerdo con el organismo. Respecto a las reservas, el FMI establece que debe sumar USD 4.500 millones a junio. De la cuenta se desprende que debe comprar más de USD 115 millones por día. Esto explica que en el staff level agreement, documento que contiene las especificaciones técnicas del acuerdo, el FMI habilite la intervención del BCRA para adquirir reservas, sin necesidad de que el dólar cruce las bandas. Además, el documento firmado por las partes reconoce que, previo al esquema de flotación, el atraso cambiario se ubicaba entre el 15% y el 25%, por encima de los $1.200 y lejos de los $1.000 que pretende pagar el gobierno.
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El tria de la Vendimia se vivió a pleno en la perla del Valle. La Isla 58 fue el epicentro de un evento deportivo que crece años tras año en Villa Regina y que se lució con más de 90 competidores. Un buen marco de público, un gran despliegue de medios de comunicación y una…
Mientras Javier Milei la expone sin pudor como parte del selecto grupo que sabía del levantamiento del cepo, Karina enfrenta una mediación judicial por la estafa de la cripto $LIBRA. La hermana presidencial está en el ojo de la tormenta por uso de información privilegiada y maniobras fraudulentas.
Por Walter Onorato
El escándalo de la criptoestafa de $LIBRA se entrelaza peligrosamente con la revelación del propio presidente Javier Milei sobre quiénes sabían del levantamiento del cepo antes de que el Banco Central vendiera USD 400 millones. Karina Milei, ya imputada en el caso cripto, fue mencionada por su hermano como una de las pocas personas con información privilegiada, una confesión que la acerca a un posible delito penal y expone la estructura de poder familiar que gobierna la Argentina. ¿Es Karina la “Jefa” o el chivo expiatorio?
Javier Milei, en su creciente verborragia de presidente mediático antes que institucional, acaba de exponer sin filtros a su hermana Karina Milei en un torbellino judicial que conecta, como un rompecabezas macabro, las prácticas más cuestionables de su gobierno: uso de información privilegiada, operaciones financieras ruinosas para el Estado y participación directa en una estafa con criptomonedas.
En una extensa entrevista con Alejandro Fantino, el presidente dijo, sin titubeos, que “básicamente los que sabíamos que salíamos del cepo éramos Toto, Kari y yo”. Una frase que, en otro contexto, podría parecer insignificante. Pero aquí no. Porque el viernes anterior a ese anuncio, el Banco Central vendió USD 398 millones a $1097,5 por unidad. Al día siguiente, con la flotación del dólar, la cotización se disparó a $1250. Resultado: una ganancia de más de $60 mil millones para quienes, casualmente, compraron justo antes de la explosión. ¿Quiénes lo sabían? Según el propio Milei: él, Karina y Luis “Toto” Caputo.
No fue un periodista el que expuso el hecho. Fue el mismo presidente, enamorado de sus propias palabras, el que incriminó —de forma directa e irrefutable— a su círculo más íntimo. Y entre ellos, Karina, la “Jefa”, como la llama con veneración mesiánica, vuelve a ocupar el centro de la escena. Solo que esta vez no es por su poder en las sombras, sino por estar al borde de una imputación por delitos económicos graves.
La confesión no pasó desapercibida. El abogado Leonardo Martínez Herrero, ya denunciante en la causa por la venta de dólares a precio vil, advirtió la maniobra: “Quienes compraron el 11 de abril obtuvieron un beneficio de USD 48 millones en un día”. Malversación de caudales públicos y defraudación contra la administración pública son los cargos que ya figuran en el expediente que tramita el juez Ariel Lijo. Una denuncia que podría ampliarse si se comprueba que hubo uso de información privilegiada, delito tipificado en el artículo 307 del Código Penal con penas de hasta seis años de prisión.
Pero como si eso no bastara, el escándalo tiene una segunda arista aún más espinosa para Karina Milei. La misma semana que su hermano la incrimina en la operación cambiaria, se confirma que ella —junto al propio presidente y el vocero presidencial Manuel Adorni— ha sido citada a una “audiencia prejudicial” por el caso de la cripto $LIBRA. Una criptomoneda promocionada desde canales oficiales y redes presidenciales, cuyo desplome generó una avalancha de demandas por daños y perjuicios.
El abogado Nicolás Oszust, que representa a unos 25 damnificados, calcula un perjuicio directo de USD 4,5 millones. Y ya está en marcha la primera instancia legal: una mediación obligatoria el próximo 15 de mayo vía Zoom. Si no hay acuerdo, la demanda civil millonaria será inminente. En paralelo, el fiscal Eduardo Taiano ordenó levantar el secreto fiscal y bancario de todos los implicados, incluyendo a los hermanos Milei.
