Sociedad

  • Se viene un fuerte tarifazo después de las elecciones, el gobierno dolariza la energía

     

    El Gobierno se prepara para darle un nuevo golpe a los bolsillos luego de las elecciones. Esta vez vendrá de la mano de la «transformación» del mercado eléctrico argentino. El primer paso es dolarizar el pago a las generadoras, desplazando el peso del ajuste hacia comercios, industrias y usuarios no residenciales. En los papeles, promete «estabilidad» para los hogares; en la práctica, dispara los costos y deja todo atado a la cotización del dólar. 

    La reforma del mercado eléctrico que resolvió el Gobierno divide el sistema en dos grandes segmentos: el mercado estacionalizado y el desestacionalizado. En el primero quedan los usuarios residenciales y no residenciales. Estos últimos son comercios, pymes, clubes y cooperativas, que seguirán comprando la energía a través de Cammesa con tarifas reguladas por el Estado. 

    En el segundo, el mercado desestacionalizado, entran los grandes usuarios. empresas con alta demanda, que podrán contratar directamente con las generadoras a precios libres, en dólares, sin pasar por la intermediación estatal. 

    El gobierno prepara un feroz ajuste para después de las elecciones y pone en riesgo el acuerdo con los gobernadores

     El corazón de la reforma es la dolarización de la generación eléctrica, que deja atrás el esquema de precios a costo medio, donde el Estado pagaba a todas las centrales un valor promedio de producción. 

    En este nuevo régimen, el precio lo fija la última central que entra al despacho para cubrir la demanda, generalmente la más cara. En términos simples: si una termoeléctrica que quema gasoil es la que completa la oferta, toda la energía del sistema se paga a ese precio, aunque haya otras que produzcan más barato.  

    Aunque el Estado siga fijando valores de referencia, cada devaluación o ajuste fiscal se trasladará a la tarifa con mayor rapidez.

    En el mercado desestacionalizado, los precios quedarán directamente atados al tipo de cambio, y en el estacionalizado, aunque el Estado siga fijando valores de referencia, cada devaluación o ajuste fiscal se trasladará a la tarifa con mayor rapidez. 

    Daniel González, coordinador del área de energía, durante su exposición ante la Comisión de Presupuesto de Diputados reconoció que bajo al lógica de la «recomposición de balances»,  el nuevo modelo establece que los grandes usuarios enfrentarán un aumento promedio del 15% anual, con picos de hasta 35% en invierno.  

    Para el sistema, eso significa un salto de ingresos de hasta 785 millones de dólares por año, según un informe interno de la Secretaría de Energía que lleva la firma del  director Nacional de Regulación del Mercado Eléctrico Mayorista Marcelo Positino, al que accedió LPO en exclusiva. 

    Este documento en el anexo final reconoce que el nuevo esquema favorece la estabilidad del segmento residencial, pero a costa de «mayor volatilidad y necesidad de cobertura contractual» para los sectores no residenciales e industriales.
    En otras palabras, el sistema se vuelve más frágil, más dolarizado y más expuesto a shocks externos.

      «La supuesta protección a los residenciales es un mito. La dolarización generalizada convierte cada devaluación en un nuevo tarifazo», aseguró a LPO un ex funcionario del área.

    Estudios académicos estimaron que entre diciembre de 2023 y octubre de 2025 las facturas promedio de gas natural aumentaron 799% para hogares y 992% para comercios y pymes, mientras la energía eléctrica trepó 524% y 570% respectivamente. Además unos 2 millones de hogares perdieron el subsidio a la electricidad y 705 mil el del gas.

    El descalce entre la estructura dolarizada de los contratos y la economía real pesificada genera un círculo vicioso: el Estado acumula deuda con el sector y el Tesoro no puede cubrirla sin emitir o endeudarse.

    Los especialistas advierten que la dolarización de la generación eléctrica en un país con un riesgo cambiario crónico como la Argentina es un riesgo alto. 

    El descalce entre la estructura dolarizada de los contratos y la economía real pesificada genera un círculo vicioso: el Estado acumula deuda con el sector y el Tesoro no puede cubrirla sin emitir o endeudarse.

    Por eso, si la brecha se amplía y las tarifas no acompañan, la situación se vuelve jurídicamente explosiva. Las empresas internacionales recurren a tribunales como el CIADI alegando violación de contratos, mientras el Estado intenta evitar que los argentinos paguen facturas dolarizadas a precios imposibles. 

