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En vigencia la ordenanza sobre arbolado urbano

La Municipalidad de Villa Regina recuerda la vigencia de la Ordenanza 10/2009 que reglamenta el arbolado urbano y establece el procedimiento para la autorización de extracción de árboles, los criterios de plantación y el sistema de multas para quienes infrinjan la presente normativa.

En este sentido, se informa que multará a los frentistas que no soliciten permiso para la extracción de los mismos y, también, a aquellos que habiéndolo solicitado no realizaron la reposición correspondiente.

Cabe recordar que, de acuerdo a lo establecido, todos los inmuebles de la zona urbana, con edificación o sin ella, deben poseer dos árboles cada 10 metros de frente.

El arbolado urbano es un bien de dominio público municipal y los árboles son generadores de un sinnúmero de beneficios como purificar el aire, atenuar los vientos, filtrar ruidos y formar parte de los ciclos ecológicos vitales, entre otros.

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  • Caputo reconoció que no tiene los dólares para pagar los vencimientos y dijo que podía usar el swap con China

     

    Luis Caputo fue al encuentro anual de FIEL con una misión: calmar al mercado. Pero, terminó dejando una confesión que muchos hubieran preferido no escuchar. Enumeró un abanico de supuestas alternativas para pagar los más de USD 20 mil millones de deuda que enfrentará el año que viene, pero en la explicación confirmó que no tiene los dólares ni la vía de financiamiento cerrada.

    Fue muy crudo al relativizar la necesidad de acumular reservas:»es necesario, pero ahora no» afirmó y como toda explicación dijo que «el escenario ha cambiado». Dijo que ahora se puede «separar lo financiero de lo monetario» y abrió «un menú de alternativas» para pagar los vencimientos, entre los que mencionó el swap chino, el respaldo norteamericano y gestiones con bancos globales. Pero no anunció ninguna operación concreta. 

    El mensaje es evidente no tiene dólares propios para pagar la deuda y por ahora no piensa acumularlos.

    Por eso vale analizar, una por una, las líneas de financiamiento que Caputo puso sobre la mesa. Porque ahí aparece la trama real: la Argentina enfrenta una pared de vencimientos sin reservas y con canales externos que aún no están habilitados. 

    Karina suspendió la visita a China que había acordado para que liberen el swap

    El swap con Estados Unidos esta cubierto por un manto de opacidad total, se desconoce los tiempos y condiciones de instrumentación. La única voz que admitió una operación concreta fue la de Scott Bessent. En una entrevista con NBC afirmó que el Gobierno argentino ya usó «una pequeña parte» del swap del Tesoro norteamericano, operación que hasta ahora el Palacio de Hacienda y el Banco Central siguen sin informar. 

    El escenario ha cambiado y hemos logrado separar lo financiero de lo monetario, ya no tenemos que comprar reservas para pagar el cupón de enero, eso lo vamos a resolver financieramente.

    Bessent dijo que Estados Unidos «obtuvo ganancias» por ese uso, lo que obliga a preguntarse que hizo el gobierno de Milei para que esto ocurra. Se habla de la entrega de bonos, pero la operación hasta ahora permanece en la clandestinidad.En definitiva se trataría de una deuda para el BCRA que no figura en ningún documento público. La operación cruza el límite de lo legal: no se conocen montos, plazos ni tasas y, si es nueva deuda pública, debería pasar por el Congreso. Por ahora, es un swap fantasma. 

    Respecto al crédito de los bancos, la puerta está lejos. Como contó LPO, el CEO global de JP Morgan, Jamie Dimon, enfrió la posibilidad. «Quiza no sea necesario otorgar un préstamo a la Argentina», dijo días atrás. 

    Pero el mercado algunos no pierde el optimismo. «Va a salir, es por ahí. No queda otra. Bessent viene especialmente a la Argentina a destrabar esto», afirmó un operador financiero de buen diálogo con el equipo económico.

    Pero no todos comparten ese optimismo. Otro importante operador financiero afirmó a LPO: «Caputo mostró las llaves de todas las puertas. El problema es que ninguna abre», afirmó.

