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‘Mostrá tu talento’, a partir de este domingo en la biblioteca al aire libre

A partir de este domingo, la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Villa Regina pone en marcha el ciclo ‘Mostrá tu talento’ en la biblioteca al aire libre de la Isla 58.

Se trata de una propuesta destinada a quienes cantan o tocan instrumentos y que no se dedican profesionalmente a la música, y también a quienes quieran recitar un cuento o poesía o realizar una improvisación artística. Para ello tendrán la posibilidad de utilizar este espacio para que puedan llegar al público en un marco natural único.

El ciclo se extenderá durante todos los domingos del verano a partir de las 19 horas.

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    Los sentineleses y la frontera final de los derechos humanos

     

    En la diminuta isla Sentinel del Norte vive uno de los últimos pueblos completamente aislados del planeta. Su historia, su modo de vida y su decisión de mantenerse lejos del mundo moderno abren un debate incómodo: ¿cómo se garantiza el respeto a los derechos humanos cuando un pueblo exige que nadie cruce su frontera?

    Por Alcides Blanco para NLI

    Un pueblo antiguo frente al mundo moderno

    Los sentineleses habitan Sentinel del Norte desde hace al menos 30.000 o 40.000 años, según estimaciones arqueológicas sobre la ocupación del archipiélago andamanés. Son descendientes de las primeras migraciones humanas que salieron de África y siguieron rutas costeras por el Índico. Su aislamiento actual no es un retiro reciente: es un proceso de larga data marcado por la defensa del territorio y, probablemente, por la memoria colectiva de contactos violentos que sufrió la región tras la llegada de potencias coloniales.

    A diferencia de otros pueblos vecinos —granandamaneses, jarawa u onge— los sentineleses lograron sostener su aislamiento, y eso les permitió mantener una continuidad cultural casi absoluta.


    Cómo viven: lo que se sabe desde la distancia

    La investigación sobre ellos es excepcional justamente porque evitan todo contacto. Lo poco que se conoce surge de observaciones a distancia, vuelos controlados y breves interacciones fallidas.

    Algunas características aceptadas por la antropología:

    • Subsistencia por caza, pesca y recolección. Se los ha visto capturar peces, cangrejos y moluscos en aguas poco profundas. En tierra cazan pequeños animales y recolectan frutos del bosque.
    • Tecnología simple pero adaptada. Fabrican arcos largos, flechas de punta afilada y lanzas. Aprovechan con habilidad restos de barcos encallados para producir herramientas metálicas, sin que eso implique ningún tipo de cambio cultural mayor.
    • Viviendas ligeras. Usan estructuras pequeñas, techadas con hojas, aptas para un clima tropical sin estaciones marcadas.
    • Navegación de corto alcance. No emplean embarcaciones oceánicas, pero sí balsas o canoas sencillas que les permiten desplazarse por la zona de arrecifes sin alejarse de la isla.
    • Organización social imprecisa. No hay datos sobre linajes, jefaturas o sistemas de parentesco. Se observa una comunidad pequeña —50 a 150 personas— lo que sugiere grupos familiares extensos y cooperación permanente.
    • Ausencia de agricultura. No se han detectado cultivos ni señales de domesticación vegetal; dependen por completo del entorno natural.
    • Uso restringido del fuego. Se ha observado humo en algunas temporadas, lo que indica control del fuego, aunque no se ha documentado su empleo en grandes fogones ni trabajos complejos.

    Su cultura, aunque desconocida en sus detalles, se mantiene íntegra porque nunca hubo imposición externa, ni colonización, ni misiones religiosas, ni programas de “integración”.


    La política del no contacto

    India mantiene una política estricta: prohibición absoluta de acercarse a Sentinel del Norte. El objetivo es doble: proteger a los sentineleses de enfermedades letales para las que no tienen defensas y evitar que turistas, aventureros o misioneros enfrenten ataques que son, en realidad, actos de defensa territorial.

    Lo ocurrido en 2018 con el joven misionero estadounidense John Chau —muerto al intentar ingresar ilegalmente para evangelizarlos— dejó claro que cualquier intento de contacto forzado es un error ético y sanitario.


