El Intendente Marcelo Orazi encabezó esta mañana la presentación del anteproyecto de remodelación y refacción de la terminal de ómnibus de Villa Regina, una de las obras emblemáticas para la gestión y de gran importancia para la comunidad.
En la oportunidad el jefe comunal confirmó que el Municipio recibió el primer desembolso de alrededor de $37 millones, tal lo establecido en el convenio suscripto con el Ministerio de Transporte de Nación.
El Intendente estuvo acompañado por el Secretario de Gobierno Guillermo Carricavur y los responsables de la elaboración del anteproyecto técnico arquitectos Guido Ignacio Jacquet y Juan Gabriel López.
La inversión total para llevar adelante la obra es de $75 millones. Próximamente la ciudad contará con un edificio que responde a la necesidad de que el transporte automotor de pasajeros de media y larga distancia cumpla con su rol clave en la integración territorial a escala urbana y regional, contemplando en su diseño a todos los géneros, personas con movilidad reducida, las infancias, adultos mayores y a quienes los acompañan en sus viajes.
En su mensaje, el Intendente manifestó que “en diciembre del año pasado, invitado por la Gobernadora Arabela Carreras a Bariloche, tuve la posibilidad de conocer al Ministro de Transporte Mario Meoni, una persona sumamente predispuesta y receptiva. Hablamos de las características de Villa Regina y le trasladé la inquietud y necesidad de poder renovar nuestra terminal. Esto se convirtió en realidad en marzo de este año, cuando en Cinco Saltos, firmé con Meoni el convenio marco”.
“A partir de allí se empezó a trabajar en la elaboración de este anteproyecto. Hubo presentaciones y devoluciones para ir adaptándolo a las especificaciones del Ministerio y así llegamos a la jornada de hoy”, indicó.
Orazi precisó que el Municipio presentó distintas certificaciones para utilizar el sistema BIM, lo que convertirá a esta obra en la primera de la provincia en aplicarlo. Este sistema permitirá contar con documentación digital con respaldo dinámico y su posterior mantenimiento preventivo dentro de la vida útil del proyecto.
Por su parte, Carricavur precisó que próximamente se llamará a concurso de precios para el proyecto ejecutivo de la obra, proceso que lleva entre 30 y 60 días, y luego se llamará a licitación para la remodelación del edificio. El plazo de ejecución será de 6 a 8 meses.
Luego los arquitectos Jacquet y López fueron los responsables de explicar en detalle el anteproyecto, comenzando de lo general a lo particular. En este sentido López dio precisiones sobre cuestiones relacionadas a la implantación del edificio y su entorno inmediato.
Por su parte Jacquet mencionó los aspectos vinculados a la situación actual del edificio existente, de las falencias prioritarias a resolver y luego cómo será la nueva terminal y sus funcionalidades.
La presentación de la terminal contó con la presencia de la Legisladora Marcela Ávila, los concejales Silvio Rodríguez, Martín Vesprini, Natalia Vergara, Carlos Rodríguez y María Eugenia Paillapi; las arquitectas Viviana Arcos y Melisa Sánchez en representación de la Delegación local del Colegio de Arquitectos, el Maestro Mayor de Obras Ariel Viñes por el Consejo Profesional de Ingeniería y de los Maestros Mayores de Obras de Regina, arquitecto Pedro Molina del COPLADE y además alumnos y docentes de 5º y 6º año de la Modalidad Maestro Mayor de Obras del Instituto Nuestra Señora del Rosario.
El Secretario de Gobierno a cargo de la Intendencia Guillermo Carricavur y el Secretario de Coordinación Ariel Oliveros participaron este jueves de la entrega de certificados a quienes finalizaron el curso de embalador, cuyas capacitadoras fueron Lucy Soledad González y Daniela Díaz. La actividad se desarrolló durante un mes (desde el 23 de noviembre al…
La ministra casi hace que se escape el supuesto actor intelectual.
Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable
En horas de la tarde de ayer, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, sorprendió en las redes confirmando la detención en Lima de uno de los sospechosos clave del brutal asesinato de Lara Gutiérrez, Brenda Delgado y Florencia Ibáñez.
