En horas del mediodía de hoy viernes arribarán a la ciudad los materiales necesarios para proceder a realizar el by pass, obra que permitirá la reparación del caño de impulsión de la red cloacal de barrio Belgrano que sufrió una rotura a la altura de barrio Don Bosco.
Una vez que se cuente con los mismos, el personal de la Secretaría de Obras y Servicios de la Municipalidad de Villa Regina comenzará con los trabajos y, si todo marcha de acuerdo a lo previsto, a última hora de hoy se podrá normalizar el servicio.
La obra que se ejecutará evitará romper la cinta asfáltica ya que el caño que sufrió el desperfecto pasa por debajo de la ruta nacional 22.
Recordemos que el costo total del material ronda el millón de pesos.
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El 10 de noviembre de 1985, Villa Epecuén desapareció bajo el agua. Cuatro décadas después, entre ruinas blancas de sal y árboles petrificados, el antiguo balneario resurge como símbolo de memoria, resiliencia y de un país que sabe volver a empezar, aun cuando todo parece perdido.
Por Leticia Graciani Fainel para Noticias La Insuperable
Las aguas que no perdonan
A orillas de la laguna Epecuén, en el partido de Adolfo Alsina, la villa turística más próspera del sudoeste bonaerense se hundió en una madrugada que los vecinos jamás olvidarán. El terraplén que la protegía cedió tras días de lluvias intensas y, en cuestión de horas, un muro de agua rompió las defensas, cubriendo por completo el pueblo.
Villa Epecuén fue durante décadas un destino de salud y descanso, famosa por las propiedades curativas de sus aguas saladas, comparables con las del Mar Muerto. Miles de visitantes llegaban cada verano atraídos por sus hoteles, balnearios y el rumor de las olas mansas. Hasta que el 10 de noviembre de 1985, el sueño quedó bajo diez metros de agua.
Un silencio mineral
Las imágenes posteriores parecen salidas de una película posapocalíptica: techos apenas visibles, postes doblados, árboles cubiertos de costras blancas. El agua, cargada de sal, fue carcomiendo lo que quedaba del pueblo, disolviendo paredes y pintando todo de un tono fantasmal. Durante más de dos décadas, Epecuén permaneció sumergido.
Cuando el nivel comenzó a bajar, lentamente, las ruinas emergieron del espejo salado. Entonces aparecieron las calles torcidas, las fachadas erosionadas, los restos del matadero diseñado por el arquitecto Francisco Salamone, y los recuerdos suspendidos en un paisaje que parecía petrificado en el tiempo.
De tragedia a patrimonio
Hoy, Villa Epecuén se convirtió en un sitio histórico y turístico de otro tipo. Las ruinas son visitadas por miles de personas cada año, atraídas por su atmósfera surrealista y su historia. Allí se filmaron documentales, videoclips, campañas fotográficas y hasta carreras de motocross sobre los restos del pasado.
El único habitante permanente durante años fue Pablo Novak, quien decidió volver a vivir entre las ruinas y transformarse en guardián de la memoria colectiva. Novak se convirtió en un símbolo de resistencia: “Este es mi lugar, aunque esté destruido”, repite cada vez que algún visitante lo encuentra entre los cimientos del antiguo hotel donde creció. Novak falleció a inicios del año pasado a los 93 años.
Memorias de un país que resurge
A cuarenta años de aquella catástrofe, el eco de Epecuén sigue resonando en las entrañas de la provincia. Es un recordatorio de cómo el abandono estatal, la falta de planificación y el desprecio por la naturaleza pueden borrar de un plumazo un pueblo entero. Pero también, una muestra de la persistencia de las comunidades del interior, que reconstruyen su identidad incluso cuando las aguas arrasan con todo.
La villa no volvió a ser lo que fue, pero su historia quedó escrita en la sal y en la memoria de quienes vivieron para contarla. Entre las ruinas y el silencio, Villa Epecuén sigue siendo un espejo: el reflejo de un país que, aunque se hunda, siempre busca la manera de salir a flote.
Ruta 22 y Avenida Rivadavia, para los que circulan en sentido este- oeste para ingresar a la Estación de Servicio “La Plaza”. Dos en Avenida San Martín, esquina Italia y Cipolletti (lugar conocido como “5 esquinas”), para los que circulan en sentido norte- sur, de la Plaza de los Próceres a la Ruta 22, y…
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