    Milei avanza contra China después de echar a Francos: se caen represas y radar espacial

    En tercer lugar, apareció como posibilidad utilizar el swap con China y el mercado tembló.  Caputo mencionó el swap chino como si fuera un botón al alcance de la mano, pero nadie desconoce que no lo es. Para ampliarlo o activarlo se necesita autorización directa del gobierno de Xi Jinping. Y la relación bilateral pasa por su peor momento en años. 

    Hay dos gestos que lo muestran con claridad: La suspensión del viaje de Karina Milei a Beijing, que se había acordado precisamente cuando China renovó el swap; y la paralización de las represas de Santa Cruz, el proyecto mas importante que tiene China fuera de su territorio. Guillermo Francos venía siendo el articulador del vínculo, pero el proyecto quedó congelado con la renuncia del jefe de Gabinete. Para Beijing, estos movimientos son señales del deterioro del vínculo político, por el alineamiento de Milei con Trump. 

    El verdadero problema son los números que hablan por si solos: USD 1.500 millones vencen antes de diciembre. Más de USD 20.000 millones a lo largo del año de los cuales USD 4.500 millones solo en enero, más el stock en Bopreal. Sobre esto se monta el acuerdo con el FMI exige acumular USD 9.000 millones de reservas antes de fin de año.

    Mientras tanto, las reservas netas contabilizan un negativo de USD 11.000 millones, el mismo nivel que dejó Massa. Aun en el mejor escenario, el superávit comercial de 2026 difícilmente supere los USD 9.000 millones. 

     

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  • Juez se acerca a Bornoroni y desconoce una candidatura de De Loredo

     

    El Frente Cívico salió a cruzar a Rodrigo de Loredo, quien se lanzó tempranamente para la gobernación y señaló que él ya había dado un paso al costado en 2023, una forma de reclamar para sí la candidatura de la oposición.

    «El planteo del juecismo es, primero, construir la oposición al peronismo; y luego, como último paso, elegir al candidato. Es una idea que compartimos con La Libertad Avanza. Poner los candidatos primero, es hacerle el juego al peronismo», dijo Walter Nostrala, legislador del Frente Cívico y quien hoy expresa el pensamiento de Luis Juez.

    Aunque cerca del senador reconocen que De Loredo tiene «derecho a tener la expectativa» de liderar la boleta opositora, también advierten que los «sorprendió» que se haya adelantado si l antención es «ganarle en serio» al peronismo.

    «Es un error estratégico plantear un candidato mientras se está conformando el espacio», señala Nostrala, quien dice que la construcción debe abarcar al radicalismo de los legisladores del interior y a Encuentro Vecinal, la fuerza demócrata cristiana que lidera Aurelio García Elorrio.

    En este escenario, celebran que las acciones de Mauricio Macri estén a la baja. Macri siempre desordenó a la oposición cordobesa para favorecer al peronismo provincial. En 2019, Juntos por el Cambio llegó destrozado y en dos listas: Ramón Mestre y De Loredo fueron en contra de Mario Negri y Juez. En 2023, De Loredo no quiso ser vice de Juez.

    «No hay un jugador nacional fuerte que juegue a dividirnos; y entendemos que el Presidente quiere que La Libertad Avanza sea parte del Gobierno de Córdoba. Por eso vamos a construir en este tiempo una alianza con La Libertad Avanza», dice Nostrala.

    En ese sentido, la expectativa es que sin Macri moviendo los hilos opositores, el conglomerado no peronista se mantenga unido. No es sencillo por el desaguisado que es el radicalismo, partido en varios pedazos y con distintas necesidades de sus dirigentes. Los legisladores departamentales, por ejemplo, están necesitados de un candidato a gobernador potente que los lleve a la reelección.

     

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  • Las Fuerzas del Cielo quieren Santiago vice para bloquear el ingreso de Menem a la fórmula del 2027

     

     Con el escenario postelectoral de un Javier Milei fortalecido, el fuego amigo y la interna libertaria volvieron a escribir capítulos tras la reactivación del caso Spagnuolo. Porque la situación del extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) repercute nuevamente en el entorno del presidente que tiene alineado a Karina Milei con los Menem como un polo contrapuesto al poder que intenta sostener Santiago Caputo.

