«No podemos seguir detrás de los hechos, sino anticipar y gestionar»

Más agrupaciones, organizaciones intermedias y movimientos se suman a reclamos oficiales hacia el intendente de la ciudad, acompañados del pedido de información y medidas para analizar en conjunto y paliar el crecimiento constante de casos activos de covid19 en nuestra ciudad y en el circuito del Alto Valle.

En este caso la Asociación Civil Hogar y la Agrupación  Solidaria Construyendo un Mundo Mejor le enviaron al intendente Marcelo Orazi un comunicado oficial que entre otras cosas solicita información sobre el destino de fondos para lucha del covid-19, que personal tiene a disposición para hacer cumplir los decretos vigentes, y por qué nadie actúa frente al incumplimiento de dichos decretos que regulan las medidas que tienen por objetivo bajar la circulación de las personas y en consecuencia del virus.

Sugieren también «que el comité de crisis sea ampliado a fuerzas políticas, gremiales, medios de comunicación, sociales de manera amplia para poder mirar en conjunto mejores u otras formas de bajar la circulación y el cuidado de toda la población, así como mantener informados a sus colectivos sociales» y que se mejoren los controles de los ingresos a la ciudad. Como también dar a conocer cual es el plan de acción a llevar a cabo, ahora, y hacia adelante, teniendo en cuenta el acercamiento de la temporada de verano y las fiestas de fin de año.

La preocupación social empieza a cobrar valor a partir de este tipo de comunicados oficiales que además de hacerse públicos mediante plataformas y medios de comunicación, llegan a las manos del Intendente. No alcanza solo con la protesta en las redes, el reclamo debe ser oficial. De este modo se colabora con la visualización de la crítica situación actual, la conscientización de la misma, y se presiona para lograr una reacción en las esferas responsables del ciudado de la ciudadanía.

Antes de compartir el comunicado oficial, invito a asociaciones, clubes, instituciones, movimientos, juntas vecinales, organizaciones intermedias, etc, a expresarse y hacerle llegar la preocupación latente a nuestro intendente y en consecuencia a la Gobernadora de la provincia de Rio Negro, intentando de este modo lograr una reacción para salir del letargo en el que estamos sumergidos.

*****

COMUNICADO DE PRENSA

La Asociación Civil Hogar/ Agrupación  Solidaria Construyendo un Mundo Mejor/

Solicita al Señor Intendente:

  • Brinde información con supervisión de Tribunal Cuentas sobre el destino de fondos para lucha del covid-19 y pueda dar informe pormenorizado de las razones por las cuales el Hospital no se ha visto robustecido con camas UTI comprometidas a la sociedad, de profesionales especializados para atención ni han resguardado camas o profesionales para otras patologías.
  • Nos informe si cuenta con grupos de voluntariado para concientizar, controlar en conjunto con fuerzas policiales, municipales y/o judiciales cualquier violación de las normas establecidas en el marco de emergencia. Si no cuenta con ellos solicitamos con urgencia dicha articulación.
  • Pueda brindarnos explicaciones del por qué nadie actúa o interviene sobre marchas anunciadas fuera de las normas vigentes aglomerando y prestándose a situaciones complejas en plena pandemia.Lo mismo ocurre con picaditos, partidos en espacios públicos que se observan con simple recorrer en fines de semana como a otras conductas que no corresponden.
  • Realice las gestiones necesarias para que lleguen los kits de test rápidos y se comprometa a orientar las tareas junto a un comité ampliado de testear. No podemos seguir detrás de los hechos sino anticipar y gestionar.

Sugerimos:

  • Que el comité de crisis sea ampliado a fuerzas políticas, gremiales, medios de comunicación, sociales de manera amplia para poder mirar en conjunto mejores u otras formas de bajar la circulación y el cuidado de toda la población, así como mantener informados a sus colectivos sociales.
  • Si bien sabemos existe una demarcación particular en términos de ingreso a nuestra localidad, y se ha argumentado que no se pueden controlar todos los ingresos, sugerimos puedan hacerlo en 3 o 4 de las más utilizadas de manera efectiva y sistemática.
  • Dar a conocer algún plan de acción para los próximos días y periodo veraniego, fiestas navideñas, fin de año… qué se planifica para uso de espacios públicos, cómo se distribuirán las burbujas por grupos afines familiares en lugares abiertos como río, isla, etc.  Es necesario conocerlas. De no estar aún trabajarlas.
  • Demarquen sitios con pinturas, cercos o lazos distanciados de metros requeridos, arbitren personal en conjunto con voluntariado para dichos controles.
  • Alentamos se reajusten algún espacio públicos como Cumelen o Escuela para poder albergar a aquellas personas que no cuentan con espacios adecuados para permanecer aislados.
  • Mejorarmonitoreo sobre uso de barbijos, respeto de protocolos en comercios, ser más enfáticos en protocolos de fábricas, empresas, lugares de producción, disminuir la circulación en lo posible, y qué acciones prevén para el futuro en cuanto a reajustes urbanos del uso de calles y espacios públicos. Pensando en sustentabilidad a futuro.

