CÁÑAMO INDUSTRIAL
Desde que soy chica escucho la misma historia, que la fruticultura no encuentra soluciones a la crisis y vive en un loop constante, que cada año hay menos productores, que los medianos y pequeños no se pueden solventar, que otras tantas chacras quedan abandonadas sin trabajar, o son vendidas en pos del crecimiento urbano, o peor aún, por el avance industrial para la obtención de recursos.
Lejos de encontrar soluciones para volver rentable nuestra economía regional por excelencia, seguimos estancados y cada vez son más los productores monopolizados por unos pocos que se van apoderando del valle rápidamente.
Esto es tema de todos los días y es momento de ampliar los horizontes de nuestra mente y pensar qué/que otras alternativas son posibles.
EL CULTIVO DE CAÑAMO ES POSIBLE
Cannabis, cáñamo, marihuana o la planta “mil usos”, son todos nombres que se refieren a una misma especie: “Cannabis sativa”. Una planta muy versátil que crece en diversos ambientes y es utilizada para una infinidad de fines productivos como textil, papel, biocombustible, construcción, alimentos, plásticos, piezas para automóviles, sin olvidar los medicinales.
Es una planta herbácea anual que se destaca por tener un ciclo de cultivo corto (4 meses) lo que hace posible incluirlo en una rotación de cultivos. En numerosas chacras del Valle ya se pueden ver los árboles frutales arrancados donde ahora suelen cultivar alfalfa o maíz, en búsqueda de nuevas alternativas.
Su corto ciclo de producción, su bajo requerimiento de insumos químicos, su eficiente absorción de carbono y sus infinitos usos y derivados, hacen que el cáñamo se posicione como una alternativa de producción y concuerde con políticas medioambientales. En nuestro caso, sería un gran desafío como lo fue para todos los campesinos del mundo que hoy se dedican a producir cáñamo y los primeros productores en hacerlo serán los valientes.
Haciendo un análisis de las condiciones climáticas del valle de Rio Negro y del ciclo del cáñamo, podríamos cuadrar perfectamente las fases del cultivo de acuerdo a las cantidades de luz diarias y con temperaturas favorables a partir de la segunda mitad del año, por ejemplo, desde octubre hasta marzo, pudiendo producir hasta dos cosechas anuales con variedades precoces.
Requiere suelos profundos bien drenados y ricos en nutrientes, cantidad importante de agua en los primeros estadíos y es capaz de tolerar períodos moderados de sequías y heladas de corta duración.
En general es un cultivo muy rentable ya que su destino no es sólo uno, sino al tener varios usos y derivados, cuenta con una variedad de mercados disponibles y no requiere grandes gastos de producción. Pero, es muy importante contar con una industria preparada y establecida porque los procesos de cosecha, extracción del material vegetal y su posterior acondicionamiento significan una serie de inversiones en infraestructura y maquinaria adaptada.
Muchos países, por ejemplo, adaptaron la maquinaria existente de otros cultivos para este otro, al menos los productores que recién estaban comenzando con cáñamo.
Lejos de encontrar soluciones para volver rentable nuestra economía regional por excelencia, seguimos estancados y cada vez son más los productores monopolizados por unos pocos que se van apoderando del valle rápidamente.
Es cierto que es una industria que no está desarrollada en la zona ni en el país, pero es una buena opción productiva y sostenible que generaría desarrollo e innovación y atraería inversiones activando la economía del valle poco a poco. Es una alternativa. Hay que dar el paso y es ahora, porque los que no van a esperar son los capitales extranjeros y las grandes compañías internacionales de la industria que hace rato echaron el ojo a la Argentina para el desarrollo del millonario negocio.
Si en todo el mundo se da por hecho que tarde o temprano el cannabis se legalizará, tenemos que estar, al menos, preparados. Nadie dice que será un camino fácil. Mientras, nosotros seguimos luchando por una Ley de cultivo que nos permita cultivar y estudiar y se nos pasa por alto el poder que este cultivo ya tiene a escala mundial. Se avecinan nuevos desafíos en cuanto a la legalización, regulación, aprendizaje del cultivo, usos y destinos, comercialización, etc.
Deberíamos poder apreciar el potencial sostenible del cáñamo no sólo para generar una salida económica, sino también, para afrontar estrategias contra el cambio climático, promover el desarrollo sostenible y las prácticas agroecosistémicas que tan urgentes son en el planeta que hoy vivimos. ¿Será posible que en algún momento nos interesemos por el bienestar del planeta? ¿O seguiremos preocupándonos por nosotros mismo y unos metros a la redonda? El cultivo industrial de cáñamo está ganando popularidad y el mundo entero está viendo sus atributos. Nosotros somos parte de ese mundo, ¿seremos capaces de verlos?
