EL CIELO DE ATACAMA SE PINTÓ DE POLIÉSTER Y COLORANTES SINTÉTICOS
El gran basural textil del desierto de Atacama ayer se incendió, miles y miles de toneladas de ropa incineradas con un alto costo ambiental, aún se desconoce el causante del mismo.
El desierto de Atacama se convirtió en los últimos años en el mayor receptor de las casi 60.000 toneladas de ropa que importa Chile proveniente principalmente de China y Bangladesh sin uso y de ropa usada proveniente principalmente de Estados Unidos, prendas que se desechan de stocks remanentes de la cadena Fast Fashion.
Chile particularmente lidera el primer puesto de consumo de ropa y el segundo puesto como importador de ropa usada en Latinoamérica.
Esta importación carece de trazabilidad, además ya es bien sabido que la moda es una de las industrias que mayor contaminación genera en el ambiente a nivel mundial.
- Trazabilidad: Según el movimiento activista Fashion Revolution, la trazabilidad es “el conjunto de procesos, ubicación y trayectoria de un producto a lo largo de la cadena de suministros”.
Más del 50 % de las prendas están confeccionadas con fibras sintéticas como el poliéster, que es un material plástico derivado del petróleo, es decir que nos vestimos gracias a las dos industrias más contaminantes del planeta. Para pensar, ¿No?
Las prendas realizadas con esta fibra tienen un tiempo medio de degradación de 500 años.
El 60% de la ropa que se fabrica termina en vertederos y de ese desecho sólo el 85 % se recicla o se reutiliza.
El 20 % de las aguas residuales mundiales corresponden a los desechos de esta industria, en este dato sólo se tiene en cuenta el costo ambiental del tratamiento de tintes.
Otra consecuencia de las prendas realizadas a partir de poliéster es el daño ambiental que se produce a través de los lavados de las mismas ya que este tipo de material libera microplásticos, un gigante invisible del que recién el último tiempo estamos siendo conscientes de ello. Estos microplásticos terminan en las vertientes de ríos y mares, en donde se transforman en la dieta de los seres acuáticos, de hecho hace algunos meses han salido estudios comprobando la existencia de microplásticos en la sangre humana.
Seguimos con un concepto erróneo de comprar rápido y barato que corresponde a este sistema productivo llamado Fast Fashion sin darnos cuenta que tiene consecuencias ambientales altísimas que no tienen retorno alguno.
Por esto, antes de comprar, mirá la etiqueta, infórmate de qué está hecho ese material. ¿Qué cantidad de agua se utilizó en su proceso? ¿Lo confeccionó una persona en condiciones laborales decentes?
Preguntate si es necesario que adquieras esa prenda nueva y si la compras, evita los lavados excesivos, pensemos y reflexionemos en el planeta que le queremos dejar a nuestros hijos/as. No creo que quieras dejarle un mundo lleno de plástico.
- Fast Fashion: La moda pronta o moda rápida es un término contemporáneo utilizado por cadenas de moda para referirse a diseños que salen rápidamente de la pasarela para capturar tendencias de moda actuales.
- Slow Fashion: La moda lenta es una faceta de la moda sostenible y un concepto que describe lo opuesto a la moda rápida, parte del “movimiento lento” que aboga por la fabricación de prendas de vestir respetando a las personas, el medio ambiente y los animales.
Todas las notas sobre MODA y MEDIOAMBIENTE de Sofi Drago en este enlace: https://latapa.com.ar/autor/sofia-drago/
Foto: MARTIN BERNETTI / AFP