AVES QUE NO VUELAN
Los aviones han parado su frenesí aéreo, y eso los conecta con las aves que tienen alas pero no pueden volar.
La historia de la aeronáutica es mucho más reciente que la de las aves. Sin embargo, repetimos, tanto los aviones como ese tipo de aves no pueden volar.
Desde los hermanos Wright allá por los inicios del siglo XX marcarían el comienzo de la aviación (aunque antes ya se animaban a ensayar como el siguiente voceto de Leonardo Da Vinci).
Pero, las aves que no vuelan se remontan mucho más remotamente en el tiempo, situándose hace millones de años. El hecho de haber quedado aisladas en algún territorio sin predadores que las amenazaran permitió su persistencia, ya sea por sus habilidades para correr o nadar.
Quedar aislados y no poder volar dibujan un escenario actual que nos transciende como especie y nos conduce mucho más atrás en el tiempo. No poder volar para estas aves no les impidió seguir viviendo, a pesar de que muchas especies se extinguieran.
Es cierto, los seres humanos admiramos a las aves y su capacidad de volar, y si los aviones existen, en parte es gracias a la copia tecnológica de su aerodinámica lo que permitió construirlos.
Tocar el cielo con las manos, soñar que volamos, desplazarnos en muy poco tiempo a través del mundo, ir en búsqueda de otras vidas por fuera del planeta o descubrir sus enigmas. Siempre la mente y el deseo han ido más lejos que el cuerpo, aún cuando el sueño de la razón produzca monstruos.
Un medio de transporte como el avión que ha superado todas las expectativas y también a cualquier otro vehículo móvil, lo cierto es que hoy no puede volar, como el pingüino o el avestruz. Un momento histórico que quedará registrado más allá de las alas, más allá de cualquier capacidad de volar.