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LA HUELLA MUSICAL: CONVERSANDO CON DIEGO ARDENGHI

Escribe Micaela Romina Martinez

Conversar con Diego siempre resulta interesante: un artista con calidez y una energía musical altísima. En ésta entrevista recorrimos sus intereses musicales desde los inicios y cómo impactaron en su sonoridad actual. La experimentación con diversos instrumentos logra que el artista se sumerja en la realización de dos discos que tienen sello propio, podés conocer el proceso de grabación relatado por él mismo.
Diego Ardenghi es un artista independiente que ya tiene dos discos de estudio en su carrera e innumerables presentaciones en vivo. Nacido en Villa Regina, actualmente, reside en Buenos Aires y desde allí nos cuenta cómo vive la música, cómo compone y el mensaje conceptual que quiere transmitir. Acompañanos a conocer la huella musical del artista…

-MICA: Si tuvieras que mencionar los estilos musicales que transitaste durante tu vida ¿Cuáles serían?
-DIEGO: Esos estilos estarían mayormente regidos por la música popular. En mi casa, por suerte, se escuchaba de todo. Desde Vivaldi hasta Iron Maiden, desde Elton John a los Beatles, pasando por José Larralde o Facundo Cabral. Entonces, eso nos daba la pauta de que no había ni feo ni lindo, ni bueno ni malo. Siempre era una sorpresa saber qué disco venía atrás de otro.

-MICA: ¿Cómo se relacionan esos estilos con tu material actual?
-DIEGO:
Ese es realmente un misterio del que nunca quiero saber la respuesta. La música funciona de maneras muy misteriosas. Todo el trayecto que fui recorriendo hasta que llegaran mis primeras canciones, fue realmente de un tiempo de maceración, paciencia y registro personal que sin duda se basó en esa música que escuché durante toda mi vida. Tuve la suerte de vivir mi infancia y mi temprana adolescencia en el final de los 80’s y principios de los 90’s, época en la historia donde se escuchaba mucha música por la radio y también por la televisión. No era poco frecuente toparse con videos de Pink Floyd o Soda Stereo, o de bandas que ahora son calificadas como clásicas. Entonces, ese misterio que hilvana todo es, en síntesis, a lo que me refiero cuando digo esta frase que varias veces he mencionado: hacer música es dibujar con los ojos cerrados. A la hora de hacer canciones, no me pongo a pensar en el resultado, sí me pongo a pensar en canalizar lo que siento de la manera más transparente y sin obstáculos posible.

-MICA: ¿Cómo caracterizarías la impronta de tu música? ¿Qué objetivos te ponés como artista?
-DIEGO:
Ésta es una pregunta cuya respuesta siempre me gusta delegar, me gusta observar al otro, ver qué es lo que al otro le provoca mi música. Desde lo personal, lo vivo muy intensamente y vuelvo a esta idea de dibujar con los ojos cerrados…hago música con la menor carga de prejuicio que puedo y esto me libra de muchas ataduras. Genera que lo haga como el niño que tengo adentro que se divierte tocando la guitarra, que se emociona cada vez que escucha un acorde o una cadencia nueva y eso me gusta mucho, me emociona y mantiene siempre en un grado de vibración altísimo. Con respecto a los objetivos puntualmente -que es una palabra que dejó de ser un tabú para transformarse en algo cotidiano y natural- la verdad es que no me los pongo. Lo veo como algo muy difícil porque en los tiempos que corren, con el exitismo que está a la orden del día, creo que sería bastante fácil ponerme como objetivo tener cierta cantidad de seguidores –por ejemplo- o llegar a tocar en tal lugar. Tengo ganas de seguir adelante, veo esto como un camino larguísimo y como postas muy chiquitas que voy disfrutando a cada paso, pero la realidad es que no me pongo un objetivo concreto porque muchas veces los objetivos concretos arrastran grandes frustraciones. Trato de vivir, como te decía antes, de la manera más desprejuiciada posible y tratando de disfrutar cada cosa paso a paso.

