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EDUCACIÓN: ENCRUCIJADA ENTRE LA AGONÍA Y LA SOLUCIÓN

La solución a la mayoría de los problemas sociales (desigualdad, violencia, corrupción) que nos aquejan en la vida moderna, tienen el inicio del proceso de evolución en la educación. Pero inentendible y lastimosamente, nuestra clase política logró con esfuerzo y dedicación que la misma sea, hace mucho tiempo, un problema en sí mismo. Por ende, lo que vendría a solucionar el problema, está roto. Una analogía sencilla sería la paradoja de intentar arreglar el motor de un auto con herramientas rotas.

El modelo con el que nos educamos casi todos nosotros es el instaurado en Prusia en el siglo XVIII, que estableció la educación primaria gratuita y obligatoria, entre otras cosas con el objetivo de crear una clase trabajadora dócil, respetuosa de la autoridad (padres, maestros, sacerdotes, rey) y cuyos integrantes se acostumbraran a cumplir horarios. Johan Gottlieb Fichte, el filósofo que impulsó este sistema educativo escribió “si quieres tener influencia sobre una persona, tienes que hacer más que tan solo hablarle, tienes que formarlo de tal manera que no haga otra cosa que lo que quieres que haga”. Bajo esa línea de pensamiento filosófico es como nos educaron.

Las clases ya se imponían con formas sutiles de moldear a los jóvenes: sentados en filas para escuchar a los profesores, materias que debían ser memorizadas sin estar relacionadas con las demás para no estimular el pensamiento crítico de los estudiantes. Dictadas en períodos sucesivos de 40 minutos para que los alumnos sufrieran constantes interrupciones que no les permitieran desarrollar ideas superadoras.

Las nuevas realidades económicas no requieren una clase trabajadora dócil y disciplinada, que solo tenga conocimientos básicos de lectura y escritura, matemáticas y humanidades. El mundo de hoy necesita gente creativa, emprendedora y exploradora, que se siga educando durante toda la vida y que sean capaces de concebir e implementar nuevas ideas. Desgraciadamente ese es el tipo de alumno que este viejo formato intentó desincentivar desde siempre. Más de la mitad de los chicos que hoy empiezan la escuela terminarán trabajando en empleos que todavía no se inventaron. Así de paradójico.

En 2017 una gran parte de la provincia instauró la nueva Escuela Secundaria de Río Negro (ESRN). En el consejo escolar zonal alto valle este II (AVE II) que rige los colegios de Villa Regina, un sector de docentes nucleados en UNTER (Unión de trabajadores de Río Negro) que se oponían al cambio impidieron que se instale, pero solo lograron posponerlo. En 2018, la ESRN se implementa. El nuevo formato tiene infinidad de aristas para analizar, tantas que merecen una columna propia e inclusive solo una, sería poco. Lo impostergable es el cambio radical que necesita la educación, si es éste el indicado no resulta oportuno presagiarlo. Hay docentes que lo rechazan y otros que lo aceptan; aunque seguramente estas opiniones broten de la conveniencia y comodidad personal y no del pensamiento en beneficio del  alumnado.

En materia educativa lo que se percibe en el cambio es la intención de romper con el método antiguo en relación a la necesidad de atenciones individuales de cada alumno ante la aceptación de que no todos cuentan con las mismas capacidades y posibilidades: sociales, económicas e intelectuales.

Desde lo político se visibiliza el objetivo de manipular los números que los exponen ante el fracaso educativo en cuanto al nivel de repitencia y abandono, no solo a este gobierno en particular sino también a todos los que hacen sombra desde atrás. En la ESRN, el alumno sigue una trayectoria y no repite, sino que va posponiendo y recuperando materias a lo largo del ciclo. Y el límite de inasistencia, que en principio depende de un porcentaje predeterminado por materia, queda supeditado a un tribunal examinador que de seguro extenderá licencias inagotablemente.

En definitiva el ser humano se educa solo por medio de otros seres humanos, que también fueron a su vez, educados. Esto se convierte en una compleja variable coactiva si entendemos que, los encargados de educar a quienes son el futuro están impregnados de una conciencia educativa añeja, rudimentaria y atrasada que no va en paralelo con los avances tecnológicos, científicos y económico/comerciales de la sociedad. Y no hablo solo del presente, sino de lo que demore una purificación donde se imponga una mayoría que implante un nuevo formato pedagógico/educativo, que vaya más allá de lo dispuesto por el Estado (provincial o nacional), sino que dependa de un cambio interno del docente, en consonancia con una mejor lectura de la realidad social, cambio en sus metodologías de trabajo, y el logro fundamental y complejo de la generación de empatía interpersonal con los alumnos.

La Tapa-Emiliano Martín Piccinini

 

Sir Ken Robinson: “Las escuelas matan la creatividad”

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    Alto guiso

     

    La Argentina transita con irracionalidad la añoranza del bienestar y la resignación a la pérdida y la renuncia ilimitadas.

