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Doná sangre para que el mundo siga latiendo

El 14 de junio de cada año se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre. Su objetivo es el de concienciar a todo el mundo sobre la necesidad de disponer de sangre y productos sanguíneos seguros para transfusiones, y sobre la crucial contribución que efectúan los donantes de sangre voluntarios y no remunerados a los sistemas nacionales de salud.

Además, este día ofrece una oportunidad para instar a los gobiernos y las autoridades sanitarias nacionales a que proporcionen los recursos suficientes y establezcan sistemas e infraestructuras que permitan aumentar la obtención de sangre de donantes voluntarios y no remunerados.

La sangre y los productos sanguíneos seguros, así como su transfusión, son un aspecto fundamental de la atención y la salud pública. Cada día permiten salvar millones de vidas y mejorar la salud y la calidad de vida de muchos pacientes. La necesidad de sangre es universal, pero el acceso de todos los que la necesitan no lo es. La escasez de sangre es particularmente aguda en los países en desarrollo.

Sobre el banco de sangre de nuestra ciudad, Cinthia Alabart, bioquímica del hospital público área programa Villa Regina, informa lo siguiente:

«En este momento nuestro banco de sangre está bien, a veces se suman urgencias que complican un poco, (…) al principio del año pasado todos los bancos de sangre nos enfrentamos al desafío de reinventarnos para hacer llegar a los donantes porque la gente tenía miedo, pero después con el tiempo eso se revirtió e incluso hoy tenemos muchos nuevos donantes voluntarios, y eso es genial, mucha gente tomó conciencia de la importancia de la donación dentro de este contexto de pandemia.

Cinthia Alabart, bioquímica del Hospital público de Villa Regina, entrevista Radio90.

Para garantizar que toda persona que necesite sangre segura pueda acceder a ella es preciso que en todos los países haya donantes voluntarios y no remunerados que donen sangre periódicamente. Durante la pandemia de COVID-19, a pesar de las restricciones de movilidad y de otras dificultades, los donantes de sangre de muchos países continuaron donando sangre y plasma para pacientes que requerían transfusiones. Este esfuerzo extraordinario, realizado en el contexto de una crisis sin precedentes, pone de relieve el papel crucial de los donantes de sangre bien organizados, voluntariamente comprometidos y no remunerados, para velar por la disponibilidad de suministros de sangre segura y suficiente, tanto en tiempos de normalidad como de emergencias.

Los jóvenes son el eje de la campaña de este año

El lema del Día Mundial del Donante de Sangre 2021 será «Dona sangre para que el mundo siga latiendo». El mensaje destaca la contribución esencial de los donantes de sangre para mantener el pulso del mundo, salvar vidas y mejorar la salud de los demás. Asimismo, refuerza el llamamiento mundial para que más personas de todo el mundo donen sangre periódicamente y contribuyan a mejorar la salud.

La campaña de este año se centrará especialmente en el papel de los jóvenes para garantizar un suministro de sangre segura. En muchos países los jóvenes han estado en la vanguardia de las actividades e iniciativas encaminadas a lograr un suministro de sangre segura mediante donaciones de sangre voluntarias y no remuneradas. En muchas sociedades, los jóvenes representan una gran parte de la población y, por lo general, son sumamente idealistas, entusiastas y creativos.

Bajo este lineamiento que propone la OMS como eje de campaña para este año, Cinthia Alabart contó que por primera vez hoy va a realizar una charla en un encuentro con chicos y chicas de primaria, con la idea de seguir reforzando la concientización de la donación en este caso de manera directa con los más peques.

“Hoy voy a tener por primera vez una charla con alumnos de los últimos años de primaria, y eso esta buenísimo, porque entender desde chicos que hay una necesidad, una importancia acerca de la sangre está muy bueno”

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  • Un acorde de Kafka para entender a Milei

     

    *Este texto fue escrito para la presentación del libro El temblor de las ideas. Buscar una salida donde no la hay, de Diego Sztulwark, y editado por Revista Anfibia.  

    Presentar un libro produce temblor. Hay cierto oficio o cierta especialidad en ese acto, es casi un género. Horacio González era un experto en presentaciones. Incluso alguien dijo alguna vez que Horacio no iba a una mesa redonda, sino que era la pata de una mesa. El chiste le cabe, pero sé cómo disfrutaba de estas tertulias. Leer es reescribir. De un libro brotan otros pensamientos, ramificaciones inesperadas surgidas de las experiencias sensibles del que lee.  