MÁS BENEFICIOS DEL CAÑAMO
- Mejora las condiciones físicas del suelo, ya que su amplia red de raíces beneficia a la estructura del suelo.
- Compite fuertemente con malas hierbas por su rápido crecimiento y posterior sombreado con sus hojas.
- Es un cultivo que puede rotar con otros.
- Produce una especie de “mulching” o colchón formado por las hojas que caen en la última etapa del cultivo, recubriéndolo y restituyendo al suelo algunos nutrientes.
- Es una planta fitoremediadora, limpia los niveles freáticos absorbiendo los compuestos químicos aplicados años atrás.
- Es una alternativa sostenible al petróleo como combustible. El aceite de la semilla de cáñamo puede transformarse en biodiesel, como cualquier aceite vegetal.
- Reduciría la deforestación, reduciendo el impacto y los costos reemplazando la madera de un árbol que tarda 20 años para usarse, por la de un cultivo de 4 a 6 meses.
- Menor uso de agroquímicos, se puede producir agroecológicamente.
- Proporciona importantes beneficios ecológicos, uno de ellos es la relación con las abejas. Dos estudios científicos demostraron que la planta de cannabis atrae masivamente a las abejas y otros polinizadores debido a su abundante producción de polen. En nuestra zona aportaría positivamente a la producción apícola, ya que presenta una floración tardía comparada a la de los frutales. (Florac. del frutal: Septiembre-Octubre – Florac. del cáñamo: Febrero-Marzo.)
- Puestos de trabajo que generaría, las ganancias de las nuevas empresas y el dinero en impuestos directos a la recaudación del Estado.
MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL CAÑAMO
Actualmente, en más de 32 países es legal el cultivo de Cáñamo con fines industriales. China es el productor líder de Cáñamo, concentrando casi la mitad de la producción mundial y siendo el mayor exportador de textiles de cáñamo principalmente a Europa y Estados Unidos, en donde el mercado para la ropa de cáñamo está creciendo rápidamente.
Cada vez son más los sectores interesados en esta industria: compañías de biotecnología, inversores de la bolsa, compra de acciones, farmacéutica, desarrollo de maquinaria aplicada, nutrición, agricultores, etc.; que apuestan al mercado del cannabis y se encuentran en constante descubrimiento de nuevos productos derivados de la materia prima.
En nuestro caso, una buena gestión de este tipo de mercado es fundamental, debido a la gran incertidumbre que genera la transición de un cultivo tradicional a otro totalmente nuevo. Desde el punto de vista agronómico, no tenemos experiencia sobre este tipo de cultivos, por lo cual, se hace sumamente necesario estudiar sobre ensayos experimentales con la finalidad de conocer el gran universo del cannabis y su adaptación en nuestro país. Pero además de lo indispensable de evaluar la interacción de los genotipos con el ambiente y el manejo, nos encontramos con un gran limitante, lo legal, donde tenemos otro largo camino por recorrer.
Los destinos de producción de cáñamo industrial más conocidos son: de fibra y de semilla ó de doble propósito
La cosecha de la semilla se realiza aproximadamente a los 120 días desde la siembra, dependiendo del cultivar y alguno de los usos más utilizados son para consumo humano tanto la semilla entera, como harina o aceite comestible (la semilla de cáñamo es mucho más nutritiva que la semilla de soja), para alimento del ganado y para la producción de Biodisel a partir del aceite; ésta última, una alternativa sostenible al petróleo.
La recolección de la fibra se realiza antes de la producción de semillas, entre los 80 a 90 días de cultivo y se destina a la producción de papel por su alto contenido de celulosa, a la industria textil por su excelente calidad en fibra, a la obtención de combustible por medio de la bioproducción de etanol y a la elaboración de materiales para la construcción, espectacularmente termoacústicos, ecológicos y económicos.
El rendimiento para semilla ronda desde los 500 kg/ha para un rendimiento bajo a unos 2.500 kg/ha para un rendimiento alto; y en el caso de producción de materia seca para fibra, unos 8.000 a 10.000 kg/ha. Es una planta que genera mucha biomasa en poco tiempo, por lo tanto, es necesario tener en cuenta la elección de los cultivares, ya que sus rendimientos aumentarán acorde a las genéticas adaptadas que se utilicen, a las condiciones agronómicas y a las técnicas de cosecha.
Muy buena info! Eso quiere decir que el cultivo de cañamo para uso industrial no está permitido en Argentina?
Exacto, no está permitido tampoco este destino de la planta, el industrial. Directamente no está permitido su cultivo para ningún fin.