La quietud del mundo se hace notar. El ser humano ha tenido que guardarse mientras la naturaleza sigue expresándose, esta vez en la soledad de las calles.








La realidad mató a la ficción, en un mundo catastrófico de muerte y desolación, pero los animales, sí, cada uno de ellos salió a decir ¡acá estoy! Esto no es una fábula, ni una película o una novela de amor. Llegó un momento de resguardo para nosotros y de suma protección, y cuando pensamos que los animales ya eran apenas un bit de información, no, cada uno de ellos salió a decir ¡aquí estoy!




