Este fin de semana se desarrollaron los cierres anuales de diferentes talleres de la Escuela Municipal de Arte en emotivas presentaciones.
La Banda Municipal, el Ballet Folclórico Municipal, el Coro Municipal, el taller de Tango y el de Bellydance ofrecieron un espectáculo emocionante e inolvidable en el SUM del colegio María Auxiliadora.
Por otro lado, el domingo tuvo lugar la muestra anual de canto y guitarra en el minianfiteatro del Militante.
También se pudo disfrutar de la presentación del ensamble Perla del Valle junto al Ensamble de Saxos Cañas Patagónicas en el Galpón de las Artes.
En un hecho histórico para el parlamento argentino, el Senado rechazó los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, los jueces que Javier Milei nombró en comisión en la Corte Suprema.
La votación se resolvió con una mayoría aplastante en ambos casos. A Lijo lo rechazaron 44 senadores y a García Mansilla 51. Ambos necesitaban dos tercios del Senado, es decir, 48 votos a favor sobre 72.
La derrota inédita que sufrió la Rosada se reflejó en el tono de pataleo del comunicado que publicó la Oficina de Prensa de Presidencia dos minutos después de la votación.
“Por primera vez en la historia, el Senado de la Nación ha rechazado pliegos propuestos por un Presidente, por motivos meramente políticos y no por cuestiones de idoneidad, lo que evidencia una vez más que la Cámara Alta es el refugio de la casta política en el Congreso de la Nación. Convertido en una máquina de impedir, el Senado no actúa en favor del pueblo, sino que tiene como único fin obstruir el futuro de la Nación Argentina”, dice el comunicado.
El cachetazo fue rotundo. Ningún macrista apoyó a Lijo y ningún peronista votó a García Mansilla.
Entre los 27 senadores que respaldaron a Lijo, se anotaron solo cinco libertarios, porque Juan Carlos Pagotto se abstuvo, los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, los santacruceños José Carambia y Natalia Gadano, los radicales Eduardo Galaretto, Mercedes Valenzuela y Víctor Zimmermann, los aliados Beatriz Ávila, Lucila Crexell, Carlos Espínola, Juan Carlos Romero y Mónica Silva.
También se contaron allí 10 integrantes de la bancada de UP, en medio de una tensión entre el kirchnerismo y los gobernadores informada por LPO. A favor del juez federal, se pronunciaron el catamarqueño Guillermo Andrada, el sanjuanino Sergio Uñac, los tucumanos Juan Manzur y Sandra Mendoza, el riojano Fernando Rejal, los santiagueños José Neder, Gerardo Montenegro y Claudia Ledesema Abdala, la jujeña Carolina Moisés y la formoseña María Teresa González, instruida por Gildo Insfran para compensar el rechazo de José Mayans.
Alejandra Vigo, Camau Espínola y Moisés.
El pelotón de los 51 senadores que aplastó el pliego de García Mansilla se compuso con los 34 peronistas, 10 radicales, los macristas Alfredo De Angeli, Martín Goerling, María Victoria Huala y Guadalupe Tagliaferri, los aliados Mónica Silva y Alejandra Vigo y el formoseño Francisco Paoltroni.
La paliza que sufrió el oficialismo fue resultado de un año de negociaciones fallidas, encabezadas por Santiago Caputo, tal como reveló sucesivamente LPO. El corolario, condimentado con la desesperación de un fracaso inexorable en un momento de fragilidad para el gobierno, incluyó también manotazos tácticos como la amenaza de tratar Ficha Limpia, una jugada que fue impugnada en medio de la confusión hasta por el PRO, y la suspensión de la sesión por decreto, la maniobra que terminó hundiendo Victoria Villarruel.
Ahogados esos últimos reflejos libertarios, los senadores se sumieron en un debate que terminó poniendo sobre la mesa el conflicto interpoderes de la designación por decreto y la falta de consenso en el Senado. “Hoy lo que estamos discutiendo es la constitucionalidad del decreto del presidente Milei; ya no estamos discutiendo las cualidades de dos pliegos”, dijo Anabel Fernández Sagasti, y aseveró: “Estamos resolviendo un conflicto institucional grave que ha depositado el Poder Ejecutivo, lo que estamos discutiendo es un asalto del Poder Ejecutivo a los otros dos poderes”.