Se trataba de Matías Ozorio, señalado como la mano derecha del narco “Pequeño J” y presunto autor material de los femicidios.
Pero lo que todos desconocíamos era que la captura se había producido cerca del mediodía y que la noticia había sido guardada bajo siete llaves, pues Ozorio era pieza clave para la detención de Pequeño J.
El celular de Ozorio conectaba con el de su jefe, que también se encontraba en Perú. Patricia Bullrich, intentando desesperadamente llevarse un logro en esta causa, publicó irresponsablemente la captura y eso aceleró todo el proceso que, por suerte, gracias a la policía bonaerense que trabajaba coordinadamente con la del Perú, se pudo llevar con éxito.
Bullrich totalmente desesperada por hacer campaña casi arruina todo
La Policía Bonaerense detuvo al otro narco a la mañana y estaba usando su celular para comunicarse con Pequeño J sin saber q hablaba con la cana. Bullrich SALIÓ A ANUNCIAR LA DETENCIÓN POR TUITER en ese momento pic.twitter.com/weFEgUHeLi
El Intendente Marcelo Orazi participó de la reunión virtual convocada por la Gobernadora Arabela Carreras para analizar la situación epidemiológica de la provincia y los alcances de las nuevas medidas para los próximos 9 días. En la oportunidad, la mandataria provincial aclaró que se aguardará conocer la letra final del DNU para informar cómo será…
Como orejas gigantes de plástico acolchado o con bracitos casi invisibles, ergonómicos a los laberintos de la oreja: el paisaje urbano se llenó de caminantes enchufados, aislados, felices, habitando una vida paralela, la que sucede aislados en sus auriculares. ¿Esto es escuchar música? ¿Cómo y cuándo la escuchamos? ¿Es la música un relleno, una guarnición de sentidos, un estado de ánimo? ¿Qué significa y cómo impacta la música en nuestra vida cotidiana?
Vivimos revolcaos en un merengue. Necesidades artificiales, satisfacción instantánea, hiperinformación, comunicación acelerada, interferencia, delivery como solución, consumo, compulsión, fomo, olas de odio. La lista podría seguir y de eso se tratan nuestras vidas si nos dejamos llevar por la seducción magnética de las pantallas: el camino a la apatía, el desgano, el hueco interior y la ilusión de libertad.
La sociedad de los algoritmos, las plataformas y las aplicaciones determina la manera de relacionarnos con nuestro entorno, incluida la música. ¿Cómo escuchamos música? A diferencia de las prácticas analógicas del siglo XX, la música hoy funciona como ambiente, como fondo. Nos encanta concebirla como la banda sonora de nuestras vidas, como si fuéramos personajes de una serie. Las plataformas de streaming proponen la fragmentación infinita: singles sueltos, desprendidos de un contexto, playlists que ordenan nuestra atención, y la invitación implícita a delegar en el algoritmo la decisión de qué escuchar.
Siempre fue agradable llevar el sonido con uno. Allí están, nítidos en la memoria, algunos dispositivos que fascinaron a los aficionados de gorra: la spika en la cancha primero, el radiograbador a pilas después, ícono de la era hip hop. Pero entre todos esos adelantos tecnológicos, ninguno resultó tan revolucionario como el Walkman de Sony. Con él llegó la verdadera portabilidad del sonido. La experiencia de escucha ya no se daba en un medio colectivo, sino que se volvía una cápsula individual, una burbuja de sentidos, una realidad dentro de la realidad. Caminar por la calle con auriculares se parecía a protagonizar un videoclip, una coreografía urbana donde la percepción se veía intervenida por la música. El Walkman también provocó la transformación de los auriculares, con diseños livianos y compactos. Una evolución que llega hasta el día de hoy con una variedad infinita, dispositivos que cada vez se integran más al cuerpo, con sofisticados sistemas de cancelación de ruido, colores y variadas formas que buscan, además, transformarse en un accesorio, como un collar, una gorra o un aro, y decir algo sobre quien los usa (y los luce).