    Derechos humanos: el derecho a la distancia

    El caso sentineles pone en primer plano un derecho poco discutido: el derecho a no ser contactado, una extensión radical del derecho a la autodeterminación. Lo que en otros pueblos se expresa como autonomía territorial, en Sentinel es una frontera física y simbólica que no debe cruzarse.

    Para los organismos internacionales y para los Estados, respetar los derechos humanos en este caso no implica intervenir, sino aceptar que la primera y única voluntad expresada por este pueblo es mantenerse aislado. Protegerlos implica garantizar que esa elección se sostenga.

     

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    LA BOCA: Historia viva de un nombre que nació del río, del barro y de una idea de mundo

     

    En Buenos Aires hay barrios que se cuentan solos, pero pocos tienen un nombre que funcione como documento geológico, archivo lingüístico y crónica inmigrante. La Boca no es solo un punto en el mapa: es una explicación completa sobre cómo se forma una ciudad desde el agua, la lengua y la política popular. Su nombre, anterior al barrio y al club, ya aparece en escritos coloniales que describían esa desembocadura peligrosa, fangosa y estratégica donde el Riachuelo se abría como una boca hacia el Río de la Plata. A partir de allí, todo lo demás fue sedimentación histórica.

    Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

    Primero fue el río: la “boca” geográfica que dio nombre a todo

    Antes de ser barrio, antes de ser conventillos, antes de ser fútbol, “Boca” fue un accidente hidrográfico. En la toponimia náutica del período colonial, la palabra boca era usada para designar el punto donde un río “abre” su salida al mar o a otro cauce mayor, lo que en geografía física se llama estuario menor.

    Las primeras referencias documentales conservadas surgen en las Actas del Cabildo de Buenos Aires, donde ya en la década de 1580 se menciona la “boca del Riachuelo de los Navíos” como área de desembarco y de fondeo peligroso por el fango y los bancos de arena. Esa designación —que aparece en inventarios de fondeaderos y en informes a la Corona— no era un nombre propio sino una descripción técnica, un marcador espacial dentro del sistema de navegación colonial.

    La ciencia geológica explica por qué esa zona se volvió tan característica: allí se daba lo que hoy se conoce como progradación sedimentaria, un proceso en el cual el río arrastra limo, arcilla y restos orgánicos que se depositan en la desembocadura, creando un borde inestable, cambiante. Por eso los mapas del siglo XVII muestran líneas difusas: La Boca era literalmente un territorio que se movía.

    Con los años, esa denominación funcional se convirtió en nombre propio. En los planos de 1810 y 1820 redactados por ingenieros militares aparece ya como “la Boca del Riachuelo”, una unidad reconocible, habitada por trabajadores portuarios, saladeros y astilleros. La toponimia había dejado de ser mera descripción para transformarse en identidad territorial.


    El barrio que inventaron los inmigrantes (y el Estado recién reconoció después)

    Aunque La Boca tenía población desde el siglo XVIII, la fisonomía barrial nació con la inmigración masiva, especialmente genovesa, entre 1870 y 1910. Los registros notariales muestran que los primeros asentamientos eran precarios, construidos sobre pilotes, porque el terreno era un pantano salitroso. La ciencia urbana describe este tipo de poblamiento como ocupación marginal de borde hídrico, común en puertos industriales.

    Los genoveses establecieron allí una microsociedad marítima: astilleros, carpinterías, bares de puerto y sociedades de socorro mutuo. De esa vida cotidiana surgió la lengua híbrida conocida como xeneize, producto del contacto entre dialectos ligures y el castellano rioplatense.

    La Ciudad de Buenos Aires y todo su Municipio 1867
    Departamento Topográfico de la Provincia de Buenos Aires — Dibujo: Carlos Glade; grabado por Julio Vigier.

    El nombre La Boca se consolidó de manera definitiva en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el Estado nacional comenzó a cartografiar la ciudad para unificar parroquias, comisarías y circunscripciones. En los planos oficiales de 1871 —los mismos que se elaboraron tras la epidemia de fiebre amarilla— la zona aparece ya rotulada como “Barrio de la Boca”. Es decir: primero vino la geografía, después el poblamiento y recién entonces la formalización estatal.