    Por eso, la dolarización no solo pone en riesgo la estabilidad macro, sino que reabre la puerta a una nueva ola de litigios internacionales: un déjà vu de los años posteriores al 2001, donde la crisis cambiaria terminó judicializandose en Estados Unidos.

     

  • Vaudagna reveló que el juez Salmain le pidió 100 mil dólares para quedar a cargo de sus causas

     

    El ex director regional de ARCA en Rosario Carlos Vaudagna declaró que el juez federal Gastón Salmain, con quien tenía un vínculo probado desde 2018, le propuso en diciembre pasado reclamar la competencia de todas las causas penales que lo afectaban en la Justicia Federal para darle un tratamiento favorable como imputado. Y que pidió una altísima cifra para hacerlo. Fuentes con acceso a la causa indicaron que fueron 100 mil dólares.

    Esto ocurrió en una ampliación de la declaración como arrepentido de Vaudagna recibida hace dos semanas en la sede de la Procuración de Lavado de Activos (Procelac). Fue parte de lo que motivó que la semana pasada un fiscal federal de Rosario solicitara el secuestro del celular del juez Salmain, lo que se concretó este viernes en su domicilio en Belgrano en Buenos Aires. El magistrado no proporcionó la clave de desbloqueo.

    Le secuestran el celular al polémico juez Salmain de Rosario, que se negó a entregar la clave

    El mismo día en Santa Fe fue allanada la escribanía del lobista del Poder Judicial de la Nación Santiago Busaniche y su domicilio particular en el Palacio Paz en Esmeralda al 1100 de Buenos Aires. Busaniche es un importante operador histórico del Poder Judicial de la Nación, con capacidad para decidir designaciones de personal y descargar influencias en decisiones judiciales.

    La revelación supone, de afianzarse en otra prueba, un golpe demoledor para el juez federal, que tiene abierto un proceso disciplinario en el Consejo de la Magistratura de la Nación. Esto ocurre porque al concursar como juez en 2022 omitió señalar en su CV que había sido echado de la Justicia Federal en 2002 por pedir un soborno como empleado de un juzgado para direccionar un expediente laboral. 

    Vaudagna

    La palabra de Vaudagna como arrepentido ya demostró haber tenido su peso. En su declaración inicial, hace seis meses, admitió que armaron una causa judicial contra el empresario bursátil rosarino Claudio Iglesias en un asado en la casa del juez federal Marcelo Bailaque junto al financista Fernando Whpei. Y destacó que lo hicieron a sabiendas de que el empresario estaba disputando la presidencia de la compañía aseguradora San Cristóbal de la que era directivo. Esto terminó con Vaudagna, Bailaque y Whpei con una causa penal por extorsión. Los dos últimos tienen por esto prisión domiciliaria.

    En diciembre Salmain pidió repentinamente ser competente en tres causas distintas que implicaban a Vaudagna, aunque dos meses antes había pedido no intervenir en la única que tenía del ex jefe de ARCA. Estas causas se generaron a partir del secuestro de un teléfono de Vaudagna en 2021 por la Unidad de Delitos Económicos del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Rosario.

    Una primera pericia del teléfono mostró que Vaudagna estaba implicado en variados ilícitos: asesorar a contribuyentes para ocultar activos, actuar como gerenciador de múltiples empresas privadas, facturarles a estos clientes a través de dos mutuales que son de él y hacer depósitos en cuentas offshore.

    El desconcertante reclamo de Salmain para quedarse con las tres causas generó la queja en tropel de seis fiscales federales de Santa Fe, Rosario y Reconquista que dijeron que este magistrado no tenía competencia por materia -es juez civil y no penal-ni tampoco territorial para pedir las causas de Vaudagna. A quien además conocía desde 2018 por lo menos, según está acreditado en intercambios de mensajes telefónicos entre ambos. 

    Caso Vaudagna: bloquean a un juez de Rosario que quiso meterse por la ventana en causas de corrupción que lo complicaban

    En febrero la Cámara Federal de Rosario resolvió, con dos decisiones diferentes, que Salmain no tenía ningún motivo para ser competente en las causas de Vaudagna.

    «Lo que hace la declaración ampliada de Vaudagna de hace dos semanas es darle una explicación lógica a una acción judicial que era un disparate. Es la pieza de un rompecabezas que completa un cuadro. Era descabellado que Salmain reclamara de golpe las causas que implicaban a Vaudagna sin ningún motivo. Acá aparece uno muy claro», dijo a LPO una persona que tuvo acceso al testimonio de Vaudagna.