    Atentos a esto, en Córdoba, al margen de la triada de opositores que integran Luis Juez, Rodrigo de Loredo y Gabriel Bornoroni -los tres con el mismo objetivo de ser candidatos a gobernador-, en el esquema libertario se empezó a tejer una especie de operativo clamor para que Santiago Caputo se convierta en el candidato a vicepresidente de Milei cuando este busque la reelección.

    Los que están detrás de esta estrategia en Córdoba son los cercanos al escritor Agustín Laje, dueños del relato de la batalla cultural que, entre otras cosas, rechazan el acercamiento a los radicales. Como así también son distantes de la figura de Bornoroni como único interlocutor de los libertarios cordobeses con Casa Rosada.

    Santiago se impuso a Pareja en el armado universitario y posicionó a su sello en Bahía Blanca y La Plata

    «El candidato a vicepresidente de Javier tiene que ser Santiago. No creo que deba haber discusión con ese tema. Aparte, la injerencia en el Gobierno de Caputo ahora es pedida desde Estados Unidos», afirmó a LPO un libertario que empuja la fórmula Milei-Santiago 2027.

    En este espacio creen que Karina intentará ubicar a Martín Menem, consciente del atractivo de la fórmula Milei-Menem y por eso buscan bloquear esa jugada, lanzando el nombre del asesor.

    El candidato a vicepresidente de Javier tiene que ser Santiago. No creo que deba haber discusión con ese tema. Aparte, la injerencia en el Gobierno de Caputo ahora es pedida desde Estados Unidos.

    Además, en Las Fuerzas del Cielo saben que Karina tiene prevista una recorrida por las provincias para fortalecer a sus armadores y agradecer la fiscalización del 26 de octubre, como así también el resultado en los territorios que se pintaron de violeta. Una de esas provincias es Córdoba, donde el esquema que armó Bornoroni con Gonzalo Roca al tope de la boleta dio uno de los batacazos a nivel nacional y le ganó a Provincias Unidas que llevaba como candidato al tres veces gobernador, Juan Schiaretti.

    Por eso, la estrategia de la conformación de fórmula nacional puede repercutir también en la provincia mediterránea. Fundamentalmente porque Bornoroni, cercano a los Menem, se paró desde la centralidad libertaria y articula con una porción del radicalismo que desconoce a De Loredo como líder, con el Frente Cívico en un diálogo directo con Luis Juez y ahora está terminando de absorber al PRO mediante el acuerdo que tejió con Patricia Bullrich.

    En Córdoba, los amarillos quedaron desdibujados por los traspasos del bullrichismo al armado libertario y por la escasez de músculo que ahora tiene Mauricio Macri para conducir.

    Con esa tropa, en un año y meses Bornoroni tributará a Karina una porción con radicalismo, juecismo y dirigencia con pasado reciente en el PRO para presionar a Las Fuerzas del Cielo de Santiago Caputo, que según anticiparon a LPO desde ese sector, que intentarán revertir el «renunciamiento» al que se vio forzado Laje en las pasadas elecciones, cuando quedó afuera de las listas.

    La irrupción de una candidatura presidencial de Victoria Villarruel en el 2027 podría obligar a Karina Milei a ablandar su hegemonía y abrir una negociación con Las Fuerzas del Cielo de Santiago Caputo.

    En Córdoba, igual saben que siempre gana Karina. Y, por consiguiente, Bornoroni. Una fuente libertaria adhirió a la posibilidad de que Santiago presione por ese lugar, pero recordó lo que pasó en el último cierre: «Santiago presionó para que en la lista fueran (Franco) Mogetta y (Evelyn) Barroso, la pastora. Uno ni figuró en la lista y la otra no entró, simple. En los momentos clave siempre se impone Karina. Es casi una regla eso».

    Creen que lo único que puede modificar esa aritmética es una irrupción con candidatura presidencial de Victoria Villarruel. Si la vice se lanza, en Córdoba tiene un núcleo duro que la respaldaría «con un poder de 8 puntos». 

    La irrupción de una segunda vía libertaria en el 2027, podría forzar a Karina Milei a abandonar su hegemonía blindada y buscar un entendimiento con Las Fuerzas del Cielo, para no sufrir una fuga de votos, especulan en Córdoba.

