Sociedad

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    Cristina sobre la cadena de Milei: “Tanto lío para terminar diciendo lo mismo que Macri”

     

    La exmandataria salió con todo tras la cadena nacional en la que Milei presentó el Presupuesto 2026. Lo acusó de repetir recetas del macrismo y le advirtió que sus políticas son “una verdadera bomba de tiempo” para el país.

    Por Roque Pérez para Noticias La Insuperable


    El hilo de Cristina que encendió la política

    Cristina Fernández de Kirchner no dejó pasar el discurso que Milei dio en cadena nacional para presentar el Presupuesto 2026. Desde su cuenta en X, la presidenta del PJ ironizó sobre el optimismo oficial: “Ay Milei… ¿En serio que lo peor ya pasó? Daaaale!”, escribió, en alusión a la frase con la que el libertario quiso instalar un clima de alivio.

    La dirigente recordó que Mauricio Macri usó el mismo latiguillo en 2018, justo antes de recurrir al FMI:
    “Tanto lío para terminar diciendo lo mismo que Macri en el 2018 cuando, en realidad, lo peor empezaba y tuvo que llamar al FMI para devolverle los dólares a los que estuvieron haciendo carry trade desde el 2016”, señaló.


    “Es todo tan igual…”

    La vicepresidenta de 2007-2015 fue más allá y apuntó al equipo económico de Milei:
    “Es todo tan igual… que el mismo que manejaba las finanzas y el endeudamiento en el gobierno de Macri, hoy es tu Ministro de Economía… sí, el inefable Toto Caputo, ex jefe de trading para América Latina del JP Morgan Chase… ¡Bingo hermano!”.

    La referencia directa a Luis “Toto” Caputo buscó mostrar continuidad entre la administración de Cambiemos y el actual gobierno de La Libertad Avanza, que había prometido “romper con la casta”.


    El “tic tac” se escucha desde San José 1111

    En otro pasaje del mensaje, Cristina advirtió sobre el rumbo económico del Ejecutivo:
    “Una verdadera bomba de tiempo… el tic tac ya puedo escucharlo desde San José 1111”, escribió, en alusión al histórico búnker del peronismo.

    Para la exmandataria, los recortes impulsados por Milei afectan directamente a la mayoría:
    “Muchos ya entendieron que, en realidad, la motosierra era para ellos… para sus puestos de trabajo, sus salarios, sus jubilaciones, sus medicamentos, su comida”.


    Claves políticas

    • Cristina volvió a poner bajo la lupa el modelo de ajuste y endeudamiento como el modelo macrista.
    • Señaló que el Gobierno insiste en discursos de “fin de la crisis” mientras aplica políticas que ponen en riesgo el tejido social.
    • Con ironía y referencias precisas, buscó desarmar el relato del oficialismo sobre el supuesto “fin de la tormenta”.

     

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    Karina Milei retrocede con su cautelar por los audios y reconoce que no hay riesgo para la seguridad nacional

     

    En un giro inesperado, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, desistió de la medida cautelar que había conseguido para frenar la difusión de audios atribuidos a su persona, presuntamente grabados en la Casa Rosada. La hermana de Milei presentó un escrito ante el juez civil y comercial federal Alejandro Maraniello, quien había otorgado la cautelar que luego fue apelada por periodistas, dueños de medios y cuestionada por diversas asociaciones de abogados.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

    El repliegue

    La presentación de Karina Milei se produjo en el marco de la apelación impulsada por Jorge Fontevecchia, uno de los principales afectados por la restricción. En su escrito, los abogados de la funcionaria comunicaron que desistían de la cautelar y remarcaron que, aunque no ven riesgo para la seguridad nacional, sigue abierta una investigación penal por la filtración de los audios.

    Según el texto presentado, los audios ventilados “no afectan la seguridad nacional” y se realizó una denuncia penal en el fuero federal. El expediente quedó en manos del fiscal Carlos Stornelli.

    La causa penal sigue abierta

    Aunque Karina Milei cedió en su intento de frenar la reproducción de los materiales, subrayó que la denuncia penal continúa su curso. En la presentación, sus representantes legales sostuvieron que los audios fueron obtenidos de manera ilícita y que su publicación buscó desinformar y provocar un daño político a su familia.

    Un revés en el intento de blindaje

    La marcha atrás de Karina Milei ocurre luego de una fuerte controversia pública. Distintos sectores del periodismo y del ámbito jurídico habían advertido que la cautelar implicaba un precedente peligroso para la libertad de expresión. Desde Noticias La Insuperable ya habíamos señalado los riesgos de habilitar la censura previa en casos de evidente interés público.