    Las causas de Vaudagna, Bailaque y Whpei muestran a sectores económicos, políticos, judiciales y estudios jurídicos de peso en una trama muy densa donde se cruzan favores, tráfico de influencias y negocios ilegales a partir de relaciones de poder. Esto se robustece con la venidera imputación a Busaniche. Este es un hombre culto, ex rugbier, abogado y escribano que se convirrtió en un operador free lance en la cumbre nacional de la administración de Justicia. Su suegro es el ex diputado provincial Julio Gutiérrez que fue primo político de Carlos Reutemann. Acompañando a Reutemann cuando era senador en Buenos Aires Busaniche armó una carrera tocando el campo de jueces de alto nivel y servicios de inteligencia. Ahora será imputado por participar de la extorsión contra el ex directivo de San Cristóbal.  

     

  • Una inflexión histórica

     

    En Bolivia el ciclo neoliberal de la democracia pactada se agotó hace más de 20 años. Hoy este país experimenta el fin del neo-desarrollismo indigenista. 

    La victoria electoral de Rodrigo Paz Pereira, del Partido de la Democracia Cristiana, ratifica la legitimidad de los procedimientos y la participación democrática. Sin embargo, este triunfo se da en un momento histórico muy complicado y de difícil gestión no sólo para el nuevo gobierno, sino también y especialmente, para el conjunto del sistema político boliviano, incluidos los actores sociales, entre ellos los empresarios, los trabajadores urbanos y rurales y muy especialmente los actores globales: USA, China, CE, los Estados de los países vecinos, y también las redes del crimen organizado que actúan en todas partes del mundo y en todos los niveles de un poder glocal (global y local) sin excepción. 

    Más allá de los temas económicos de déficit y escasez de recursos naturales y financieros, un factor fundamental para el nuevo gobierno es el diverso malestar colectivo que atraviesa transversalmente a toda la sociedad y que es gestionado digitalmente por los medios de comunicación y las redes informacionales. La nueva tecno sociabilidad organiza la política en las calles y la vida cotidiana de las personas.

    La gestión política ante semejante ch’enko (enredo, en quechua) nacional-global y local necesita relativizar las ideologías absolutistas de los diversos actores: sociales, étnicos nacionales y de los mismos sectores públicos.

    La pregunta es: ¿se lograrán acuerdos de corto plazo que permitan al menos una gobernabilidad mínima en lo económico, en lo social  y particularmente en lo ecológico? 

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    Durante su visita a Bolivia, en 1994, el economista paquistaní Mabub Ul Haq, quien fuera creador del enfoque de Desarrollo Humano de Naciones Unidas y asesor del primer plan quinquenal de Corea del Sur, estuvo caminando por El Alto. Allí conversó con sus habitantes. Preguntó y observó. Antes de partir, dio una conferencia y dijo que en esa ciudad había encontrado lo mismo que en los años 50 encontró en Corea del Sur y que fue el secreto de su desarrollo: habilidades, honestidad y cumplimiento de los compromisos de deuda. Para él, el desarrollo de Bolivia no estaba ni en el gas ni en sus otros recursos naturales: esos recursos eran solo un medio. El centro del desarrollo humano en el país andino estaba, en cambio, en las habilidades y compromisos de agencia de sus actores. Con actores, se refería a los sectores populares de El Alto.  

    En los últimos 40 años, tanto los modelos neoliberales como los neodesarrollistas, en Bolivia y prácticamente en toda Latinoamérica, se están esfumando en medio de una policrisis global multidimensional con cambios hiper acelerados en la tecnoeconomía de la información y de las redes digitales que están modificando de manera incierta la geopolítica y la geoeconomía del planeta. 

    Pocas veces la fragmentación sociopolítica y cultural ha sido tan intensa. En medio de pandemias, guerras, industrias militares crecientes y redes de inteligencia mundial asociadas a las dinámicas de la inteligencia artificial: ¿Cómo repensar la política, la democracia y el desarrollo en coyunturas nacionales fraccionadas donde la lógica amigo-enemigo tiende a reproducirse? 

    A lo largo de su historia, la sociedad boliviana ha creado, con dramas y fiestas, una fuerte cultura para sobrevivir en momentos difíciles y para cambiar situaciones límite en nuevas opciones de vida. Su principal recurso de autotransformación posiblemente sea un lazo social diverso y generalizado.

    Hoy atravesamos un momento de inflexión histórica en el que las formas de la  democracia y el desarrollo experimentados durante los últimos 40 años, parecen extinguirse. Como se preguntaba José Medina hace décadas en otros momentos duros, como lo fue el inicio de la revolución del 52: “Primero, ¿cuáles son los nuevos soportes de la nueva estructura que está sucediendo a la anterior y que ésta ya portaba en su seno desde los comienzos de su descomposición? Segundo, ¿dónde se encuentra el último fundamento de la prise de conscience que abre con el nuevo ciclo económico la fisonomía del futuro inmediato?”.

