CLÍTORIS Y 8M

No creo en la violencia de género, creo que el género mismo es la violencia, que las normas de masculinidad y feminidad, tal y como las conocemos, producen violencia

Paul B. Preciado

El pasaje del escrúpulo al placer. Un placer misterioso que se encuentra antes del pensamiento. La sexualidad femenina ha sido tapada, y censurada por la Religión, la Política, la Ciencia, y el sistema patriarcal.

La gran cuestión sería, ¿cómo hablar del clítoris sin caer en la heteronormatividad?

La etimología del clítoris nos lleva, a partir de Catherine Malabou, al origen de la palabra, o sea al griego Kleitoris que significaría pequeña elevación o montaña, es así que el sufijo klei nos conduce a una inclinación o clímax.

El cuerpo femenino ha sido sujetado y esclavizado, Engels decía que el cuerpo de la mujer ha sido la primera propiedad privada del hombre. De esto se desprende el concepto de frigidez que solo se le asigna a la mujer, mujer que no le es últil sexualmente al hombre, un despotismo avalado por la tiranía de las instituciones patriarcales (Iglesia y Estado), así como también por la tecnociencia heteronormativa, nos dice Paul B. Preciado

En términos históricos, penes y vaginas, testículos y úteros, esperma y óvulos se han visto sometidos a una gestión
biopolítica diferencial . Mientras que los óvulos y el Útero han sido objeto de privatización social y de cercamiento económico, el esperma, entendido como flujo soberano, ha sido
un líquido cuya circulación pública ha sido promovida políticamente como índice de poder, salud y riqueza.

La negación del clítoris le dio un lugar preponderante a la penetración. El psicoanálisis llegó a decir que la mujer tenía envidia del pene. O sea, otra institución focalizada en lo fálico y la castración, así como a la desvalorización del cuerpo de la mujer. Llegando a teorizarse a partir de Freud, una sexualidad limitada e inspirada en un padre malvado, el padre de Edipo (Layo), o dicho de otra forma, una mitologización que realizaba un reduccionismo atroz de la subjetividad sexual.

Por otro lado, no hay dicotomía entre placer vaginal y placer clitoridiano, ni preponderancia de uno por el otro para el beneficio del pensamiento o la fantasía masculina.

Paul B. Preciado también nos refresca el concepto de clítoris diciendo que todo el mundo tiene clítoris. He aquí una subversión, transformación y lucha por una definición que ha estado sesgada al servicio de poder tecnocientífico binario para la dominación, la explotación y la violencia contra la mujer. No es por casualidad que el símbolo, y el principal monumento de la capital argentina sea un obelisco.

En la epistemología somática de Occidente, el cuerpo de las mujeres contiene dentro de sí un espacio público, cuya jurisdicción se disputan no solo los poderes religiosos y políticos, sino también las industrias médicas, farmacéuticas y agroalimentarias.

Además, Preciado se pregunta

¿qué sentido puede tener celebrar un día de la mujer en un régimen binario de opresión de género? Sería algo así como celebrar un día del esclavo en el régimen de la plantación: fardar de grilletes y cadena. Pero este año algo parece haber cambiado: la llamada a una huelga general e internacional de mujeres inicia un proceso de insurrección de género y sexual . No celebración, sino desobediencia. No conmemoración, sino revuelta.

El clítoris no es sólo un órgano sexual, es erotismo y posicionamiento político y filosófico, es revisar prismáticamente el ayer y sus discursos, es resituar al cuerpo ante los despotismos instituidos e instituyentes de la heteronormatividad del Estado, la Religión y la Ciencia.

https://www.franceculture.fr/emissions/les-chemins-de-la-philosophie/les-chemins-de-la-philosophie-emission-du-lundi-01-mars-2021

Citas: Un departamento en Urano, Paul B. Preciado, Editorial Anagrama, 2019
Portada: La espía, Nicolaes Maes, 1656

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