     

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  • Orazi se reunió con la Primera Dama: anunciaron la construcción de un vacunatorio pediátrico

    El Intendente Marcelo Orazi fue recibido en Olivos por la Primera Dama Fabiola Yañez. Durante la reunión, acordaron las bases de la construcción de un vacunatorio pediátrico en la ciudad, impulsado, gestionado y articulado junto a la Fundación Alberto Lavalle. “Me pone muy feliz el comienzo de este proyecto que ayudará a tantas familias de…

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  • Jorge Macri cambia un funcionario clave para ordenar la limpieza de la Ciudad

     

    Jorge Macri busca terminar de ordenar la cuestión de la basura y designó a un nuevo subsecretario de Higiene, que tiene a cargo el control de las empresas de recolección de residuos.

    La recolección de residuos es uno de los puntos clave de la gestión: se trata del contrato más caro de la Ciudad y uno de los servicios que más le importa a los vecinos. El ministro de Espacio Público Ignacio Baistrocchi está en pleno proceso de relanzamiento del área.

    La subsecretaría de Higiene está colgada de la Secretaría de Higiene Urbana, que, como anticipó LPO, pasó a estar bajo el ala de Daniel Angelici. El Tano puso a cargo a Pedro Comin Villanueva a manejar los 764 mil millones de pesos que gastará el distrito en 2026 en la recolección de residuos.

    Federico Schaer, muy cercano a Clara Muzzio, dejó su cargo y será reemplazado por Pablo Pulita, hasta ahora subsecretario de Mantenimiento. En el gobierno porteño quieren alinear el ordenamiento urbano de la Ciudad con la recolección de residuos.

    Golpe del Tano: Angelici se queda con el control del contrato de la basura y podría sumar Desarrollo Económico

    A Pulita tocará un momento crítico: con la llegada de los calores estivales, el jugo de basura que cae de los camiones se siente más fuerte. Lo mismo ocurre con los contenedores, que con la profundización de la crisis económica suelen ser utilizados como baños públicos.

    «Va a tener que bailar con una fea, las empresas de recolección no son nenes de pecho», le dijo a LPO un ex funcionario porteño que debió lidiar con las contratistas porteñas. 

     

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  • Ucrania: una paz que avanza a la fuerza

     

    En menos de 72 horas, la relación transatlántica cambió de naturaleza y todo parece indicar que los ucranianos han perdido la guerra. El 12 de febrero de 2025, el flamante secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, dio inicio a las negociaciones de paz en Ucrania. Ya desde un comienzo cedió ante las dos principales exigencias de Moscú: la no adhesión de Kiev a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la ratificación de las “nuevas realidades territoriales”, es decir, la anexión de cuatro regiones ucranianas a Rusia, así como también de Crimea. Al día siguiente, tras una larga conversación telefónica con Vladimir Putin, el presidente Donald Trump anunció su intención de reunirse con su par ruso en Arabia Saudita –sin los ucranianos ni los europeos– y expresó su deseo de que pronto se organicen elecciones en Ucrania. Finalmente, el 14 de febrero, en un discurso pronunciado en una conferencia en Munich, el vicepresidente estadounidense, más que abordar la cuestión ucraniana, reprochó a los dirigentes europeos el hecho de que deshonraran las aspiraciones de sus propios pueblos restringiendo la libertad de expresión en las redes sociales o anulando las elecciones en Rumania por supuestas injerencias rusas (1).

    Semanas antes, Trump había lanzado una ofensiva comercial al aumentar los aranceles a las importaciones de Canadá, México y la Unión Europea, y también había expresado sus intenciones anexionistas sobre Groenlandia (2). Sin embargo, de ahora en adelante, ya no se trata tan sólo de manipular a sus “aliados” para que compren más armas o para equilibrar la balanza comercial. Al declarar que Estados Unidos no les concedería garantías de seguridad ni a Ucrania ni a las tropas europeas que pudieran desplegarse para hacer cumplir un eventual alto el fuego, Trump inevitablemente sembró dudas sobre la solidaridad estadounidense en caso de un ataque al territorio de un miembro de la OTAN. Sin su contrapartida de seguridad, el vínculo transatlántico se parecería más bien a una completa relación de dependencia.

