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LIBRE DE ETIQUETAS: MODA UNISEX

Cuando era chica usaba  buzos de mis hermanos con jeans, me gustaba la amplitud y la comodidad que me daba ese tipo de prendas masculinas (?), mi mamá me sugería que use perlitas o argollitas porque tenía que mantener la coquetería ante la “falta de femeneidad” que tenía en la elección de mi vestimenta. Esa frase y la expresión de su rostro cada vez que me veía vestida así giró en mi cabeza durante casi dos décadas, incluso sigo cuestionándome hoy en día sobre el tema, me hace sentir en una encrucijada  y con más razón aún, en estos tiempos de revolución feminista e igualdad de género, donde la coquetería estética ya no es meramente una cuestión de la mujer y la imagen femenina ya no es, o intenta no ser, un estereotipo clásico impuesto.

La imagen femenina vs. La imagen masculina

Quien rompió ese estereotipo clásico femenino de la moda fue Coco Chanel en la década de los ’20 cuando, entre tantos vestidos y minifaldas planteó el uso de pantalones acompañando con una remera básica acercándose a una forma más masculina para la época, que sobre todas las cosas ofrecía comodidad.

Christian Dior, luego de la segunda guerra mundial estableció el New Look, más allá de eso se empezó a ver un movimiento cultural muy marcado en las décadas de los ’60 y ’70 cuando Los Beatles inspiraron a otros hombres a salir del corte de pelo tradicional y usar flequillo o en el  caso de los Rolling Stones el uso del pelo largo. Así fue como de a poco se fueron diluyendo las tendencias de la moda entre hombres y mujeres, ellas empezaron a usar blazers más sueltos, sin marcar curvas, ambos géneros usaban pantalones patas de elefantes, botas con taco y los hombres usaban camisas entalladas y con colores fuertes. 

https://www.youtube.com/watch?time_continue=10&v=Rl-NAEKk6UM

En la década del ’80 se puede tomar como los primeros vestigios de lo que hoy llamamos la ropa unisex, que una misma prenda no tenga definido para qué género está destinado, camperas y jeans holgados y en ambos casos colores fuertes para todos, fucsias, turquesas, amarillos.

En la década de los’90 se siguió viendo esta moda unisex pero se empezó a ver un estereotipo más sexual  en la mujer, muy marcado llegando al siglo XXI en donde a través de publicidades gráficas y medios como la TV nos mostraron la imagen de la mujer con curvas exuberantes y al mismo tiempo se escondían los grandes problemas alimenticios en la sociedad a causa del consumo visual de lo que ofrecían los medios, un estereotipo de personas irreales que solo encajaban en la caja boba.

Aquí está el origen del gran problema de los talles corridos que simula y aparenta un talle menor al real generando una distorsión en los talles que no es más que una mera representación de nuestras medidas reales, o el famoso talle único que sólo le queda a un talle M.

https://www.youtube.com/watch?v=FBd0lLDierM

A partir de este tipo de “reglas antinaturales “ en la imagen, extremistas, creció una ola más de feminismo y de revolución en donde hoy podemos ver en los desfiles de las grandes marcas a nivel mundial y en Argentina también, una moda sin género representando este abanico de formas en las personas sin un estereotipo común y globalizado ofreciendo una forma más libre de vestir.

Las marcas latinoamericanas que vienen trabajando hace ya un tiempo con este lema son: Pangea (Brasil), Colectivo Santamadre (Argentina), Kostume (Argentina) y Beira (Brasil). Particularmente una de  las marcas que satisfacen más este concepto es la marca cordobesa HUMANO (Diseñadora: Mara Coleoni) que tiene ya su trayectoria exitosa, además de estar acompañada con un lema eco-frienfly, es una moda pura sin género, andrógena,  tiene variedad en talles y variedad en tejidos hecho todo de forma sustentable.

Son prendas que las pueden usar tanto hombres como mujeres e incluso las personas que no se sienten reflejadas en un género en particular.  Pero más allá de la ropa unisex podemos pensar en que hoy todo debería ser más libre, las tendencias, las tablas de talles, la diversidad en los géneros, sin levantar  banderas “autoetiquetándonos”, un proceso que sentimos que nos llevaría décadas, pero lo que fue Marxista y futurista hoy se ve en la calle, es un proceso humano que se verá reflejado en la ropa y ese día sólo tendremos la etiqueta del talle (puramente desmitificado), la de la marca y la del precio.

Y el nivel de coquetería, de delicadeza lo llevará cada uno, con las formas en las que se sienta libre. ¿Seremos capaces de logarlo?

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