La Dirección de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Municipalidad de Villa Regina recuerda a comerciantes minoristas y mayoristas de todos los rubros que se encuentra en vigencia la Ordenanza 103/2008. La misma prohíbe el uso de polietileno, polipropileno y polímeros artificiales no biodegradables con destino a embalajes o bolsas denominadas ‘camiseta’.
Por lo tanto se aconseja se abstengan de hacer entrega de las mismas y así evitar sanciones y multas.
Toto Caputo anunció con una sonrisa que se terminó el cepo, que para eso sirve el nuevo endeudamiento de USD 20 mil millones que decidió tomar Milei con el FMI. Pero con el correr de las horas empezó a trascender la letra chica que en los hechos hasta agrava las restricciones previas al anuncio.
“Se eliminan las restricciones
cambiarias a las personas humanas”, afirmaba triunfal el comunicado de economía con las nuevas medidas. Esto es que cualquier persona que resida en la Argentina podía ir al banco a comprar los dólares que quisiera.
Excepto que pocas horas después se conoció una resolución del Banco Central que limitaba esa posibilidad a 100 dólares por mes por personaa las compras por ventanilla, es decir se endureció el cepo, porque antes de estas medidas el límite era de 200 dólares por mes. En el Central confirmaron que la restricción se limita al intento de retirar los billetes por ventanilla, pero si es posible comprar más si se acepta que son dólares electrónicos.
La decisión se conoció luego que un grupo de bancos le hizo saber al equipo económico su preocupación ante la posibilidad de enfrentar el lunes largas filas de gente buscando dólares. Además le explicaron a los funcionarios que les llevará días adaptar los sistemas para permitir que se opere libremente el dólar oficial.
Por eso, la decisión de cerrar aún más la venta de dólares a las personas tiene una lógica, busca evitar que el lunes el mercado estalle por presiones de cientos de miles de personas que buscan un refugio en el dólar, ante el nuevo pico inflacionario que se confirmó este viernes.
Pocas horas después que Caputo anunciara la liberación del cepo se conoció una resolución del Banco Central que limitaba esa posibilidad a 100 dólares por mes por persona, es decir se endureció el cepo, porque antes de estas medidas el límite era de 200 dólares por mes.
Junto con la apertura del cepo, el Gobierno anunció un nuevo esquema cambiario de flotación entre bandas, con un piso de $1.000 y un techo de $ 1.400. En los Whatsapp del sector financiero se comentaba este viernes que el lunes el dólar oficial arrancará cotizando a $1.320. “El dólar de 1000 pesos no existe”, afirmó a LPO un operador financiero.
“Nadie va a conseguir un dólar a mil. La apuesta a la baja es a mediano plazo. Eso va a depender de tasas altísimas que alienten el carry y que los exportadores liquiden por debajo de los $1.400, compensados con la rentabilidad obtenida a partir de las altas tasas en pesos”, precisó un ex funcionario del Ministerio de Economía.
Un dato revelador lo aportó a LPO el ex presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli. “El tipo de cambio real hoy se ubica en $1.538”.
Tipo de cambio real elaborado por la consultora Synthesis que dirige Alejandro Vanoli
” Que deja vu 2018. Todas las velas puestas al carry trade . Muy riesgoso abrir con este nivel de reservas y en una crisis global. Se devalúa con inflación creciente y sin atacar las causas de la misma. Ni hablemos de una apertura que te come las reservas a contramano del mundo”, consideró Vanoli.
En el mismo sentido se expresó el ex vicepresidente del Banco Central, Jorge Carrera “Es muy osada la liberación del flujo para personas humanas, porque hasta ahora ya tenías demanda de dolarización en el MEP a más de $1.300. Mientras esté por debajo de $1.400 la gente lo va a comprar en el mercado oficial, entonces vamos a tener más demanda”.
Carrera se pregunto si los exportadores van a liquidar en el piso de la banda. Este economista coincide en que la clave está en la tasa de interés, que sostenga el apetito por posicionarse en pesos, liquidando dólares anticipando exportaciones y demorando importaciones, que cubran la demanda de divisas.
Otro punto relevante que marcó el ex vicepresidente del Central es que “en realidad es una liberación parcial del cepo porque se libera el cepo para los flujos futuros pero no para los stocks”. Carrera consideró que la medida es correcta pero que requiere un programa monetario más restrictivo, incluso algún ajuste fiscal adicional.
