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NUDOS ALBERTINIANOS

Max Weber definió al Estado como el monopolio de la violencia legítima. Dicho de otra forma, el Estado tiene la facultad de ejercer la violencia simbólica, institucional o física que lo avala por su poder de autoreferencia legitimante.

¿Cómo se podría revertir esta conceptualización del Estado? Con actos, es evidente, porque el discurso no alcanza…

Sin embargo, el discurso del presidente comenzó con la revalorización de la palabra, la cual ha sido “devaluada” por la no correspondencia con las acciones, chamuyo diríamos…

La deuda aparece como la palabra clave en estos momentos, y al mismo tiempo como el principal castigo que tendríamos que afrontar por las elecciones equivocadas… Expresó Alberto

Nunca más a un endeudamiento insostenible. Nunca más a la puerta giratoria de dólares que ingresan por el endeudamiento y que dejan tierra arrasada a su paso



El parentesco de este gobierno con la religión nos acerca a la culpa por ser pecadores, pecadores eternos por endeudarnos antes de nacer (pecado original), el castigo, por ende: también es eterno. Sin embargo, surge el primer distanciamiento y nudo por desatar en ese parentesco: la ley del aborto. La demanda social y la evidencia del daño por los abortos clandestinos, obliga al gobierno a instituir el respeto por los derechos de la mujer, por el cuerpo de la mujer que decide por ella misma. He aquí un rasgo protector que se insinúa y revitaliza el pesimismo del concepto weberiano de Estado.

Dijo Alberto

Los derechos humanos son la columna vertebral de la República y no sólo de un gobierno



Aquí aparecen las herramientas legales de un abogado que devino presidente, y que sabe que su mayor respaldo es la ciencia.

¡Somos un gobierno de científicos! Agregó en un momento rescatando la recategorización del CONICET, previamente devaluada en actos y palabras.

Si aplicamos nuevamente el concepto de violencia en el Estado, emergen asociaciones libres: desaparecidos, atentado de la AMIA, Ara San Juan, maestras fallecidas en Chubut, degradación de la salud pública.

El discurso presidencial retomó estas variantes de modo reinvindicativo y esgrimió desocultar los sótanos de la democracia.

Memoria por los desaparecidos; reapertura de expedientes clasificados del atentado de la AMIA; recategorización de los 44 fallecidos en el ARA San Juan; replanteamiento educativo por una educación gratuita, equitativa y actualizada; reimplementación de planes de salud para los menos favorecidos como el plan Remediar, el desbloqueo de vacunas o la aplicación de la ley de Salud Mental a favor de la desmanicomialización y el abordaje comunitario



Palabras que intentan desatar otros nudos de angustia y opresión social.

La despolitización de la Justicia ligado a una reforma judicial, y la transparentización de mecanismos de inteligencia cobran relieve ante lo oculto y lo silenciado por un Estado que si se lo propone…, puede manipular y encajonar causas para la defensa de aquellos que están protegidos por el poder.

Un nudo que no parece desatarse todavía es el del arte o la cultura, ya que el discurso se centró en el deber ser y hacer argentino, nacionalista, obrero y religioso, en un gesto identificatorio que involucre a todos en mutua unión. El arte es un espacio para la crítica social, por ende puede generar alguna ansiedad persecutoria si no se la tiene incluida en el sistema y estructura de prioridad gubernamental. Sin embargo, la cultura fue tomada desde la viveza criolla para revertirla, refirió Alberto

Vamos a exigirles total responsabilidad a los formadores de precios. Argentina no resiste más el abuso de quienes preservan su rentabilidad a costa de consumidores condenados a pagar sus excesos. Debemos terminar con la Argentina de los vivos

Como es evidente hay otra prioridad antes que el arte o la cultura, y esta es subsanar el problema de pobreza y hambre, nudo que Alberto propone con énfasis desatar. Y un proyecto importante para ello es el Plan de los 1000 días, que buscará garantizar la asistencia de madres vulnerables desde el embarazo hasta los 2 años del niño, como así también el proyecto “Argentina sin hambre”.

Es evidente que hay un cambio de paradigma en este nuevo gobierno, que apunta a lo social y a los más vulnerables, haciendo hincapié en la colaboración que deben prestar los opositores al gobierno. Pero estos opositores aducen que la deuda es insostenible por este mismo gobierno, quien aumentó el riesgo país, y encima el discurso de Alberto viene siendo el mismo desde hace treinta años…Y es aquí que el nudo con la oposición parece tornarse menos desatable.

El nacionalismo renace con este discurso por sus citas a Perón, Belgrano y los héroes de la patria, debiendo los ciudadanos internalizar estos símbolos para que cada uno desde su lugar sea un héroe que pueda sacrificarse por la Argentina. Y es allí que el nudo celeste y blanco albertiniano se constituye como un símbolo de batalla a la injusticia social, y al mismo tiempo empuje hacia la autonomía soberana e individual.

¿Conseguirá Alberto levantar las banderas de igualdad y prosperidad para todos? ¿Cómo resolverá el descreimiento en las instituciones tradicionales como la familia, el Estado y la religión? ¿Le otorgará al trabajo un valor que lo ubique en la dignidad y reconocimiento merecido? ¿Cómo hará para reconstituir un Estado usurpado y en agonía? ¿Bastará la moral y los valores patrios para reestructurar este complejo país? ¿Podrá la educación ser la llave para un futuro mejor?



Por otro lado, la “palanca para el desarrollo productivo de nuestro país”, fueron otras de las palabras de un opaco nudo petrolífero, el fracking no llegó a nuestros oídos.

¿La industria del petróleo se constituirá como una fuerza pujante de crecimiento económico respetando la naturaleza?

El Congreso y su apertura de sesiones ordinarias estuvo inaugurado por una sóla voz, ésta ocupa el lugar omnipresente del poder hecho un nudo político difícil de desatar. Si hay algo que caracteriza a este Congreso es la pluralidad de voces, entonces, ¿porqué Alberto se adueñó de la palabra? Es cierto, al final fue a saludar (en contra del protocolo) a la gente, tipo estrella de rock poniendo en juego su seguridad personal, reflejando su pasión y entrega por el pueblo…

Por último, nos preguntamos

¿Habrá un momento en la historia argentina en que el Congreso tome protagonismo despolitizadamente en una diversidad de voces para el bien común más allá de las buenas intenciones partidarias o individuales? ¿Podrá la verdad ser sinfónica como dijo Fernandez y predominar entre tantos quilombos y puja de intereses?

Colaboración: Hernán Ermantraut

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