Dijeron controlar rutas desde el Estado Provincial junto a gendarmería eso no sólo no ocurrió sino que hemos asistido a un sinfín de ingresos y egresos inexplicables, sugerimos lo reclame de ser necesario.

  • Mayor comunicación y detalle a la población sobre la donación de plasma, no sólo de razones, sino también de cuáles son los criterios aplicados y quién/quienes lo asesoran para tomar algunas decisiones. Hemos asistido a una serie de ellas sin ningún tipo de aclaraciones, resultando algunas incomprensibles y la comprensión ayudaría a poder tomar conciencia para acompañarlas.

Con respecto a  los anuncios de supuestos cambios organizacionales del Hospital, de proyecciones de finalización de uno de sus pisos, queremos comunicarle que no nos merecemos ese tipo de anuncioso de proyectos que debieron de estar hace tiempo, las respuestas situadas en contexto son otras.

No queremos más pacientes trasladados a más de 400 km, sino el resguardo de % cierto para los mismos dentro del Alto Valle  ( nuestro Hospital cabecera es General Roca) o bien resguardados en el mismo circuito, como también las garantías de aviones sanitarios para casos especiales que requieran  traslados por rapidez en atención; los choferes hospitalarios no deben sobrecargarse con viajes permanentes bajo la presión que trabajan ni los pacientes padecer en ambulancias en este marco de emergencia.

Así como el Ministro de Salud Provincial ha tratado de justificar su dudosa gestión sobre respiradores aduciendo que estaban retenidos en Aduana por burocracia, y acto seguido aclarado por un funcionario Nacional que no era así, asumiendo que no era así por el mismo Ministro que horas antes nos daba otra información, queda claramente expuesto la falta de seriedad con que nos están tomando. Cambia sustancialmente informar que se encuentran en clase III con potencialidad de peligro, sin autorización aún de ANMAT, cambia que se nos informe que Nación siempre dispuso de respiradores y cuanta con ellos para cuando Río Negro lo solicite, sin embargo no se vieron no se cuentan para los pacientes en este corredor del Alto Valle sino por qué enviarían a pacientes a larguísimas distancias, o por qué tendrían que agregar siempre a pasos exiguos uno o dos en centros de Allen, Roca? Y si pretenden disfrazar la falta de profesionales, instalaciones y demás a cada unidad de terapia todos y todas nos hemos informado por el mes de Abril que ello era necesario, por eso mismo tratamos de hacer nuestra parte bajando circulación, respetando normas para que Ustedes hicieran dichas instalaciones, gestionaran la llegada o el reclamo de que llegaran terapistas, UTI y demás, pues eso no ocurrió hasta no hacer sentir fuertes reclamos ante Nación por la propia comunidad en diferentes lugares, y la intervención de algunos referentes!! Por tanto no más dilaciones, no más maquillajes. Necesitamos respuestas y Alto Valle Este es el circuito más relegado luego de estos ajustes.


El MinistroZgaib, quien antes de ingresar a ese ministerio tuvo la responsabilidad de dirigir  la Obra Social IPROSS es consciente también que al día de hoy, buena parte de los empleados públicos se sienten más vulnerados en derechos por servicios, algunos anuncian vaciamiento de nuestra Obra Social, y total desempeño inusual para el contexto de pandemia, además de padecer la quita de un gran número de medicamentos nuevamente del vademécum como el recorte de prácticas , sabemos que el tema es provincial. Pero en este contexto de emergencia sanitaria que se enuncia permanentemente ante el pedido de fondos, de ayudas y demás, no puede no ser menos sustancial intervenir y pedir desde los jefes comunales al poder provincial sobre el funcionamiento de la Obra Social IPROSSdado que los empleados municipales, docentes, médicos, enfermeros, camilleros, dependientes de rentas, juzgados etc todos están bajo la misma Obra Social, se supone que si no está dando las respuestas necesarias todos y todas los agentes dependientes de la administración pública están siendo perjudicados, no visibilizarlo es como negar la mirada sentida y empática con cada uno.

De nuestra parte quedamos a disposición para mantener la reunión o reuniones que se necesiten siempre respetando las normas de restricciones de circulación, utilizando las plataformas disponibles con las que venimos trabajando la gran mayoría de quienes debemos continuar brindando respuestas desde nuestros lugares de trabajo.

Se sugiere que ese mismo comité ampliado tenga una reunión por plataforma con la propia gobernadora y sea usted y cada uno de sus colegas comunales los que intercedan solicitándola.

Sr Intendente, invite a los intendentes Alto Valle Este pónganse al frente del reclamo en beneficio de las poblaciones que eligieron representar con planes concretos de contención y todo lo que hace a su función.

Sea transmisor de las necesidades de la gente y no dilaten más el robustecimiento del sistema público tal como fue el sentido de los fondos y las explicaciones dadas desde Nación porque aquí no lo estamos percibiendo.

