Ayer y hoy perdió la academia resultado del buen juego desarrollado por “los millonarios”. Los comentaristas de manera notoria expresan voluntades claramente posicionadas, de un lado Diego Latorre y del otro Alejandro Fantino, o el nombre que quieras. Todos en un mismo lugar, representando a los millonarios, por supuesto.
Es claro y clásico que aquí, el que menos importa es el que transpira la camiseta, el que juega todos los días y deja todo en la cancha. El “muñeco” hizo muy bien su trabajo. Pudieron meter 4 (u$s) pero hicieron negocio con 3(u$s) goles de diferencia. Al día siguiente pesa más, y ese 3 puede ser un 4. O bien un 5. Y la academia pierde una vez más. Y perderá más mañana que hoy.
Los comentaristas y analistas de lo evidente, no harán otra cosa que hablar bien del “muñeco“, y no solo por lo que hace en la cancha. Gestiona bien sus opciones. Tal es así, que a esta altura se merece vacaciones, por lo menos volver unos días a la montaña a descansar.
Poco se hablará de la academia, cómo es de costumbre. Es un grande por historia, pero gana poco y nada. Lo importante es que muchos de ellos mantengan la esperanza y la alegría. Es así, vivimos en un país agridulce.
Con este resultado, “la academia” está afuera, otra vez en la calle, viviendo lo agridulce, aunque mas agrio que dulce. Y otra vez un muñeco millonario es el oponente de todos. Menos de los millonarios.
La caravana por la república que se va a realizar en distintas ciudades de la Argentina este sábado. En nuestra ciudad la concejala Paillapí adhirió a la convocatoria desde su perfl de facebook y recibió el repudio de la organización Frente Patria Grande-Nueva Mayoría que fue lo que le dio visibilidad, también lo hizo luego…
Tras la lanzar el espacio “HECHOS”, sello con el que competirán a nivel municipal y seccional en las próximas elecciones, los hermanos Santiago y Manuel Passaglia, jefes políticos de San Nicolás, salieron al cruce del acuerdo entre los ex aliados del PRO y La Libertad Avanza, aludiendo a un sometimiento del partido amarillo ante los libertarios.
En referencia al ultimátum que Karina Milei hizo al PRO para que se sumen a un frente en la provincia que tenga el nombre de La Libertad Avanza, Manuel Passaglia cargó duro en redes.
“El camino que tomamos nosotros es el que debería haber seguido el PRO: una renovación generacional con identidad, convicciones y coraje para no entregarse al poder de turno”, dijo el ex intendente al mostrar la tapa de Clarín de este lunes que hablaba del “apriete de Karina al PRO.
Como contó LPO, los Passaglia definen a “HECHOS” como un espacio antikirchnerista y superador del acuerdo PRO-LLA. Aunque en estas elecciones competirá en la Segunda, con listas en los 15 distritos y con boleta seccional a la Legislatura, el armado también tiene perspectiva provincial.
“Es tomar el camino largo y difícil. Podríamos haber tomado el atajo de cerrar con uno de estos grandes frentes, que es lo que hace la mayoría, que intenta que la discusión se nacionalice. Nosotros queremos salirnos de esa lógica y discutir los problemas de la ciudad y cómo los resolvemos”, dijo Santiago Passaglia este martes a El Norte.
Sobre el armado lanzado días atrás, en San Nicolás señalaron a LPO que en HECHOS están “en contra de los extremos” pero no se definen como un espacio de centro, sino como un armado “con identidad propia”.
La irrupción de este armado reconfigura el equilibrio de poder seccional y eso genera preocupación en el PRO, que en la Segunda pone en juego tres bancas en la Cámara baja en esta vuelta
Así, detallaron que, durante la campaña, buscarán poner la gestión local en el centro: “Tenemos algo que no tiene nadie: un modelo de transformación exitoso. La ciudad más moderna y digital”, señalaron.