Si se convalida este mecanismo, ya no vamos a tener más jueces, lo que vamos a tener es vacantes cubiertas por empleados del Poder Ejecutivo.
Martín Lousteau, por su parte, se manifestó “en contra del mecanismo, del decreto y de nombrar los jueces en comisión”. “Si se convalida este mecanismo, ya no vamos a tener más jueces, lo que vamos a tener es vacantes cubiertas por empleados del Poder Ejecutivo”, advirtió.
Al inicio del debate, Álvarez Rivero reprochó a sus colegas del PRO por dar quórum. “Me pregunto para qué algunos del Pro les dieron el quórum. No lo entiendo. Jamás voy a ser funcional al kirchnerismo”, sostuvo.
Para ese momento, oficialistas y aliados reconocían que se vendría un alud de votos en contra de los jueces de Milei. “Esta sesión especial tiene un solo objetivo: desgastar el Gobierno del presidente Milei”, concluyó la senadora cordobesa.
El secretario del Tesoro de Trump, Scott Bessent, visitó la Casa Rosada para marcarle el rumbo económico al presidente argentino. No hubo ayuda financiera, pero sí exigencias geopolíticas claras: romper con China, profundizar el ajuste y alinearse incondicionalmente con los intereses de Washington.
Mientras el gobierno argentino celebraba como “histórica” la visita de un alto funcionario republicano, la realidad se impuso: Estados Unidos le negó el financiamiento que Milei desesperadamente busca y le ordenó desarmar el acuerdo de monedas con China. La humillación no fue solo diplomática, fue también económica y estratégica. Argentina queda atrapada entre el ajuste brutal y la obediencia internacional.
El 12% devaluación del peso argentino no fue, como quiso venderlo el gobierno de Javier Milei, una medida estratégica dentro de un plan maestro para estabilizar la economía. Fue, más bien, la ofrenda ritual con la que la administración libertaria intentó congraciarse con un visitante clave: Scott Bessent, secretario del Tesoro de Donald Trump y una de las voces más influyentes del poder financiero estadounidense. La escena, sin embargo, no terminó como esperaba el gobierno argentino. Lejos de los anuncios de respaldo, crédito o salvación que se habían filtrado en la previa, la comitiva norteamericana dejó en claro su única intención: marcar la línea de obediencia geopolítica que Milei debe seguir si quiere seguir siendo el “socio preferencial” de Washington en Sudamérica.
La decepción fue tan visible como el silencio posterior. En los pasillos de la Casa Rosada, el discurso triunfalista que antecedió la reunión mutó en una extraña combinación de sumisión y resignación. Porque lo que se presentó como una cumbre bilateral histórica terminó siendo una reprimenda encubierta, un recordatorio de cuál es el lugar que Argentina ocupa en el tablero global si decide renunciar a toda política de soberanía: el del peón sin autonomía que ejecuta sin cuestionar.
Bessent fue claro. No habrá línea de crédito para Argentina. No habrá dólares estadounidenses inyectados por Washington para facilitar la transición económica de Milei. No habrá ni siquiera gestos simbólicos de respaldo financiero. En cambio, hubo una única exigencia, reiterada con la precisión de un ultimátum: desarmar el swap con China.
Ese acuerdo de monedas con el país asiático, que permite a la Argentina utilizar yuanes para operaciones internacionales sin agotar reservas de dólares, es visto por Estados Unidos como una amenaza directa a su control sobre el sistema financiero global. No importa que el swap haya sido, hasta ahora, una de las pocas herramientas que evitó el colapso total de las reservas del Banco Central argentino. Lo que importa es que representa un vínculo con un actor que desafía la hegemonía de Washington.
La frase de Bessent no dejó lugar a interpretaciones: “A medida que esta administración mantenga su política económica inflexible, deberían eventualmente tener suficientes entradas de divisas para poder pagarlo”. Traducido del lenguaje diplomático: ajusten más, recorten más, privaticen más. Y mientras tanto, rompan con China.
Esta postura no es nueva. Semanas antes, Mauricio Claver-Carone —ex presidente del BID y uno de los halcones más duros de la política exterior trumpista— ya había advertido sobre el mismo punto. El pedido de Bessent no es una sugerencia; es una orden directa del corazón del poder republicano, y sugiere que la presencia del funcionario en la Casa Rosada no respondía a un interés por la recuperación económica de Argentina, sino al objetivo geopolítico de frenar el avance chino en América Latina.