En efecto, más allá del anuncio de Caputo continúa el límite de USD 200 millones para operar con dólares financieros, porque en caso contrario perdería sentido el plan para los más de USD 7.000 millones de dividendos acumulados, que el gobierno pretende canjear por otra edición de bonos Bopreal, como los que encajaron a los importadores.
La Dirección de Cultura de la Municipalidad de Villa Regina invita a disfrutar de un nuevo encuentro en el marco del ciclo ‘Domingos de Plaza’. A partir de las 20 horas en la Plaza de los Próceres se presentarán Sol Álvarez, Micaela Calvo, Jardín eléctrico y Hora libre. Además la agrupación ‘Soñar está bueno’ dispondrá…
En los próximos días, la Municipalidad de Villa Regina recibirá la totalidad del equipamiento para la gestión de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) en los basurales y el equipamiento para potenciar la clasificación y separación de los mismos, además de dotar de infraestructura necesaria para la mejora de las condiciones laborales de los recicladores urbanos….
Quien es incapaz de instalarse, olvidando todo lo ya pasado, en el umbral del presente, quien es incapaz de permanecer erguido en un determinado punto, sin vértigo ni miedo, como una diosa de la victoria, no sabrá lo que es la felicidad o, lo que es peor, no hará nunca nada que haga felices a…
El secretario del Tesoro de Trump, Scott Bessent, visitó la Casa Rosada para marcarle el rumbo económico al presidente argentino. No hubo ayuda financiera, pero sí exigencias geopolíticas claras: romper con China, profundizar el ajuste y alinearse incondicionalmente con los intereses de Washington.
Mientras el gobierno argentino celebraba como “histórica” la visita de un alto funcionario republicano, la realidad se impuso: Estados Unidos le negó el financiamiento que Milei desesperadamente busca y le ordenó desarmar el acuerdo de monedas con China. La humillación no fue solo diplomática, fue también económica y estratégica. Argentina queda atrapada entre el ajuste brutal y la obediencia internacional.
El 12% devaluación del peso argentino no fue, como quiso venderlo el gobierno de Javier Milei, una medida estratégica dentro de un plan maestro para estabilizar la economía. Fue, más bien, la ofrenda ritual con la que la administración libertaria intentó congraciarse con un visitante clave: Scott Bessent, secretario del Tesoro de Donald Trump y una de las voces más influyentes del poder financiero estadounidense. La escena, sin embargo, no terminó como esperaba el gobierno argentino. Lejos de los anuncios de respaldo, crédito o salvación que se habían filtrado en la previa, la comitiva norteamericana dejó en claro su única intención: marcar la línea de obediencia geopolítica que Milei debe seguir si quiere seguir siendo el “socio preferencial” de Washington en Sudamérica.
La decepción fue tan visible como el silencio posterior. En los pasillos de la Casa Rosada, el discurso triunfalista que antecedió la reunión mutó en una extraña combinación de sumisión y resignación. Porque lo que se presentó como una cumbre bilateral histórica terminó siendo una reprimenda encubierta, un recordatorio de cuál es el lugar que Argentina ocupa en el tablero global si decide renunciar a toda política de soberanía: el del peón sin autonomía que ejecuta sin cuestionar.
Bessent fue claro. No habrá línea de crédito para Argentina. No habrá dólares estadounidenses inyectados por Washington para facilitar la transición económica de Milei. No habrá ni siquiera gestos simbólicos de respaldo financiero. En cambio, hubo una única exigencia, reiterada con la precisión de un ultimátum: desarmar el swap con China.
Ese acuerdo de monedas con el país asiático, que permite a la Argentina utilizar yuanes para operaciones internacionales sin agotar reservas de dólares, es visto por Estados Unidos como una amenaza directa a su control sobre el sistema financiero global. No importa que el swap haya sido, hasta ahora, una de las pocas herramientas que evitó el colapso total de las reservas del Banco Central argentino. Lo que importa es que representa un vínculo con un actor que desafía la hegemonía de Washington.
La frase de Bessent no dejó lugar a interpretaciones: “A medida que esta administración mantenga su política económica inflexible, deberían eventualmente tener suficientes entradas de divisas para poder pagarlo”. Traducido del lenguaje diplomático: ajusten más, recorten más, privaticen más. Y mientras tanto, rompan con China.