La irrupción de este armado reconfigura el equilibrio de poder seccional y eso genera preocupación en el PRO, que pone en juego tres bancas en la Cámara baja en esta vuelta, donde la Segunda eligirá 11 diputados provinciales, por lo que un espacio que llegue a las dos cifras puede lograr representación en la Legislatura.
Vamos a tener candidatos en las 15 ciudades de la sección. Después de la repercusión que tuvo el lanzamiento, fue mucha la gente que se acercó de afuera de la política
Los Passaglia no solo conducen el distrito de mayor peso electoral en el norte bonaerense, también tienen una construcción regional que ya habían consolidado en 2023, cuando incluso impulsaron candidaturas en distritos vecinos, como Ramallo. Pero, en esta oportunidad, tienen previsto nutrir el espacio con personas que no vienen de la política.
“Vamos a tener candidatos en las 15 ciudades de la sección. Después de la repercusión que tuvo el lanzamiento, fue mucha la gente que se acercó de afuera de la política, profesionales y gente joven con ganas de cambiar las cosas”, dijo el intendente nicoleño.
En cuanto al acuerdo del PRO con los libertarios, para los Passaglia existe una relación de sometimiento de una de las partes, por lo que hablan de “estafa electoral”.
“Tenemos una mirada distinta de la realidad, no creemos que sea un acuerdo hecho con honestidad. Es un pacto entre dirigentes, no es un acuerdo de la gente”, sostienen.
Las familias reginenses y de alrededores vuelven a encontrarse este domingo 21 de noviembre desde las 20:30 hs en el Anfiteatro Cono Randazzo de Villa Regina para vivir una noche inolvidable. Más de cuarenta años de trayectoria tiene el FOGÓN ESTUDIANTIL en nuestra ciudad y muchos de nosotros siendo estudiantes del Instituto Nuestra Señora del…
Ahora habla un poco más lento. Pero entiende todo. Sabe todo lo que pasó y a todo responde. El cuerpo está más débil, con los músculos escuálidos después de casi tres meses postrado en la cama. Pero Pablo Grillo es él otra vez. Y es alguien más: ahora es un fusilado que vive. Sale esta mañana del Hospital Ramos Mejía después de 83 días en terapia intensiva para empezar su rehabilitación en el Hospital Rocca en Devoto. Allí trabajarán sobre su sistema nervioso y motor durante la mañana y la tarde. Después –calculan los médicos que en dos o tres meses– van a construir con una impresora 3D la prótesis a medida de su cráneo, del que hoy Pablo sólo conserva la parte central. El costado derecho se lo removieron cuando lo operaron por primera vez, el día que ingresó casi al borde de la muerte en la terapia intensiva. El costado izquierdo se lo destruyó la granada de gas que le disparó el gendarme Guerrero, en aquel movimiento que ya es una marca de estos tiempos: el fotógrafo da cuatro pasos apurados de la vereda hacia el centro de la calle, se pone en cuclillas junto a una chapa prendida fuego, apunta la cámara hacia la cuadrilla de hombres armados que viene de frente y en un segundo el cuerpo se detiene, cae vencido sobre su costado izquierdo con la forma de un ovillo inerte.
El último fin de semana, antes de que Pablo saliera del hospital Ramos Mejía, ocho bailarinas repetían en el centro de Buenos Aires aquel movimiento coreografiado: los ocho cuerpos bajan acuclillados, las manos vacías se juntan frente al rostro dejando un hueco para la cámara imaginaria, se detiene el tiempo un instante y luego caen, ocho ovillos al suelo. El movimiento performático es un poco más lento que el original. Como habla Pablo ahora. Una sintonía fina que transforma la tragedia en belleza. La amenaza de la muerte segura en la esperanza de la vida. Quizás un momento clave de nuestra época.
Después de 83 días y 5 operaciones, le dieron el alta a Pablo Grillo. En dos o tres meses, los médicos van a construir con una impresora 3D la prótesis a medida de su cráneo, del que hoy sólo conserva la parte central.