    El temblor de las ideas (Planeta, 2025), de Diego Sztulwark, es un libro que enlaza a un artista/filósofo Franz Kafka con acontecimientos políticos argentinos. Diego leyó Kafka con intensidad, con rigor y también leyó a un conjunto de pensadores que dijeron mucho sobre él. Este es un libro coral: Kafka, la política argentina, la filosofía y un pensador emocionado.  ¿Es forzada esa relación, como en algún momento dijo David Viñas?  En el andar de mi lectura por momentos pensé que sí; en otros, no. Traté de escuchar, como hago con la música, y entonces lo leí como una partitura, como una musicalidad vibrante sobre la cual uno puede imaginar y querer cierta vinculación con este libro, pero no necesaria. Tal vez sea un mero capricho o, más seriamente, la encuentre emparentada con este libro. La música siempre excede la partitura, que posee un rasgo excesivamente obligatorio. Hasta los silencios se escriben.  Y no sólo eso: determinan la duración del silencio. 

    Luego de cada capítulo o subtítulo hay una coda, una extensión del tema, pero en otra clave, como un diario de la perplejidad. Ahí Sztulwark escribe con fecha y año anotaciones sobre la actualidad política argentina, acontecimientos específicos sobre ella, opiniones, preguntas y polémicas sin que exista correspondencia necesaria con el capítulo en el que las incluye. Incluso aparecen en diversos lugares de cada capítulo. Me gustó ese procedimiento.

    En este libro nos topamos con Kafka, con ensayos sobre Kafka y un diario personal sobre la perplejidad en la que estamos entrampados en estos tiempos. Hay tres movimientos. Pongamos un acorde: Ya nada es. Millones acariciaron el látigo y aquí estamos. Ese acorde tiene que ser un acorde en modo menor. Lánguido, melancólico, triste también pero, cuidado, porque siempre tiene bellísimas melodías y muy atrapantes. ¿Nos quedamos ahí?  No. El temblor tiene la potencia de refutación política, dice Diego, restituye las vidas, los cuerpos, el movimiento. Para eso hay que rastrear palabras y horizontes que hoy no están en la política, pero la paradoja es que le pertenecen. Hoy empobrecen lo terrible, el horror. Entonces debemos rastrear palabras perdidas y omitidas, e inventar. Pongamos otro acorde en modo mayor: exultante, auspicioso. 

    Ahí podemos comenzar a conversar, aun teniendo que padecer la imposibilidad: imposibilidad de actuar sin criterios transformadores (revolucionarios, dice Sztulwark), imposibilidad de actuar sin ellos e imposibilidad de dejar de actuar. 

    En el libro hay muchísimos pensadores que reflexionan a partir de Kafka, teorías, pensamientos admirables, filosóficos y políticos que rompen, que hacen crujir el mundo. En la música, también.  Pero Sztulwark dice: “Cuando la derecha escenifica este romper todo, activa la destrucción del pacto social plagado de mediaciones y regulaciones de las que quiere prescindir”. De los autores que él nombra también van a prescindir. 

    Hay un artilugio en la música que permite armar un acorde de tal modo que esté en mayor, pero es menor, y a la inversa. Una forma de engaño al oído. Recuerdo haberme pasado horas escuchando la 5ta sinfonía de Malher para poder percibir en qué modo estaba. Es un artilugio propio del postromanticismo en la música. Malher lo usa con maestría. Esos acordes indefinidos tensan, sólo agucemos el oído. En ese diario de la perplejidad, Sztulwark lo hace: comienza con el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kircher, pasa por el 2001, la pandemia, la batalla cultural planteada por Agustín Laje y otros seres oscuros, la irradiación que produjeron en los jóvenes “porque la derecha se ofreció como una competencia y como una alternativa” y “la extrema derecha disuelve la política en la cultura y la cultura en la comunicación”. Disolver la lengua, los cuerpos, las ideas de lo que llamaron el marxismo cultural, disolver los feminismos, los ecologismos, los derechos humanos, los indigenismos, los agrupamientos sindicales, movimientos piqueteros y muchos otros que señalaban una sociedad dispuesta a la conquista de reclamos y derechos. La tarea de esta derecha era y es destruirlos. Todos ellos son enemigos, son el lastre que hay que desintegrar. Una derecha 2.0, como la llama Gilbert. 

    Sztulwark analiza esta derecha con mucha precisión: cómo son, qué quieren, de dónde vienen, cómo se anticiparon en gobiernos anteriores en Argentina con promesas no cumplidas. Hay que descifrar eso. Laje y otros, creo que Nicolás Márquez también, saben que la derecha no tiene intelectuales y se lanzan a la batalla cultural. Comunicación, tecnología, cultura y política son temas problemáticos tanto para la derecha como para los progresismos. 

