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Villa Regina será sede de la Fiesta de la Sidra

Con la idea de revalorizar una bebida de central importancia en la historia de Villa Regina se está gestando la Primera Fiesta de la Sidra de la región.

A partir del reimpulso de la Cooperativa La Reginense en la elaboración de sidras y el trabajo que llevan adelante emprendedores y la Universidad Nacional de Río Negro en la elaboración artesanal de esta bebida, la Municipalidad comenzó a trabajar para dar forma a esta celebración que se llevará adelante cuando la situación por pandemia lo permita. Con este objetivo, el Intendente Marcelo Orazi ha establecido contactos con los principales referentes de la industria sidrera para garantizar su presencia y acompañamiento.

La iniciativa busca poner en valor la producción de manzanas y sidras como así también su comercialización en un contexto de promoción turística reginense y valletana.

De esta manera se busca que Villa Regina sea cabecera de una futura Ruta de la Sidra que incorpore también el surgimiento y crecimiento de emprendedores prestadores de actividades de Turismo Rural.

Para ello, distintas áreas municipales están trabajando en el formato que tendrá la celebración, pensando en principio en la realización de una serie de eventos, como concursos fotográficos, intervenciones artísticas, un mural alusivo, entre otros, además de una cena lanzamiento prevista para el mes de septiembre. La fecha estimada de realización de la Fiesta es la segunda semana de diciembre.  

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    LA BOCA: Historia viva de un nombre que nació del río, del barro y de una idea de mundo

     

    En Buenos Aires hay barrios que se cuentan solos, pero pocos tienen un nombre que funcione como documento geológico, archivo lingüístico y crónica inmigrante. La Boca no es solo un punto en el mapa: es una explicación completa sobre cómo se forma una ciudad desde el agua, la lengua y la política popular. Su nombre, anterior al barrio y al club, ya aparece en escritos coloniales que describían esa desembocadura peligrosa, fangosa y estratégica donde el Riachuelo se abría como una boca hacia el Río de la Plata. A partir de allí, todo lo demás fue sedimentación histórica.

    Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

    Primero fue el río: la “boca” geográfica que dio nombre a todo

    Antes de ser barrio, antes de ser conventillos, antes de ser fútbol, “Boca” fue un accidente hidrográfico. En la toponimia náutica del período colonial, la palabra boca era usada para designar el punto donde un río “abre” su salida al mar o a otro cauce mayor, lo que en geografía física se llama estuario menor.

    Las primeras referencias documentales conservadas surgen en las Actas del Cabildo de Buenos Aires, donde ya en la década de 1580 se menciona la “boca del Riachuelo de los Navíos” como área de desembarco y de fondeo peligroso por el fango y los bancos de arena. Esa designación —que aparece en inventarios de fondeaderos y en informes a la Corona— no era un nombre propio sino una descripción técnica, un marcador espacial dentro del sistema de navegación colonial.

    La ciencia geológica explica por qué esa zona se volvió tan característica: allí se daba lo que hoy se conoce como progradación sedimentaria, un proceso en el cual el río arrastra limo, arcilla y restos orgánicos que se depositan en la desembocadura, creando un borde inestable, cambiante. Por eso los mapas del siglo XVII muestran líneas difusas: La Boca era literalmente un territorio que se movía.

    Con los años, esa denominación funcional se convirtió en nombre propio. En los planos de 1810 y 1820 redactados por ingenieros militares aparece ya como “la Boca del Riachuelo”, una unidad reconocible, habitada por trabajadores portuarios, saladeros y astilleros. La toponimia había dejado de ser mera descripción para transformarse en identidad territorial.


    El barrio que inventaron los inmigrantes (y el Estado recién reconoció después)

    Aunque La Boca tenía población desde el siglo XVIII, la fisonomía barrial nació con la inmigración masiva, especialmente genovesa, entre 1870 y 1910. Los registros notariales muestran que los primeros asentamientos eran precarios, construidos sobre pilotes, porque el terreno era un pantano salitroso. La ciencia urbana describe este tipo de poblamiento como ocupación marginal de borde hídrico, común en puertos industriales.

    Los genoveses establecieron allí una microsociedad marítima: astilleros, carpinterías, bares de puerto y sociedades de socorro mutuo. De esa vida cotidiana surgió la lengua híbrida conocida como xeneize, producto del contacto entre dialectos ligures y el castellano rioplatense.

    La Ciudad de Buenos Aires y todo su Municipio 1867
    Departamento Topográfico de la Provincia de Buenos Aires — Dibujo: Carlos Glade; grabado por Julio Vigier.

    El nombre La Boca se consolidó de manera definitiva en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el Estado nacional comenzó a cartografiar la ciudad para unificar parroquias, comisarías y circunscripciones. En los planos oficiales de 1871 —los mismos que se elaboraron tras la epidemia de fiebre amarilla— la zona aparece ya rotulada como “Barrio de la Boca”. Es decir: primero vino la geografía, después el poblamiento y recién entonces la formalización estatal.