    Las sociedades se transforman y se recrean en medio de relaciones de poder donde lo local y lo nacional se articulan cotidianamente con una  globalización cambiante. En el caso de Bolivia, en las últimas cuatro décadas se han generado nuevas realidades, tanto bajo un neoliberalismo generalizado como bajo un neodesarrollismo estatal indigenista organizado por líderes carismáticos. Como subrayamos en la investigación Navegar contra el viento. América Latina en la era de la información (UNSAM, 2018) y en el libro que escribimos con Manuel Castells La nueva América Latina, se vienen produciendo cambios económicos estructurales, políticos y socioculturales remarcables, que hoy se necesitan gestionar e innovar para poder vivir mejor.

    Entre esos cambios sobresale una nueva “economía extractiva informacional”. Esto  permitió que la región creciera, que se distribuyeran o concentraran recursos, pero también impidió el surgimiento de nuevas opciones de desarrollo económico informacional socialmente integradas y ecologizadas. Hace siglos que los latinoamericanos estamos presos de una cultura extractivista-comercial, a menudo con consecuencias nefastas para la naturaleza. 

    Por otra parte, América Latina en general y Bolivia en particular ya son territorios hiper urbanizados y policéntricos. El boom inmobiliario en las principales ciudades está asociado al capital financiero y la especulación urbana. Pero también a la expansión de una economía informal urbana de comercio, contrabando, subempleo y pobreza, y organizaciones sindicales y territoriales prebendarias con una cultura y una lógica predominantemente fragmentaria que a su vez está asociada al uso creciente del consumo de redes de comunicación que no producimos pero de las cuales nos alimentamos. Hoy la política digital está en el centro de la opinión pública. 

    Otro cambio importante es el crecimiento y complejización de una economía global criminal que ya funciona en redes globales informacionales. Estas redes contribuyen al crecimiento de un capital financiero sin país. Tal como lo describimos en el capítulo 3 de La nueva América Latina, esta economía global criminal  

    Es una actividad extremadamente dinámica, multisectorial (aunque el narcotráfico aún constituye su sector básico) y altamente rentable, si no contabilizamos su enorme costo humano. Se basa en su capacidad de obviar la acción reguladora y coercitiva del Estado. Para ello, se trata de imponer una superior capacidad coercitiva y penetrar el Estado mediante corrupción e intimidación a todos los niveles. Es un sector generador de crecimiento económico volátil y de empleo efímero, al tiempo que fuente de desintegración institucional y de desmoralización social. Su dinámica es local-global y su forma reticular y basada en tecnología e información. (Calderón y Castells, 2019)

    Hace siglos que los latinoamericanos estamos presos de una cultura extractivista-comercial, a menudo con consecuencias nefastas para la naturaleza. 

    Y también es fundamental reconocer cambios demográficos y político-culturales en una sociedad patriarcal con serios problemas de reproducción. Desde el lado de la acción colectiva, hay una nueva dinámica y ola de conflictos y protestas socioculturales asociada a la desigualdad y al malestar humano vinculados en buena medida a  la dignidad y los derechos humanos en varios ámbitos, como los de género, de ética en la política, étnico-culturales, ecológicos, etcétera. Pero también sobresalen movimientos ultraconservadores con rasgos autoritarios y religiosos de mercado. 

    Para comprender mejor la coyuntura resulta fundamental tener una visión histórica de largo plazo, entre otras cosas, para salir de esa cárcel de ideas de larga duración, como argumentaba Fernand Braudel, que suponen una economía y una cultura política extractivista y jurídico institucional asociadas a redes clientelares y burocráticas de poder y corrupción, que es de origen colonial y es una fuerte barrera para la innovación y el desarrollo. Por ejemplo, en el caso de Bolivia, que mantiene una relación crónica con el extractivismo minero primero de plata, estaño, gas, petróleo, y ahora, del litio. Pero también es fundamental revalorizar la cultura histórica de resiliencia e innovación de las diferentes clases y estratos socioculturales y, sobre todo, la necesidad de fortalecer sistemas de comunicación entre diferentes en base a una mejor forma de convivir en un estado de lo público. 

