DE SIERRA GRANDE A ATUCHA SIN ESCALAS
Todo indica que la novela de la planta nuclear en Río Negro llegó a su final. La reunión que tuvo el presidente Mauricio Macri, durante sus vacaciones de verano en Villa La Angostura, con el gobernador Alberto Weretilneck terminó por hacerlo desistir de emplazar la planta en la provincia patagónica. El mandatario nacional esperaba mayor compromiso y reciprocidad sobre la idea del asentamiento nuclear por parte del gobernador rionegrino. Sin embargo, lejos de eso, el titubeo expresivo de Weretilneck sobre el tema demostró lo contrario. Hace unos días que desde la Rosada ubican el asentamiento en territorio bonaerense, en cercanías de las plantas de Atucha.
El movimiento personal desde un impulso ideológico propio o desde un estímulo exterior que genera el deseo individual de luchar por el bien de todos, y que repta de lo individual a lo social, en consonancia con la conciencia limpia que brota desde los movimientos ambientalistas y se transforma en acción real y directa lograron cambiar el rumbo de la ubicación territorial del proyecto, que bajaba con fuerza para instalarse en Río Negro, como un efecto cascada desde la Casa Rosada. La ciudadanía rionegrina le ganó la pulseada al gobierno nacional.
Actores ambientalistas, la comunidad provincial y la oposición política (por convicción o conveniencia) reaccionaron ante la insistencia del gobierno nacional de ir contra la ley de prohibición provincial promulgada en septiembre pasado. Los ambientalistas se movilizaron en momentos claves como el arribo de la Regata deportiva en la costanera de la capital y ante la llegada de la delegación china que vino a la provincia a explorar posibles asentamientos. La senadora Magdalena Odarda también calificó el hecho como una intromisión de la Nación a la autonomía provincial, con desconocimiento de la ley vigente en Río Negro. Inclusive el vice gobernador Pedro Pesatti había declarado que haría todo lo que haga falta para defender la ley.
Además de la falta de convicción con la que percibió Macri a Weretilneck y la protesta social contundente, otra variable negativa para Nación fue que el proyecto es de mínimo nueve años, entre elaboración y construcción. Por lo que necesita del consenso de todos los partidos, ya que trasciende a más de una gestión. Y si proyectamos el futuro político de la provincia, se vislumbra un claro cambio de color en el alto mando provincial con gran oposición al gobierno nacional.
Por estos motivos es que la mirada del presidente ya está decididamente puesta en la provincia de Buenos Aires. En este sentido, funcionarios de Energía y la Comisión Nacional de Energía Atómica se reunieron con la gobernadora María Eugenia Vidal para ratificar el asentamiento en Atucha-Lima (Zárate), a 100 kilómetros de Buenos Aires. Donde existen dos de las tres centrales argentinas. La cuarta y quinta, acordadas con China, finalmente se asentarán en el complejo de Atucha. La restante se encuentra en la provincia de Córdoba.