La situación judicial de Karina Milei es doblemente crítica: mientras en la causa de $LIBRA ya está imputada por estafa, ahora aparece mencionada como cómplice necesaria en una operación que benefició a especuladores con acceso a información privilegiada. Un cóctel explosivo que exhibe el verdadero rostro del poder libertario: uno donde la transparencia brilla por su ausencia, donde los negocios personales se confunden con el rol institucional, y donde la impunidad parece ser la norma.
El libertarismo, ese monstruo ideológico que Milei vende como una cruzada moral contra “la casta”, revela ahora su propia casta, mucho más peligrosa por su opacidad y su falta de controles. ¿A quién responde Karina Milei? ¿Quién controla a la “Jefa”? Nadie. Su cargo como secretaria general de la Presidencia, sin antecedentes en la función pública, le otorga un blindaje institucional inédito. Pero ese blindaje ahora tiene grietas.
La decisión de vender reservas a un precio subvaluado justo antes de levantar el cepo se parece demasiado a un dólar futuro a la inversa. Una operación que, en tiempos del gobierno anterior, fue utilizada por el propio Milei como bandera para denunciar corrupción. Hoy, ejecuta una jugada aún más escandalosa, sin ninguna explicación racional, y con consecuencias judiciales directas para su entorno.
Lo más inquietante no es solo el hecho en sí, sino la liviandad con la que el presidente lo admite. En un país devastado por la inflación, la pobreza y el desmantelamiento del Estado, Milei festeja con su equipo económico —el mismo que está denunciado en Comodoro Py— como si fueran un grupo de brokers celebrando el cierre de Wall Street. Todo mientras los jubilados ven licuados sus haberes, los docentes universitarios luchan por un salario digno y los científicos huyen del país.
¿Este es el nuevo contrato social que propone el libertarismo? ¿Una Argentina gobernada por algoritmos financieros, criptomonedas fallidas y decretazos nocturnos? ¿Un país donde el presidente expone a su hermana y al mismo tiempo la protege con una estructura institucional pensada para blindarla judicialmente?
La historia dirá si Karina Milei es una víctima de la incontinencia verbal de su hermano o una pieza central en una arquitectura de poder construida sobre la impunidad y la especulación. Pero lo que ya está claro es que el discurso de la “libertad” se desvanece cuando la justicia llama a la puerta. Y esta vez, lo hace en simultáneo por dos causas explosivas que podrían marcar un antes y un después en el gobierno más mediático y menos republicano de la historia argentina reciente.
Su custodia impide el libre ejercicio de la profesión.
En lo que significa u nuevo paso en una escalada que atenta contra todos los principios de la convivencia democrática, la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, a puesto en marcha un nuevo «protocolo antiperiodistas» que, no solo impide el libre ejercicio de la profesión sino que, además, atenta contra el principio básico del derecho al libre tránsito.
Todo ocurrió en vivo. «Ministra, ¿pueden ser unas palabritas nada más? Estoy en vivo. Una preguntita nada más, por los dichos del expresidente Macri», le dijo Cristian Mercatante a Patricia Bulllrich cuando la tuvo a unos metros en la vía pública.
El objetivo era saber qué pensaba la otrora presidenta del PRO de los dichos del expresidente Mauricio Macri sobre que los funcionarios «que tenían precio ya fueron comprados».
Pero el movilero de «Desayuno Americano» no pudo moverse con libertad por la calle para hacer su trabajo, sino que fue interceptado por la custodia personal de la funcionaria.
«¿Por qué me cortás el paso? Estoy laburando«, protestó Mercatante mientras Patricia Bullrich se alejaba caminando con otros dos empleados de seguridad, que resultaron ser miembros de la Policía Federal.
De hecho, Mercatante explicó luego que personal identificado como de la Policía Federal le pidió sus datos y le preguntó qué tenía que hacer por esa esquina de Scalabrini Ortíz y Beruti, en Palermo, donde se cruzó a Patricia Bullrich.
Ante las altas temperaturas que se avecinan que, de acuerdo al pronóstico de la AIC para el Alto Valle de Río Negro alcanzará los 40º, el Departamento de Protección Civil de la Municipalidad de Villa Regina recomienda tener los cuidados necesarios para prevenir golpes de calor. El golpe de calor puede afectar a personas de…
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