A Pablo lo operaron cinco veces. Cuando ingresó a la terapia el 12 de marzo con la frente abierta como una fruta estallada los médicos pronosticaron que si llegaba a sobrevivir podía quedar en estado vegetativo. La herida era enorme y había perdido masa encefálica. “La primera operación fue para cortar la hemorragia y salvarle la vida –cuenta su hermano Emiliano– porque el cerebro estaba suelto en la cabeza: tuvo el impacto del proyectil en el lado frontal izquierdo y el cerebro rebotó en el lado derecho, entonces tenía dos hematomas. Y hubo que hacer una operación por cada uno”.
Una semana después Pablo abrió los ojos. Se encontró envuelto en cables, con el cuerpo entumecido y la boca llena por un tubo que le recorría la garganta hasta los pulmones. Sólo se escuchaba el ronroneo y los pitidos de las máquinas que los mantenían vivos a él y a otros quince internados. Lo último que recordaba era aquel movimiento entre el humo y el griterío, los pasos apurados hasta la calle, bajar en cuclillas y apuntar. Después, la oscuridad.
“Al principio no le podíamos contar nada porque no sabíamos qué recordaba y qué no –dice Fabián, su papá–. Lo que nos recomendaron desde el área de salud mental del hospital era que fuera todo a demanda. Que él nos preguntara. Si no quería saber, no le decíamos”.
–Hola, viejo.
Pablo dijo esas dos primeras palabras con la voz agrietada, después de que lo desentubaran. Hasta ahí se había comunicado con señas y miradas. “Tratamos de no entrar con remeras, gorras o prendas que dijeran Fuerza Pablo ni nada por el estilo –cuenta Fabián– hasta que empezó a preguntar”.
Le mostraron el video en un celular. Se vio a sí mismo lanzarse hacia la calle, ponerse en cuclillas y caer hecho un ovillo después de recibir el tiro de Guerrero. Desde la cama del hospital, increíble y delicadamente vivo, Pablo solo dijo:
–Cómo me dieron.
Con los días empezó a mover las manos y los pies. Recuperó la voz y empezó a hacer más preguntas. Escribió su nombre en un papel. Empezó a hacer garabatos y dibujos. Recibió más visitas. Familiares y amigos se acercaban a verlo en esa ventana de una hora que le daban cada día para saludarlo y darle fuerzas.
Alimentada por la bronca, la preocupación y la esperanza, esa fuerza se fue expandiendo. El nombre de Pablo Grillo apareció en carteles y remeras en las calles. En plaza de Mayo alguien instaló una silueta de cartón con su imagen. En Córdoba pintaron un mural de Pablo de pie sosteniendo una cámara. La consigna de “Justicia por Pablo Grillo” se esparció por las redes y en forma de volantes, stickers o pintadas con esténcil en las paredes. Se consolidaron rituales: semaforazos todos los viernes a las siete de la tarde en la plaza Mariano Moreno, en su barrio de Escalada, peñas solidarias, un festival rockero donde participaron los médicos y los hijos de los médicos, hasta un locro popular el último 25 de mayo. Los músicos de La Renga pidieron justicia y pronta recuperación desde el escenario en un recital en Bahía Blanca. Lo mismo hicieron La Bersuit, Divididos, Víctor Heredia. El Indio Solari le mandó un mensaje de WhatsApp que después se viralizó en las redes: “Desgraciadamente te ha tocado a vos convertirte en un símbolo más de la represión y la barbarie que se vive en la Argentina. Te deseo que te rehabilites, que puedas seguir pensando. Es una canallada lo que te ha pasado. Pero estás vivo”.