Los abajo firmantes miembros de comisión directiva  por Asociación y Agrupación:
Passadore Lilia DNI: 28207815
HernádezEstefania DNI: 34667312
Del Valle Magda DNI: 26347587
Ulluoa Consuelo DNI: 34075138
Filocamo Claudio DNI: 26548171
Peschilo Sandro DNI: 29287512
Rivero Silvia DNI: 16110977
Giannelli Fernando DNI: 20690361

Adhiere Agrupación Solidaria Construyendo un Mundo Mejor.
Maximiliano Maidana DNI 34667337
Pablo Marcolongo DNI 32910365.
Pablo Nicolás Henríquez DNI: 28516404
Mayra Natalia Luna DNI: 3466706

Difunde esta nota

Publicaciones Similares

  • El laboratorio imposible

     

    Crónica, literatura de no ficción, no ficción creativa, performance, biodrama, pódcast documental, periodismo performático: formas anfibias que tienen en común la rigurosidad en la investigación periodística y el trabajo con una misma materialidad, lo real. Estas formas incluyen, aunque a veces solapadas, dos componentes que habitualmente se suelen pensar solo ligados al mundo del arte: la creatividad y la imaginación.

    ¿Qué podrían aportar las herramientas del arte, incluso de la ficción, para relatar una época, un acontecimiento, un conflicto? Desde la posmodernidad hasta hoy, lo real dejó de ser un lugar seguro para transformarse en un nodo de interpretaciones; tantas como sujetos que interpretan.

    La realidad como construcción discursiva

    En su conferencia “Laboratorio de no ficción creativa para directores de medios de América Latina”, la maestra Cristina Rivera Garza abordó este tema. Dijo que en las narrativas de no ficción creativa hay un trabajo de intervención, de implicación, y no de rescate.

    Eso hacemos en el Laboratorio de Periodismo Performático (LPP): nos comprometimos con los archivos, con los testimonios, intervinimos el espacio, los materiales. Los resignificamos y agrupamos para producir metáfora, para producir sentido.

    Rivera Garza señaló también que el borde entre ficción y no ficción es cada vez más delgado. Echó por tierra ese paradigma según el cual por un lado estaría la ficción “pura” –vinculada al campo de la literatura y de la imaginación– y, por otro, la realidad como algo que está allí afuera, objetivamente descriptible y medible.

    Esa división tajante entre la realidad vinculada con la historia –o el periodismo– y la ficción, con la literatura, cada una con su esfera bien delimitada, ya no funciona.

    En su lugar, propone aceptar la idea de que la realidad es una realidad-ficción que, en su forma constitutiva, en su estructura, tiene una gramática y una semiótica propias. Piensa la realidad como construcción teórico-discursiva.

    Si vivimos una realidad que es resultado de cómo producimos signos y significados, entonces la disociación entre ficción y no ficción es muy difícil de sostener. El campo del psicoanálisis lacaniano también sumó sus argumentos al distinguir la realidad –lo que un sujeto percibe y entiende– de Lo Real –lo que no se puede simbolizar, lo que no se puede aprehender ni entender, comprender, conceptualizar, decir, nombrar, representar–. Lo vinculó a la sexualidad, a lo horroroso, a la muerte, al vacío, al delirio, al trauma. El periodismo performático apunta también a los intersticios donde se aloja Lo Real, a bordear lo traumático, lo inenarrable, a hacer el intento de bordear aquello que no se puede nombrar, a asomarse a mirar al cráter del volcán, como dice Cristian Alarcón.

    El lenguaje del arte ante lo indecible

    ¿Cómo narrar el genocidio del pueblo mapuche? Sobre eso trabajó Sebastián Hacher en su obra Inakayal vuelve.

    ¿Cómo narrar un femicidio y lo horroroso de un cuerpo mutilado? De eso se ocuparon María Eugenia Cerutti y Alejandro Marinelli en Con toda la muerte al aire.

    ¿Cómo abordar el trauma infantil? Sobre eso pensaron Rocío Inmensidades y Ana Larriel en Micropolítica de la supervivencia gorda y también Cristian Alarcón junto con Lorena Vega en Testosterona. 

    ¿Cómo denunciar un ecocidio en lenguaje performático? Eso logró Blanca Lewin con Puchuncaví, el humo en el cuerpo.

    Ahí donde las palabras encuentran su límite para narrar, para decir lo indecible, aparecen el arte, la metáfora y la poesía. De esta reflexión nace el provocador eslogan –¡que indignó a muchos!– de la convocatoria a la primera edición del LPP: “La palabra ya no tiene el poder”.

    El periodismo performático como arte contemporáneo

    Para entender mejor esta transformación es necesario mirar hacia atrás. Desde Aristóteles y la antigua Grecia, el teatro fue concebido como representación, una presentación que existió y puede volver a presentarse en el espacio escénico. La mímesis: una imitación.

    Durante siglos todas las expresiones artísticas fueron eso, una imitación de la realidad. Recién a mitad del siglo XX, con las transformaciones que propuso el arte contemporáneo, esos límites entre ficción y “realidad”, entre ficción y no ficción, se volvieron más difusos.

