El Intendente Marcelo Orazi participó este martes de la entrega de insumos a establecimientos educativos de la ciudad que fueron adquiridos a partir del convenio que la Municipalidad firmó con el Ministerio de Educación y Derechos Humanos de Río Negro.
En este caso, la Escuela Primaria N° 257 y la Escuela N° 143 recibieron una computadora y una impresora láser; las Escuelas 105 y 85 un teléfono fijo chip pantalla LCD y el Consejo Escolar Alto Valle Este II un equipo informático para la administración de recursos en red.
En la oportunidad, el Intendente estuvo acompañado por el Coordinador del Consejo Escolar Julio Parada.
Desde la Dirección de Obras Públicas de la Municipalidad, en la semana del 7 al 11 de febrero, se llevaron a cabo los siguientes trabajos: Se repararon 200 luminarias en distintos puntos de la ciudad y se realizaron cambio de las mismas, de sodio a tecnología LED en Calle 25 de Mayo. Dentro de las…
La Secretaría de Obras y Servicios de la Municipalidad de Villa Regina trabaja desde este martes en la limpieza y desobstrucción de las cañerías del sistema cloacal en un sector del loteo Ledda donde se produjo un desborde de líquidos cloacales. Al respecto, el Secretario del área Francisco Lucero manifestó que en el lugar estuvieron…
El Intendente Marcelo Orazi fue recibido el miércoles en Viedma por el Ministro de Obras y Servicios Públicos de Río Negro Carlos Valeri, con quien dialogó sobre las obras en marcha en la ciudad que son financiadas por el gobierno provincial. Una de ellas el avance del Plan Director de Desagües Cloacales, donde se comenzó…
El luchador y profesor de Muay Thai, Matías Bartolini (33), es quien introdujo la disciplina tailandesa a nuestra ciudad. El “Espartano” nos cuenta sobre los orígenes de la disciplina y su mutación con la influencia occidental, opina sobre el rol del deportista en la sociedad y comparte sus proyectos. Oriundo de Villa Regina, Matías regresó…
El peronismo santafesino hizo una buena elección a Constituyentes provinciales quedando abajo de Pullaro pero desplazando a la lista de Karina Milei al tercer lugar. Con ese resultado, Juan Monteverde se consagró como una referencia provincial y todos daban por sentado que iba a presidir el bloque del PJ.
Sin embargo, el senador Armando Traferri, que armó la estrategia del peronismo y promovió la alianza con la agrupación de Monteverde, Ciudad Futura, hizo correr rumores que la presidencia del bloque la va a ocupar Rubén Pirola, un compañero de Traferri en la Cámara Alta.
Según la información que hicieron circular los senadores, Pirola ocuparía la presidencia del bloque secundado por Diego Giuliano del Frente Renovador en la vicepresidencia primera y mandar a Monteverde como vicepresidente de la Convención Constituyente, un lugar decorativo, se quejaron fuentes allegadas al concejal de Rosario.
Es que en el peronismo cercano a Monteverde sospechan que Traferri busca desplazar a Monteverde del bloque para sentarse con el gobernador Pullaro para negociar las condiciones de la reforma, sobre todo, la reelección.
Según la declaración de principios de la campaña de Monteverde, su bloque rechaza habilitarle un segundo mandato a Pullaro por haber jurado por la Constitución que no la contempla pero ahora temen que Traferri se quede con el mando del bloque y revise la posición.
Juan Monteverde
Es que Traferri y el radical Felipe Michlig son los que manejan el Senado desde hace décadas y sospechan que pueda haber una negociación secreta que ponga al joven Monteverde en offside.
No es la primera vez que los legisladores del PJ de Santa Fe darian un golpe para quedarse con el bloque. En 2011, en la elección debut de la boleta única, María Eugenia Bielsa cosechó más de 500 mil votos ganando la categoría de diputados provinciales pero nunca pudo asumir la presidencia del bloque.
La arquitecta había prometido impulsar la eliminación de los subsidios que manejaban los legisladores pero un complot interno la tumbó de la conducción del bloque y asumió Luis Rubeo.
El pánico de los poderosos: jueces debatieron entre el home office y francotiradores mientras el pueblo marchaba por Cristina.
