|

LA POLICIA LOCAL

Extractos de la investigación de la profesora e historiadora reginense Silvia Zanini presentada en las Primeras Jornadas de Historia del Delito en la Patagonia, organizadas por el GEHiSo y las Facultades de Humanidades y de Derecho y Ciencias Sociales (UNCo), General Roca.

La policía local

Para esta naciente colonia el gobierno del Territorio envió una delegación de tres policías encargados de la seguridad.

“El policía era un tal Martínez que estaba allá en una chacra de Urán, en una casa vacía que había que era un puesto.” (Atilio)

“La comisaría había un vagón de tren. había decado un vagón para el servicio de la policía (…) y… había do tre policía y atendía lo servicio que había que atender (…) yo esto le digo en el veintinueve trenta que estaba así toda la comisaría y funcionaba ayí en la entrada de la estación, la tranquera…” (Francisco)[8]

Es probable que el vagón funcionase como Comisaría por un par de años, luego esta fue trasladada a una casa ubicada en el predio lindante al edificio actual.

“Nosotros vivíamos acá cerca de la comisaría que era una casa calónica, toda podrida, con una ventanita con rejas que calculo se podrían sacar con un empujoncito… Los presos no quedaban acá, no era posible, sino que los llevaban a Roca.” (Enio Z.)[9]

“A su Excelencia el S. Gobernador del Territorio Ing. Adalberto T. Pagano (…)comisaría local: Esta importante dependencia ha caído en un lamentable olvido y este olvido mortifica a los laboriosos pobladores y me atrevo a decir, con el debido respeto a V.E. que es humillante ver una comisaría cuyas paredes se defienden con pilas de fardos de pasto.”[10]

Además de la precariedad de la construcción el espacio del que disponían era muy limitado, prueba de ello es que cuando se realiza la detención de militantes y simpatizantes de izquierda en 1943 deben ser alojados en un campamento provisorio levantado en el patio.

“Cuando fue la redada esa, habían armado una carpa al lado de la comisaría y ahí los tenían, encañonados ¡Me dio terror!”(Oliva)

Recién en mayo de 1946 se inauguró el edificio actual de la comisaría.

La presencia o ausencia de vagabundos indica para algunos la fortaleza o poder de los policías porque se identificaba delito y vagabundeo, los vagos, los “linyeras” eran “delincuentes probables”.

“Cuando empezamos a estar bien fue cuando vino Cuestas como comisario que me los tenía… a todos los linyeras y todo, ¡bien derechitos!” (María Rosa)

“Me acuerdo de una vez que desde la estación pasaron por delante de casa rumbo a la comisaría como 50 linyeras, contamos como 50. Había crisis en Bs.As., sería por el 36 y viajaban en el tren de colados, buscando donde quedarse que hubiera trabajo. La policía los llevaba detenidos. Había un oficial con mucha personalidad, patrullaba a caballo y todos lo respetaban, sino les daba con el garrote.” (Enio Z.)

“El comisario Cuestas se disfrazaba de linyera e iba a pedir trabajo por las chacras a ver si lo atrapaba…” (Egidio)

“La vagancia le temía [a Cuestas] y era difícil encontrar gente de mal vivir por las calles.” (Atilio)

“El comisario que más recuerdo por su rectitud y honestidad fue el Comisario Cuestas. Se hacía respetar y todos lo querían.” (José Luis)

En general la mayoría de los entrevistados concuerdan que hasta la llegada del Comisario Cuestas (1935) sólo había 2 o 3 policías que vigilaban la villa, donde dada la cantidad de población no se suscitaban demasiados conflictos de seguridad.

A pesar de ello la escasez de personal policial transformaba a la seguridad en un problema de todos.

“Todo el mundo andaba armado y casi todas las noches en esos difíciles años algunos disparos horadaban su silencio y disipaban alguna sombra sospechosa”.[11] En la villa todos se conocían, no era costumbre cerrar las puertas con llave ni guardar las herramientas que quedaban afuera.