    En el mundo de la pintura, Cézanne –llamado el padre del impresionismo– fue el primero en alejarse del realismo y en evidenciar la pincelada. Lo siguió el cubismo, que deconstruyó la figura para mostrarla en sus múltiples posibilidades y puntos de vista, tal como lo hizo Picasso. Duchamp dio un paso más y creó su famoso mingitorio. Más acá en el tiempo, Maurizio Cattelan alborotó el mundo con la obra El comediante, una banana pegada en la pared con una cinta.

    Al iniciar ese proceso de autonomía, las vanguardias del siglo XX dejaron en evidencia sus mecanismos de construcción, funcionamiento, engranajes: así expusieron su semiótica. Quedaron atrás las reglas heredadas del arte clásico que permitían determinar claramente qué era una obra de arte y qué no. Ya no importaron las normas de la composición, de tratamiento de color o uso de la perspectiva: era la hora del acto, de la provocación, de la performance.

    Con la danza contemporánea pasó lo mismo: se desligó de sus vínculos con la pintura –la danza como pintura en movimiento– y con la literatura –ya no aspiraba a narrar una historia– y se convirtió en puro movimiento.

    Merce Cunningham, en su trabajo junto con el músico John Cage, fue uno de los que propuso que la base de la danza es el movimiento, lo siguieron artistas como Martha Graham, Mary Wigman y más tarde Pina Bausch.

    En las artes dramáticas, este proceso de autonomía siguió caminos diversos pero convergentes. El teatro del absurdo, surgido tras la Segunda Guerra Mundial con Samuel Beckett, Eugène Ionesco y Harold Pinter, rompió con la lógica narrativa tradicional: ya no importaba construir argumentos coherentes o personajes psicológicamente verosímiles. Sus procedimientos incluían diálogos y acciones aparentemente inconexos. La puesta en escena –silencios prolongados, objetos extraños, atmósferas opresivas– se volvía tan significante como las palabras.

    El teatro brechtiano desarrolló otros procedimientos de ruptura: el “efecto de distanciamiento” destruía sistemáticamente la ilusión teatral. Brecht hacía que los actores se dirigieran directamente al público, interrumpía la acción con canciones y carteles explicativos, dejaba las luces del teatro encendidas y exponía la maquinaria escénica. Su objetivo era que el espectador no se perdiera en la emoción, sino que mantuviera una distancia crítica para reflexionar sobre los problemas sociales.

    Más tarde, el teatro posdramático –término acuñado por Hans-Thies Lehmann– radicalizó esta autonomía al liberarse completamente de la estructura dramática tradicional. Sus procedimientos privilegian la experiencia sensorial: fragmentos de texto no narrativos, paisajes sonoros, movimientos corporales abstractos, instalaciones escénicas y la disolución de los límites entre actores y espectadores. Ya no se trata de representar una historia, sino de crear una experiencia.

    Así, el teatro logró su autonomía no solo del texto dramático, sino también de la obligación de representar, de narrar, de explicar. Se concentró en generar experiencias, sensaciones, reflexiones a través de la materialidad escénica: el espacio, el tiempo, los cuerpos, los objetos, la luz, el sonido.

    Si la danza se liberó de la literatura y de la pintura para ser puro movimiento, si la pintura se liberó de las reglas para ser pura abstracción, si el teatro se liberó del texto dramático para ser teatro posdramático, ¿de qué se libera el periodismo para ser periodismo performático?

    Con estas referencias como faro, en el Laboratorio de Periodismo Performático intentamos acercarnos a un tema, a la historia y al foco. Las materialidades con las que trabajamos son testimonios, fuentes, archivos históricos, archivos afectivos, abordadas con los lenguajes del arte: espacio, tiempo, música, luz, movimiento, poesía, metáfora. Construimos narrativas

    que trascienden la palabra escrita, dispositivos escénicos que se despliegan en un espacio tiempo donde la clave estaba en el encuentro de los cuerpos, en el estar ahí presentes.

    Unas palabras sobre la imaginación acuerpada

    La performance es, en esencia, un género anfibio: habita entre las artes plásticas y las artes vivas, entre el espacio teatral y el espacio público, entre el arte y el activismo. Quizá el LPP se aloje allí entre el “cierre periodístico” y la “apertura performática”. Retomando a Rivera Garza podríamos pensar que el LPP le permite al oficio del periodismo recuperar la imaginación que la ficción había legitimado solo para sí misma y que es un rasgo intrínseco de todo ejercicio de escritura y lectura.

    En su segunda edición en Argentina, coordinada por Cristian Alarcón y Lorena Vega, el LPP tomó una forma más escénica y habilitó al periodista a descubrir un nuevo modo de poner el cuerpo, en muchos casos lo invitó a implicarse ahora como performer. En todos los casos debió encontrar modos para que los protagonistas de las historias tomaran la palabra en escena, inventar formas de incorporar los datos y descubrir otro modo de producir sentido y belleza con lo real.