    Con su decisión, Karina Milei desactiva un frente que amenazaba con convertirse en un costo político innecesario para el gobierno. Sin embargo, la discusión sobre el origen y el contenido de los audios sigue abierta y promete nuevos capítulos en los tribunales.

     

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    QUÉ ELIMINA EL PRESUPUESTO DE MILEI: Un ataque al futuro y a la educación

     

    Entre discusiones periodísticas vanas, un legislador hizo foco en lo importante.

    Por Guillermo Carlos Delgado Jordan para Noticias La Insuperable

    Desesperante era ver ayer por la noche a algunos «analistas políticos» que ponían el eje y quemaban minutos en pantalla debatiendo las razones sobre el por qué del tono de Milei o por qué no había finalizado con su clásico «Viva la Libertad Carajo».

    Los elefantes

    Entre tanta saliva y tanta grafía explayada en redes, el diputado Germán Martínez salió a hacer foco en los elefantes que nos estaban pasando por detrás a través de un conciso tuit que se posaba en el artículo 30 de la «ley de leyes» presentada por el gobierno.

    «Mientras analizan el «tono» y otras yerbas, el presupuesto enviado ELIMINA: – el 6% del PIB para educación. – la inversión progresiva en ciencia hasta llegar al 1% del PIB. – el Fondo Nacional para Escuelas Técnicas. – la inversión progresiva en defensa nacional (FONDEF)«, escribió el legislador casi a medianoche.

    Y como tantas veces puso el dedo en la llaga del futuro nacional, pues la pretensión del gobierno de dar de baja estas disposiciones que son un norte en nuestro modelo de país, no hace sino mostrar la perversidad de un gobierno que ya, sobradas pruebas hay, nos quiere brutos e ignorantes.

    1) El 6% del PBI para educación

    Qué dice la ley:

    La Ley de Educación Nacional (Ley Nº 26.206, sancionada en 2006) establece como obligación que el gasto del Estado (nacional, provincias, Ciudad) destinado a educación no sea inferior al 6% del Producto Bruto Interno (PBI). Es más, a fines de 2023 el Ministerio de Educación presentó un proyecto de “Ley de Financiamiento Educativo” que proponía aumentar la inversión educativa de un piso del 6% para llegar al 8% del PBI hacia 2030. La idea básica de este índice: mejorar infraestructura, calidad, días efectivos de clase, inclusión, etc.

    2) La inversión progresiva en ciencia hasta llegar al 1% del PBI

    Qué dice la ley:

    La Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación prevé un aumento progresivo del presupuesto para ciencia y tecnología para que para el año 2032 alcance al 1% del PBI. Estamos hablando de un sector trascendental para el desarrollo de la nación y, que durante la gestión Milei, sufrió innumerables ataques y recortes en áreas científicas, problemas de ejecución presupuestaria, falta de recursos para proyectos, infraestructura, etc.

    3) El Fondo Nacional para Escuelas Técnicas

    Qué es:

    Hay una normativa ligada a la educación técnico-profesional que obliga al Estado Nacional a destinar un piso mínimo al Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional. En la Ley de Educación Técnico Profesional (Ley 26.058) se establece que ese fondo no puede ser menor al 0,2 % de los ingresos corrientes previstos en el Presupuesto Anual Consolidado del Sector Público Nacional. De producirse su eliminación, las escuelas técnicas quedarán particularmente afectadas: por maquinaria, infraestructura, capacitación docente, conexión con la industria. Dejar sin efecto o suspender este tipo de obligaciones legales debilita la previsibilidad para esas instituciones, y afecta a regiones menos favorecidas.

    4) Inversión progresiva en defensa nacional (FONDEF)

    Qué dispone la ley:

    El FONDEF es el Fondo Nacional de la Defensa, creado mediante la Ley Nº 27.565 (2020). Establece que ese fondo es de afectación específica para financiar el proceso de reequipamiento de las Fuerzas Armadas, mediante recuperación, modernización o incorporación de material. Los criterios para uso de los fondos incluyen promover la producción nacional, innovación, fomento de proveedores locales, I+D en defensa, etc.

    El debate está en marcha y, va siendo hora, hay que decidir qué modelo de país queremos.

     

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    ESCANDALOSO – La “chatarra libertaria” de Paraná: embargo judicial y denuncia por evasión golpean a Concejala Libertaria

     

    La concejala de La Libertad Avanza en Paraná, Romina Todoni, quedó en el ojo de la tormenta: la Justicia embargó toneladas de residuos acumulados en su chatarrería mientras avanza una denuncia por evasión agravada del IVA contra ella y su hermano. El caso desnuda la doble moral del espacio de Milei y pone en evidencia cómo el “anti privilegios” se desarma cuando toca intereses propios.

    Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable


    Embargo histórico en la planta de Las 3E SRL

    La jueza Gabriela Mastaglia dictó una medida drástica contra la firma Las 3E SRL, propiedad de la edil libertaria Romina Todoni: el embargo de todo el material almacenado en el predio de avenida José Hernández, en Paraná.

    La decisión, señalan desde EnOrsai, llega después de más de un año de incumplimientos sistemáticos: pese a clausuras, multas millonarias y custodia policial, la empresa siguió operando como si nada, acumulando toneladas de chatarra y residuos peligrosos en un terreno de 37 mil metros cuadrados.

    El supuesto plan de traslado presentado por la firma fue, según las autoridades ambientales, un “mamarracho técnico” que omitía plazos, medidas de seguridad y un cordón sanitario. Mientras tanto, los vecinos siguen conviviendo con contaminación y olores que no entienden de slogans libertarios.


    La pata fiscal: facturas mellizas y evasión millonaria

    A la crisis ambiental se suma ahora un frente penal. La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) denunció ante la Fiscalía Federal de Paraná a Las 3E SRL y a sus directivos, Romina y Diego Todoni, por presunta evasión tributaria agravada.

    Según la investigación, indican desde ERA Verde, la firma habría utilizado comprobantes apócrifos y “mellizos” para inflar créditos fiscales y reducir ilegítimamente el IVA en varios períodos. El perjuicio al fisco asciende a $21,8 millones, aunque la acción penal se centra en los $12,3 millones impagos de 2018 y 2019.

    El organismo aduanero detalló maniobras clásicas del manual de los evasores: proveedores fantasmas, usinas de facturación y créditos fiscales que no tenían respaldo real. Todo con conocimiento de los responsables, que incluso habían ingresado a un plan de pagos, luego caído por incumplimientos.


    El silencio de Milei y la doble vara libertaria

    Mientras el presidente Milei vocifera contra “la casta” y exige respeto irrestricto por la ley, una de sus concejalas en Entre Ríos desafía a los tribunales y acumula causas por contaminación, desobediencia y evasión.

    La paradoja es evidente: el mismo espacio que prometía barrer con los privilegios se aferra a ellos cuando los beneficiados son propios. ¿Dónde queda el discurso del mérito y la mano dura frente a la ilegalidad?


    Un escándalo que incomoda a todo el oficialismo entrerriano

    El caso también roza a otros nombres de peso: Romina Todoni es hermana de Débora Todoni, diputada provincial de La Libertad Avanza, casada con Andrés Laumann, primer candidato a diputado nacional por el oficialismo.

    Andrés Laumann y Karina Milei

    La red familiar y política que rodea al negocio pone en evidencia el costado más opaco del “nuevo orden” que pregona Milei.


    Justicia y vecinos, los únicos que resisten

    Por ahora, el único freno a la impunidad parece ser la Justicia entrerriana, que debió llegar al extremo de embargar los residuos para forzar el cumplimiento de sus propias sentencias.

    Mientras tanto, los vecinos siguen esperando que la política actúe con el mismo rigor que exige a los demás. La chatarra acumulada en Las 3E SRL es mucho más que un problema ambiental o fiscal: es el espejo donde se refleja la verdadera cara del libertarismo en el poder.

     

  • Un cordobés en el fuego de Nepal

     

    Fotos: Juan Data

    Logré salir de Katmandú la tarde del jueves 11 de septiembre. El aeropuerto – de instalaciones antiguas, sin túneles ni mangas para los aviones – estaba particularmente abarrotado de gente intentando irse: hacía tres días que los vuelos habían sido cancelados, y algunos pasajeros llevaban este tiempo durmiendo ahí. Los militares habían cerrado las instalaciones y puesto barricadas cuando empezaron los rumores de que los manifestantes tomarían también el aeropuerto. El parlamento ya ardía. Yo había estado dos días antes en el centro de la ciudad. Lo había visto todo. 

    Llevaba quince días en Nepal. Estaba intentando hacer un video documental sobre un tema muy distinto: es un país donde conviven el budismo y el hinduismo, dos mundos religiosos muy diferentes pero que convergen y han dado lugar a la aparición del budismo nepalí, casi una religión propia, muy mezclada con la vida cotidiana. Hay templos en cada esquina y la gente profesa y vive una vida muy tranquila y respetuosa. Es un país muy seguro. Esos principios, extrañamente se hicieron sentir incluso cuando explotó la protesta, con toda su violencia. 