En una escena digna de una distopía judicial, los jueces de Comodoro Py entraron en pánico al enterarse de la masiva movilización que el peronismo preparaba para acompañar a Cristina Fernández de Kirchner hasta los tribunales. Según reveló el portal La Política Online, la conmoción entre los camaristas fue tal que, en una reunión de Superintendencia de la Cámara de Casación, se evaluó insólitamente la posibilidad de adoptar el home office… o incluso instalar francotiradores en el edificio.
La absurda discusión expone el nivel de desconexión de una casta judicial que no midió el impacto político y social de una decisión que pretende encarcelar a la dirigente más importante del país, con nula legitimidad popular y evidentes motivaciones políticas.
El temor a la multitud
Todo comenzó con la notificación del juez Jorge Gorini, quien había enviado un oficio advirtiendo que los días 17 y 18 de junio se harían efectivas las detenciones en la causa Vialidad. La reacción fue inmediata: preocupación, llamados desesperados y un despliegue de seguridad inédito, como si se tratara de una amenaza militar.
Daniel Petrone, presidente de la Cámara de Casación, informó que Gorini pedía “medidas de seguridad suficientes”. Esto generó una cascada de llamados entre jueces, fuerzas de seguridad, el Ministerio de Seguridad porteño y hasta funcionarios del Gobierno nacional. El objetivo: blindar Comodoro Py.
Tan desbordante fue el nerviosismo que se desplegó una unidad especial de la Policía Federal, camiones celulares y hasta el Grupo Especial de Operaciones (GEOP), encargado de revisar el edificio durante el fin de semana previo.
¿Francotiradores para contener una marcha?
La paranoia alcanzó un nivel grotesco cuando, según relataron fuentes judiciales a LPO, se planteó la opción de colocar francotiradores en los techos del edificio judicial. La jueza Ángela Ledesma se opuso categóricamente al despliegue de fuerzas armadas y logró frenar el delirio represivo. La propuesta, sin embargo, demuestra el grado de desconexión institucional frente a una manifestación pacífica en defensa de los derechos políticos de una dirigente proscripta.
Un fiscal citado por el mismo medio señaló que incluso el juez Carlos Mahiques expresó temor porque en la ciudad bonaerense de Mercedes aparecieron volantes agraviantes hacia su persona y su familia. “Se pasaron de rosca, no midieron las consecuencias, es como el 2×1”, comparó uno de los jueces, recordando el repudio generalizado que despertó el intento de beneficiar con un cómputo de penas al represor Luis Muiña en 2017.
“No jodan con Cristina”: el mensaje que incomodó a los jueces
El clamor popular retumbó con fuerza en los pasillos de tribunales. Una imagen en particular incomodó especialmente a los magistrados: la columna de La Cámpora, encabezada por una bandera que decía sin eufemismos “Jueces macristas, no jodan con Cristina”. La frase, directa y potente, no dejó margen a la interpretación.
“El repudio en la calle no le gusta a nadie. Menos cuando es de este alcance. Y eso que frenaron los micros”, confesó un juez.
Mientras el aparato judicial y político que sustenta al gobierno de Javier Milei intenta disfrazar de “independencia judicial” lo que no es más que una operación de persecución política, las calles hablaron con claridad. El pueblo argentino sigue demostrando que no se resigna a ver cómo encarcelan a sus referentes por medio de una justicia servil, sin pruebas ni legitimidad.
Entre el lawfare y el miedo a la calle
Este nuevo capítulo del lawfare en Argentina no solo confirma la intención de proscribir a Cristina Fernández de Kirchner, sino que también deja en evidencia algo más profundo: el temor visceral de los jueces al pueblo movilizado. Cuando la Justicia deja de impartir justicia y se convierte en instrumento del poder económico, no es extraño que sus operadores tiemblen frente a una multitud que exige democracia y soberanía.
El desvarío de discutir francotiradores para enfrentar una manifestación política deja al desnudo que el problema no es la seguridad del edificio de Retiro, sino el pánico de una cúpula judicial que sabe que sus decisiones ya no tienen respaldo social.
Porque cuando los pueblos marchan, los poderosos tiemblan.
(EnOrsai)
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