    Por Jorgelina Áster para Noticias La Insuperable

    Habrá quienes todavía recuerden los quince pesos que en 2011 un hincha de Lanús afirmaba que le eran suficientes para preparar un “alto guiso”. La cifra actualizada con datos del Indec nos daría la suma aproximada de seis mil para este año, aunque la realidad de almacén o supermercado se rían de estadísticas e índices.

    A pesar de estar atravesados por la inopia, veríamos con asombro la fortuna que le costaría a una familia tipo alimentarse a puro guiso al considerar el ingreso medio del país. La IA, con benevolencia, ofertas y terceras marcas, calcula poco más de nueve mil pesitos para cuatro porciones de un guiso enano. Un jubileta solitario podría recalentarlo, si aún tuviese gas, y oblar cerca de dos dólares por porción.

    La magia del ajuste, el sinceramiento dolarizado de tarifas, el reacomodamiento de los precios relativos, el repliegue del Estado, las virtudes de los monopolios que antaño no sabíamos apreciar, el innegociable déficit cero y la mar en coche de las libertades libertarias de licuadora y motosierra nos han devuelto a las piadosas costumbres de agradecer a las fuerzas del cielo los alimentos y besar el pan aunque las panaderías estén en vías de extinción.

    Vuelto en contra

    La retórica libérrima, a voz e improperio al cuello, nos ha librado, por otra parte, del vicio del lugar común: si alguien dijera, por ejemplo, la trillada frase “no llegamos a fin de mes”, confiado en la contundencia que supo tener esta figura, comprobaría de inmediato que un viejo aliado de la retórica de entrecasa se ha vuelto en contra.

    Enalteciendo la literalidad, con procaz soberbia, los corifeos del libre mercado esgrimirían que a fin de mes llegan todos aunque ya en los últimos días del periodo en cuestión no se entreguen al derroche al que los había acostumbrado el populismo que pregonaba la envidia propia de la justicia social.

    Y tras cartón caería una lluvia de cifras improvisadas, indicadores improcedentes e infamias porcentuales en el marco de una procacidad de alta frecuencia que, hasta ayer nomás, hubiera hecho ruborizar a un camionero.

    Pero en un contexto en el que cualquier funcionario puede agitar, sin rubor, el fantasma del comunismo sin considerar que vive en el siglo XXI, que el lugar común tradicional sea tergiversado para convertirlo en boomerang contra el que lo usó no debería sorprender en absoluto.

    Hasta el lugar común, ya desvalorizado en el terreno de la retórica, entonces, ha perdido su valor práctico. Igual que el bienestar, el salario y los derechos, ingresa a la lista de pérdidas que empobrecen al sector más numeroso de la sociedad argentina. Todo un símbolo de lo que representa el pozo sin fondo de la renuncia ligada a la irracionalidad programática.

    No faltará el comedido que, con la mejor de las intenciones, dijera que esta pérdida traerá más beneficios en favor de la oratoria de entre casa que heridas al entendimiento. A la irracionalidad organizada hay que combatirla con un aliado de calidad, es decir: un lenguaje tan enriquecido como original, rematará el cándido bienintencionado.

    Pero para quienes miren con la lente del símbolo o desde la perspectiva del despojo, perder hasta lo que nadie hubiese osado considerar oneroso es casi lo mismo que, en amplísimo sentido, encontrarse a las puertas del  reino de la miseria espantosa.

    Del guiso enano al besapán

    Que el alto guiso se haya convertido en delicia gourmet y que mentar la ventaja alimentaria que representa vivir en el país que podría nutrir sin esfuerzo a cientos de millones de personas haya perdido fuerza argumental explican el irrefrenable impulso que hoy nos tienta a besar el pan, algo que solo se evocaba para ilustrar penurias de guerra o desesperantes tiempos de posguerra.

    Mientras quienes se presume progresistas aceptan el imperio del economicismo delirante pero intentan encontrar razones que expliquen por qué llegamos a caer en la trampa de los extremistas reaccionarios, se impone el olvido de las estaciones del camino que nos trajo hasta acá. Cualquiera diría que nunca antes se le entregaron las llaves del reino a derechas rancias.

    Hasta el cercano oropel del cambio parecería no haber existido. Nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato. Se impone tácitamente que desde fines de 2015 a fines de 2019 tuvimos un republicanismo impoluto solo empañado por las desventuras que nos contagió la lira turca y que el menos que mediocre albertofernandismo hubiera tenido la exclusiva de hacer saltar la liebre que nos condujo a la celada.

    Cuando todo lo que no es derechismo recalcitrante es populismo y jamás se habla de populismo ni extremismos de ultra derecha, la miseria pasa a ser consecuencia natural. Se lamenta vivir en un país agobiado por la deuda pero no se osa señalar a quienes la tomaron ni a los que le sacaron el jugo que hoy nos condena al guiso reseco, enjuto y enano.


