PLAN CASTELLO: EL PARCHE
El gobierno provincial presenta al Plan Castello como una oportunidad histórica para las ciudades para poder contraer crédito sin interferencia de entidades financieras, con el objeto de realizar obras de infraestructura y permitir el acceso a maquinarias para el mantenimiento del ejido municipal. Sin embargo, la situación financiera nacional y la fluctuación del dólar significan un riesgo para las finanzas futuras de los municipios, que adhieren al plan pero no se endeudan. En limpio, provincia cede 11,2 millones de pesos no reintegrables, y otros 450 en carácter de préstamo que se asignarían según índices de coparticipación y serán optativos.
El concejo deliberante local en consonancia con el ejecutivo, decidieron que Villa Regina rechazará el empréstito, sumándose a 19 comunas rionegrinas que no lo aceptan y sólo toman la parte no reintegrable distribuida en partes iguales. Aún restan unas 16 municipalidades definir sus posicionamientos. Es cierto que en este contexto económico tomar un crédito en dólares es nocivo para el futuro de sus arcas y es válido esperar otra situación más favorable para reanalizarlo.
El dilema político de Regina con respecto al Plan Castello no surge de la negativa al préstamo reintegrable, si no en base a la lectura política mezquina de usar el crédito para parchar huecos y errores políticos suscitados hace años y sin vías propias de solución. El marco político reginense se ocupó el último tiempo del reposicionamiento de sus actores políticos (motivados por intereses que exceden la ciudad) frente a la renuncia del ex intendente Fioretti, y luego a la campaña eleccionaria. No existió durante ese lapso un verdadero reordenamiento resolutivo y pragmático hacia dentro en beneficio de los vecinos.
El intendente Carlos Vazzana explicó que el aporte no reintegrable será destinado a ejecutar obras de infraestructura en loteos sociales. Lo absurdo de la situación es que se prevé hacer obras que ya fueron pagas por los contribuyentes, que hace años las abonaron, y aún deben golpear puertas para saber porque no se las han entregado.
Evidenciada la coyuntura política local, otra arista. Si se utiliza plata de la provincia para llevar a cabo infraestructura que ya fue abonada por vecinos, se les debería reintegrar los montos con sus intereses. Si no se estaría pagando dos veces por la misma obra. Una locura inadmisible. E inclusive la decisión de usar los fondos para cubrir políticamente su “mala praxis” fue presionada por el esfuerzo incansable de quienes fueron una y otra vez al concejo a reclamar por lo suyo que no les fue dado.
El ejecutivo local encontró la solución a este problema estructural de la peor manera, utilizando los recursos que pueden servir para desarrollar a la comunidad, como lo es el proyecto de la nueva planta de tratamiento de efluentes que permitiría reutilizar las aguas grises en el riego para emprendimientos productivos, lo que generaría ingresos, puestos de trabajo y vuelco “0” de efluentes al río Negro. Pero además, podría aprovecharse como base de inicio del plan económico industrial en alta barda que promovió Vazzana en su campaña electoral.
Debemos encontrar la manera de reestructurar la toma de decisiones sociales y ser eficientes para instrumentar herramientas para que la sociedad misma incida en este tipo de resoluciones importantes y que no terminen atadas a individuos con determinados intereses políticos y particulares, que se colocan detrás de estrategias políticas que arrasan el real interés social de Villa Regina.
LA TAPA