    La identidad política también fue temprana: La Boca fue uno de los primeros enclaves obreros organizados de Argentina, con huelgas, periódicos anarquistas y sociedades de resistencia. El barrio se convirtió en un laboratorio social de la modernidad rioplatense.


    Boca Juniors: un club nacido en una esquina que ya tenía nombre propio

    La historia del club aparece última, pero no porque haya sido menos importante, sino porque se montó sobre una identidad barrial ya consolidada. En 1905, un grupo de pibes del barrio —Alfredo Scarpatti, los hermanos Teodoro y Juan Farenga, y Esteban Baglietto— decidió fundar un club de fútbol en la casa de este último, frente a la Plaza Solís.

    Eligieron el nombre Boca Juniors por una razón simple, documentada en testimonios de época: querían que el club llevara el nombre del barrio, pero con un toque inglés, como hacían muchos equipos del período fundacional del fútbol argentino. La palabra “Juniors” era, para ellos, señal de prestigio deportivo y pertenencia cosmopolita.

    El club no creó el nombre: lo heredó, lo amplificó y lo convirtió en marca global. Hoy, cuando se dice “Boca”, millones piensan primero en el club, pero la historia va al revés: sin la boca geográfica y sin La Boca inmigrante, Boca Juniors no existiría.


    Referencias bibliográficas

    1. Actas del Cabildo de Buenos Aires, Archivo General de la Nación.
    2. Diego Del Pino, Toponimia náutica en el Río de la Plata (Ediciones Mar del Sur, 1998).
    3. Roberto Cortés Conde, La formación económica de Buenos Aires (FCE, 2002).
    4. Carlos Mayo, Los saladeros y el mundo del trabajo ribereño (Ed. Biblos, 1987).
    5. Archivo Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Plano Municipal 1871.
    6. Julio Frydenberg, Historia Social del Fútbol (Siglo XXI, 2011).
    7. Fundación Museo de la Boca, Anales 1965–1990.

     

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    Astillas del palo

     

    Un fundamentalista del pensamiento de la Escuela económica austríaca analiza la impostura libertariana en sus aspectos más dañinos.

    Por Jorge G. Andreadis para Noticias La Insuperable

    “No hay peor astilla que la del mismo palo”, reza el adagio popular. Y el economista Diego Giacomini, purista del pensamiento de la Escuela austríaca, desde que su ex amigo e impresentables adláteres capturaron el Estado argentino, no deja de fustigar el errático experimento económico oficial y la impostura política que tiene detrás, con sus mañosas hienas incluidas.

    Refiriéndose a su ex compinche, a quien, según ha declarado más de una vez, inició en los arcanos del ideario de Mises, Hayek, Hoppe y cía., dice –en artículo publicado hoy en Perfil- que “La política se lo devoró como jauría de hienas a leoncito viejo.”. A su modo de ver, el gobierno de LLA no solo es incoherente y dañino en el plano económico sino, también,en su dimensión ética.

    Gatito mimoso de los magnates para unos, jamoncito en el medio pero no del medio para otros, leoncito entregado a la voracidad de las hienas para Giacomini, lo cierto es que todo parece indicar que la burbuja libertariana se sostiene únicamente con las milagrosas gotas de detergente de agónicos salvatajes en formato préstamo: dólares y mañas de hiena.

    Por otro lado, igual que los elefantes que tan poco escuchamos, hace hincapié en la vieja película de terror que siempre nos presentan como estreno absoluto: “El BCRA de Milei, Caputo y Bausili quiere intentar hacer los que casi todos procuraron hacer en el pasado”, afirma, y también destaca que “en tan solo dos años el actual gobierno ya ha cambiado cuatro veces de política monetaria y cambiaria”.

    Entre tecnicismos y dogma, el titular de Economía & Ética no deja de ser astilla de un palo que alguna vez quien detenta el poder en Argentina integró o simuló integrar. Por eso, quien haya pensado que las maravillas teóricas de la Escuela austríaca iban a llevarnos a lo más alto del bienestar, debería ir considerando que por ese lado todo es vacío.

    Si la presencia de totos, colosos, noventistas, patos y una que otra camuflada gallareta no fueran suficientes para certificar el eterno retorno del esquilme, habría que observar como la astilla se clava en la carne impostada: “Había que cerrar el BCRA y destruir el peso, pero el PEN defaulteó a sus votantes cuando se asoció con los políticos y el sistema financiero. Otra evidencia más de que los políticos elegidos no son representantes, ni hay contrato a honrar entre políticos y gente.”.

    Muchos de nuestros memoriosos elefantes, algunos de ellos apaleados cada miércoles pero con epidermis tan resistente como sus recuerdos, podrían decirnos con lenguaje menos pomposo casi lo mismo que advierte Giacomini: estamos otra vez parados en las torres de un castillo de naipes.

    Para aquellos que deseen conocer en su totalidad la mirada técnica, teórica y ética de Diego Giacomini, este es el artículo al que nos referimos: “El Poder Ejecutivo se equivoca cada vez más”.


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