VIAJE A LA INTERRUPCIÓN

¡Vamos de paseo! Uh uh uh… Disminuir la velocidad, desvío a doscientos metros. Un lugar para visitar sin querer visitar: la interrupción. Algo se detiene o sale de su curso habitual. ¡Púmbate! No era lo que esperabas, la intención de la interrupción es lo que cuenta. ¡Las pelotas! Consuelo nímio por una imposible continuación, acéptalo o mueres. Si algo se interrumpe, hay que bancársela. No sabemos cómo ni cuándo.

Las coronarias se tapan de tanta mayonesa mediática, y es así que aparece el infarto social de un cansado corazón inflado de hastío. Se podría haber obstruido el intestino de tanta bosta acumulada. Pero no, vino a taparse la corona del rey muscular. Fitness, dijeron. Dieta, dijeron. Felicidad, dijeron. Calidad de vida, dijeron. ¿¡ Porqué no se van todos a freír moco!? Y me incluyo en los todos. Llega el frío y algo maquínico hay en la producción de mocos. Sin embargo, no se trata de oscurecer el bache o la cofradía de las intenciones.

Las intensiones están y ya es suficiente como para rajarse un pedo. ¿No es cierto? ¿Qué tipo de intensiones? Me pregunto, ¿intensión de voto? ¿Accidente intencional? ¿Intención intencionada hacia alguna intención? ¿Intensiones coloridas de una voz muda? ¿Acto intencional contra el adversario en cuestión? Suena el alerta máxima, las intensiones no saben a donde mierda ir… ¿Alerta de qué? Alerta por la interrupción que está llegando de viaje, ¿será?

¿La interrupción es un lugar o un movimiento reinvindicativo?
Usted ha sacado un pasaje directo a la capital de la Interrupción. Usted está acostado, sentado, camina, corre o es transportado por cualquier vehículo; en consecuencia llega a la capital de la Interrupción casi sin pestañar. Otra vez ¡Púmbate! Un tropezón no es caída, ¿o s¡?

¿Sueño interruptus? ¿Sensación cortada en el instante cúlmine? ¿Caminata bloqueada por una torcedura de tobillo? ¿Maratón acalambrada? No importa, súbase a un auto y verá que tiene que parar a cargar nafta que recién acaba de subir de precio.

Repito, no desespere, y me lo digo a mí mismo también, por si fuera poco. Detrás de un inicio hay una sintaxis desordenada, adelante del final hay una semántica de la fuga, en el proceso discursivo hay artefactos gramaticales para una idónea comprensión de la distorsión.

No hay que ser pretenciosos cuando uno forma parte de este viaje a la interrupción. Tampoco hay que volver a inquietarse demasiado, la necesidad aguanta, dicen. Yo no, ¿ y la interrupción? Menos.

Imagen de portada: Zillmer

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