    La irrepetibilidad de la performance callejera, atada a la coyuntura, resultaba difícil para un trabajo de largo aliento. Seguramente, la impronta de Lorena Vega y su trayectoria en el campo del biodrama con Imprenteros alentó a investigadores y periodistas a subirse al escenario. Eric Román Montenegro, varón trans, ciego de nacimiento, da testimonio de su transición a través de un dispositivo musical y un texto que construyó junto con la periodista Ivanna Soto, quien lo guía en escena durante la ejecución de la performance Yo elijo mi

    nombre. La socióloga Eleonor Faur y la artista Ana Minujin, madre e hija, entrevistaron a otras duplas de madres e hijas para la performance La revolución y algo rico para el postre, y les propusieron una consigna: que se enseñaran algo la una a la otra: un juego de palmas y manos, una canción. Apareció así otro componente clave de las artes vivas: el juego. En

    Pena y pachanga, las y los protagonistas de historias migrantes narraban en escena sus propias historias a medida que se desarrollaba una fiesta de salsa.

    Históricamente, la performance intentó escapar al concepto de representación. Allí donde el teatro propone representación, volver a presentar unos acontecimientos, repetir una historia escrita por un dramaturgo para que un grupo de actores la represente en el espacio escénico, la performance prefiere el acto mismo, la acción directa. En su versión más purista se define como única e irrepetible, como puro acontecimiento, como puro acto. En ese sentido el LPP es un dispositivo narrativo dinámico, que está vivo y muta. Cada historia y cada obra encuentra su propia forma de ser narrada.

    El LPP recupera la imaginación y se libera de tener que promulgar verdades. Convoca a la pregunta, a la conversación. Va al encuentro del otro. Se implica en la presencia física, en un espacio-tiempo colectivo. Subvierte la idea del autor solitario. Asume un compromiso ético. Produce conocimiento. Trabaja con el lenguaje para producir belleza con lo real.

    La entrada El laboratorio imposible se publicó primero en Revista Anfibia.

     

    Difunde esta nota
  • Vengo a hablar de política

     

    Publicado el 26 de junio de 2019

    Foto de portada: Jangel Mota

    -¿De qué tienen que hablar las travestis?

    Claudia Rodríguez deja caer la frase con cierta ambivalencia. Sostiene un cuaderno en la mano sin mirarlo. Uñas anaranjadas, voz honda, coqueta, así se presenta ante un público integrado por alumnxs de literatura latinoamericana, estudios de género y sexualidad, profesorxs universitarios y activistas LGBT que se acercaron a escucharla. Hoy no está en Santiago de Chile, donde vive, sino Estados Unidos, en una universidad pública de Nueva York.  

    Soy el profesor anfitrión aquí en Stony Brook University, esta universidad pública de Nueva York. Lxs alumnxs presentes han cursado mis materias sobre lo trans y lo queer/cuir en América Latina, han leído la obra de Claudia, hemos hablado de ella. Pero no es lo mismo hablar de ella que escucharle hablar por sí misma. Y ese es el punto: un acto de presencia. Esa presencia es política, aquí, ahora. Es político nombrarse travesti en este contexto -en la era de Trump y en tierra de Trump-. Estoy ansioso, anticipo preguntas, burocracia repentina, el problema del idioma, del cuerpo. Tengo miedo de que nos vean fumando un cigarrillo (está prohibido fumar en el campus). Tengo miedo de que no digan nada, de la indiferencia. Pero exhalo. Ya está.

    – Soy poeta travesti chilena. Y monstrua resentida- continúa la invitada. 

    Rodríguez es la figura emergente de la escena cultural trans y travesti de su país. Su trabajo activista se enfoca en la prevención del VIH en comunidades periféricas. Y su trabajo performático, en la hipocresía patriarcal, la violencia de género, la supuesta multiculturalidad del Estado chileno. En Santiago, a Claudia se la puede ver parada en una esquina, bajo la sombra del Cerro Santa Lucía chusmeando con una amiga, riéndose de clientes viejos o recordando la historia del activismo travesti local. También se la puede cruzar en una marcha feminista vestida de monja, de Pamela Anderson o de la Estatua de la Libertad con una pancarta: “Para las travestis reales el Estado no puede existir”. Es autora de fanzines y libros de poesía como Cuerpos para odiar y Dramas pobres. Algunos de sus textos fueron llevados al teatro, como la autobiográfica Vienen por mí que la actriz y escritora Camila Sosa Villada estrenó en Córdoba, Argentina. Es una de las voces del libro Travesti, una teoría lo suficientemente buena (Ed.Muchas Nueces), entrevistada por Marlene Wayar.

    En su obra, el cuerpo travesti se monstrua (así, como verbo) a través de reconfiguraciones plásticas y peligrosas. El peligro es ese cuerpo, peligro latente pero omnipresente. “Ser travesti es ser una muñeca para los hombres que odian a las mujeres”, escribe Claudia. Estos aforismos abundan tanto en su poesía como en sus reflexiones cotidianas. Es su forma de contextualizar la memoria que bifurca y desdobla en cuerpos inertes, degollados. Cuerpos de mujeres travestis que, como ella dice, “murieron sin haber escrito ni una carta de amor”.

