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CONVULSIONES DE UNA AMÉRICA LATINA QUE NO SE MUERDE LA LENGUA

Sólo viviendo absurdamente se podría romper alguna vez este absurdo infinito

Julio Cortázar

Como ciudadanos la información nos llega muchas veces: cortada, sesgada, manipulada, distorsionada, empaquetada, vencida, inveterada, saboteada, pero sobre todo complicada…, complicada como lo que sucede en Lationamérica.

A lo largo de la historia, esta información ha sido configurada en forma de conocimiento, y ese mismo conocimiento ha estado gobernado por lo que he dado a llamar el tridente de Neptuno, o sea: la jerarquización, la monopolización y la institucionalización.

Vamos a dar algunos ejemplos históricos al respecto para ayudarnos a pensar nuestra realidad latinoamericana.

La jerarquización del conocimiento, o sea el poder reinante instrumentado de lo que se debía aprender hace más de 2000 años en Grecia, estuvo comandado por la aristocracia pasando por diferentes períodos de consolidación, a pesar de que allí surgió el concepto de democracia.
Unos 500 años después de los griegos, los romanos conquistaron Europa y otras regiones, gracias a la institucionalización del conocimiento, se nutrieron culturalmente de los griegos y desarrollaron un ejército lo suficientemente fuerte como para arrasar y naturalizar la esclavitud.
En la Edad Media, la monopolización del conocimiento prosperó después de la caída del imperio romano, por medio de la religión cristiana que ya se había insinuado dentro del imperio. No por casualidad cuando hay un monopolio, hay oposición, pero en este caso generó la Inquisición, y los que se oponían al dogma religioso eran asesinados, sí, por la Iglesia, como ya vimos en el artículo ¿Quién es Dios?



Luego de este breve pantallazo histórico de más de 3000 años, vemos las consecuencias de la jerarquización, monopolización e institucionalización del conocimiento para sostener los poderes, los saberes, las jerarquías y las instituciones.

América Latina nació del conflicto, desde la confrontación por tener y ser mucho antes de las conquistas españolas o portuguesas.

Volvamos a la actualidad:


No podemos pretender abarcar la totalidad de este hemisferio sur, pero vemos que: un gobierno de tinte neoliberal derechista cae en Argentina y sube uno de corte socialista; vemos que en Chile gana uno de derecha pero al tiempo la gente dice basta; vemos también en Bolivia caer un gobierno de izquierda y uno indefinido con paso militar aproximándose; también hemos visto en Venezuela irse a millones de personas; y en Brasil vimos a un gobierno de derecha asumir y a un representante socialista ser liberado y pronto para dar batalla...

Ahora, detrás de esta parafernalia política y social latina de carácter contradictoria, antagónica, compleja y delirante en la que vivimos, lo que prima es la necesidad de la mayoría, y esta necesidad pasa más que nada por comer y sentir que las familias puedan vivir seguras y en paz


Esbozar un eje de comprensión de toda esta complejidad, pasa por una descripción que va a dejar por alto muchas cosas; sin embargo, cuando nos retrotraemos a la historia occidental, las repeticiones se perpetúan de diferentes formas, y, en ellas, este tridente de Neptuno nos ha hecho sentir cómo los gobiernos han persistido o sucumbido por los vaivenes de la monopolización, la institucionalización y la jerarquización; gobiernos que se sostuvieron y sostienen por poderes y saberes que han mostrado y ocultado lo que, verdaderamente se les ha dado la gana. Sin embargo, a pesar de toda esta convulsión ¡Lationamérica no se muerde la lengua! Y se manifiesta con toda su pasión para reclamar por sus derechos.


Pintura de portada: Judith y Holofernes, atribuido a Caravaggio

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