¿VIVIMOS EN UN ESENCIALISMO DE LA SUBSISTENCIA?

No hay camino sencillo hacia la libertad en ninguna parte y muchos de nosotros tendremos que pasar a través del valle de la muerte una y otra vez antes de alcanzar la cima de la montaña de nuestros deseos

Nelson Mandela

El concepto de esencia atravesó como una daga al pensamiento occidental a lo largo de la historia…

En la actualidad, frenamos lo “no-esencial” para darle paso a lo “esencial”. Y es ahí que la esencia de lo esencial no escapó a la propagación infecciosa, y esto lo pudimos observar en el personal de salud y seguridad muertos o infectados por el COVID-19.

Para llegar a lo esencial deberíamos definir a la esencia. Esta última se entiende, según el diccionario de la RAE como: f. Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas.

Nos detendremos en lo “permanente” e “invariable”. La cuarentena ha puesto a los servicios esenciales como salud, seguridad y alimentación como las fuentes de la esencia o de lo esencial en actividad permanente e invariable.

Ahora bien, cuando la subsistencia no depende completamente de las categorías esencia vs no-esencia, entramos en una encruzijada problemática y paradójica

La esencia como representado al ser y sus acciones es portadora de verdades que se sujetan a los ejercicios del poder. En tanto servicios esenciales, estos deberían asegurar la permanencia de la sociedad. Sin embargo, el abordaje unilateral de lo considerado esencial sería una perspectiva fragmentaria de estructuración contingente implementada.

Los horarios restringidos se imponen para intentan frenar la aglomeración de gente; pero, a la inversa, no hacen otra cosa que generar lo contrario, mientras el frío se hace más crudo y la exposición por infinitas colas exponen a esa misma gente a otras enfermedades o padecimientos.


En nombre de la esencia o lo esencial se toman decisiones, se promulgan verdades y se ejercen poderes.



Se habla de cuarentena administrada o diferenciada lo cual implica un control de las esencias. No se habla de libertad administrada lo cual no sería una no-cuarentena, sino la puesta en debate de nuestras libertades encuarentenadas, ¿porqué no se habla? ¿Porqué?¿Por temor, protección y desconfianza de las esencias? ¿Será que el Estado y las empresas ya venían ejerciendo otras formas de cuarentena, promoviendo mantener las desigualdades que hoy se vislumbran claramente?

¿Qué es lo esencial para mí o para el otro? ¿Quién dictamina la dictadura o la libertad de las esencias individuales y colectivas? ¿Hasta dónde llega lo permanente y lo invariable de lo que se considera esencial? ¿Esencial para morir o enfermar a la esencia de cada uno? ¿Cómo se evalúa o se pone en cuestión el cambio de laS esencias? ¿Hay un esencialismo de la subsistencia?



Una fuerza de pensamiento que parece haber cuestionado al esencialismo es el existencialismo, este critica al esencialismo, ya que la esencia al preceder la existencia, lo que tiene por resultado es anular la libertad del individuo, y reducirlo al producto de determinismos que lo definen y que no puede extraer.

El esencialismo tiende a reactualizar un debate que opone la naturaleza y la cultura. Este esencialismo se posiciona desde el conservadurismo ideológico, promoviendo el segregacionismo que, basándose en la falacia naturalista (si es natural, es bueno), se apoya en diferencias presuntas de “naturaleza” entre los seres humanos, divide la sociedad en entidades distintas, a menudo jerarquizadas entre ellas, y les atribuye características, aptitudes, un papel social o unos estatutos específicos.

Volvemos a la pregunta ¿Vivimos en un esencialismo de la subsistencia?
Si bien el esencialismo promueve estructurar las prioridades desde el conservadurismo pero con la desventaja de provocar desigualdad social y ser segregacionista; la vida, más allá de cualquier esencialismo, para poder subsistir precisa de cambios que modifiquen esas prioridades y modos de funcionamiento personal y colectiva desde la política científica, desde los afectos generados por el arte y las singularidades sensibles, y desde la creación de conceptos provenientes de la Filosofía, la Pedagogía, la Sociología y la Psicología entre otras…



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