    Permítanme decirlo: en el regreso a la democracia no debatimos con suficiente hondura lo que fuimos durante la dictadura cívico militar. Sé que es complejo y requeriría un extenso debate. Nos acogimos a estrategias políticas algo sumisas que me agobiaron siempre. Entonces, creo que hay que caminar por otros lugares, llaves artísticas, políticas y, sobre todo, imaginación. Si esa búsqueda está, no podemos hablar de derrota. Es otro sendero, es un camino fructífero. 

    La lectura de este libro coincidió con procedimientos técnicos que se realizan sobre lo registrado en la grabación de un disco. Estaba entre la constante escucha de las mezclas que me iban llegando (la mezcla es homologable al montaje en el cine) y la lectura de este libro, que es un conjunto de voces políticas. Una sinfonía. 

    Este disco se llama Fuera de Lugar, pero no es el retiro de ninguna batalla. Este disco es una batalla en sí mismo. El procedimiento político con el que trato para pensar la música, su errancia y la relación conflictiva y llena de tensiones entre el pasado y el presente. Ese es el modo que encontré para estar en la música, en la historia y en la política y algunas otras cosas que me he ido inventando a lo largo de los años. En Ante la ley, de Kafka, la puerta está abierta, pero está el centinela. Primero aparece la frustración, segundo la espera mientras aparece la pregunta: qué hacer ante la puerta abierta y el centinela que la custodia.  Imposibilidad y espera. 

    La trampa es no saber de qué se te acusa. Pero se te condena. La ley impera, pero no sabemos qué es. Produce ignorancia y culpa, entonces esperamos. Es insoportable esperar porque, al esperar, no percibimos que son los artificios del poder los que lo producen. La derecha actúa de tal modo que provoca una adhesión inmediata al orden de las cosas tanto en los sujetos como en el ámbito social. Sólo de un fondo oscuro puede surgir la idea de que alguien sabe de antemano el secreto de todas las cosas e impide buscar otro camino en el que habite la fuerza de obrar en el lenguaje. “La trampa, la ignorancia y la culpa están en la base de los artificios del poder” y los entrampados son los que asumen su condición sin asombro. Ojalá los entrampados tuvieran conciencia de la fugacidad y fragilidad de los entrampadores. El canto tiene que cantar sabiendo eso. En realidad, eso es lo único que hay que cantar. Diego dice que la fragilidad en Kafka da señal de una vitalidad superior. A mí me da la sensación de una embriaguez ante un abismo. Poder salirse del dispositivo

    Para comprender estos paralelismos un tanto arbitrarios que estoy haciendo con la música debemos saber que estamos en un dispositivo tonal, es decir un centro. De esas claves se puede ir a otra clave, se puede modular e ir hacia otro lado, pero siempre dentro de la tonalidad fijada y, por más vueltas armónicas que demos, la tonalidad sigue siendo la ley. Ese es el texto sagrado y de ahí no nos movemos. Sin embargo, en las músicas como las de la Grecia antigua y las indígenas no existe la tonalidad. Esas ideas antiguas y preciosas se buscaron en otras composiciones como las de Gyorgy Ligeti. Todo a partir de una búsqueda desesperada de Arnold Schönberg, quien inventó el atonalismo pero fracasó. La tonalidad es una convención histórica de occidente. Los que salen de ahí provocan un tembladeral bellísimo, como los acordes erráticos que buscó Gerardo Gandini. Construyen una música vibrante y el oído se abre dispuesto a lo inesperado e insospechado. Eso le exijo a la política. Con la lengua que posee hoy, nunca la escucharemos. Yo tampoco la poseo, por supuesto, porque no es individual, es una construcción colectiva de la cual sólo sabemos que es un enigma. ¿Puede oírse? Desde que asumió Milei, en algunas marchas puede. Por ahora la mayoría pensamos que está, como señala Diego, por debajo del umbral auditivo de la política. ¿De los últimos 20 años? Creo que no. Que es excesivo sostener eso. Siempre queda algo por oír, no siempre hubo sordera absoluta. Ha habido notas de paso para ir de un lugar a otro. Yo quiero saber qué se oye al otro lado de la frontera, como diría Horacio González en Fusilamientos. Muerte en primera persona

    Conversar es hacer temblar lo que está fijo en este país y nos ha producido, dice Diego: un impacto político y existencial. Kafka es un artista. Diego afirma que es alguien que hace temblar el sistema rígido y normativo de este tiempo y de todos los tiempos. Y dice: Kafka es un estratega.  No son palabras de la política. Es poesía, es arte y, por lo tanto, sí es política porque esas palabras atraviesan cada día de nuestras vidas y logran que las revisemos constantemente o nos juntemos para pensarlas. Muchas veces percibimos que la política no anclará nunca en esos mundos que son lo único que importa. Tal vez la ausencia de esas palabras, el retiro de ciertas lecturas, la ignorancia también le impidan a estos tiempos construir lo que repare esta intemperie, esta demolición, diría Diego

