El Gobierno vuelve a recular en chancletas y sale a intervenir en el dólar
Después de semanas de fanfarroneadas sobre la «flotación libre» de la moneda, Milei y Caputo se vieron obligados a dar un volantazo y autorizar al Tesoro a vender dólares en el mercado. Una nueva muestra de improvisación económica, con la mirada puesta en las elecciones.
Por Celina Fraticiangi para Noticias La Insuperable

Del “¡Flota, flota!” al volantazo
Hace apenas un mes, Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, se reían en un streaming celebrando la supuesta libertad cambiaria. “¡Flota! ¡Flota! ¡El dólar flota!”, gritaban entre aplausos, y hasta se animaban a burlarse de los empresarios que advertían sobre los riesgos. “Comprá, no te lo pierdas, campeón”, les lanzó Caputo en tono sobrador.
Hoy, la realidad se impuso y el Gobierno tuvo que recular en chancletas: el Tesoro Nacional anunció que empezará a participar activamente en el mercado cambiario para frenar la disparada de la divisa.
“El Tesoro Nacional anuncia que a partir del día de la fecha participará en el mercado libre de cambios con el fin de contribuir a su liquidez y normal funcionamiento”, informó en X el secretario de Finanzas, Pablo Quirno.
La corrida que no pudieron frenar
La decisión se tomó luego de que el dólar rozara los $1.400 en el Banco Nación, cerrando en $1.385 tras varios días de tensión. La banda superior fijada por el propio Gobierno ya estaba a punto de ser perforada.
Aunque lo nieguen, consultoras privadas como 1816 y Vectorial habían señalado que el Ejecutivo ya venía operando en la plaza cambiaria con divisas frescas de préstamos y colocaciones financieras, sumando además apuestas en el mercado de futuros.
Fondos comprometidos
Según trascendió, la intervención se hará con los dólares que el Tesoro tiene depositados en el Banco Central y que estaban reservados para pagar un vencimiento de deuda de US$ 5.000 millones en enero.
No se tocarían por ahora las divisas provenientes del acuerdo con el FMI, que por contrato no pueden usarse para operaciones de este tipo.
Un parche tras otro
Caputo y Santiago Bausili, titular del BCRA, vienen de un verdadero papelón con el fallido intento de desarmar las LEFIs en manos de los bancos, lo que desató más incertidumbre. La respuesta fue un torniquete con suba de encajes y restricciones que no hicieron más que complicar la operatoria del sistema financiero.
El viernes pasado, en otro manotazo, el BCRA limitó los movimientos de los bancos al imponer que la “posición de contado diaria” en dólares no podía aumentar el último día hábil del mes. Una medida que buscó contener la cobertura de fin de mes, pero que terminó confirmando lo que todos ven: el Gobierno perdió el control de la situación cambiaria.
Milei, atrapado por su propio relato
La intervención oficial es, en los hechos, la confirmación de que la “flotación libre” duró lo que un suspiro. Milei y Caputo pasaron del discurso grandilocuente a recular en chancletas, obligados por una economía que no perdona la improvisación.
A pocos meses de las elecciones, el volantazo busca ganar tiempo, pero deja en claro que el modelo libertario no logra sostenerse sin la misma muleta que siempre cuestionaron: la intervención del Estado.