    Claudia Rodriguez_02

    La artista chilena fue invitada por el Instituto de Humanidades de Stony Brook University a participar del simposio Unnatural: Gender, Ideology, and the New Latin America (Antinatural: género, ideología y la nueva América Latina). 

    Stony Brook forma parte del sistema de universidades públicas del estado de Nueva York. Queda a dos horas en tren desde Manhattan, en un suburbio de familias tipo: blancas, burguesas.  Es conocida por sus programas en ciencias exactas, por su hospital y por la escuela de medicina. Las humanidades aquí quedan relegadas a un segundo plano de importancia -y de financiamiento-. Stony Brook es una universidad popular, con aranceles accesibles; por eso muchos de sus estudiantes son hijos de inmigrantes latinoamericanos y asiáticos. 

    ***

    El encuentro busca generar un diálogo sobre el impacto de la vuelta de la derecha en América Latina en la política y en el arte. Y cómo esta vuelta que no es nueva se viraliza y se siente tanto en los espacios públicos como en las relaciones interpersonales, en la intimidad.

    También exponen Denilson Lopes, especialista en literatura y cine de la Universidad Federal de Río de Janeiro, y Gabriela Arguedas, filósofa feminista experta en bioética de la Universidad de Costa Rica. Todxs hablan de la coyuntura vista desde las ciencias sociales y las humanidades, y también desde la investigación académica y las experiencias personales. 

    Lopes, el académico carioca, se refiere al deseo de los encuentros cotidianos (inter e intra-generacionales) como un modo tenue pero poderoso de construir redes de afecto. Pone de ejemplo el cortometraje Bailão (de 2009, dirigido por Marcelo Caetano) para explicar cómo, en la sutileza de lo mundano, de los espacios entre la casa y el trabajo, residen otras posibilidades de una sociabilidad si no utópica, fugazmente luminosa, centelleante, en devenir. Pienso en la pista de baile de un bar gay cualquiera, un martes. Pienso en una conversación. Una pausa. Una mirada.

    Por Skype y desde Costa Rica, Arguedas (cuyo vuelo de American Airlines se retrasó por una falla mecánica) le apunta a la denominada ideología de género. Se remonta al siglo XVIII, traza la historia filosófica, se enfoca en el neointegrismo católico y en el fundamentalismo pentecostal. Explica: estas dos formas de pensamiento no sólo rechazan los esfuerzos recientes en materia de derechos LGBT, sino que también repudian la soberanía individual, legado de la tradición intelectual de la Ilustración. Quedé impresionado no sólo por la destreza interdisciplinaria de Arguedas, sino por el trabajo político que nos queda por delante. ¿Cómo apelar a los derechos de un colectivo disidente cuando, precisamente, es el individuo quien recibe derechos dentro del sistema legal en la modernidad? ¿Cómo no caer en la quimera de la protección estatal? 

    Entonces, Claudia. Con las uñas anaranjadas, con su cuaderno como escudo, ¿de qué tiene que hablar? Su intervención comienza con una paradoja que es, a la vez, una reflexión sobre las expectativas culturales, académicas e institucionales y un intento por sintetizar un deseo. Hay en ese “tener que” una postura política ante la obligatoriedad discursiva, ante la aparición de una travesti en público, ante la mirada pegajosa que solicita. Nos provoca a indagar el cuerpo, el deseo y la política a través de una teorización transfeminista que se basa en un recuento de su propia trayectoria activista y poética. Tras una pausa, dice: 

    – Aprendí del feminismo que hay que poner el cuerpo. 

    Claudia Rodriguez_03

    Esa apuesta por un feminismo experimental -cuestiones que guían la obra de Rodríguez- nos interpela como público: ¿cuánto cuerpo hemos puesto y cuánto estamos dispuestos a dar? ¿Qué puede el cuerpo, este cuerpo mío?

    La pregunta me transporta a 2015, cuando la vi por primera vez en Chile. Claudia actuaba en Cuerpos para odiar: emergía de la penumbra, se mostraba etérea pero contundente, vestida de blanco, cabello rubio quemado. Interpelaba al público: 

    — ¿Quieren show? 

    No era una pregunta retórica. ¿Qué quieren del cuerpo travesti? ¿Qué quieren que les diga?

    La inquietud de una alumna me devuelve a Stony Brook. Le pide recomendaciones para seguir pensando la intersección entre la literatura escrita por mujeres y la violencia epistémica. “No te podría decir. No soy mujer, soy travesti”, responde la chilena. Y arroja un ejemplo de su política feminista: hablar desde ese cuerpo encarnado, ese lugar específico. Dejar de pensar en universalizaciones para figurar desde su ontología (si me permiten la verborragia, Claudia propone una ontopoética travesti).  

    La jornada termina. Los alumnos se dispersan (y me confesarán después que fue el evento más comentado del año académico). Nos quedamos Claudia y yo para la cena celebratoria (de rigor). “¿Querés ostras?”, le digo, y me imagino en aquella escena inicial de Una excursión a los indios Ranqueles, cuando Mansilla se jacta de su colonialismo gustatorio, de sus ostras y de su tortilla de huevos de avestruz. Viene el camarero —un inmigrante salvadoreño—, y toma nuestro pedido: 

    – Quiero la carne —dice Claudia—. Pero cruda. 