    Tuvimos otros momentos en donde la sensibilidad política pudo generar respuestas colectivas. Tema que nunca terminará de ser pensado una y otra vez. Sólo puedo decir que hubo momentos de enorme felicidad. Prefiero hablar así y no de derrota. “Es infinita, nunca terminará esa riqueza abandonada”, dice el poeta Edgard Bailey.  Por eso me parece una extraordinaria audacia haber recalado en Kafka para acompañar esa búsqueda. Fue una audacia feliz porque para evitar la trampa tenemos que elevar al mundo. Creo que es Carlos Correas quien pone atención en la palabra elevar

    ¿Es una actividad emancipatoria? Kafka teme no tener las fuerzas suficientes para vencer a la institución. No poseer esas fuerzas o dudar si las tendrá es desesperante, te lleva a pensar que no hay salida, pero al mismo tiempo necesita que la haya. “El héroe en Kafka es el sujeto sujetado por una triple imposibilidad: imposibilidad de encontrar respuestas, imposibilidad de dejar de buscar respuesta e imposibilidad de dejar de preguntar”. Una relación enigmática con el mundo, tanto como los acordes erráticos en la música. Recuerdo una clase de Gandini sobre procedimientos para componer. ¿Pongo un mi mayor, adónde voy? No lo sé, pero sigo, no lo encuentro, pero no puedo dejar de preguntarme adónde voy. Es desesperante, pero todo ese enigma culmina en La ciudad ausente, la novela de Ricardo Piglia, y la ópera de Gandini con libreto de Piglia. 

    ¿Quiero señalar una esperanza? No. Quiero señalar que la imposibilidad no puede impedir llevarnos a una acción emancipatoria. Si no lo es nos volverá a entrampar. Kafka dice: no quiero libertad, quiero una salida. Ya el deseo de la salida habilita la posibilidad de encontrarla. Siendo sincera, no me gusta la palabra esperanza, me resulta demasiado religiosa, tanto como la tonalidad en la música que es un cerrojo. Prefiero hablar de las fuerzas irreprimibles del deseo de buscar colectivamente. Decía Horacio González: una comunidad es un síntoma de libertad, no una forma obligatoria de convivencia. Y allí está también León Rozitchner con su idea del materialismo ensoñado. El sueño es lo que liga el pensamiento al cuidado de los cuerpos. Pienso que donde no hay ensoñación, hay cadáveres.  

    Buscar tiene que ser un diálogo poderosísimo y tenso entre los restos y el presente altamente tecnologizado y un mundo que nos condena y encierra en una lengua mortuoria.

    Musicalidad vibrante. Coda

    La tecnología existe desde hace muchas décadas. Surge de la guerra donde se mata y se muere. Hoy el procedimiento es el mismo: se mata y se muere, la tecnología va directo hacia los cuerpos. En el caso de la música va directo al oído y a cualquier narración que quieras hacer. Spotify es un monopolio narrativo, es el más claro ejemplo del robo de la palabra. Ahí todo es aleatorio. Las plataformas digitales son las que hablan disolviendo tu habla. Habría que hacer una historia de la escucha y de la voz que va del grito de guerra liberador a la voz de mando militar. La tecnología anestesia, te brinda cuadrículas encerrando la experiencia sensible y estética. 

    Así que, Diego, sólo quiero decirte que tengo tantos gritos adentro de mi alma que rechazaré siempre la condena de este mundo bélico, tecnológico y cruel, aunque no pueda conjurarlo. Prefiero seguir siendo una mujer atravesada por preguntas, por un no saber, por un desconcierto vital, dispuesta a dar las vueltas necesarias con el fin de abrir, no cerrar. Prefiero habitar las tensiones de la imposibilidad. 

    Gracias, Diego.

    La entrada Un acorde de Kafka para entender a Milei se publicó primero en Revista Anfibia.

