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CONTAGIOS Y QUIRÓFANOS DE VILLA REGINA

 En un contenido anterior explicamos la situación de los #TESTEOS en #Villa Regina, tanto en el #Hospital público como en la #ClínicaCentral. Como ustedes saben la preocupación en #VillaRegina está enfocada en los centros de salud ya que todos los casos (12) fueron de #profesionales, con el dato destacado que la mayoría trabaja en la zona de #quirófano.

Esto despertó cierto resquemor en la sociedad ya que el virus apareció en el lugar menos indicado, o bien, en el que mejor debería estar cuidado donde los protocolos de higiene deben ser precisos. Pero a su vez, es el lugar más peligroso, sencillo y lógico donde se puede contagiar un efector de la salud.  

Paso a detallar algunos de los motivos.

TÉCNICAS QUE EXPONEN

Al contagiarse el coronavirus por secreciones respiratorias y lágrimas, las personas más expuestas son las que trabajan en quirófano. En una intervención quirúrgica  los anestesiólogos, otorrinolaringolos, oftalmólogos, cirujanos torácicos, endoscopistas, odontólogos, técnicos y enfermeros que los asisten son algunos de los profesionales que están expuestos a estas secreciones y trabajan con ellas.

Cuando se realiza una anestesia general los momentos de mayor riesgo son al colocar un tubo en la vía aérea del paciente (intubación) para que respire a través de un respirador mecánico y al retirar el mismo (extubación) debido a que se produce un AEROSOL con las secreciones respiratorias que, en caso se contener conoravirus, queda suspendido en el ambiente y favorece su exposición.

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PARTICULARIDAD Y PARADOJA

La mayoría de los casos se presentaron de forma asintomática o con síntomas leves. Lo que es un alivio para el que lo padece pero también una gran predisposición al contagio. Tuvimos la fortuna que la primera paciente de covid19, anestesista ella, se hisopó por su cuenta y al dar positivo permitió que la Clínica tome la estrategia de flexibilizar los #testeos a los casos estrechos buscando contagios para contener la propagación inmediata.


Aunque suene paradójico los que más insistieron y apoyaron en las instituciones sobre los métodos de protección, entrenamiento y protocolos fueron los anestesiologos de nuestra localidad. Esta paradoja generó más conciencia y extremó los cuidados.

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QUIRÓFANO INACTIVO?

Los quirófanos NO pueden cerrarse. A todos los profesionales de la salud que consulté contestaron lo mismo, haciendo hincapié en los protocoles de higiene.

Sí puede pasar que quede un servicio o una institución sin la cantidad de personal suficiente para cumplir sus funciones y deba restringir o cerrar por ese motivo. Que  el virus circule en los centros de salud es otro daño colateral, la falta de recurso humano queda evidenciada ante esta problemática que no deja de ser un llamado de atención en cualquier ciudad.

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    Caputo vendió la operación como el «retorno al mercado de capitales», pero los operadores lo leen distinto. Para muchos, es una jugada para alimentar expectativas y abrir, en algún momento, la canilla del financiamiento externo. «A esta apuesta entran los jugadores locales; por eso se habla de un monto chico», agregó la fuente. Algunos estiman una emisión de apenas USD 1.000 millones. 

    El Gobierno vendió la épica del «regreso a los mercados internacionales», para que pareciera que Argentina volvía a jugar en la cancha grande. Hoy se cayó el decorado: no había mercado internacional, ni colocación global, ni bancos extranjeros. Afuera no prestan ni lo mínimo sin garantías pesadas. Piden colateral, más tasa y no aseguran el monto. ¿Qué hicieron entonces? Una nueva emisión de dólares adentro, como fueron los Bonte de mitad de año cuando consiguió USD 850 millones, donde los compradores son de la casa. 

    Sobre los compradores «de la casa», Hernán Letcher reveló otro mecanismo detrás del «éxito»: «De cara a la licitación del próximo miércoles se publicó una resolución que permite a las aseguradoras endeudarse en dólares a tasa baja (caución) para usar esos fondos en la licitación y mostrar una demanda inflada.» Una maniobra hecha a medida. Para las aseguradoras, un negocio redondo. 

    El analista Andy Spinelli completó el cuadro: «Para colmo, hay bonos como el AL29 que pagan renta en enero y cotizan al 11% de tasa nominal anual. ¿Tiene sentido colocar nuevos bonos bullet al 7/9% pudiendo comprar un AL29 con más rendimiento y pago semestral?» Todo encaja: la épica del retorno se sostiene sobre ingeniería interna, arbitrajes contables y el mismo circuito cerrado de financiamiento público. 