    ***

    Como somos amigas (la Claudia me mujerea mucho), después del evento nos escapamos del pueblito de Stony Brook. Ella se queda a pasar unos días en mi departamento en Brooklyn. No tenemos mucho planeado, pero en algún momento ella pide: 

    – Quiero ir adonde la Marilyn sacó su fotografía. 

    No me lo tiene que explicar. Conozco la imagen de Marilyn Monroe en The Seven Year Itch. La referencia no es gratuita. En su poemario del 2016, Dramas pobres, Rodríguez escribió: “A veces me parezco a la Marilyn. Cuando tomo el cigarro y miro fijamente al pasado; me vuelvo a levantar, a sentirme travesti y minotaura”. Y en Cuerpos para odiar, Rodríguez protagonizó a La Marilyn. Es que Monroe es una suerte de sombra para ella, una figura trágica, modelo imperfecto de una femineidad mediatizada, decadente, monstruosa. 

    Aquella foto histórica se tomó en la esquina de la calle 52 y Lexington Avenue. Vamos. Pero no hay nada material para reconocer aquella escena, ni una placa ni flores ni olor a Chanel Nº 5. Hay que ir como si fuera un ritual solo para iniciadas, como si la búsqueda de ese espacio, cual soplo de viento fortuito, tuviese que ser también fugaz, tentativa. 

    De vuelta a mi casa, Claudia sube al Facebook la foto que le saqué. El álbum se titula: “Una travesti pobre en Nueva York”.

    El sábado vamos al Central Park. Es el primer día soleado de la primavera de Nueva York. El pasto todavía está mojado, frío, pero igual nos sentamos a ver los cuerpos que, en su transitar líquido, poliforme, reflejan el ansia del encuentro. 

    Más tarde vamos a sacarnos otra foto, esta vez con la Estatua de la Libertad, aquella mujer tan sola. Tan travesti. Caminamos hacia la última punta de Manhattan, donde el mar Atlántico chapea contra un muelle que en el siglo XIX servía como batería militar y antes como mercado de esclavos. Entonces divisamos una masa humana que, frente a la bolsa de valores, se aferra al Toro (de bronce) de Wall Street, el Charging Bull. Nos dejamos llevar por el bullicio. Hay familias de turistas que se sacan una foto, mejor dicho, que se turnan para sacarse la misma foto. Varias manos encima de los cuernos lustrosos, sonrisitas. Claudia señala con la mirada: “Quiero con el poto”. Obvio. Con el poto del Toro de Wall Street. Se para al lado y, providencialmente, una pareja de argentinos me pregunta: 

    – ¿Querés que les saque la foto con las bolas?

    – No. Con el poto. 

    Nos miran. Claro, para ellos el poto no significa nada; o quizás entienden, por el contexto, que poto es culo, ano, orto, pero igual nos miran desconcertados con el desdén del falogocentrismo y el gesto irónico de la travesti.  

    “Podría ser la portada de mi siguiente libro”, sugiere Claudia. Nos reímos. Y sí, ¿por qué no? Necesitamos una potopolítica, propongo. Potopolítica: liberación del ano, política marica-travesti-torta de los (malos) usos del cuerpo, expresión del deseo antinatural, legado del pecado nefando. 

    Claudia Rodríguez_04 byn

    En realidad, Rodríguez lleva rato pensando en la lógica anal, en el precioso ano del hombre, como señala uno de sus poemas: 

    Una loca dijo: 

    Ser travesti es ser degenerada como los hombres, 

    estar dispuesta a todo pero en secreto, para que no 

    duden del hombre, para que no se diga del hombre

    que le gusta por el poto. La lengua en su poto y los

    dedos de una travesti. 

    ***

    Si tuviera que nombrar qué nos une a Claudia y a mí diría: el deseo. La forma del deseo, de pensar el deseo, de buscar en sus contornos un territorio propio-compartido a partir del cual nos sentimos cómplices en nuestros respectivos proyectos (de vida, artísticos, políticos, cotidianos). Tenemos, por así decirlo, un trasfondo común a pesar de las muchas cosas que nos diferencian. Y de ese trasfondo surge la necesidad no solo de pensar el cuerpo (individual, colectivo) en estos tiempos de fascismo, sino de poner en práctica la consigna que aprendimos (las dos) de Perlongher: “Lo que queremos es que nos deseen”. 

    No me sorprende, entonces, cuando Claudia me pregunta: “¿Dónde está el deseo?”. 

    Salimos del MoMA y vamos a tomar el subte hacia Brooklyn. Seis de la tarde, Midtown. Zona de negocios, de bancos, de trámites pero no del deseo, o por lo menos, del tipo de deseo que queremos ver. “Quizás -me dice- el deseo tiene horario.” Pero en la ciudad que nunca duerme los horarios son flexibles. El deseo también. “Mira que todos andan del mismo color azul marino. ¿Cuál es el color del deseo?” Tal vez tiene en mente una naturaleza muerta de Cézanne, las imperfecciones que se dejan ver en la forma, en el toque, imperfecciones que enmascaran los píxeles de la reproducción digital. Es la búsqueda lo que se deja ver en persona, la búsqueda de la expresión, que es otra manera de decir: el deseo.

