HOY QUIERO CRITICAR A LA CRÍTICA
¿Sabés una cosa crítica? Hoy quiero criticarte a vos. Estoy tan harto de tus mil caras de ojete. Pero con esto no pretendo que no sigas siendo lo que sos. Y a pesar de que hoy tenga ganas de criticarte, voy a decirte que valoro tu audacia, tu perspicacia y hasta tu picardía. Sin embargo, no te creas sabelotoda, crítica.
¿De cuántas bocas te has despedido para estamparte en probables verdades de terciopelo blanco? ¿Quién te critica? Crítica ¿Yo? No ¿Vos? Mirá, no me importa que el tiempo sea el peor tirano mientras el espacio se revuelca sobre tu cabello de lava ardiente.
Me estoy arrepintiendo de criticarte, crítica. Además, ya no quiero saber nada con tus hermanas gemelas, esas que salen en televisión mostrando números caídos y aplastados por esos pies gigantes de la indiferencia, o jugando a la ruleta rusa con otras críticas de pacotilla mientras comen milanesas con papas fritas.
Me podes decir que hiciste ayer…, por favor, porque trato de encontrar tus huellas en el asfalto de un mediodía gris.
Podríamos haber hablado de las críticas bondadosas, pero sabíamos que el licor de tamarindo nos iba a generar náuseas y vómitos repentinos.
Y ya no es que me arrepienta de criticarte, me estoy cansando de tanta crítica devaluada por un verde billete que se convirtió en peso mosca o en mil mariposas azules que se fueron con todas las primaveras que conocí.
Ahora que caigo, crítica, reconozco que me gustan esos dos lunares que sobresalen sobre tu cuerpo quejumbroso.
Crítica, ¿no te basta el encierro? ¿Qué pretendes con la libertad de los pueblos? ¿Te has hecho un hisopado?
En realidad, hoy no quiero a la crítica, no quiero criticar nada ni nadie. Quizás lo único que quiera hoy es sentir la respiración y escuchar los murmullos floridos que la naturaleza nos regala.
Portada: Alex Gross