     

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    Acorralado, Espert renunció a su candidatura

     

    El diputado de La Libertad Avanza anunció su renuncia a la candidatura para renovar su banca por Buenos Aires, luego de las denuncias que lo vinculan con el empresario narco Fred Machado. Mientras Milei intenta contener el golpe político, crecen las sospechas sobre los nexos entre ambos libertarios y el oscuro financista detenido en Viedma.


    “Por la Argentina, doy un paso al costado”

    José Luis Espert confirmó este domingo su renuncia a la candidatura para renovar su banca por la provincia de Buenos Aires, al reconocer que “por la Argentina, doy un paso al costado”. El anuncio llegó tras las denuncias que lo vinculan con el empresario narco Fred Machado, detenido con prisión domiciliaria en Viedma.

    En su comunicado, el economista sostuvo que la acusación forma parte de “una operación claramente orquestada por un sistema que destruyó a la Argentina por décadas” y dijo haber sido víctima de “un despiadado juicio mediático”. De ese modo, intentó presentar su salida como un gesto patriótico, aunque el trasfondo judicial y político muestra otra lectura.

    A diferencia de los que, ante cada campaña electoral, utilizan las mismas armas, yo no tengo nada que ocultar y demostraré mi inocencia ante la Justicia, sin fueros ni privilegios”, escribió el ex candidato, prometiendo que el tiempo “demostrará que todo esto fue una gran mentira para ensuciar este proceso electoral”.


    Fred Machado, el nombre que hizo temblar a LLA

    El caso Machado, que ya provocó cimbronazos en el poder judicial y en la política nacional, golpeó de lleno al armado libertario. Según reveló Noticias La Insuperable en su investigación sobre “El Triángulo Blanco”, el empresario mantuvo vínculos financieros con dirigentes de La Libertad Avanza, aportando dinero y logística en campañas y traslados.

    El propio Machado, que enfrenta causas por narcotráfico y lavado de dinero, fue mencionado en informes judiciales donde aparecían movimientos vinculados a operadores libertarios del conurbano bonaerense. En ese contexto, la figura de Espert quedó inevitablemente comprometida, pese a sus desmentidas públicas.


    Milei intenta contener el daño

    Tras el anuncio, Milei buscó dar por cerrada la crisis, confirmando que había aceptado la renuncia “por el bien del proyecto de cambio”. En su cuenta de X, el mandatario escribió que “el proceso de cambio profundo que estamos llevando adelante es lo único que importa. No vamos a permitir que una operación maliciosa lo ponga en riesgo”.

    El jefe del Ejecutivo también subrayó que “la Argentina siempre está por encima de las personas” y que “garantizar el cambio es más importante que cualquiera de nosotros”, en una clara señal de apoyo político hacia Espert, pero también de contención hacia las bases libertarias desconcertadas por el escándalo.

    Con un cierre que sonó más a consigna electoral que a reflexión institucional, Milei intentó reafirmar la identidad del espacio: “Aunque nos quieran ensuciar, no somos lo mismo. La Libertad Avanza o Argentina retrocede”.


    Silencio, sospechas y daño electoral

    En los pasillos libertarios nadie oculta la preocupación. La salida de Espert no desactiva el daño político, sino que lo amplifica: la oposición ya apunta sus cañones hacia el financiamiento de campaña del oficialismo y a la trama de relaciones entre empresarios, narcotráfico y dirigentes libertarios.

    Dentro de La Libertad Avanza, el propio Espert pidió a sus militantes que no se “psicopateen” y que utilicen “cada segundo que queda hasta la elección para explicarle a los argentinos la oportunidad que tenemos por delante”. Sin embargo, el mensaje fue leído como un intento de maquillar la crisis, más que de levantar la moral de las tropas.


    El proyecto libertario, en crisis de identidad

    Deseo que los argentinos vivamos como nos merecemos. Por eso no puedo permitir que el proyecto de país que emprendimos con tanto esfuerzo se desmorone”, sostuvo Espert al final de su mensaje. Pero la renuncia deja al descubierto la fragilidad del armado libertario y sus contradicciones internas.

    Mientras Milei insiste en que “no son lo mismo”, los hechos parecen contradecirlo: los vínculos con Fred Machado exhiben el costado más oscuro de la política libertaria, y demuestran que el “cambio” tantas veces prometido terminó contaminado por las mismas prácticas que decían combatir.

    En definitiva, la caída de Espert es la primera gran fractura dentro del oficialismo. Y, más allá de sus frases épicas y su retórica del sacrificio, su salida revela que el proyecto libertario ya no sólo enfrenta a la realidad económica, sino también a sus propios fantasmas judiciales.

     

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    Conan, el perro de Milei lucha por ser reconocido por su dueño que lo cree muerto. Hoy se sumó al paro de la CGT

    En un acto de desesperación y determinación, Conan ha decidido unirse al paro de la CGT, una de las organizaciones sindicales más importantes de Argentina. El perro ha sido visto en las manifestaciones, portando pancartas que exigen el reconocimiento de su dueño. Esta acción ha generado sorpresa y simpatía entre los manifestantes y ha llamado…

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