    La identidad política también fue temprana: La Boca fue uno de los primeros enclaves obreros organizados de Argentina, con huelgas, periódicos anarquistas y sociedades de resistencia. El barrio se convirtió en un laboratorio social de la modernidad rioplatense.


    Boca Juniors: un club nacido en una esquina que ya tenía nombre propio

    La historia del club aparece última, pero no porque haya sido menos importante, sino porque se montó sobre una identidad barrial ya consolidada. En 1905, un grupo de pibes del barrio —Alfredo Scarpatti, los hermanos Teodoro y Juan Farenga, y Esteban Baglietto— decidió fundar un club de fútbol en la casa de este último, frente a la Plaza Solís.

    Eligieron el nombre Boca Juniors por una razón simple, documentada en testimonios de época: querían que el club llevara el nombre del barrio, pero con un toque inglés, como hacían muchos equipos del período fundacional del fútbol argentino. La palabra “Juniors” era, para ellos, señal de prestigio deportivo y pertenencia cosmopolita.

    El club no creó el nombre: lo heredó, lo amplificó y lo convirtió en marca global. Hoy, cuando se dice “Boca”, millones piensan primero en el club, pero la historia va al revés: sin la boca geográfica y sin La Boca inmigrante, Boca Juniors no existiría.


    Referencias bibliográficas

    1. Actas del Cabildo de Buenos Aires, Archivo General de la Nación.
    2. Diego Del Pino, Toponimia náutica en el Río de la Plata (Ediciones Mar del Sur, 1998).
    3. Roberto Cortés Conde, La formación económica de Buenos Aires (FCE, 2002).
    4. Carlos Mayo, Los saladeros y el mundo del trabajo ribereño (Ed. Biblos, 1987).
    5. Archivo Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Plano Municipal 1871.
    6. Julio Frydenberg, Historia Social del Fútbol (Siglo XXI, 2011).
    7. Fundación Museo de la Boca, Anales 1965–1990.

     

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  • Jorge Macri pidió correr al presidente del Mercado Central vinculado a Toto Caputo

     

    Jorge Macri pidió correr al actual presidente del Mercado Central, un funcionario que tiene el aval de Toto Caputo. Por ley, ese cargo es rotativo y le corresponde a la Ciudad, pero Fabián Miguelez se niega a abandonarlo.

    Miguelez debería haber salido de la presidencia hace 9 meses. El cargo le corresponde a Leonardo Sarquís, el ex ministro de Agricultura de María Eugenia Vidal, pero no puede asumir hasta que el actual presidente no libere su silla.

    La Ciudad venía reclamando que se apartara, pero en las últimas horas formalizó el pedido mediante una nota firmada por el ministro de Justicia porteño, Gabino Tapia.

    El funcionario invocó el reglamento del Marcado Central y pidió que Sarquís asuma la presidencia.

    Denuncian que Miguelez pagó 180 millones en horas extras en el Mercado Central sin autorización del directorio 

    La gestión de Miguelez atravesó varias controversias y de hecho asumió procesado por un escándalo de corrupción por contrataciones a familiares y amigos, irregularidades con los gastos de representación y otras maniobras ocurridas durante la presidencia de Mauricio Macri.

    En 2018 salió a la luz un informe de 90 páginas de la Oficina Anticorrupción detallando irregularidades en la gestión del Mercado y allí se mencionaba un desvío de 1.400 millones de pesos a siete empresas.

    El desmanejo del Mercado Central que ya fue objetado por el síndico del organismo. Como explicó LPO, el último informe realizado por el síndico reveló que, de los 80 puntos auditados, Miguelez cumplió sólo tres.

    La situación no cambió en los últimos meses: el Mercado Central vive una situación de abandono por la falta de higiene tal, que se pueden ver ratas gigantes entre la comida.

    Miguelez se sostuvo en el cargo gracias a la cercanía con el líder del PRO, pero sobre todo con Toto Caputo, cuyo hermano Flavio es íntimo amigo de Miguelez y su esposa. 

     

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