El argumento, repetido hasta el cansancio, es que los acuerdos con China han sido “rapaces”, “secretos” y “extractivistas”, en referencia a las experiencias africanas donde empresas chinas se aseguraron derechos sobre recursos naturales a cambio de préstamos opacos. Pero lo que no dice Bessent es que las condiciones del FMI, controlado de facto por Estados Unidos, han tenido consecuencias igualmente destructivas para las economías del sur global, incluida la Argentina, con ciclos interminables de endeudamiento, ajuste y recesión.
La jugada norteamericana busca entonces una limpieza total del tablero. El objetivo es que Milei no solo alinee su discurso con el trumpismo, sino que rompa todos los lazos estratégicos con el gigante asiático. No se trata simplemente de un tema financiero: es una exigencia de alineamiento ideológico, económico y diplomático con el bloque occidental. Argentina debe elegir un amo, y Washington ya decidió cuál debe ser.
Lo alarmante es que el presidente Milei no solo parece dispuesto a cumplir esa orden, sino que lo hace con entusiasmo dogmático. En lugar de negociar, resigna. En lugar de defender la soberanía económica, entrega. En lugar de priorizar la necesidad concreta de divisas para evitar una crisis cambiaria, opta por sacrificar instrumentos como el swap chino solo para congraciarse con el poder imperial.
El comunicado oficial del Tesoro norteamericano fue una muestra de cinismo diplomático: “Confiamos plenamente en el liderazgo del presidente Milei para mantener el impulso económico positivo que atraviesa la Argentina”. ¿Impulso positivo? El país se encuentra sumido en una recesión brutal, con caída del consumo, aumento de la pobreza y desplome de la industria. Pero lo que importa para Washington no es el bienestar de los argentinos, sino la certeza de que sus intereses estratégicos serán defendidos con fervor.
Lo que queda en evidencia es que el experimento Milei no es otra cosa que una herramienta al servicio de una agenda extranjera. Su programa económico, presentado como la única salida viable al “fracaso del estatismo”, se revela cada vez más como una imposición externa, ajena a las necesidades del pueblo argentino. El ajuste no es una decisión soberana, es una exigencia del Tesoro estadounidense. El enfrentamiento con China no es un acto de convicción, sino un mandato recibido. La política exterior no responde a los intereses de la región, sino al juego electoral de un Trump que busca volver a la Casa Blanca y necesita demostrar que América Latina sigue siendo su patio trasero.
El problema no es solo el rumbo, sino la actitud. Porque incluso aquellos gobiernos que históricamente mantuvieron relaciones carnales con Estados Unidos, como el menemismo, supieron obtener algo a cambio. Con Milei, ni eso. No hay créditos, no hay inversiones, no hay concesiones. Solo hay órdenes. Y obediencia.
Así, mientras la sociedad argentina atraviesa una de las peores crisis sociales y económicas de su historia reciente, el gobierno festeja reuniones vacías, sin resultados concretos, como si el solo hecho de ser recibido por funcionarios de Trump justificara el hambre, la exclusión y el desmantelamiento del Estado.
La historia reciente está plagada de ejemplos donde la entrega total no solo no resolvió los problemas estructurales del país, sino que los agravó. La diferencia es que, esta vez, el sometimiento no viene disfrazado de pragmatismo, sino de fundamentalismo libertario. Y eso lo vuelve aún más peligroso.
Porque cuando un gobierno renuncia a la diplomacia, a la estrategia y a la negociación, y reemplaza todo eso por fanatismo ideológico, lo único que garantiza es que el ajuste no tendrá fin, que la deuda no se resolverá, y que la soberanía será una palabra vacía en un país sin voz propia en el concierto internacional.
La Municipalidad de Villa Regina adhiere a la Resolución N° 4463 del Ministerio de Salud de Río Negro y establece nuevas medidas sanitarias hasta el 25 de junio. El detalle: CIRCULACIÓN La restricción a Ia circulación de las personas seguirá siendo entre las 20 y las 6 del día siguiente. Quedan exceptuadas de Ia medida:…
El agua entra por todas las ventanillas al programa económico de Millei y Caputo. A la corrida hacia el dólar que drenan las reservas, ahora se sumó el drama de la deuda en pesos que los bancos no parecen interesados en renovar y obligan al tesoro a ofrecer tasas siderales y dispara la emisión monetaria.