“Mi papá era Comisionado, de la Comisión de Fomento, y hacían las reuniones de noche, él iba y yo, con 13 años me quedaba en casa sola, con la puerta sin llave porque no sabía a que hora volvía, pero ¡tranquila!” (María Rosa)

“En la villa no había robos, no recuerdo nada de eso, no se cerraba con llave, no se guardaban las cosas.” (Enio Z.)

A pesar de esta relativa tranquilidad algunos hurtos eran inevitables:

“Nos vaciaron los baúles [en la estación] nosotros que recién veníamos de Italia… dejamos de la noche al otro día y…” (María)

“Eran años de miseria y hambre junto a los cuales pululaban las raterías y los robos(…) Gardín[12] quería prevenir cualquier atraco. Escribe en la Crónica de la casa: “Yo velo siempre hasta las dos de la mañana, hora en que despierto a un niño que velará junto a mí que dormiré en el suelo (…) El niño vela dos horas, luego despierto a otro niño que velará hasta el amanecer. Les aconsejo que estén con el rosario en la mano mientras yo duermo con la pistola bajo la almohada.”[13]

“En la noche del domingo alguna gente que buscan lo ajeno, bajo el amparo del sueño también ajeno, visitaron la oficina parroquial, apuradamente eligieron lo que más les convino, unos $200.”[14]

En las chacras el desamparo era total y los colonos debían defenderse por sí mismos, por esta razón en todas las casas había un arma.

“Mi abuelo tenía la escopeta y hasta la máquina para hacer cartuchos. Era algo común, había muy poca seguridad.” (Laura)

“Y, los chacareros todos, pero todos, tenían arma, una escopeta y sino un 38, lo mínimo, era para defenderse… en esa época no había problemas para andar armado como hay ahora.” (Enio Z.)

En la colonia el robo no se relacionaba con el dinero porque este escaseaba, se robaban los animales de granja o los chacinados en la época de faena de los cerdos.

“Entraron al sótano y le robaron los jamones, que ese día habían carneado, también estuvieron tomando de las bordalesas, eligieron el mejor vino, pero serían conocidos porque el perro ni les ladró.” (Enio Z.)

“A principios de abril se hacía una carneada, un chancho para chorizos, codeguines. La carneada grande se hacía en junio, cuatro o cinco animales y en agosto se carneaba un cerdo chico.” (Juan)

“Lo fui a despertar, que me mando mi papá y me encañonó con la escopeta. Yo tendría 9 o 10 años.” (Enio Z.)

Es verdad, y así lo reconocen que los chacareros tenían la posibilidad de recurrir a la policía, esos dos o tres “milicos” que a caballo recorrían la villa, pero la colonia era muy grande y nadie podía tener la certeza de que “la autoridad” efectivamente los ayudase; en definitiva estaban a merced de sus propias fuerzas.

“Se arreglaban los asuntos a tiros porque no se podía esperar nada de las autoridades.” (Enio Z.)

Este escepticismo manifestado hacia la actuación policial no es exclusivo de este informante, los colonos no confiaban en la justicia que los policías podían impartir porque sabían que sus míseros salarios no eran suficientes para sobrevivir.

“No se resolvían los crímenes, pasaban y listo, a veces porque se ponía plata, otras veces porque no había recursos.” (Laura)

El propio párroco en un elocuente texto reconoce la desconfianza reinante hacia las autoridades policiales y retrata el clima reinante en la colonia relativo a las relaciones con la policía:

“Tuve varios líos y enfrentamientos con la policía a raíz de defender a los colonos contra las arbitrariedades de subalternos y algo mas que subalternos. Hubo varios casos clásicos uno de ellos cuando salí en defensa del colono Chozza, un hombre bueno, atropellado él y peor aun su mujer por un mal funcionario de la policía (…) había disparado la escopeta contra gente que estaba robando animales, de acuerdo con un policía, en el patio de su casa, y había herido a uno que era empleado del ferrocarril. En aquellas circunstancias aparece un policía a las espaldas de Chozza, lo atacó y luchó con él(…) pudo escapar y al día siguiente se presentó a declararme a mí primero y luego ante la policía, donde lo dejaron detenido. Al visitarlo yo en la comisaría, días después, él me contó que le estaban haciendo un sumario y lo querían hacer pasar por loco, pretextando que era para salvar al policía que había intervenido en el caso. Yo le dije que aceptara el sumario(…) pero que al ser invitado a firmarlo pidiera una asesoría de dos testigos uno de los cuales fuera yo. Yo mientras tanto había pedido a la Jefatura de Viedma que se necesitaba otro sumariante. Llegado el día de firmar el sumario el Chozza pidió dos testigos porque como loco no podía fiarse de sí mismo y no quería proceder solo. Me hicieron llamar a la comisaría y el sumariante con el comisario me hicieron pasar a la oficina y cerraron la puerta con llave, eso a mí no me agradó (…)dos días después llegan un sumariante y un comisario nuevos. El Chozza volvió a su trabajo pero ni el ni su mujer podrán olvidar el atropello y la injuria.”[15]

OTROS EXTRACTOS

***

Glosario:

[8] Testimonio trascripto en Revista del Museo Comunitario Nº 1, noviembre 1993, Villa Regina.
[9] La fecha a la que se está refiriendo el informante es 1932.
[10] Libro Copiador, Folio 155, 4-4-40, Comisión de Fomento.
[11] BARRETO, Oscar, En las trincheras de Dios, p. 52.
[12] Padre Marcelo P.Gardín: primer cura párroco de Villa Regina.
[13] BARRETO, Oscar, op.cit., p. 54.
[14] Diario P. Gardín, 28-4-30.
[15] BARRETO, O., op.cit., p. 55-56.

Difunde esta nota

Publicaciones Similares

  • |

    EL RIEGO: CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE

    Extractos de la investigación de la profesora e historiadora reginense Silvia Zanini presentada en las Primeras Jornadas de Historia del Delito en la Patagonia, organizadas por el GEHiSo y las Facultades de Humanidades y de Derecho y Ciencias Sociales (UNCo), General Roca. El riego: Cuestión de vida o muerte Cada chacarero tenía su turno para…

    Difunde esta nota
  • |

    ¿COMPETIR O MORIR? HACIA NUEVAS MANERAS DE DESAPRENDER

      Los conocimientos adquiridos aparecen entonces, no tanto como instrumentos intelectuales al servicio del trabajo y del entendimiento, sino como armas; su totalidad no constituye un tesoro intelectual, una enciclopedia, más bien un arsenal, un depósito de municiones (de proyectiles inteligentes) Peter Sloterdijk Reseteados para aprender pero poco para desaprender… En consecuencia, podemos preguntarnos: ¿Qué…

    Difunde esta nota
  • |

    Tierras Raras: la codiciada riqueza oculta en suelo argentino

     

    La puerta trasera del acuerdo.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

    Están en todas partes, aunque no lo sepamos. Desde el celular que usamos a diario hasta las turbinas eólicas que prometen un futuro energético más limpio, los Elementos de Tierras Raras (ETR) son la materia prima de la modernidad. Este conjunto de 17 metales –15 lantánidos más itrio y escandio– se encuentra en productos médicos, electrónicos, energías renovables y hasta en el desarrollo militar. Y aunque su nombre suene a exotismo, lo cierto es que la Argentina tiene mucho que decir en esta historia.


    Un mapa mineral codiciado

    El Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) ya identificó depósitos de ETR en al menos ocho provincias: Salta, Jujuy, San Juan, San Luis, Córdoba, Santiago del Estero y Buenos Aires. Entre ellos figuran lugares como Rodeo de los Molles (San Luis), Valle Fértil (San Juan) o Barker (Buenos Aires). En 2022, el organismo estimó 190.000 toneladas de recursos comprobados y un potencial que supera los 3,3 millones de toneladas.