     

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    Qué se vota mañana en Argentina: guía completa para no llegar perdido a la urna

     

    Mañana, domingo 26 de octubre de 2025, los argentinos volverán a las urnas en una elección legislativa clave. Se renueva parte del Congreso en medio de una profunda crisis económica y social generada por las políticas de Milei, que busca sostener su mayoría legislativa para seguir avanzando en su agenda de ajuste. En esta guía detallamos qué se elige, dónde se vota y por qué esta elección puede marcar un freno o una continuidad en el rumbo actual.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

    Qué cargos se eligen y por qué importa

    El país elegirá 127 diputados y 24 senadores nacionales, lo que equivale a la mitad de la Cámara baja y un tercio del Senado. Son números que pueden cambiar completamente el escenario político. El oficialismo libertario busca consolidar el control del Congreso para profundizar las reformas que ya afectaron a jubilados, trabajadores y sectores medios.
    Del otro lado, una oposición fragmentada pero en crecimiento intenta recuperar bancas que permitan poner límites institucionales a un gobierno que ha demostrado desprecio por el equilibrio de poderes.


    Dónde y cuándo se vota

    Los locales de votación abrirán de 8 a 18 horas en todo el país. Se vota con el DNI actualizado, y podés verificar tu mesa y escuela en el padrón electoral oficial. Quienes estén en la fila antes del cierre podrán votar. El voto es obligatorio desde los 18 hasta los 70 años, y optativo para los jóvenes de 16 y 17.


    La Boleta Única de Papel: el nuevo sistema

    Por primera vez, la elección se realiza con Boleta Única de Papel (BUP). Ya no habrá pilas de boletas partidarias. Cada votante recibirá una hoja con todas las listas y deberá marcar con lapicera la opción elegida. Es importante hacerlo con claridad: si se marcan dos casilleros o se raya la boleta, el voto puede ser anulado.
    El cambio busca mayor transparencia, aunque también se denunció que el gobierno intentó confundir al electorado con poca difusión sobre su uso y una logística deficiente, especialmente en zonas rurales.


    Qué provincias renuevan senadores

    Ocho distritos eligen representantes para la Cámara Alta: Ciudad de Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. En cada una se eligen tres senadores, dos para la mayoría y uno para la minoría. Estos resultados serán decisivos para el control del Senado, hoy con equilibrio delicado entre el oficialismo y el bloque opositor.


    Las bancas en juego por distrito

    La provincia de Buenos Aires define el partido: elige 35 diputados nacionales y puede inclinar la balanza en Diputados. La Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe también aportan un número relevante de escaños. En las provincias más chicas se renuevan entre 2 y 5 bancas, pero su peso político no es menor: en el reparto final, cada voto cuenta para construir mayoría o freno parlamentario.


    Qué se juega políticamente

    No se trata sólo de una elección legislativa. Está en juego el tipo de país que seguirá después de diciembre. Milei y su bloque libertario buscan sostener el control del Congreso para profundizar el ajuste, avanzar sobre leyes laborales, el sistema previsional y los fondos destinados a educación, salud y cultura.
    En contrapartida, los sectores del peronismo, el progresismo y parte del radicalismo apuestan a reconstruir una oposición fuerte, capaz de impedir que el gobierno siga vulnerando derechos conquistados durante décadas de lucha social y política.

    La experiencia de estos meses demuestra que el proyecto libertario, con su desprecio por el Estado y la idea de “sálvese quien pueda”, no hace otra cosa que beneficiar a los grupos concentrados y castigar a las mayorías populares. Un Congreso equilibrado puede ser el último dique institucional frente a esa avanzada.


    Cómo se cuentan los votos

    El escrutinio provisorio comenzará la noche del domingo, pero los resultados finales se conocerán varios días después. La Boleta Única implica nuevos procedimientos de conteo, por lo que el recuento puede demorar más que en comicios anteriores. Lo importante: no dejarse llevar por operaciones mediáticas tempranas ni lecturas triunfalistas antes del cierre oficial.


    Recomendaciones para el día de la votación

    • Revisá tu mesa y escuela con anticipación.
    • Llevá DNI actualizado y una birome propia.
    • No saques fotos dentro del cuarto oscuro.
    • Si no encontrás tu nombre en el padrón, reclamá en la mesa de autoridades.
    • Votá informado: sabé qué lista y qué candidatos representan tus intereses.

    Recordá que tu voto no sólo elige representantes: define si el Congreso seguirá siendo una escribanía del poder o un contrapeso real al autoritarismo y el ajuste.


    Conclusión: un voto para poner límites

    Argentina llega a estas elecciones en un contexto de inflación todavía alta, caída del salario, despidos y desmantelamiento de programas sociales. Milei promete más de lo mismo, y por eso esta jornada electoral será clave para marcar un límite democrático.
    Votar es más que un derecho: es una herramienta para defender lo que queda del Estado social, las políticas públicas que costaron décadas construir, y los derechos de trabajadores, jubilados, estudiantes y mujeres.

    Mañana, más que nunca, se vota entre dos modelos: un país de derechos o un país de mercado.

     

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