La titular del Fondo Monetario Internacional confirmó que la Argentina solicitó un primer desembolso por el 40% del programa. “Es una solicitud razonable. Se la han ganado, dado su desempeño”, consideró Kristalina Georgieva a la agencia internacional Reuters.
Los números empiezan a estar mas claros. Si efectivamente el directorio aprueba un crédito por USD 20.000 millones, el 40% son USD 8.000 millones. La pregunta sin respuesta oficial es cuanto de ese monto será de libre disponibilidad para contener el tipo de cambio.
Según pudo reconstruir LPO, de los USD 8000 millones del primer desembolso, hay que descontar USD 2.400 millones de vencimientos de intereses de deuda con el propio organismo. Con lo cual, quedarían USD 5.600 millones crocantes para calmar la voracidad dolarizadora. Pero esto no está tan claro.
El FMI por estatuto no puede permitir que se usen sus fondos para sostener un tipo de cambio atrasado. Acaso por eso trascendió también este lunes que el FMI habría impuesto sea una meta trimestral de USD 5.000 millones de acumulación de reservas. Casi el mismo monto de libre disponibilidad.
El Central perdió 143 millones y las reservas negativas rozan los 12 mil millones La gran pregunta que aún no encuentra respuesta es que pidió el organismo en el frente cambiario a cambio de aprobar el nuevo acuerdo. No es un secreto que el Fondo pide liberación del cepo y libre flotación como un camino para volver a acumular reservas. Esto implica una devaluación que con la acumulación del atraso cambiario el paso de los meses con un crawling peg ahora del 1%, se vuelve más importante.
Milei insistió en sus últimas declaraciones que no habrá devaluación. Caputo no fue tan claro y días atrás no negó la posibilidad de ir a un sistema de bandas, declaración que aceleró la corrida.
Domingo Cavallo publicó este lunes una punzante columna, en la que explicó que la asistencia del FMI no solucionará las inconsistencias del actual esquema cambiario.
“Pensar en el uso de las reservas externas conseguidas a través de los organismos financieros internacionales para intervenir en el mercado cambiario e inducir o mantener una apreciación exagerada del peso (también llamado vulgarmente “atraso cambiario”) es contraproducente y puede significar el fracaso del proceso de desinflación”, sostiene Cavallo en uno de sus párrafos más duros.
Pensar en el uso de las reservas externas conseguidas a través de los organismos financieros internacionales para intervenir en el mercado cambiario e inducir o mantener una apreciación exagerada del peso (también llamado vulgarmente “atraso cambiario”) es contraproducente y puede significar el fracaso del proceso de desinflación.
Desde la academia observan una dificultad sistémica. “Hay una única entrada genuina de dólares que son las exportaciones. La otra vía posible es endeudamiento. Del otro lado del mostrador, la demanda de dólares de da por una multiplicidad de canales: importación de insumos intermedios y bienes finales, turismo, dolarización de ahorros y excedentes, y giro de dividendos. Es una ecuación que no cierra por ningún lado, y menos con el dólar a este precio”, explicó a LPO el titular de una cátedra de Económicas.
Curiosamente distintas explicaciones comparten un denominador común: traslucen que la exigencia del Fondo respecto a la acumulación de reservas, esconde un pedido de devaluación encubierta. “No hay chance de acumular dólares con este esquema, venga o no venga un rescate del Fondo”, afirmó una de las fuentes consultadas.