    El desafío, como remarcan especialistas como Ricardo Etcheverry (Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires), está en transformar esos recursos en reservas explotables. Los procesos para extraer y separar las tierras raras son complejos y costosos, y la mayoría de los yacimientos aún están en etapas iniciales de exploración.


    Potencia estratégica o saqueo anunciado

    No es casual que en el tablero geopolítico global las tierras raras aparezcan como una ficha clave. China concentra el 70% de la producción mundial, seguida a distancia por Estados Unidos, Australia y Myanmar. En Sudamérica, Brasil ya avanza con políticas de Estado, centros de investigación y proyectos de explotación. La Argentina, en cambio, sigue hablando en potencial.

    Pero el interés de Washington es evidente. Como recordó Noticias La Insuperable en otros casos vinculados al litio, los minerales críticos ya forman parte de las mesas de negociación con Milei y su ministro Caputo. No es casual que en su reciente encuentro en Nueva York, Donald Trump haya ratificado un respaldo político y financiero a cambio de nada, según el propio Caputo. La historia enseña que cuando EE.UU. dice “nada a cambio”, en realidad se refiere a acceso a recursos estratégicos.


    Riqueza y riesgo ambiental

    Los ETR son esenciales para la transición energética y la carrera tecnológica, pero su explotación trae aparejados serios riesgos ambientales. Como advirtió la geóloga Liliana Castro (UBA), cualquier explotación minera –a cielo abierto o subterránea– tiene impactos, y en el caso de las tierras raras estos son especialmente delicados por los residuos químicos que dejan los procesos de separación. La llamada “licencia social” será clave: sin el consenso de las comunidades, no habrá proyecto viable.

    Además, solo uno de cada cien prospectos termina convirtiéndose en yacimiento, lo que obliga a inversiones a riesgo durante años, sin garantías de éxito. Y mientras tanto, los lobbies extranjeros avanzan para asegurarse contratos y memorandos que hipotequen el futuro.


    Una ventana de oportunidad… ¿para quién?

    La Argentina tiene litio, cobre, uranio y ahora tierras raras. Todo lo que las potencias industriales necesitan para sostener su “transición verde” y sus industrias militares. Sin embargo, la pregunta es si esos recursos se convertirán en palanca de desarrollo nacional o en otro capítulo del viejo saqueo de nuestras riquezas naturales.

    Porque el camino no es solo tecnológico ni económico. Es también político. Defender las tierras raras como recurso estratégico significa discutir su explotación bajo control nacional, con valor agregado en el país y con una mirada ambiental que no sacrifique comunidades en nombre del progreso ajeno.

    En tiempos en los que Milei se arrodilla ante Washington y habla de “hermandad” con Trump, el riesgo de que estas riquezas terminen en manos extranjeras es tan real como la oportunidad que significan.

     

    Difunde esta nota
  • Entrega de insumos a establecimientos educativos

    El Secretario de Coordinación Ariel Oliveros participó este jueves de la entrega de insumos a establecimientos educativos de la ciudad que fueron adquiridos a partir del convenio que la Municipalidad firmó con el Ministerio de Educación y Derechos Humanos de Río Negro. En este caso, CEM Nº83, la Escuela Primaria N° 265 y la Escuela…

    Difunde esta nota
  • |

    Con nuevo auto y equipo, Aldrighetti anda bien también!

    El pasado fin de semana se disputó la primer fecha de Top Race en el circuito 8 del Autódromo Oscar y Juan Gálvez de la ciudad de Buenos Aires, en la que el piloto reginense se subió por primera vez al Lexus y le sacó buen «jugo» durante todo el fin de semana. Las primeras sensaciones arriba del…

    Difunde esta nota
  • | |

    «El viento que arrasa» de Selva Almada

    Hablar hoy de Selva Almada es hablar de una escritora reconocida y a la vez consagrada. Este libro es su primera novela, que cobra más valor al saber que nos encontramos ante un texto potente que se erige con excelente poética y dosis filosóficas. Un imprevisto mecánico reúne a dos familias monoparentales. El Reverendo Pearson…

    Difunde esta nota

Deja una respuesta