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Todos los que estamos pendientes de la salud de Pablo recuperamos la esperanza cuando el 7 de mayo circuló en las redes una foto suya acodado en un balcón del hospital, con ambo azul y un gorro rojo de Independiente cubriéndole la cabeza desnuda. Después de meses había salido al aire libre, primero en silla de ruedas, más tarde de pie. Era su día número 55 en terapia intensiva. Los médicos estaban asombrados por la recuperación, pero seguían preocupados: Pablo perdía líquido cefalorraquídeo por la nariz. Tuvieron que operarlo dos veces más. El 15 de mayo para frenar la pérdida de líquido. Entonces hizo un cuadro de hidrocefalia: aumentó el flujo dentro de las cavidades, presionando y poniendo en riesgo el tejido cerebral. El 20 de mayo volvió al quirófano: le implantaron una válvula de drenaje para aliviar la presión.
Su cuerpo, blanco de la coreografía de violencias que se han naturalizado en la argentina de Milei, se convirtió en símbolo: hay pintadas, murales y hasta una obra de teatro que toma su historia.
Mientras se recuperaba, entre una operación y otra, volvió a sacar fotos. Una selfie con el celular junto a sus padres el 7 de mayo en el balcón. Y alguna a su ventana de la terapia con una cámara prestada. La suya estaba destruida. Cora Gamarnik, investigadora del Conicet especialista en fotografía y parte de la familia política –Pablo es sobrino de una prima suya– lo visitó en el Ramos Mejía y le llevó algunos libros. Y tiene una hipótesis sobre la suerte de Pablo: “La cámara recibió el primer impacto, la granada golpea ahí y desvía mínimamente la trayectoria. Creo que parte de lo que le salvó la vida fue su propia cámara”.
La Nikon D800 es profesional pero antigua. Puede sacar cuatro fotos por segundo –hoy las más nuevas llegan a sacar entre treinta y cuarenta–, es un aparato robusto. El impacto le despegó parte de la lente, le arrancó un botón y le cortó la correa. Con todo, amortiguó el disparo mortal del gendarme.
Cora Gamarnik está feliz por la recuperación de Pablo, pero no pierde de vista el fondo del asunto: “No se ve un ataque tan sistemático a los periodistas desde la dictadura militar – asegura -. En el 82 los fotógrafos también fueron un blanco de represión. En democracia, hubo episodios gravísimos durante el gobierno de Macri, cuando fue la movilización en contra de la reforma previsional. Pero nunca tan alarmantes como ahora. Contamos con más de un centenar de fotógrafos heridos durante el gobierno de Milei. Nunca fueron tantos”.
El ataque más grave a la libertad de expresión fue el último 31 de enero, cuando empezó el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso: 35 periodistas fueron heridos con balas de goma. En todas las marchas se reportó el mismo mecanismo. Cuando la policía reprime a los manifestantes, tiran, golpean o gasean a cualquier periodista que esté registrando el hecho. También está la modalidad del atropello: el 25 de marzo la policía motorizada chocó a Miguel Lo Bianco, de Reuters, y el 2 de abril al reportero Diego Gómez. No discriminan por ideología o línea editorial: en la marcha de los jubilados del 28 de agosto gasearon todos juntos y al mismo tiempo a los camarógrafos de C5N, La Nación+ y Canal 9. Tampoco disimulan: el último miércoles 28 de mayo gasearon a Antonio Becerra, el fotógrafo de Tiempo Argentino al que Santiago Caputo le tomó la credencial del pecho y lo marcó durante el debate de candidatos a la Legislatura porteña a fines de abril. Antes, la criminalización mantuvo detenidos e incomunicados a los reporteros Tomás Cuesta y Javier Iglesia.
Y el propio Presidente lo verbaliza: el 19 de abril tuiteó “la gente no odia lo suficiente a estos sicarios con credencial”. Luego el 3 de mayo: “No odiamos suficientemente a los periodistas”.
Patricia Bullrich, mientras, niega todo. El 9 de febrero, después de los tiroteos de la Ley Bases, recibió a un grupo de delegados de Adepa, Fopea y la Fundación Led y les dijo que es imposible pretender evitar que se registre lo que pasa en las calles.