     

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    El enigma de Marat: el cuadro que esconde un crimen, un mito y un mensaje eterno

     

    A simple vista, «La muerte de Marat» parece apenas la escena congelada de un asesinato. Pero cuanto más se la observa, más se abre un pasadizo inquietante: dobleces, símbolos y silencios que Jacques-Louis David sembró como un rompecabezas para detectives del arte. Y en cada pista, una verdad más profunda sobre la Revolución Francesa… y sobre él mismo.

    Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

    El lienzo que respira suspenso

    Hay obras que miramos. Y hay obras que nos devuelven la mirada. En esa segunda categoría vive «La muerte de Marat» (1793), el cuadro más perturbador y célebre de Jacques-Louis David. Una pintura que —como recordaría Baudelarie al ver su helado dramatismo— parece contener un alma suspendida.

    El revolucionario Jean-Paul Marat, acuchillado en su bañera por Charlotte Corday, yace quieto, casi sereno. Un cuerpo enmarcado por un vacío monumental, donde parece no haber nada… pero donde ocurre todo.

    Porque detrás de esa calma engañosa, David escondió un sistema completo de duplicaciones: dos plumas, dos cartas, dos mujeres fantasma, dos firmas, dos fechas.
    Un mundo doble, como si cada objeto llevara su sombra acusadora.


    Las dos manos: entre la vida y la muerte

    La primera pista está donde menos lo esperamos: las manos.

    La derecha, la de escribir, cuelga inerte como la del Cristo de Caravaggio o la figura devastada de la Piedad de Miguel Ángel.
    La izquierda, rígida por la muerte, aprieta una carta teñida de sangre.

    Una sostiene una vida que se escapa.
    La otra se aferra al engaño que lo mató.

    Entre ambas, David instala un péndulo: Marat no está vivo ni muerto… está en tránsito.


    Las dos plumas: ¿el arma verdadera?

    David no coloca una pluma. Coloca dos.
    Una en la mano de Marat, aún húmeda de tinta.
    Otra, en la caja que funciona como escritorio improvisado.

    La segunda apunta directamente al pecho herido del periodista.
    David deja flotando otra pregunta:
    ¿Lo mató Corday o lo mataron sus palabras?
    En plena Revolución, la pluma podía cortar más hondo que un cuchillo.


    Las dos cartas: dos voces, dos fantasmas

    Las cartas abren el núcleo dramático del cuadro.

    En la que sostiene Marat, David reproduce la manipulación de Corday:
    “Basta con que yo sea muy infeliz para tener derecho a tu amabilidad.”

    Bajo esa misiva traicionera, la nota que el propio Marat escribía antes de morir: una promesa de ayuda a una mujer pobre, primera aparición del papel moneda revolucionario en la pintura occidental.

    Dos cartas, dos mujeres:
    Corday, la asesina.
    La viuda desamparada que Marat buscaba socorrer.

    Dos fuerzas femeninas en disputa, como en las antiguas alegorías del vicio y la virtud. Pero ahora, con la República como tablero.


    Dos firmas: el artista también se vuelve sospechoso

    Todo cuadro termina con una firma, pero David deja dos.

    Una es la de Corday, reconstruida por él mismo al copiar su carta.
    La otra es la suya, tallada como si fuera piedra:
    “A Marat, David.”

    No firma el cuadro.
    Firma la escena del crimen.

    Como Caravaggio, que escribió su nombre en la sangre de San Juan Bautista, David se inserta en el asesinato —no para confesarlo, sino para declararse heredero político de Marat.


    Dos fechas: el tiempo desgarrado

    Debajo de la firma aparece la última duplicación:
    Qué año es, ¿1793 o “el Año Dos” de la Revolución?

    David superpone ambos tiempos y borra parcialmente el calendario cristiano.
    El tiempo viejo se disuelve.
    El tiempo revolucionario empuja desde abajo.

    Como Botticelli en su «Natividad mística», David inscribe la hora de una revelación… pero aquí no hay ángeles ni apocalipsis: hay República.


    El gran truco: convertir un asesinato en mito

    La suma de duplicidades no confunde: construye.

    David transforma el baño humilde en un altar laico.
    El cuerpo enfermo, en un mártir.
    El crimen, en una liturgia revolucionaria.

    Y al mismo tiempo, se inmortaliza junto a él.
    Porque si Marat es el Cristo de la Revolución, David es su evangelista.


    El frío que queda en el aire

    Por eso “La muerte de Marat” sigue perturbando, más de dos siglos después.
    Porque no muestra solo a un hombre asesinado.
    Nos muestra cómo se fabrica un mito, cómo se manipula una escena, cómo un artista puede transformar un instante sangriento en un símbolo eterno.

    Baudelaire lo dijo con algo de espanto:
    “En el aire frío de esta habitación… un alma se cierne.”

    Y sigue ahí.
    Esperando que volvamos a mirar.

     

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