Villarruel sumó como asesor a un enemigo de Santiago Caputo

Villarruel sumó como asesor a un enemigo de Santiago Caputo

 

Victoria Villarruel empezó a rearmar el elenco de colaboradores tras la renuncia de la secretaria administrativa, María Laura Izzo, e incorporó al politólogo Mario “Pato” Russo, quien fuera consultor de Javier Milei en la campaña legislativa de 2021.

Si bien el consultor y Villarruel cultivaron mutua simpatía desde la pospandemia, en los pasillos del Congreso habría llamado la atención que Russo apareciera por el palacio legislativo con más frecuencia. Hasta hace unos meses, los rumores sugerían que solían encontrarse para conversar de política en la pizzería El Cuartito pero ahora Russo orbitaría como un asesor sin cargo, estatuto que lo emparda con Santiago Caputo.

Fuentes parlamentarias dijeron a LPO que Russo sería la némesis del asesor estrella. “Es el enemigo íntimo”, abundaron.

Sin embargo, un aliado del gobierno deslizó que mucho más preocupado que el joven Caputo estaría el Presidente. Acaso el nerviosismo en Balcarce 50 se deba a que Russo se jacta de ser artífice de la fórmula presidencial triunfal en 2023: “Yo dictaminé que así fuera”, dijo en una entrevista concedida a Daniel Tognetti.

Villarruel contrata a un militar cercano a Milani para enfrentar a la Side de Santiago

Para colmo, Russo también trabaja para Guillermo Moreno, quien no casualmente se convirtió en panelista desde que Milei asumió el gobierno. A los libertarios, según reconocen en el Senado, les causa horror esa terminal política y reaviva todos los fantasmas contra la vice.

Aunque cerca de Villarruel negaron que esté construyendo poder con alguna aspiración política, sus adversarios en la Cámara Alta observan que, además de las gestiones por la incorporación de Russo, la vice decidió echar al director de Recursos Humanos, Gonzalo Izurieta, y lo relevó por Alejandra Figini, al tiempo que desplazó al director de Publicaciones, Federico Pávito, para nombrar en su lugar a Griselda García Ortiz.

Los movimientos corresponden a una reconfiguración del esquema político en el Senado frente al asedio opositor y la esterilidad política que tuvieron las incursiones de Caputo con la estrategia para cubrir las vacantes de la Corte Suprema. “Tras la salida de Izzo, no pudo nombrar a su amigo Emilio Viramonte”, señalaron en un despacho opositor.

Villarruel y Russo solían encontrarse para conversar de política en la pizzería El Cuartito pero ahora Russo orbitaría como un asesor sin cargo, estatuto que lo emparda con Santiago Caputo.

Sin la designación del cónsul honorario de Suecia en Córdoba, la secretaría administrativa quedó vacante y asumió la responsabilidad Lucas Clerc, que responde al radicalismo. Como el manejo de los recursos pasa por ese canal, Villarruel estaría rediseñando quirúrgicamente el organigrama y empoderó a la directora de Auditoría, Iris Speroni, y el director de Seguridad, Claudio Gallardo, un militar cercano a César Milani que supo integrar la dirección de Inteligencia en el Ejército durante el mandato de Mauricio Macri.

Esas tácticas para reubicar leales en cargos jerárquicos se estaría complementando con bajas de contratos en los despachos de los senadores y altas para plantas permanentes a personal que responde a la Vicepresidenta en distintas áreas. “Hay un tridente que se armó entre Gallardo, Speroni y ahora Russo para blindar a Villarruel y, a su vez, voltean contratos de los senadores, que después se tienen que sentar con ella a discutir reincorporaciones pero se vuelve una negociación política”, comentaron.

Como sea, la cercanía de Russo con la vice y la confección del “triángulo de Villarruel”, tal como dijeron con ironía a LPO, inquieta en Casa Rosada. “Russo habla como punto de encuentro del peronismo que expresa Moreno con el nacionalismo de derecha que representa ella”, resumieron. 

 

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