A la ministra de Seguridad, que ha bajado su visibilidad en las redes y los medios en las últimas semanas, podrían caberle responsabilidades penales por el operativo que dejó a Pablo Grillo al borde de la muerte. También al director de Gendarmería, Claudio Brilloni, al jefe del Destacamento Móvil 6, Héctor Ferreira, y al jefe del Comando Región I, Marcelo Porra. Por lo pronto, sólo está imputado el cabo Héctor Jesús Guerrero por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La causa, a cargo de la jueza María Servini de Cubría, avanza lento. Recién el 7 de mayo –el mismo día que Pablo salió al balcón y su nombre volvió a sonar fuerte en todos lados– la Gendarmería entregó el legajo y la información que el fiscal Eduardo Taiano había pedido oficialmente el 28 de marzo. Recién el lunes 26 de mayo la médica forense de la Justicia Nacional, Claudia Zuñiga Teppa, y los médicos designados como peritos de parte visitaron a Pablo Grillo en el hospital Ramos Mejía. Ayer se conoció su informe, donde se constatan las heridas gravísimas y el riesgo de muerte.
Durante el gobierno de Milei, más de un centenar de fotógrafos y reporteros fueron heridos. Nunca en democracia fueron tantos. Las organizaciones de derechos humanos denuncian un plan sistemático de ataque a la prensa.
En el entorno de Pablo reclaman velocidad en la investigación y advierten maniobras del gobierno que parecen tender al encubrimiento. Un informe de la querella, que llevan el Cels y la Liga Argentina por los Derechos Humanos dice que “luego de analizar el contenido de los videos aportados por la GNA y las modulaciones aportadas por la Policía Federal, queda en evidencia que existen en ellos inconsistencias, vacíos temporales y fragmentación. En el caso de los videos, se advierten tramos faltantes en momentos clave del operativo, así como la omisión de escenas de interés probatorio”.
Mientras que el archivo de audio con las modulaciones radiales entregado por la Policía Federal “presenta una duración sustancialmente menor al rango horario consignado en su título, sin explicación sobre el criterio de recorte ni acompañamiento de transcripción o indicación precisa de los horarios cubiertos”.
Esta mañana, en la vereda del Ramos Mejía, la abogada querellante Claudia Cesaroni asegura que “la responsabilización política de la ministra no pasa por la acción judicial, sino por otros carriles: por ejemplo en el ámbito legislativo, que debería actuar con más insistencia en ese punto”. Su compañera, Agustina Lloret dice que “una respuesta judicial buena y eficiente, a lo sumo va a generar alguna disuasión entre los gendarmes, pero en la medida en que haya autoridades políticas que envalentonan, arengan y facilitan la violencia, lamentablemente la represión y la violencia van a seguir”.
Del gendarme Guerrero, en tanto, nadie sabe nada. No hay ningún sumario, ni información sobre su paradero. Gendarmería no ha respondido a los pedidos de informe sobre su situación. Hay quienes dicen que quizás, incluso, puede seguir participando de los operativos.
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A pocos metros del Congreso, en la Universidad Nacional de las Artes, trabaja la coreógrafa Jazmín Titiunik. Participa del Grupo de Experimentación en Artes del Movimiento en del Departamento Artes del Movimiento. Ya se acostumbró a que cada miércoles por la tarde los ensayos ocurrieran entre el ruido de los tiros y las sirenas. “Más allá de que aquí trabajamos el lenguaje de la danza y que nosotros tomamos el cuerpo, me di cuenta de que había algo específico pasando en los cuerpos, en los territorios, que era devastador”, explica. Y cuenta su mayor preocupación: “Hay una normalización de esta cotidianidad donde los cuerpos son golpeados, pateados, detenidos, encarcelados, gaseados. Y está lleno de imágenes, circulan videos, fotos, pero la sensación es que ya no se ve, aunque esté en frente”.
Fue entonces que, con su grupo de experimentación empezaron a repetir el movimiento de Pablo Grillo: una coreografía de cuerpos que se acuclillan, llevan las manos frente al rostro como tomando la cámara, y luego caen al suelo, en el mismo ángulo y la misma posición que cayó Pablo. Incorporaron ese movimiento a la obra ¿Cómo hacer ver? que aborda la represión policial y que ya presentaron en La Manzana de las Luces y el Museo de la Untref. Como lo había dicho el Indio: el movimiento de Pablo, Pablo mismo, convertido en un símbolo de la represión y la barbarie.