-MICA: Te escuchamos cantar y tocar la guitarra, ¿Qué otros instrumentos tocaste en tu carrera? ¿Los incluís en tus grabaciones para tu material propio?
-DIEGO:
Toco la batería desde los 13 años. A partir de ahí se puede decir que fui investigando más seriamente otros instrumentos. El primer instrumento que hubo en casa fue una guitarra criolla, que era originalmente de mi tía Lili. En la casa de mi abuelo había un piano y un bombo legüero. Creo que esos fueron los primeros instrumentos que tuve la suerte de tocar. Después, apareció la guitarra y gracias a muchos amigos músicos con los que compartí escenario y ensayo, fui investigando y teniendo la suerte de tener algunos instrumentos en casa. Muchas veces en la casa de los bateristas van quedando los instrumentos transitoriamente. Entonces por ahí antes de ir a dormir, siempre agarraba el instrumento que quedara en casa como para poder investigarlo, conocerlo…así fueron quedando bajos eléctricos, guitarras eléctricas, algún que otro piano o teclado. Siempre digo que la posición del baterista es la posición de alguien que escucha música, alguien que tiene que permitirse jugar. La betería en sí es un instrumento muy primitivo, que tiene que ver más con el pulso, ruido y golpe. Lo lindo es escuchar a los otros músicos que tienen cosas más armónicas para tocar. Hay un montón de instrumentos que fueron apareciendo en mi vida, fundamentalmente: el bajo eléctrico, la guitarra acústica y el teclado. Todo eso es incluido en la música que hago.

‘Faro del Mundo’ (2016)

Fotografía tapa | Marina Ardenghi
Arte & diseño original | Daniela Peri

-MICA: Teniendo en cuenta que es tu primer material ¿Qué recordás del proceso de composición de éste álbum?
-DIEGO:
Faro del Mundo funciona en mi vida tanto como un lugar de llegada, como un punto de partida. Porque todo el proceso de composición fue toda mi vida, toda mi experiencia previa, todos los años llenos de música, de escuchar y acompañar, compartir y ensayar, viajar y tocar. Entonces, toda esa experiencia creo que fue volcada en lo que fue, finalmente, mi primer disco publicado en 2016. El proceso de composición fue un estado de tranquilidad y de autoregistro más que un trabajo concreto sobre canciones, sobre las cuáles yo tenía un método determinado para trabajar. Creo que fue algo mucho más intenso, extenso y silencioso, que fue decantando y por cosas de la vida me encontró frente a las ganas y la posibilidad de grabar un disco a mi manera. Hecho total y completamente de manera solista…todos los instrumentos que suenan en ese disco están grabados por mí. Desde la batería al bajo, las guitarras, los teclados, las voces y los coros, los efectos y las programaciones.

-MICA: ¿Tuviste un equipo para coordinar el armado del álbum?
-DIEGO:
El equipo que me acompañó para llevarlo adelante fue Jonathan Acosta desde los controles, en la técnica la grabación y la mezcla…y el gran Facundo Rodríguez en el mastering y la supervisión general de todo el proceso. Hacer un disco llevado adelante por una sola persona que graba solo es bastante complejo, entonces fue supervisado por ellos dos.

-MICA: ¿En qué lugares tuviste la oportunidad de presentarlo?
-DIEGO:
Tuve la suerte de presentar Faro del Mundo tanto en Argentina como en el exterior. Hice un viaje a Europa allá por 2017, que incluyó algunos conciertos en Barcelona y en Madrid. Después tuve la suerte de viajar a Uruguay para poder presentarlo también. Acá en el país toqué en Puerto Madryn, Bahía Blanca, Mar del Plata, Capital Federal, en muchos lugares de provincia de Buenos Aires y, por supuesto, en mi ciudad natal donde los conciertos fueron muy emocionantes.

