“ME INSPIRAN LAS IMÁGENES DEL SUBCONSCIENTE”
Martin Frullani (44), es arquitecto y escultor reginense. Es el creador de las obras de “La Manzana” en General Roca y hace unos días inauguró la obra “El Ciclista” en Allen. Dos trabajos artísticos de relevancia en la provincia. Las dos miden más de 5 metros de altura y en conjunto suman más de 5 toneladas de acero inoxidable. Martín también es profesor en el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA) donde da la cátedra del taller de “Escultura Ciudad”.
LT: ¿Cómo surge tu inclinación artística dentro de la profesión?
MT: Mi inclinación hacia lo artístico viene desde una necesidad de expresar otro tipo de cosas y creo que viene desde la infancia. Cuando era chico tenía la necesidad de tener algunos juguetes que no tenía, y entonces los inventaba. No era arte pero si estaba la necesidad, las herramientas y los materiales. Recuerdo que en casa había pedazos de cartón, aluminio o alambres y los usaba para hacer los juguetes. Cuando surgió la obra de la bicicleta en Allen le pregunté a mi viejo cuando había hecho mi primer bici, y el recordó que en un viaje a Mar del Plata vi como artesanos hacían bicis de alambres en miniatura y cuando volvimos a Regina como sabía que había material en casa enseguida me hice un par de bicis como las que vendían los artesanos. Así que creo que el génesis de mi arte surge desde esa raíz tan básica como es el juego o lo lúdico.
LT: ¿El arte es un rasgo característico dentro de la arquitectura?
MF: No es un rasgo característico dentro de la arquitectura. Si existe en la carrera una búsqueda de la estética y de la armonía visual, al igual que se busca en las obras artísticas.
LT: ¿Cómo surge la idea para materializar una obra?
MF: La idea siempre surge de un título, no concibo materializar nada si no le pongo un rótulo. El título hace que la búsqueda tenga un sentido, tenga un norte. Primero pienso el nombre, y ahí ya se a donde voy. Después nace desde la experiencia y de la hoja en blanco. Empiezan los primeros trazos y se empieza a crear lo que estoy buscando. Una vez que llego a una imagen que tiene la armonía, la estética y la belleza que representa lo que estoy buscando, paso a otra etapa donde aparece la computadora y el 3d, o la maqueta de cartón. Ahí es donde empiezan a aparecer las partes que después en el caso de las esculturas de acero inoxidable se convierten en los recortes que al pasarse a escala se convierten en la escultura real.
LT: ¿Qué te inspira?
MF: Me inspiran las imágenes del subconsciente, yo me muevo con la tranquilidad de que todas las ideas salen de mi cabeza, a pesar de que hoy por hoy luego de pensar la escultura hago una búsqueda para que no haya una referencia directa o similitud a una pieza que ya esté creada.
LT: ¿Qué intentás expresar con la obras?
MF: Lo que trato de buscar en todas las obras es una iconografía que tenga una armonía, una estética y un reconocimiento donde el imaginario colectivo participe con la obra que estoy proponiendo, la completitud de la obra es a partir de la observación. Esa es mi búsqueda. Y aparte hacer una pieza que conviva con un pedazo de ciudad. Una ciudad que tiene su estética y su aporte cultural determinado. Este ciclista, por ejemplo, tiene una posición de esfuerzo, de proyección. Es lo que siempre propongo, una ciudad que empiece a empujar.
“A mi viejo cada vez que le cuento una idea, la hace propia”
Una parte muy importante del equipo de trabajo es mi viejo. A mi viejo cada vez que le cuento una idea, la hace propia y se pone a pesar como hacerlo. Me gusta que este ahí, me gusta lo que pasa cuando nos juntamos. Que me pude hacer amigo a partir de un trabajo y nos acercamos, y nos encontramos. Me alegra poder compartir un espacio, aun teniendo profesiones tan diferentes. Él hace los cálculos estructurales, y además tiene un amplio conocimiento de materiales.