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MICROPLÁSTICOS: CONTAMINACIÓN CIEGA

La industria textil es el cuarto mercado con mayor impacto negativo en el cambio climático por debajo de la alimentación, el sector inmobiliario y los transportes.

La industria textil es responsable del 20% del desperdicio de agua en el mundo y del 8% de los gases de efecto invernadero, según la Organización de las Naciones Unidas. Cada año se confeccionan 100.000 millones de prendas en el mundo y, según cifras del último informe Pulse of the Fashion Industry elaborado por la Global Fashion Agenda. Un problema que ni el reciclaje ni la segunda mano son capaces de mitigar, advierten de que solo el 13% acaba reciclándose, el 87% restante termina en un basurero o incinerada.

Cada año se fabrican aproximadamente 5.000 millones de jeans en el mundo. Según el Proyecto Agua Segurapara fabricar un pantalón de jean de 800 g, se consumen alrededor de 8.000 litros de agua, aproximadamente la misma cantidad que necesita una persona promedio a lo largo de 7 años. Además, durante el proceso de fabricación se emiten cerca de 32 mil millones de kg de CO2 y se utilizan 10 mil millones de kg de colorantes.

Pero no todo tiene que ver con la producción: ¿Qué pasa durante la vida útil del producto? Cada vez que lavamos el jean, desprende microfibras que no son biodegradables y terminan en los océanos, medio millón de toneladas de microfibras textiles por año según un estudio del Banco Mundial, y peor aún, pueden permanecer en la naturaleza durante 50 años.

Un problema que ni el reciclaje ni la segunda mano son capaces de mitigar, advierten de que solo el 13% acaba reciclándose, el 87% restante termina en un basurero o incinerada.

Un reciente estudio científico realizado por investigadores del CONICET demuestra que el área marina protegida Namuncurá Banco Burdwood, contendría los mismos valores de contaminación por microplásticos que las costas de China, siendo este el principal productor de plásticos en el mundo. El Banco Burwood es una meseta submarina situada en el Atlántico Sudoccidental, a 200 km al sur de las Islas Malvinas.

Este banco se ubica en el borde norte de la Placa de Scotia y representa la extensión hacia el este de la Cordillera de los Andes. Esta área protegida tiene tres categorías de manejo: Reserva Nacional Marina, Parque Nacional Marino y Reserva Nacional Marina Estricta. Así se describe en el sitio Argentina.gob.ar.

Como lo explica la Dra. en biología Rosana di Mauro en el artículo Microfibras textiles: la contaminación que no vemos: “Las Microfibras antropogénicas son fragmentos microscópicos de fibras, mayormente de origen textil, que se desprenden del uso cotidiano y lavado de las prendas de vestir“. Y agrega: “son contaminantes pasivos de todos los ambientes terrestres y acuáticos del planeta”.

Cada vez que lavamos el jean, desprende microfibras que no son biodegradables y terminan en los océanos, medio millón de toneladas de microfibras textiles por año.

Respecto de la composición de las mismas afirma que “El poliéster en particular, que es un tipo de PET (Polietileno Tereftalato), es el compuesto más abundante que se ha encontrado en los océanos de ambos polos y hasta en las profundidades más recónditas del planeta. También hay microfibras contaminantes que están básicamente compuestas de celulosa o algodón, que son igual de peligrosas y persistentes en el medio marino, ya que deben pasar por los mismos procesos químicos que las fibras sintéticas para poder utilizarlas en la composición de las prendas de vestir”.

Con las fibras cortas y envejecidas, se genera una problemática mayor, porque no solamente son abundantes, sino que están degradadas por lo que se van transformando en partículas cada vez más pequeñas. Y más pequeñas no significa menos peligrosas, sino posiblemente mucho más nocivas porque son muy difíciles de detectar y la posibilidad de sacarlas del medio es casi nula.

Paula Kaeser Marcela Laudonio,  autoras del artículo Microfibras textiles: la contaminación que no vemos, exponen: “La mayoría de la ropa que usamos está confeccionada con poliéster, por ende contiene grandes cantidades de petróleo. Disminuir la producción de prendas de vestir realizadas con esta fibra, es fundamental para reducir el consumo de combustibles fósiles, principal causante de las emisiones de gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático.”

Disminuir la producción de prendas de vestir realizadas con esta fibra, es fundamental para reducir el consumo de combustibles fósiles, principal causante de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Cada año se confeccionan 100.000 millones de prendas en el mundo, lo que conlleva una generación de residuos y un impacto ambiental alarmantes. Este nivel de producción resulta en que 92 millones de toneladas textiles terminan en la basura cada año.

Es por este motivo que cuando hablamos del concepto “diseño sustentable” aplicado a la producción de ropa que se realiza con plástico reciclado, estamos omitiendo que el problema de las microfibras no solo persiste sino que se agrava, ya que esa fibra reciclada, al estar más gastada, desprende más microfibras durante el lavado. Un solo lavado de 6 kg libera aproximadamente 700.000 fibras microscópicas de plástico en el medioambiente.

¿Qué podemos hacer los consumidores?

  • Cuidá tu ropa, no la trates como si fuera descartable. Acordate que el mejor residuo es el que no se genera.
  • Tratá de comprar ropa de buena calidad. En este caso, menos es más, unas pocas prendas más caras pero buenas son mejores que muchas remeras baratas que duren solo una temporada.
  • Intercambiá prendas, podés proponerlo en tu grupo de amigas o buscar redes de intercambio en Facebook.
  • Comprá ropa usada, cada día hay más ferias americanas, así como cuentas en Instagram y páginas web con gran variedad de artículos y envíos a todo el país.
  • Dejá de seguir cuentas que incentivan el consumo constante, gran parte de nuestro deseo de comprar entra por los ojos y se instala en nosotrxs como angustia, carencia y necesidad de pertenencia.

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