El Discman, el formato MP3 y el iPod profundizaron esa tendencia hacia la escucha individual y portátil. Sin embargo, todavía persistía la experiencia hogareña, en solitario o en grupo, donde alguien se tomaba el tiempo de poner un disco de principio a fin. El álbum, más allá de ser un producto estandarizado de la industria cultural, se convirtió en un envase conceptual: una narrativa cerrada donde diseño, sonido y secuencia proponen un orden y un sentido.
“Cuando era chica escuchaba música por horas junto a mis hermanas. Era una forma de viaje. […] Poníamos un disco y otro. Había que turnarse para darle vuelta. […] Cuanto más quieta, mejor. […] Escuchar sin hacer nada útil. Ni siquiera bailar. Entregar la cabeza y el cuerpo al sonido, es decir, a un movimiento que no manejo yo. […] Desparejarse del mundo un rato. Y luego aterrizar”, escribió Fernanda García Lao en un posteo reciente en Facebook.
Con la llegada del streaming a nivel masivo, esa lógica pareció derrumbarse. La sobreoferta ilimitada, sumada a la inmediatez de las pantallas, redujo la escucha a fragmentos de baja fidelidad. En ese proceso, el vinilo reapareció como símbolo de resistencia: por su sonido cálido y expansivo, pero también por el ritual que exige. Poner un disco demanda tiempo, espacio y disposición. No se trata de inmediatez, sino de pausa, casi lo opuesto al frenesí contemporáneo.
Esa tensión revela una paradoja: en la era de la abundancia musical, resulta cada vez más difícil escuchar. La saturación de opciones vuelve arduo lo que antes era sencillo: elegir un disco, ponerlo a girar, dejarse llevar. Quienes vivieron esa práctica en el siglo XX pueden sentir nostalgia, mientras que las generaciones más jóvenes, criadas en la fragmentación digital, descubren en ella una curiosidad por lo tangible, lo lento, lo ritual.
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En Buenos Aires existe desde hace años una pequeña pero persistente escena dedicada a la escucha. Un proyecto pionero, enfocado principalmente en presentaciones en vivo, es el festival Escuchar [Sonidos visuales]: un espacio del Museo Moderno creado en 1998 que se convirtió en referencia por su labor de experimentación, investigación y promoción sonora. Su edición 2025 tendrá lugar el 29 y 30 de octubre. A su modo, el ciclo Parlantes Halofónicos que lleva tiempo explorando otra dimensión de la experiencia: escuchar discos en la oscuridad con la tecnología holofónica ideada en los años ochenta por Hugo Zuccarelli. Hoy se presenta en el Auditorio Espacio Cendas.
En ese mismo mapa, la novedad es Audiófilo. El ciclo, que sucede en Artlab desde marzo —espacio porteño dedicado al cruce entre arte y tecnología— propone algo tan simple como radical: reunirse para escuchar discos completos en alta fidelidad, en silencio, en compañía. La lógica se invierte frente al paradigma del streaming: ya no llevamos la música en el bolsillo, sino que trasladamos el cuerpo hasta el lugar donde la experiencia cobra sentido.
Ese desplazamiento transforma todo. La escucha deja de ser individual y encapsulada para convertirse en colectiva. Un grupo de desconocidos se reúne en una sala, sigue las tensiones y climas de un álbum, comparte un mismo pulso. Lo importante ya no es la portabilidad, sino el anclaje: estar presente. Y en un tiempo que promueve la dispersión, detenerse a escuchar un disco completo de principio a fin se convierte en un acto de rebeldía.
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El distintivo de este ciclo está en el Hi-Fi. La alta fidelidad no es solo un estándar técnico, sino estético: se trata de reproducir el sonido lo más fiel posible a lo registrado en estudio, con su rango dinámico intacto, con matices y frecuencias que se pierden en la compresión digital de un archivo mp3 o de Spotify. Escuchar en Hi-Fi es recordar que el oído humano percibe más de lo que los algoritmos nos devuelven.