Cora Gamarnik cree que hay un significado aún mayor: “Es una metáfora de lo que estamos viviendo como país. Un pibe que va a expresar su solidaridad y su trabajo en una manifestación, en una protesta social, por un derecho, que termina herido de muerte por reclamar lo que es justo pero sin embargo se rodea a su vez de todo el amor, la solidaridad y el pedido de justicia. Lo salva ese amor y el hospital público, la salud pública, la solidaridad que recibe de tantos lados y que demuestran que no se sale solo”.
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Esta mañana, en la puerta del Hospital Ramos Mejía, Pablo sale acompañado. Desde las nueve se empieza a juntar gente en la vereda de calle Venezuela, frente a la entrada del edificio que ocupa toda la manzana. La espera dura casi una hora y media. Llegan los amigos, la familia, los periodistas. Seis médicos de delantal blanco rodean al padre. Hay uno que no deja de hacer chistes y palmear a los demás. Se arma un pasillo de gente en torno a la salida que viborea hasta la ambulancia. Pablo va a recorrer seis metros hasta el vehículo del SAME, para partir al Rocca. La primera vez que se abre la puerta todos levantan las cámaras por sobre las cabezas de quienes estamos en la fila y sale un camillero vestido de rojo. Se ríe y estira las manos con las palmas hacia abajo pidiendo calma:
–Tranqui, tranqui que soy yo.
Nadie sabe quién es, pero varios se ríen. Bajan las cámaras.
Pasa un instante y las puertas se abren otra vez. Pablo aparece en el rectángulo con la sonrisa indestructible. Levanta el pulgar. No abre la boca. Primero está en la silla de ruedas, después lo suben a una camilla. Atraviesa el pasillo de fotógrafos y periodistas. No parpadea. Ni dice nada. Los amigos cantan:
–Che Pablito, volvete para el barrio, para seguir luchando.
Cuando termina el recorrido y lo suben a la ambulancia, dos de ellos ríen a carcajadas. Uno dice al otro:
–No entendió un choto.
–¡Es un montón! –le dice el otro– Vas a ver qué bien le hace.
Cuando la ambulancia se cierra y empieza a bajar a la calle Venezuela, Fabián está a un costado consolando con un abrazo apretado a un camillero gordo con gorro de San Lorenzo que se ha largado a llorar. Uno de los médicos, el que se pasó toda la mañana haciendo chistes, se ha quedado mudo, con los ojos rojos. Otro, que parece el jefe –mientras cinco están con delantal blanco él lleva sobretodo– saca el teléfono y marca un número:
–Está saliendo con toda la unidad –dice contento, como quien logra decir las palabras que ha esperado mucho tiempo para decir–. En veinte minutos está con ustedes por allá.
La ambulancia se va y sonríen los camarógrafos, que siguen apuntando. Sonríe la periodista que ya dejó de hablarle al micrófono. Sonríen los amigos y sonríe el padre que se seca las lágrimas. Igual la madre. Y todos a la vuelta.
Hoy, en el país de la crueldad, tenemos un respiro. Aquí, en esta vereda, estamos felices.
La Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad de Villa Regina junto a Migraciones con sede en Neuquén llevó adelante la atención y asesoramiento de personas que necesitan regularizar trámites para, entre otras cosas, obtener su DNI. Este trabajo se viene desarrollando una vez al mes en las oficinas del área e incluye asesoramiento de…
Más de diez años de obra, menos de la mitad de los 100 kilómetros anunciados hace más de quince años. Cuatro mandatos presidenciales, 10 kms por gestión. No hay nada que celebrar. En el día de ayer se llevó a cabo la inauguración de la habilitación de los puentes que faltaban entre Godoy y Cervantes…