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EL -IN-CONSCIENTE FACEBOOK

Sabemos que Facebook (FB) juega con nuestros datos y nos estimula en diversas áreas a partir de ello. Si estás embarazada y comenzás a cliquear páginas de ropa de bebé, en breve tu FB va a estar atiborrado de accesorios para embarazadas. Si te gusta las zapatillas deportivas, la programática infalible de FB te va a mostrar esas que te gustan. En el mundo donde coexistimos esto resulta lógico, el marketing y el consumismo tecnológico avanza y convive con nosotros en nuestras casas, o mejor dicho, a donde llevemos nuestro celular.

FB es el mayor territorio digital del planeta, cuenta con 2.000 millones de usuarios. Tiene una gran base de datos y gran capacidad tecnológica para analizarlos. En el mundo virtual todo el tiempo estamos compartiendo nuestros datos y la información genera poder. Por ejemplo, en un promedio de 70 “me gusta”, es posible predecir la orientación sexual con un 88% de precisión o qué partido político preferís en un 85%. Google percibe 4,5gb de información por persona promedio y en youtube se ven 1.000 millones de horas de videos al día.

Ahora, resulta que FB le cedió datos susceptibles sobre usuarios norteamericanos a Cambridge Analytics (empresa que ofrece investigación de consumo, apoyo a campañas políticas y soporte digital) y ésta comenzó a usar la información para diseñar campañas dirigidas a indecisos en varias elecciones, como la presidencial de Donald Trump. En nuestro país ese esquema maqueavélico de campaña encuadra a la perfección ya que las opciones están polarizadas en casi toda Argentina. Pero la idea no es profundizar esa dualidad política. Sino darnos un baño de realidad, y concientizar acerca del “falso” sentido de independencia en nuestras decisiones.

Para las campañas políticas se averigua todo de todos. Más de lo que vos podés saber, ya que vos podés olvidar, pero eso no sucede en su sistema. Con millones de datos de electores  un equipo de campaña crea un mundo a medida de tus prejuicios y esperanzas; y lo pueden hacer porque te conocen. Generan una saturación plena en redes sociales. La inversión en propaganda DIGITAL  política creció en Argentina (en EEUU un 2500% en 4 años), mientras todas las demás propagandas NO DIGITALES bajaron. Como es oneroso trabajar en la adulteración mental de millones con ese rango de datos, eligen grupos de indecisos. Que suelen ser quienes terminan definiendo una elección bipartita.

El mecanismo se exprime al extremo de estar dirigido a cada persona. La persona navega en las redes sociales y ve que el candidato A ofrece medidas compatibles con su forma de pensar, por el contrario el candidato B tiene un perfil con baja aceptación. Miles de trolls pasan el día atacando a un candidato con lo que cada individuo quiere leer o escuchar. Aunque quieras estar por fuera de eso no podés salir porque estás rodeado. En los seguidores que tenés y seguís, en FB, en los emails, en todo el mundo digital te llega lo mismo: el candidato B es pésimo. El A menos malo.

Hace dos décadas, vivimos en lo que se denomina "democracia negativa", se detesta a todos los políticos, se vota por los que vienen por fuera de ella y se vota más "en contra" que "a favor" del candidato. Se vota al que parece "menos malo". La campaña de saturación no es sobre lo genial del candidato A sino sobre lo terrible que es el candidato B. Ellos te crean un mundo paralelo que funciona las 24 horas, en el que ese candidato es el menos malo para vos y el otro es el horror.

Y vos, que te creías independiente, terminás por votar al candidato que te impusieron. Si queremos resguardar un ápice de capacidad propia de elección, sin manipulación, debemos interrogarnos de todo lo que se nos presenta. Principalmente de los mensajes que anuncian justo aquello que deseamos leer.



Imagen: Lloyy

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