LA IDEALIZACIÓN DE LO REAL
La idealización monetaria del dólar traduce nuestra dependencia socio-económica. Necesitamos de un gran Otro Tirano que, al igual que lo religioso, nos mate y nos “salve”. ¿Carrera de galgos o de caballos? No, carrera entre el dólar y el peso… Es obvio como viene esa competición… Ya no solo le sacó un cuerpo el dólar al peso, le viene ganando por millas (para utilizar el sistema de medición anglosagón).
División física y mental que genera una tensión insoportable entre la independencia y la sumisión. Cascada de precio invertida que en vez de bajar, sube.
En consonancia, propuesta legal vetada para la voz de la mujer, quien al igual que la postura religiosa: silencia, victimiza y ridiculiza a la autonomía femenina. Teocracia solapada y gestionada por empresarios pedófilos e inescrupulosos que, no paran de jugar y sodomizar a un pueblo infantilizado y disfrazado de monaguillo.
Y entonces escuchamos a los nuevos sacerdotes, los economistas, a quienes los tratamos como si fuesen profetas, y, además, como si tuvieran la bola de cristal que nos anticipa el futuro. El discurso se ha centralizado en los números, y nosotros hemos devenido números también. Reforzado por una informatización numérica en donde las transacciones de los que más tienen se encubren con facilidad. La perspectiva evolucionista se haría una salsa con la “evolución” en la forma de robar de este país.
Sin embargo, no podemos ser completamente pesimistas, porque en el desierto de una dependencia desoladora y hostil, todo vuelve a florecer en su más hermosa independencia.