    En el largo plazo resulta fundamental comprender la superposición sociocultural y la historia de las ideas y de los actos dramáticos de la sociedad boliviana. Sociedades abigarradas las denominaba Zavaleta, pensando en las sociedades latinoamericanas, y Braudel en el mediterráneo. Diferentes tipos de relaciones sociales históricas superpuestas en el presente que vienen del pasado y que cambian para reproducirse. 

    Desde el texto Creación de la pedagogía nacional, de Franz Tamayo, en Bolivia podemos mencionar distintos momentos en que esa superposición se expresó. A principios del siglo XX, Tamayo valora la luminosidad aimara originaria que también implica reconocer la riqueza comunitarista de las culturas guaraníes como las de la Chiquitanía (valorada por el socialismo francés como una de las primeras utopías humanistas), pasando por la trágica guerra del Chaco hasta la revolución del 52, donde estructuras sociales territoriales (comunidades campesinas) y funcionales (sindicatos) reprodujeron una estructura de poder basada en enormes logros sociopolíticos (voto universal, reforma agraria y urbana, nacionalización de las minas, con milicias armadas de más de 50.000 personas, etcétera), pero coexistieron con una estructura y una cultura de poder patrimonialista y corporativa, que se reprodujo hasta la actualidad más allá de los importantes logros socioculturales, y que hoy se redefine. Sin entender esa dinámica no se puede comprender los logros y las deficiencias políticas actuales. 

    Para revalorarse, la sociedad boliviana, y en general las latinoamericanas, necesitan conjugar recíprocamente estabilidad social y económica en el marco de una política constructivista de los diferentes actores que sea un puente para consensos prácticos. 

    En un enfoque constructivista deliberativo de la política resulta primordial lograr acuerdos procedimentales con capacidad de agencia entre actores opuestos. Se trata de consensuar en los procedimientos para resolver los conflictos y visiones fundamentales, pero no sólo anunciándolos sino también participando en su evolución temporal y sobre todo en los resultados alcanzados. Ello supone una inclusión de lo diverso, es decir un orden plural, institucionalmente conflictivo y abierto. La democracia es por definición un régimen político abierto, conflictivo e inconcluso. Hoy, dadas las tendencias empíricas de los comportamientos diversos y complejos de las sociedades, no hay capacidad por parte de ninguna de ellas de ser hegemónica. Por eso, el ejercicio del poder democrático que actúa en el mercado y en el Estado necesita reconocer su pluralismo territorial, étnico, social, etcétera. Se necesita producir una suerte de Estado de lo público que actúe a nivel global. La democracia necesita ser renovada para enfrentar la coyuntura actual y, sobre todo, la policrisis global mencionada y para ello es crucial retomar a nivel nacional la idea de la política como un sistema político-cultural de reconocimientos recíprocos.

    La democracia necesita ser renovada para enfrentar la coyuntura actual y, sobre todo, la policrisis global mencionada y para ello es crucial retomar a nivel nacional la idea de la política como un sistema político-cultural de reconocimientos recíprocos.

    En la coyuntura actual boliviana es posible un escenario de transición “cesarista pragmática” que suponga la gestión de conflictos e intereses asociados a lo que llamábamos hace años con Mario dos Santos y otros una “gobernabilidad sistémica”. Esto es: un consenso mínimo por parte de los diversos actores e intereses en torno al funcionamiento de las instituciones, de la estabilidad económica y sobre todo de un mínimo de equidad y estabilidad social. No para dar un salto histórico, sino para crear las condiciones para que éste se produzca más adelante. Y en este sentido parece crucial empezar a crear espacios de comunicación para que la sociedad y sus actores intelectuales estudien y debatan con realismo empírico e histórico sobre un futuro deseable y posible de una nueva sociedad digital, digna y genuina. 

    En la pugna de poderes globales se están perfilando nuevas formas de dominación donde los políticos y Estados poderosos, con sus diversos sistemas digitales y la competencia de las grandes empresas tecnológicas, están produciendo una nueva geopolítica y geoeconomía mundial, modificando la realidad global a nivel nacional, regional y local. Se trata de una suerte de reestructuración de poderes. Allí, el Sur del mundo, particularmente Latinoamérica -hoy relativamente fragmentada-, necesita una política constructivista regional que construya plataformas globales tecnológicas y educacionales complementarias entre países y territorios para tener un poder de voz en la nueva globalización. Quizás las políticas recientes de acuerdos entre México y Brasil caminen en ese sentido.

    ¿Será posible que Bolivia se desarrolle en medio de una nueva “interdependencia asimétrica” global y regional? ¿Cómo podría revincularse con la región, y particularmente con los países vecinos, para construir alianzas estratégicas y así tener una importante voz en el mundo en el contexto de una sociedad digital cambiante? ¿Será posible refundar un latinoamericanismo práctico, con capacidad de agencia, centrado en procesos de innovación informacional, ecológica y sociocultural? ¿O permaneceremos en el atraso y la nostalgia? 