Para eso, Audiófilo cuenta con un secreto de época: cuatro parlantes Altec A7, “The Voice of the Theatre”, diseñados en los años cuarenta y célebres por haber definido el estándar acústico en las salas de cine y teatro durante décadas. Artlab actualiza esa historia restaurando sus componentes y fabricando sus cajas acústicas en madera vista trabajada por ebanistas de audio, según planos originales. Este sistema de audio de colección está instalado en un contexto acustizado a medida con la mayor precisión. Cada frecuencia se expande con una presencia física imposible de replicar en auriculares (de todos los tipos) y equipos hogareños. Escuchar un álbum en los Altec A7 es devolverle al sonido la escala que perdió en la miniaturización contemporánea. Donde hoy se sacrifica profundidad para ganar portabilidad y acceso inmediato al magma digital, estos parlantes restituyen el carácter tridimensional y corpóreo del sonido.
La especificidad de los equipos de audio y la adecuación de la sala ubican a Artlab en sintonía con un interés global por reivindicar el sonido como experiencia cultural. No es casual que hayan surgido espacios comparables en los últimos años: Public Records en Nueva York con su The Sound Room, Brilliant Corners en Londres, las sesiones de Classic Album Sundays, y el soundsystem móvil Despacio, creado por James Murphy y 2ManyDJs. A este mapa global se suman los célebres listening bars japoneses como Bridge, SheLTeR o Ginza Music Bar, referencias que reinterpretan los tradicionales jazz kissa en clave audiofilia contemporánea. Roca HiFi en Ciudad de México, The Kissaten en Lisboa, y Bambino en París, son otros ejemplos.
Volviendo al plano local, más allá de la técnica, lo que ocurre en Audiófilo es también una ceremonia. Cada sesión tiene un presentador diferente (periodista, músico, audiófilo) que introduce la obra ——en octubre se ofrecen Disintegration, de The Cure, Getz/Gilberto, de Joao Gilberto y Stan Getz, Abbey Road, de The Beatles y Locura, de Virus entre otros— y luego, un silencio expectante envuelve la sala. Nadie revisa su celular, nadie adelanta tracks. No hay multitasking posible. La música se convierte en el único centro de atención. Depende la sesión, hay temas que sugieren recostarse en sillones y pufs, y otras, más rítmicas, que las personas deciden escuchar de pie
Ese ritual condensa una paradoja de la época: mientras todo a nuestro alrededor se fragmenta, se acelera o se vuelve producto, Audiófilo propone una práctica lenta, profunda, compartida. Una comunidad efímera se arma alrededor de un disco y, al cabo de una hora, sale transformada.
Más allá del entretenimiento cultural, cada una de las propuestas de escucha mencionadas —Escuchar [Sonidos visuales], Parlantes Halofónicos y Audiófilo— funcionan como una invitación para reflexionar sobre cómo habitamos el tiempo. Hay una intención de correr a la música del destino de ambiente/fondo al que la vida contemporánea la destina y colocarla en el centro, detenerse a escuchar con atención y dar lugar a la capacidad transformadora del sonido.
Quizás allí, en esa resistencia mínima pero persistente, resida la verdadera importancia de estos espacios: recordar que escuchar es una forma de conocer el mundo, y en tiempos de ruido y distracción permanente, es posible aguzar el oído para concretar un acto de libertad.
En el día mundial del RECICLAJE te compartimos algunas de las notas publicadas en La Tapa de diferentes autores… COMUNIDAD RECICLADA de Alejandro Casalini https://latapa.com.ar/comunidad-reciclada/ CREAR CON UN PUNTO DE INICIO EN LO NATURAL de Sofi Drago https://latapa.com.ar/crear-con-un-punto-de-inicio-en-lo…/ EL RECICLAJE ES UN MODO DE VIBRAR CON LA NATURALEZA DE LA TIERRA de Paula Cesari https://latapa.com.ar/el-reciclaje-es-un-modo-de-vibrar…/…
La séptima edición de la ya tradicional Expo Patagonia Universidad, la feria de carreras más relevante de la Patagonia, prepara novedades para este año: por un lado, un formato bimodal, que implicará la realización de dos exposiciones; una virtual, el 29 y 30 de junio; y otra presencial, en octubre, con fecha a confirmar. Entre las…
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