    Durante el simposio, Lopes había sugerido que el arte puede ser un lugar de encuentros. No lo entendí, y quizás todavía sigo sin entenderlo. Igual, pienso, el arte no escenifica encuentros. El arte es el encuentro. Como el encuentro también es arte.  

    Por ejemplo: estábamos sentadas en un salón del MoMA. Hablábamos de la muestra fotográfica de Lee Friedlander “Letters from the People” (Cartas del pueblo). Claudia pregunta: “¿Por qué no hay nada en español?”. Miro. “Hay todo un mundo ausente aquí”, dice. Otro pueblo, quizá. Las fotos son de números y letras, graffitis, signos sacados de contexto, combinados para crear otro contexto —un ensamble-. Tiene razón, pienso, pero el fotógrafo busca algo también. Quizás no sabe leer los códigos subterráneos. De repente escucho: “Can you move?”. Nos miramos. Me doy vuelta. “Can you move?”, de nuevo. Es una chica de veintitantos años, rubia, europea. Se interrumpe nuestro encuentro con otro inesperado. “Quiere que nos quitemos de la banca”, le digo a Claudia. Nos pide dejarle el asiento para poder sacarse una foto. Nos corremos un poco. Saca una selfie, nosotras de periferia.

    En alguna foto de Instagram estarán nuestras miradas de reojo reflejadas en los retratos de Friedlander, miradas que sirven de trasfondo para el registro fotográfico de una turista europea en el MoMA. Se me ocurre: cuando nos desplazamos se generan otras posibilidades de encuentros, otras constelaciones afectivas y corporales, a pesar de la relación de poder evidente. Luego Claudia me dice: “No hay que buscar hablar desde el centro. La periferia debe nombrar la periferia”. Sonrío. Sí, desde ahí, desde la periferia se pone el cuerpo. 

    Me sacude la claridad de su pensamiento. Es que había pensado al proponer el simposio, confieso, que serían mis alumnxs y no yo el sujeto de la irrupción de Claudia en el escenario cotidiano. Yo, como sujeto indígena, nunca me he imaginado céntrico en este país genocida. Pero me doy cuenta que mi propio transitar centro-periférico, mi deseo marica, mi piel, mi ciudadanía sexual, dependen precisamente de discursos encarnados, entrelazados, de tensión epistémica. Mejor dicho: me doy cuenta porque ahora lo siento en mi propio cuerpo, junto a Claudia, travesti monstruosa, cuando nos dejamos llevar por el arte del encuentro. No puedo dejar de imaginar, así, que nuestros cuerpos, en un eco luminoso, marcan no sólo coordenadas de pertenencia o de exclusión sino también, y sobretodo, zonas de deseo siempre en movimiento. 

    Fotos: perfil de Facebook Claudia Rodríguez

    La entrada Vengo a hablar de política se publicó primero en Revista Anfibia.

     

    Difunde esta nota
  • Modificación de grilla en ‘Domingos de plaza’

    La Dirección de Cultura de la Municipalidad de Villa Regina informa que, por cuestiones de salud, hubo una modificación en la grilla de los artistas que se presentarán en el ciclo ‘Domingos de plaza’. De esta manera se suma a ‘De la misma sangre’ junto a Ángeles Fuentes, Mi mamá no me deja y Trocitos…

    Difunde esta nota
  • | |

    REGINA ES RALLY PURO

    Y mirá si no será rally, que allá en los ’60 las carreras de cafeteras en el famoso chiripá eran un espectáculo de jerarquía nacional. “Eran Ford-T hechos, eran catangos hechos, abiertos. Corría el viejo Ledda, Leonardo Nardini, Riffo. A fondo fondo andaban a 140”, recuerda el Flaco Felicevich mientras cepilla con nafta una tapa…

    Difunde esta nota
  • Intensa actividad recreativa en la Isla 58

    Beach básquet, tejo, fútbol tenis y golf animaron la jornada del domingo en la Isla 58, con una excelente respuesta por parte de vecinos y vecinas que se acercaron al balneario. Las actividades fueron coordinadas por la Dirección de Deportes de la Municipalidad de Villa Regina y la Secretaría de Deportes de la Provincia de…

    Difunde esta nota
  • Terminal: se analizaron aspectos técnicos-jurídicos en vista al fin de la concesión

    Por instrucción de Intendente Marcelo Orazi se realizó esta mañana una reunión para analizar aspectos técnicos-jurídicos relacionados con la toma de posesión de la terminal de ómnibus teniendo en cuenta el vencimiento de la concesión el próximo 30 de agosto. De la misma participaron el Secretario de Gobierno Guillermo Carricavur, el presidente del Concejo Deliberante…

    Difunde esta nota

Deja una respuesta