Backstage de ‘Faro del Mundo’

-MICA: ¿Qué anécdota o recuerdo podés contar de las presentaciones en vivo en tu ciudad de origen?
-DIEGO:
Hay dos recuerdos muy fuertes y especiales. El primero de ellos tiene que ver con la emoción y el hecho de sentirme absolutamente sobrepasado por llenar el lugar en el que estaba presentando el disco. Fue hace mucho tiempo, a fines del 2016 en La Ronda del Árbol. La capacidad del lugar estaba absolutamente colmada, se llenó de gente y fue muy especial. Compartimos ese concierto con Lena Díaz Pérez, que había publicado su primer libro hacía poco tiempo. Entonces lo que hicimos fue intercalar canciones de Faro del Mundo con fragmentos de su libro, fue una noche muy muy especial y hubo muchísima gente. Todos nos las ingeniamos para estar ahí adentro del lugar pudiendo disfrutar del concierto. El segundo recuerdo también es muy especial, fue cuando el municipio reconoció mi trabajo como artista. Esto ocurrió en el Galpón de las Artes, cuando di un concierto ahí con la banda completa. Me acompañaron mis músicos de la banda estable que tengo en Buenos Aires y pudimos hacer una gira hasta allá. Vino muchísima gente y la municipalidad me otorgó algo así como un agradecimiento, un galardón, citando mi música como de interés municipal y cultural… me emociona hasta el día de hoy.

‘Supervivencia’ (2020)

Cuadro tapa | “latido” ~ Mabel Lemonnier
Fotografía cuadro tapa | Marina Ardenghi
Arte & diseño original | Flor Ardenghi

-MICA: ¿Cómo fue el proceso de componer y luego intentar cerrar el álbum en el contexto social y mundial que vivimos?

-MICA: De alguna manera ¿consideras que el mensaje conceptual que pensás en un inicio se va transformando hasta que el álbum se publica?
-DIEGO:
Tengo la inmensa suerte de haber grabado dos discos de los que estoy plenamente orgulloso, cuyos mensajes conceptuales van tomando muchísima fuerza con el correr del tiempo. Con Faro del Mundo, como decía antes, me pasa que el disco funciona tanto como un lugar de llegada, como un punto de partida. Volver a tocar esas canciones en cualquier momento, siempre me genera muchísima emoción. Es muy cautivante a la hora de recorrer esa historia, ese mensaje, que es bastante más etéreo y menos concreto que el segundo disco. Con Supervivencia me pasa que tanto el mensaje como la intención al cantar, ha tomado una fuerza realmente mucho más marcada que la anterior. El mensaje conceptual, teñido con toda esta idea de pandemia y de cuarentena, no hizo más que fortificar la idea de salvataje que me propone la música en cada una de sus facetas a la hora de hacer lo que quiero a nivel artístico. Ser exigente conmigo mismo, ser consecuente con lo que siento y con lo que pienso y poder estar conforme con todo ese trabajo. Así que sí, creo que los mensajes conceptuales de ambos discos fueron agarrando mucho vuelo -por lo menos esa es mi opinión personal- y estoy muy orgulloso de eso.

“Una vuelta más”

-MICA: ¿Qué otros músicos te apoyaron y acompañaron en el proceso de ‘Supervivencia’?
-DIEGO:
Los dos discos que componen mi carrera como solista fueron grabados en el mismo lugar y prácticamente por las mismas personas. Es decir, fueron llevados adelante desde la parte técnica por Jonathan Acosta, en el mastering estuvo Facundo Rodríguez como siempre, dueño del estudio donde grabamos. Estuvo también participando Matías Martegani a cargo de las guitarras, Santi Sánchez Comes encargado de las baterías y Nacho Gómez Migliano encargándose de la edición del álbum. En el primer disco no conté con invitados, pero en Supervivencia sí tuve la inmensa dicha de participar e incluir músicos maravillosos. La primera de ellas es Barbie Becker con voces y coros en “Distancias” y “Diferencias”, participó mi gran amigo Fede Sassali con su violonchelo haciendo su aporte en “Usted está aquí” y, por último, la participación estelar de Gonzalo Basso con el violín en “Una vuelta más”.

Podés encontrar a Diego Ardenghi en las siguientes plataformas digitales, conocerlo y escucharlo:
INSTAGRAM: @diegardenghi @farodelmundo
FACEBOOK: Diego Ardenghi / Diego Ardenghi & Faro del Mundo
YOUTUBE: https://www.youtube.com/user/Ardiegus
BANDCAMP: https://diegoardenghi.bandcamp.com/
SPOTYFY: https://open.spotify.com/artist/0zb4q5o3YT15Zvg1Yt47d

Micaela Romina Martinez

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