Nada novedoso…
Todxs tenemos bien en claro que nos manejamos a través de prejuicios, algunxs tienen más, otrxs menos. Por ejemplo, el hecho de que este texto esté escrito en inclusivo, llamará la atención (o no) a la persona que lo está leyendo (o ya no), y enseguida pensará en un estereotipo sobre mi persona (o no).
Sabemos también, que la mayoría de las veces estos estereotipos no tienen buenas intenciones; y más peligroso aun es cuando ciertas personas o instituciones disfrazan con “buenas intenciones” ciertos estigmas muy perjudiciales para la sociedad. Por ejemplo, no hay nada novedoso al decir que la institución policial actúa la mayoría de las veces en base a ciertos estereotipos. Tampoco no hay nada de novedoso al decir que el sistema de justicia penal cae con todo su peso sobre personas que cumplen con ciertos estereotipos. Esto porque “la sociedad ofrece estereotipos: los prejuicios (racistas, clasistas, xenófobos, sexistas) van configurando una fisonomía del delincuente en el imaginario colectivo, que es alimentado por las agencias de comunicación… Quienes son portadores de rasgos de esos estereotipos corren serio peligro de selección criminalizante, aunque no hagan nada ilícito. (“Manual de derecho penal parte general”. Eugenio Raúl Zaffaroni, Alejandro Alagia, Alejandro Slokar). Todo esto ocurre en todos los estamentos de una sociedad, sucede en la vida cotidiana, lo ves en la vereda, en el kiosco, en tu familia, en tus amigxs.
Entonces, si sabemos todo esto, ¿por qué siguen reproduciéndose estas prácticas?, ¿por qué es necesario que ocurra algo totalmente trágico para despertar y ver lo que ocurre TODO LOS DÍAS? Esta última pregunta no interesa cuando, por lo menos, nos empezamos a dar cuenta de que las cosas, así, no deben funcionar.
Las soluciones pueden ser varias, desde la moral y los valores que tratan de formarse en una sociedad, tanto a nivel colectivo como a nivel individual; políticas públicas; un estado que no haga la vista gorda y sea cómplice de la continuidad y reproducción de estas prácticas; otro modelo educativo; y así un millón de otras cuestiones.
Todos estos prejuicios convergen en un solo sentimiento: el odio. Entonces, cuando escucho en varios lugares (y principalmente en esos medios de comunicación que se dedican a crear y fomentar odio) que debe pensarse en esta “nueva normalidad” que se viene luego de la pandemia, me pregunto si todxs están dispuestxs a dejar de lado tanto odio, tanto racismo, tanto sexismo, tanta xenofobia, tanto clasismo, tanta desigualdad, tanta apatía. ¿Quieren una “nueva normalidad?, ¿tan rápido van a dejar de lado todos esos prejuicios, así como si nada?, ¿es esta pandemia una suerte de epifanía para todxs estxs papas fritas?, si es así, espero con ansias que esta nueva normalidad se venga.
Como bien dice el título del artículo: “Nada novedoso…”, y sí, no hay nada de novedoso en todo lo que dije, es un simple recordatorio. Sí lo escribí, para que aquellxs que salen con las mismas chicanas ominosas y sin argumentos de siempre, si quieren y si pueden, lean un ratito este recordatorio y tengan la epifanía que parece que van a tener varixs cuando surja esta “nueva normalidad”.
Portada: Germán Busin