REGINA VIOLENTA

Homicidios, abusos, femicidios , mecheras, motochorros, pungas a punta de cuchillo, robos, accidentes viales a la orden del día, narcos; conceptos que se instalan en la sociedad ante una justicia nefasta que indefectiblemente no desentona ni con sus leyes, ni con quienes las ejecutan. Y para coronar toda esta parafernalia realista y triste la ignorancia latente sobre las leyes que rigen nuestra sociedad, propias de un mundillo que justamente eso es lo que demanda, ignaros. Un combo que nos desangra día a día.

El estado de violencia prima. La violencia social es un estado emocional y corpóreo en nuestra comunidad, un tatoo difícil de borrar. Porque no sólo es una cuestión interna, personal; si no que también es una coacción externa instalada y apropiada.

Sin dudas que los medios, locales y nacionales, traccionan de diferentes formas en torno a esta problemática, inciden y coaccionan en muchas variables de relación con la inseguridad. Generan odio, separatismo, juzgamiento, miedo, avivan giles, sesgan, hacen sus negocios, etc. La inseguridad como tantos otros males, en nuestro país garpa y, además, corta transversalmente todos los estratos sociales y todo el territorio nacional. Nadie queda exento. 

Villa Regina, como cualquier otra ciudad, no escapa del común denominador de inseguridad a nivel nacional, cosechamos lo que sembraron otros, pero nosotros regamos a diario.

Mano dura, perpetua, reinserción social, pena de muerte, entra y sale por la puerta giratoria, el fiscal no labura, el juez es amigo del dealer, la policía libera la zona… Se repite acá y en cualquier extremo del país como latiguillos vacíos.

No existe el juicio de valor sobre el libre pensamiento de cada persona, que piensa y construye una idea dentro de un contexto propio, distinto al de los demás aunque puede también, que parecido al de muchos otros.

La respuesta a todo mal siempre es la Educación, todo lo demás es transitorio, son paliativos que no erradican. Pero ¿a quién le reditúa este sacrilegio educativo? A ninguno que no quiera cambiar, a ninguno que se encuentre cómodo en esta espiral de violencia.

Este proceso de largo trecho, que no da votos y menos aún guita, sí libera a ese sector del país que se hace tangible en la voz de sus ciudadanos que no se conforman con la situación actual. A esos que no se conforman con lo que hay, a los que no se dejan vapulear, a los que no duermen entregados a la buena de un dios que hoy puede ser cualquier gil que elija disfrazarse de Moiras decidiendo sobre el destino ajeno. 

La apuesta es la educación porque sin ella el camino por el que transitamos hoy, seguirá siendo lineal y sin bifurcación alguna que  en el horizonte nos vislumbre una realidad, apacible y pacificadora.

Imagen de portada: elpais.com
Intervención de portada: Germán Busin

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