Esta postura no es nueva. Semanas antes, Mauricio Claver-Carone —ex presidente del BID y uno de los halcones más duros de la política exterior trumpista— ya había advertido sobre el mismo punto. El pedido de Bessent no es una sugerencia; es una orden directa del corazón del poder republicano, y sugiere que la presencia del funcionario en la Casa Rosada no respondía a un interés por la recuperación económica de Argentina, sino al objetivo geopolítico de frenar el avance chino en América Latina.
El argumento, repetido hasta el cansancio, es que los acuerdos con China han sido “rapaces”, “secretos” y “extractivistas”, en referencia a las experiencias africanas donde empresas chinas se aseguraron derechos sobre recursos naturales a cambio de préstamos opacos. Pero lo que no dice Bessent es que las condiciones del FMI, controlado de facto por Estados Unidos, han tenido consecuencias igualmente destructivas para las economías del sur global, incluida la Argentina, con ciclos interminables de endeudamiento, ajuste y recesión.
La jugada norteamericana busca entonces una limpieza total del tablero. El objetivo es que Milei no solo alinee su discurso con el trumpismo, sino que rompa todos los lazos estratégicos con el gigante asiático. No se trata simplemente de un tema financiero: es una exigencia de alineamiento ideológico, económico y diplomático con el bloque occidental. Argentina debe elegir un amo, y Washington ya decidió cuál debe ser.
Lo alarmante es que el presidente Milei no solo parece dispuesto a cumplir esa orden, sino que lo hace con entusiasmo dogmático. En lugar de negociar, resigna. En lugar de defender la soberanía económica, entrega. En lugar de priorizar la necesidad concreta de divisas para evitar una crisis cambiaria, opta por sacrificar instrumentos como el swap chino solo para congraciarse con el poder imperial.
El comunicado oficial del Tesoro norteamericano fue una muestra de cinismo diplomático: “Confiamos plenamente en el liderazgo del presidente Milei para mantener el impulso económico positivo que atraviesa la Argentina”. ¿Impulso positivo? El país se encuentra sumido en una recesión brutal, con caída del consumo, aumento de la pobreza y desplome de la industria. Pero lo que importa para Washington no es el bienestar de los argentinos, sino la certeza de que sus intereses estratégicos serán defendidos con fervor.
Lo que queda en evidencia es que el experimento Milei no es otra cosa que una herramienta al servicio de una agenda extranjera. Su programa económico, presentado como la única salida viable al “fracaso del estatismo”, se revela cada vez más como una imposición externa, ajena a las necesidades del pueblo argentino. El ajuste no es una decisión soberana, es una exigencia del Tesoro estadounidense. El enfrentamiento con China no es un acto de convicción, sino un mandato recibido. La política exterior no responde a los intereses de la región, sino al juego electoral de un Trump que busca volver a la Casa Blanca y necesita demostrar que América Latina sigue siendo su patio trasero.
El problema no es solo el rumbo, sino la actitud. Porque incluso aquellos gobiernos que históricamente mantuvieron relaciones carnales con Estados Unidos, como el menemismo, supieron obtener algo a cambio. Con Milei, ni eso. No hay créditos, no hay inversiones, no hay concesiones. Solo hay órdenes. Y obediencia.
Así, mientras la sociedad argentina atraviesa una de las peores crisis sociales y económicas de su historia reciente, el gobierno festeja reuniones vacías, sin resultados concretos, como si el solo hecho de ser recibido por funcionarios de Trump justificara el hambre, la exclusión y el desmantelamiento del Estado.
La historia reciente está plagada de ejemplos donde la entrega total no solo no resolvió los problemas estructurales del país, sino que los agravó. La diferencia es que, esta vez, el sometimiento no viene disfrazado de pragmatismo, sino de fundamentalismo libertario. Y eso lo vuelve aún más peligroso.
Porque cuando un gobierno renuncia a la diplomacia, a la estrategia y a la negociación, y reemplaza todo eso por fanatismo ideológico, lo único que garantiza es que el ajuste no tendrá fin, que la deuda no se resolverá, y que la soberanía será una palabra vacía en un país sin voz propia en el concierto internacional.
La Secretaria de Desarrollo Social, Luisa Ibarra, entregó el monopatín eléctrico en el marco del sorteo realizado el 12 de enero entre los contribuyentes que abonaron las boletas por tasas retributivas de los meses de octubre, noviembre y diciembre, como así también a los que efectuaron el pago anual. El ganador fue Rubén Alberto Bertín,…
Difunde esta nota
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.