    No obstante, desde 2022, Estados Unidos ha “invertido” un promedio de 35.300 millones de dólares por año en Ucrania (3). Mucho más que los 3.000 a 5.000 millones de dólares que Washington destinó cada año a Israel antes del ataque del 7 de octubre de 2023 y el equivalente a casi la mitad de los gastos militares anuales para Afganistán entre 2001 y 2019 –un esfuerzo para financiar una ocupación militar y operaciones directas–. El nivel de apoyo a Ucrania se sitúa, por lo tanto, en algún punto intermedio entre la ayuda brindada a un aliado histórico en Medio Oriente y el compromiso de una intervención directa en el campo de batalla en su propio nombre. Pero a Trump poco le importa todo eso: la guerra en Ucrania no es la de Estados Unidos, sino la de su antiguo rival Joseph Biden…

    Errores de cálculo

    Evidentemente, la magnitud de la ayuda occidental llevó a Kiev a cometer un error y la alentó a rechazar la negociación. En la primavera boreal de 2022, incluso antes de que Occidente le proporcionara su apoyo militar, la resistencia ucraniana podía enorgullecerse de haber frustrado la operación de cambio de régimen fomentada por el Kremlin y de haber minimizado las pérdidas territoriales. Después de cuatro semanas de combates, los beligerantes estaban cerca de llegar a un acuerdo. En Estambul, Kiev aceptó un estatus de neutralidad –es decir, renunció a adherirse a la Alianza Atlántica– y confirmó su intención de no dotarse de armas nucleares. A cambio, buscaba conseguir la retirada voluntaria de Moscú de los territorios que había ocupado desde el 24 de febrero. Sin embargo, Kiev necesitaba garantía de seguridad por parte de los líderes occidentales, quienes se la negaron. Boris Johnson se convirtió en el portavoz de la posición occidental durante una visita a la calle Bankova, sede de la Presidencia ucraniana. El Primer Ministro británico afirmó que nunca firmaría un acuerdo con Putin. Por eso, lo que ofrecían no eran garantías, sino armas (4).

    Europa deberá pagar la reconstrucción de Ucrania y, al mismo tiempo, afrontar los costos de su seguridad.

    Por un tiempo fue posible creer que dicha apuesta resultaría exitosa. Tras una primera contraofensiva, en noviembre de 2022, Kiev recuperó la ciudad de Jersón, ubicada en la orilla derecha del río Dnieper. Se desató la euforia. La palabra “negociaciones” se volvió tabú. No alinearse con los objetivos ucranianos –es decir, recuperar por la fuerza las fronteras de 1991– equivalía a firmar un pacto con el diablo. Los grandes medios de comunicación occidentales respaldaron el decreto ucraniano de octubre de 2022 que prohibía las negociaciones con Putin, a quien buscaban llevar ante la justicia internacional por crímenes de guerra (5).

    Sin embargo, la segunda contraofensiva ucraniana de junio de 2023 resultó en una derrota. En los medios de prensa, los estadounidenses expresaron su descontento: Kiev habría escatimado demasiado sus hombres para privilegiar ataques tácticos dispersos a lo largo del frente en lugar de enviar soldados en masa a los campos de minas rusos con la esperanza de traspasar las defensas del adversario y cortar el puente terrestre entre Rusia y Crimea (6). Bajo la presión de Washington, Kiev redujo la edad de reclutamiento de 27 a 25 años en abril de 2024, pero en diciembre se negó a bajarla a los 18 años. Así, la apuesta hecha en base a las exhortaciones occidentales fracasó trágicamente. Tanto el costo humano –cientos de miles de muertos y heridos– como los sacrificios exigidos a la sociedad fueron en vano (7).

    Como lógica consecuencia, durante el mismo período, Rusia experimentó una suerte inversa. El inicio de su “operación militar especial” resultó un fiasco. Los servicios de inteligencia rusos sobrestimaron los apoyos con los que contarían tanto por parte de la población como dentro de las élites ucranianas. El Ejército se estancó en los barrios periféricos de la capital ucraniana y fracasó en su intento de tomar el control del país. El Kremlin decidió entonces concentrar su dispositivo militar en el Donbass y Crimea. Concebida inicialmente como una expedición relámpago, la guerra fue cambiando de escala y de naturaleza. La movilización forzada decretada en septiembre de 2022 provocó una ola de protestas y exilios.