“Nadie quiere los bonos y letras del Gobierno, sus precios se desploman y se disparan las tasas. Se vuelven impagables”, explicó a LPO un operador financiero y subrayó “hoy la mala noticia es la curva en pesos”. La aversión del mercado a los bonos del gobierno quedó en evidencia en la última licitación, cuando el ministro Caputo obligó al banco Nación a comprara casi todos los títulos, un verdadero Waterloo financiero.
Lo concreto es que las Lecaps a un plazo de tres meses cayeron hasta un 1% en la jornada de este martes. “¿Donde van los pesos?”, se preguntó este especialista.
Ante esta pregunta se asoma un segundo instrumento financiero, las Lefi. A diferencia de las Lecap, el gobierno las utiliza para absorber el exceso de liquidez circulante. Tiene un límite de emisión de $20 billones y paga una tasa del 29%.
Con el tope máximo de Lefis de $20 billones más la base monetaria actual que se ubica en la zona de los $38 billones, se superó holgadamente el límite de $47, 7 billones de la Base Monetaria Ampliada que se fijó el gobierno.
En un momento donde no se puede seguir esterilizando los pesos provenientes de la liquidaciones de las exportaciones porque tocaron el techo de Lefis, la realidad se lleva puesto a los postulados de Vladimir Werning.
“Se les fue para arriba el saldo de las cuentas corrientes de los bancos en el Central. En un momento donde no se puede seguir esterilizando los pesos provenientes de la liquidaciones de las exportaciones porque tocaron el techo de Lefis, la realidad se lleva puesto a los postulados de Vladimir Werning (vicepresidente del Banco Central) y de la Escuela Austríaca”, agregó un economista financiero consultado por LPO.
La relación entre el crecimiento de la Base Monetaria y la deuda del sector público, es que la primera refleja el desarme de posiciones en pesos por parte de los bancos.
“Fue una jornada febril para los bonos de la curva en pesos. Sell off masivo de los bancos”, sentenció una de las fuentes consultadas.
Bajo este enfoque sobrevuela el fantasma del reperfilamiento. Hay un antecedente cercano, cuando la pérdida de financiamiento llevó a Hernan Lacunza a anunciar el primer canje compulsivo de deuda en pesos de la historia bajo el gobierno de Mauricio Macri.
Fue una jornada febril para los bonos de la curva en pesos. Sell off masivo de los bancos.
No coincidió con ese ponóstico alarmista otro de los operadores financieros consultados .”No veo ninguna posibilidad de reperfilamiento. Se espera un aumento de la demanda de Base Monetaria como consecuencia de la reducción a la mitad de los porcentajes de deducción asociados al financiamiento MiPyME, lo que implicará un aumento de la exigencia de efectivo mínimo”, explicó en lenguaje técnico este banquero. La traducción es que el exceso de liquidez que tienen los bancos, va a ser demandado por el sector privado. El tema es que eso no impide que corran a dolarizarse.
“¿Los bancos venden bonos del Tesoro y le prestan a las Pymes? No me cierra. Lo que muestra el crecimiento de la base monetaria en este caso, es un desarme de ambas patas, Lefis y Lecap”, respondió el operador más pesimista.
En esta cancha inclinada cobra relevancia el próximo vencimiento de deuda en pesos. El lunes que viene se licitarán unos 6,5 billones, y se espera que este jueves la Secretaría de Finanzas difunda los instrumentos que pondrá a disposición del mercado.
El antecedente más cercano indica que el gobierno no la tiene fácil. En la última licitación Caputo le enchufó $3 billones de letras al Central y $5 billones al Banco Nación, que ya agotó su margen para la exposición en títulos del Tesoro Nacional.
A dos días de las elecciones para Diputados Nacionales nos tomamos el trabajo de recorrer algunas de las plataformas digitales que nos gustan y reunir una serie de datos relevantes que por ahí puede interesarle a mas de un ciudadanx.
La Dirección de Tránsito y Protección Civil de la Municipalidad de Villa Regina llevó adelante reparaciones y actualizaciones en semáforos y señalización vial en la ciudad. En este sentido, se procedió a cambiar el controlador semafórico en la Avenida Cipolletti, Pioneros y Juan XXIII que había sufrido una rotura producto de un acto vandálico. Además…
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