    Un enfoque innovador del desarrollo humano o de la misma “Transformación Productiva con Equidad” que elaboró la CEPAL tendría que colocar como sujeto y objeto del desarrollo la dignidad humana asociada intrínsecamente a los derechos humanos. Y desde allí se podría repensar cómo construir una economía informacional ecologizada. 

    De ahí el carácter estratégico de una educación innovadora que vincule las ciencias duras con las sociales y el arte.  Y analice empírica y críticamente las nuevas realidades, además de experiencias históricas a nivel global (por ejemplo, del Sudeste asiático, el caso de Malasia, el Estado de Kerala en la India o los casos de estudio de innovación local con inclusión en el sur global, como analizan los estudios de J. Shutz y R. Aracena, Fernando Peirone, o Marcelo Sili, Andres Kozel, y sobre todo las experiencias innovadoras ecológicas e informacionales que se dan en la ciudad de El Alto y en la de Santa Cruz, como en las comunidades de Charagua o Urubichá, o la de miles de migrantes que caminan creando redes complementarias territoriales nacionales y globales y comercializan por todas partes del territorio). 

    ¿Será posible refundar un latinoamericanismo práctico, con capacidad de agencia, centrado en procesos de innovación informacional, ecológica y sociocultural?

    De igual manera, es fundamental una nueva pedagogía de los diversos actores socioculturales: fortalecer las habilidades humanas para construir una capacidad de agencia que vincule metas con resultados. Los actores innovadores del futuro necesitan manejar y conjugar los códigos de modernidad con conocimientos y destrezas para participar en la vida pública con los códigos informacionales, referidos a la capacidad de comunicar, combinar, interactuar en la red y generar así nuevos significados humanos del desarrollo. La capacidad de agencia necesita expandirse  como la principal fuerza de innovación social inclusiva y regional.

    ¿Podrá el gobierno de Paz Pereira y el sistema político renovado navegar contra el viento y combinar mínimos de estabilidad socioeconómica e institucional con dinámicas productivas y financieras que permitan un cierto renacimiento? ¿Podrá así crear condiciones para emprender un nuevo modo de desarrollo informacional en función de los derechos humanos y la dignidad de las personas y sus colectividades? A corto plazo,  el desafío es ese: un pragmatismo negociador que permita crear condiciones para pensar y generar un modo de desarrollo humano ecologizado informacional. 

    La entrada Una inflexión histórica se publicó primero en Revista Anfibia.

     

  • De la Sota cerró la campaña con un mensaje desafiante: «empieza algo nuevo para el peronismo cordobés»

     

    A sólo diez cuadras de la presentación del presidente Javier Milei en Córdoba, Natalia de la Sota armó su acto de cierre de campaña. Todo en medio de un encuentro con un profundo folklore peronista que incluyó, además de banderas y bombos, a la militancia cantando la marcha y fervorosa cuando la candidata de Defendamos Córdoba lanzó un mensaje directo a la interna del PJ: «empieza algo nuevo para el peronismo cordobés».

    En Córdoba, por fuera de la cerrada disputa entre la lista libertaria que lidera Gonzalo Roca y la del cordobesismo que tiene al tope de la boleta al exgobernador Juan Schiaretti, todos miran cómo se resuelve esta especie de interna del peronismo entre los dos apellidos fundadores del modelo: De la Sota y Schiaretti. Dentro, además, del inédito hecho de que por primera vez desde que el PJ gobierna Córdoba vayan en listas separadas.

    Por eso, sin nombrar a Schiaretti ni al gobernador Martín Llaryora, la hija del exgobernador recordó desafiante: «había muchos que decían ‘no se va a animar’, ‘no se va a lanzar’… y acá estamos» y agregó la teoría que lanzan desde el cordobesismo cuando sostienen que no va a sacar más de dos puntos. «Van a ser mucho más que dos puntos», dijo.

    Cierto es que el factor De la Sota se convirtió en el último tiempo en una de las preocupaciones de la lista que lidera Schiaretti porque el armado de la hija de su exsocio político al único que le saca votos es a la canasta de él. Y a la lista que lidera el kirchnerista Pablo Carro también, pero con consecuencias muy distintas.

    A raíz de esto en el cordobesismo encendieron todas las alertas en los últimos días, y desde los principales despachos del gobierno provincial pidieron que se monitoree hasta quiénes le dan ‘me gusta’ a las publicaciones de De la Sota. Como así también se lo ve al propio Llaryora aún más involucrado en la campaña de Schiaretti.