    Atrapada en su propia guerra, Rusia agravó su situación en materia de seguridad. Su “operación militar especial” tenía como objetivo, por un lado, prevenir que Ucrania se rearmara –antes de que Kiev recuperara por la fuerza las regiones separatistas prorrusas– y, por otro lado, poner un freno a la expansión de la OTAN hacia el Este. No obstante, unos meses después del inicio del conflicto, Rusia enardeció el patriotismo de un adversario que recibía un flujo continuo de armas y que contaba con el respaldo de una Alianza Atlántica reforzada con dos nuevos miembros: Suecia y Finlandia, que limitan con la zona ártica, estratégica para Moscú. Los dirigentes europeos reforzaron los batallones enviados al flanco oriental de la alianza, incluida Francia, que hasta entonces se oponía a una presencia permanente. La fuerza de reacción rápida de la OTAN cuadruplicó su número de efectivos; también continuó la construcción de la nueva base antimisiles estadounidense en Polonia, en donde los norteamericanos elevaron su presencia militar a 10.000 soldados. Lejos de calmarse, en Rusia las preocupaciones respecto de la seguridad se intensificaron por no haber previsto la fuerza y la unidad de la reacción occidental. Empero, al apostar por la consolidación de sus defensas detrás del Dnieper, Rusia logró estabilizar el frente. Los avances territoriales, como la toma de Bajmut en mayo de 2023, se consiguieron a costa del sacrificio de numerosas tropas, en un país ya golpeado por su crisis demográfica.

    El Presidente estadounidense parece elevar a Rusia al rango de nueva aliada.

    Si bien Rusia mostró debilidades militares, la resiliencia de su economía resultó sorprendente. El Banco Central había acumulado suficientes reservas para asumir una confrontación financiera con Occidente. Logró sostener eficazmente el rublo y salvar su sistema bancario a pesar del congelamiento de sus activos en Europa y Estados Unidos. En cuanto a las sanciones energéticas, terminaron volviéndose en contra de los propios impulsores europeos: el aumento de los precios del gas compensó la pérdida de los volúmenes enviados al Viejo Continente, dando tiempo a Rusia para reorientar sus exportaciones de hidrocarburos hacia Asia (8). El fracaso de la estrategia de aislamiento se volvió evidente porque, si bien Moscú se vio obligada a recurrir a “Estados parias”, como Corea del Norte o Irán, para obtener armas o soldados, la realidad es que no le faltaron socios económicos interesados en sus descuentos energéticos. Los países que forman el núcleo del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) vieron con preocupación la ofensiva punitiva financiera de Washington contra uno de sus miembros y profundizaron de forma preventiva su cooperación para reducir el uso del dólar en sus intercambios. En 2024, BRICS acogió a cinco miembros nuevos, entre los que destacan los Emiratos Árabes Unidos, un actor clave en las nuevas rutas del petróleo ruso (véase el artículo de págs. 12-14).

    ¿Acercamiento al hermano menor?

    Al elegir negociar cara a cara con Moscú, Trump le ofrece una vía de escape al Kremlin. El Presidente estadounidense parece elevar a Rusia al rango de nueva aliada. Las concesiones, por ahora sólo verbales, resultan vertiginosas: reanudación de las negociaciones sobre el desarme, promesa de reincorporación al G7 y, a largo plazo, levantamiento de las sanciones. Aunque el Presidente estadounidense trate de morigerar estas promesas en las próximas semanas, la solidaridad transatlántica parece estar ya profundamente deteriorada.

