HIJOS DEL PACO
Termino de almorzar.
El mozo me abre la puerta, salgo del restaurante y, a él lo veo sentado, duro como una estatua. El mozo me mira: “es un adicto al paco”. Miro sus cortes, sus lastimaduras, su herida, su caja de cartón roñosa con un pedazo de pan. Miro su remera, su musculosa, es pleno invierno y el no siente nada, como un objeto no siente nada. Tomo la foto y me voy a googlear “Paco”.
El paco genera adicción desde la primera vez que se consume. El paco es pasta de cocaína: el hermano pobre del Crack. Según el Sedronar (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina) ya hay chicos que se inician en esta adicción desde los 9 años. Las últimas estadísticas del 2017 indican que en Argentina, cada día se consumen cuatrocientas mil dosis. El paco asesina a unos 200 chicos por mes. Unos 2400 pibes al año.
Hijos del paco.
Huérfanos de estado.
FOTO
Un adicto al paco tirado, en pleno invierno descansando o asoleándose en una vereda de la ciudad de Buenos Aires. 2022, Argentina.