    Juntos compartieron actos en San Francisco, Villa María, Río Cuarto y se preparan para el cierre mañana en la capital cordobesa. El objetivo es claro: pegar la candidatura de Natalia de la Sota con el kirchnerismo y el massismo.

    De la misma manera que, en el esquema de la diputada apuntan contra los cordobesistas por la manera en la que respaldaron en el Congreso las políticas del gobierno de Milei. Anoche, uno de los candidatos de la lista delasotista dijo que «si hoy faltan recursos para los jubilados y las universidades la responsabilidad es de Schiaretti y de Milei».

    La disputa es expuesta. Hace unos días, hasta Olga Riutort, una de las históricas dirigentes del PJ y expareja de De la Sota dijo en el streaming #MesaChica que «Natalia está ahí por un capricho de Massa» y que la candidatura de la diputada «es funcional a Milei». «Massa se quedó furioso con Schiaretti por lo del 2023 y por eso ella es candidata», dijo Riutort.

    De esta manera, el movimiento de placas tectónicas en el cordobesismo ya comenzó y el resultado del domingo dejará consecuencias. Si Schiaretti gana en su bastión, quedará parado de manera muy sólida al frente de Provincias Unidas y ratificará ante el resto de los socios su rol de presidenciable; si no lo hace, y la razón de ello es Natalia de la Sota, el PJ nacional encontrará motivos para rodear la manzana del cordobesismo en busca de una renovación.

     

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    El karma libertario: la historia de Laura Soldano, la candidata “revelada” que Milei quiere esconder

     

    La candidata cordobesa de La Libertad Avanza, Laura Soldano, pasó de ser figura de actos con Karina Milei y Martín Menem a convertirse en un dolor de cabeza para la campaña. Detrás de su discurso místico y su “Lupita Fest” clausurada, se esconde el retrato de una fuerza que improvisa más de lo que admite.

    Por Celina Fraticiangi para Noticias La Insuperable

    La fiesta, la multa y la mansión

    La historia de Laura Soldano condensa, en un solo caso, la tensión entre la promesa de “renovación” y la improvisación que hoy desvela a la dirigencia libertaria cordobesa. Segunda en la lista a diputados nacionales por La Libertad Avanza, referente en Río Cuarto y habitué de actos junto a Karina Milei, Martín Menem y Gabriel Bornoroni, Soldano quedó en la mira por un combo difícil de digerir en plena campaña: fiestas clandestinas con clausuras y multas, misticismo convertido en discurso político y un perfil que el mileísmo prefiere esconder cada vez que puede.

    El episodio que la disparó al centro de la escena, señala el periodista Nicolás Valdéz desde EnOrsai, se llama Lupita Fest. En febrero, inspectores y policías cordobeses clausuraron un evento sin habilitación en Presidente Perón 3480: carpas sin informes técnicos, seguridad no autorizada y ausencia de servicio médico. Horas más tarde, la fiesta reapareció, ahora dentro del country San Esteban, en la mansión de la propia Soldano. Hubo más de 300 asistentes, incluidos menores, y entradas de $8.000. El caso terminó en expediente contravencional y en sanciones millonarias. Las imágenes nocturnas de los operativos y el frente clausurado del predio quedaron asentadas en los partes y notas policiales.


    La “revelación” y el coaching cósmico

    Más allá de las sanciones, Soldano cultivó un personaje público que mezcla coaching holístico, registros akáshicos y política partidaria. En entrevistas y vivos de redes afirmó haber tenido una “revelación” de que Milei era “el Enviado” y que la Argentina sería “un faro de luz”. También viralizó su idea de que “constelar” un auto puede curarlo, al punto de explicar qué datos pedirle a un vehículo para “abrirle los registros”.

    Esas piezas la convirtieron en tendencia y, a la vez, en un problema de comunicación para la campaña, que decidió reducir al mínimo su exposición y evitar que hable sin libreto.


    Negocios, salarios y poder local

    El mapa de poder que la rodea agrega otra capa. Su esposo, Gastón González, empresario agropecuario y piloto Dakar, fue presentado en medios locales como dueño de feedlot, planta de bioetanol y proyectos energéticos. En Río Cuarto se lo describe con influencia directa en el sector.

    En paralelo, la comunidad educativa del Instituto Carson —dirigido por una fundación vinculada al espacio libertario— denunció atrasos e incumplimientos en el pago de salarios docentes ante la Secretaría de Trabajo. Reclamos que la UEPC hizo públicos a fines de septiembre y que también cubrió la prensa regional.