    Estas declaraciones podrían cerrar la era geopolítica que comenzó en 1949. Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos creó la Alianza Atlántica para imponer su influencia a la mitad de Europa, mientras que la otra mitad se alineaba primero con el bloque soviético y luego se unía al Pacto de Varsovia en 1955. Sin embargo, a fines de la década de 1980, el último líder soviético, Mijail Gorbachov, al frente de un país agotado por la carrera armamentista, se comprometió con una serie de concesiones unilaterales y desordenadas: aceptó la reunificación de Alemania y su adhesión a la OTAN sin obtener garantías escritas sobre la no expansión de la alianza occidental en Europa del Este. De este modo, el antiguo instrumento de seguridad sobrevivió a la Guerra Fría, y la Unión Europea, al expandirse, permaneció firmemente vinculada a Washington. Aunque en 1989 y 1990 se llegó a considerar por un momento la posibilidad de implementar un nuevo sistema de seguridad, no surgió ninguno alternativo tras la disolución de la URSS en 1991. Si bien el conflicto ruso-ucraniano tiene en parte su origen en esta oportunidad perdida, su resolución negociada está provocando una reconciliación ruso-estadounidense a espaldas de Europa.

    En Munich, el vicepresidente James David Vance incluso señaló una nueva dirección estratégica de Estados Unidos: “A Putin no le interesa ser el hermano menor en una coalición con China” (9). ¿Se trata del regreso a la estrategia de triangulación que había puesto en marcha el presidente estadounidense Richard Nixon en 1971 al acercarse al “hermano menor” (en ese entonces, China) para aislar mejor al enemigo principal (la URSS)? Si este es el “plan”, Trump tendrá dificultades para romper el eje Rusia-China. Pekín, si bien se molestó por el hecho consumado de la invasión rusa y le ha reprochado a Moscú su abuso de la amenaza nuclear, no le ha retirado su apoyo. China suministra de manera discreta tecnologías necesarias para el complejo militar-industrial ruso, al mismo tiempo que profundiza su cooperación militar con Moscú. Aunque desequilibrada, esta relación se basa en una fuerte frustración compartida respecto de un orden internacional dominado por Estados Unidos desde el final de la Guerra Fría.

    ¿Y Europa?… Europa se encuentra en la peor situación posible: ya debilitada por la crisis energética que ella misma provocó al renunciar –a petición de Washington– al gas ruso barato y pronto golpeada también por la guerra comercial decretada por la Casa Blanca, ahora se ve obligada a gestionar en soledad las consecuencias del revés occidental en Ucrania. Mientras la confrontación con Rusia alcanza un nivel incandescente y sus arsenales se han vaciado en favor de Kiev, Europa se prepara para aumentar de forma urgente su gasto militar, lo que implica comprar armamento estadounidense. Washington le exigía un “reparto de la carga” de la financiación de la alianza. Ahora la carga es doble: pagar la reconstrucción de Ucrania (que, a esta altura, Rusia deja de buena gana en manos de la Unión Europea) y, al mismo tiempo, asumir su propia seguridad. El gasto parece simplemente inasumible para los presupuestos europeos y augura nuevas divisiones.

    1. Benoît Bréville, “Liquidación electoral”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, enero de 2025.
    2. Philippe Descamps, “Affoler la meute”, Le Monde diplomatique, París, febrero de 2025.
    3. “Ukraine support tracker”, Kiel Institute for the World, 2024.
    4. Samuel Charap y Sergueï Radchenko, “¿Podría haber terminado la guerra en Ucrania?”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, julio de 2024. Volodimir Zelensky se esfuerza en negar el papel que habría desempeñado así Johnson; véase también Shaun Walker, “Zelensky rejects claim Boris Johnson talked him out of 2022 peace deal”, The Guardian, Londres, 12 de febrero de 2025.
    5. Véase, por ejemplo, “Soutenir l’Ukraine pour assurer la paix”, Le Monde diplomatique, 10 de enero de 2023.
    6. Alex Horton y John Hudson, “US intelligence says Ukraine will fail to meet offensive’s key goal”, The Washington Post, 17 de agosto de 2023.
    7. Hélène Richard, “Ucrania, una sociedad dividida por la guerra”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, noviembre de 2023.
    8. Hélène Richard, “Sanciones de doble filo”, Le Monde diplomatique, noviembre de 2022.
    9. Bojan Pancevski y Alexander Ward, “Vance wields threat of sanctions, military action to push Putin into Ukraine deal”, The Wall Street Journal, Nueva York, 14 de febrero de 2025.

     

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