    Silencios impuestos y blindaje electoral

    En el entorno libertario cordobés, la solución práctica fue correrla de la primera línea. Según reconstruyó Página/12, Milei llegó a “mandarla a callar” en plena actividad en Córdoba. Desde entonces, su participación quedó reducida a redes propias y actos secundarios.

    El blindaje del líder y la reducción de riesgos de campaña en Córdoba —provincia donde el oficialismo busca mostrar fortaleza— son parte de una misma estrategia: evitar que el misticismo y las fiestas sin permiso se conviertan en símbolo de la improvisación libertaria.


    Del “cambio” a la constelación

    Pero el caso no se agota en el folclore. La doble clausura de Lupita Fest, la multa efectiva, la participación de menores y las condiciones de seguridad constatadas hablan de estándares públicos vulnerados por quien aspira a redactar leyes.

    Su prédica mística no es anecdótica si se admite que guía posiciones sobre temas concretos: en declaraciones citadas por La Nación, Soldano llegó a sostener que las jubilaciones “distraen del plan”.

    El resultado es claro: el mileísmo intenta esconder lo que lo expone. La contracara de la épica del “cambio” es un casting de candidatos sin controles elementales, una mezcla de oportunismo, marketing y fe new age que convierte la política en experimento.


    Síntoma cordobés

    Laura Soldano es, hoy, un síntoma: de selección de cuadros a las apuradas, de tolerancia al esoterismo como marketing político, y de la precariedad con que se administran las reglas básicas cuando el poder propio está en juego. Córdoba, motor electoral del oficialismo, es también el territorio donde esas contradicciones quedaron grabadas en actas de clausura, sumarios y videos virales.

     

  • Milei juntó 2.500 personas en Córdoba y no cayó ni un papelito desde los balcones

     

    El acto relámpago de Javier Milei en Córdoba reunió a unas 2.500 personas en la esquina de San Lorenzo y Buenos Aires, en el corazón de Nueva Córdoba, el barrio copado por estudiantes universitarios. 

    Allí, sobre la caja de una camioneta y con megáfono en mano, Milei pidió «seguir aguantando»: «Vamos en la dirección correcta. La inflación, que iba camino a convertirse en 20.000%, hoy es del 30%». 

    Milei desplegó un impactante operativo de seguridad que incluyó francotiradores en las azoteas de los edificios cercanos al Buen Pastor, la vieja cárcel de mujeres convertida en un paseo. Los manifestantes libertarios ocuparon media cuadra de la estrecha calle San Lorenzo y poco menos de la mitad de la calle Ituzaingó; unos 100 metros lineales. 

    Llaryora dice que sin el «salvataje» de Trump el modelo de Milei explotaba antes de las elecciones

    El «índice balcón» tampoco fue bueno: no se desplegaron banderas ni llovieron papelitos, como en otras oportunidades. Luego, cuando la caravana llegó a San Lorenzo y Buenos Aires, la gente se agolpó contra la camioneta. Allí le robaron un celular a la periodista Fernanda González y le pegaron al camarógrafo Horacio Di Franco, ambos de los SRT, los servicios de radio y TV de la Universidad Nacional de Córdoba. 

    El «índice balcón» no fue bueno: no se desplegaron banderas ni llovieron papelitos, como en otras oportunidades.

    Milei insistió con su discurso antikirchnerista, pese a que en Córdoba ese es un espacio menor, que suele rondar los 10 puntos, y que ya fue aplastado por el peronismo provincial. No hubo alusiones a Juan Schiaretti ni a Provincias Unidas, la fuerza que La Libertad Avanza debe vencer en Córdoba. 

    A lo largo de la campaña, Gonzalo Roca, el primer candidato, y Gabriel Bornoroni, su sostén político y socio, evitaron disparar munición gruesa contra Schiaretti y Martín Llaryora, lo que le facilitó al exgobernador posicionarse como «opositor sensato» al Gobierno nacional. 

    «Estamos en un momento bisagra de la historia argentina. Es la oportunidad para cambiar la composición del Congreso», dijo Milei, quien espera reunir 100 legisladores nacional para tener cierta iniciativa parlamentaria en el segundo tramo de su mandato. 

    Con el dólar en llamas, este miércoles llegará a Córdoba Luis Caputo. Según anunció Bornoroni, el ministro de Economía se sumará a la campaña libertaria para «llevar el mensaje de lo que se está haciendo en la macroeconomía que impacta en la micro».