    La mañana del lunes 8 estaba en el barrio de Tamel, donde se encuentran la mayoría de los hoteles y comercios. Yo mismo me hospedaba ahí. Al principio todo transcurría como un día normal. Quería registrar el festival kumari, una de las pocas veces en que la niña diosa de Nepal sale de su palacio y se la puede ver. Estaba grabando en la calle esperando ese momento y de pronto me di cuenta: alguno cerró la puerta, otro bajó la persiana, y en un rato habían cerrado todos los negocios de golpe. La gente hablaba por los teléfonos con cara de preocupación. El movimiento se volvió diferente. Le pregunté a una persona, que no hablaba mucho inglés, y me dijo: the protest, the protest. Ahí entré a Google y vi las noticias y me enteré de todo. En ese momento ya empezaban los enfrentamientos en el Parlamento. 

    Era inimaginable lo que ocurriría después. No daba la sensación de que fuera a pasar a mayores, pero volví al hotel frustrado porque la niña kumari nunca salió y tenía la sensación de que no iba a poder hacer mi registro. Ahí vi en las noticias que el conflicto había empeorado: después del mediodía y la tarde empezaron a circular los primeros videos de los enfrentamientos y la represión. A la noche se confirmó el dato de 19 manifestantes muertos y más de 300 heridos. Decidí salir a la calle al amanecer, la historia que iba a contar de Nepal era otra. 

    Las calles del barrio de Tamel estaban vacías. Las persianas de los negocios bajas. No parecía la misma ciudad que yo había visto durante los últimos quince días. Me hizo acordar a la pandemia. Pero había una diferencia: la señal de protesta era prender fuego en las esquinas, y en muchos lugares habían quedado fogatas o brasas, con o sin gente alrededor. Caminé en soledad hasta una de las pocas avenidas anchas de Katmandú, donde ya se veían grupos grandes de gente que avanzaban encolumnados en una dirección clara: el Parlamento. Ahí vi también a los primeros policías, llegando a la plaza Durban, que es la principal de la ciudad. Me metí entre la multitud, como uno más de ellos.

    Yo había hablado con muchos nepalíes que mencionaban el tema de la corrupción, pero no parecía algo a punto de explotar. Y menos que fuera a explotar con los jóvenes a la cabeza. Porque ningún joven me había hablado de esto. El primer choque fue cuando llegamos a una esquina donde había un grupo de unas doscientas personas prendiendo fuego un muñeco en un palo con la cara del primer ministro, K. P. Sharma Oli. El ánimo estaba realmente caldeado. La actitud de la policía era extraña: estaban ahí, pero no intervenían. Esa quietud era consecuencia del revuelo que generaron las diecinueve muertes del día anterior. Pero en el Parlamento fue distinto. 

    Antes, frente a la fogata donde quemaban el muñeco del primer ministro había un puente, un paso peatonal en el que la gente se amontonaba para mirar lo que pasaba. De un momento a otro empezaron a caminar.

    —¿Qué están haciendo? —le pregunté, en inglés, a uno.

    We are going to fight.

    Decidí seguirlo. Ya éramos alrededor de trescientas personas. Fue una caminata muy tensa, de media hora; una suerte de procesión. En algunos puntos del trayecto había grupos de policías. Todavía no se producía ningún enfrentamiento, pero se notaba la bronca. Entre los manifestantes, había algunos más enardecidos que insultaban a las fuerzas de seguridad y se les querían ir encima, mientras que otros los contenían. Ahí estaba algo de ese budismo nepalí. No iban a hacer destrozos ni catarsis porque sí: tenían un objetivo claro y hacia allí iban. Cruzamos cinco puntos de la ciudad donde había esos grupos de policías quietos, con sus escudos alzados, como a la espera. 

    Cuando llegamos al Parlamento, que ocupaba toda una manzana en el barrio de New Baneshwar el ambiente se sentía como una zona de guerra. Todo lo que podía prenderse fuego estaba en llamas. A lo lejos se escuchaban disparos. Una enorme columna de humo negro venía de un auto incendiado  en la puerta del frente del edificio legislativo, y dificultaba la visibilidad de la escena. 

    Me animé a registrar y empecé a filmar y sacar fotos. 

    El parlamento tiene tres entradas: una al frente —la principal— y dos a los costados. En los laterales, los manifestantes más pacíficos. Eran los sectores más dialoguistas. En la principal, otro grupo de manifestantes iba al choque. Era evidente que querían entrar al edificio. Allí no había diálogo. Había piedras, gases lacrimógenos y balazos. Hasta que llegó el punto de quiebre de toda protesta: la policía empezó a retroceder. Había muchísimos manifestantes y muy poca policía para contenerlos. Rodee el edificio hasta una de las entradas laterales para intentar tener un testimonio de los que estaban más tranquilos. En el frente y en los costados rompían las paredes con caños y arietes. Ahí los propios manifestantes me pidieron que no los filmara. Otro me dijo que se estaba por poner peligroso y me relegué al lateral del edificio. Desde allí pude escuchar un alarido de alegría, como si alguien hubiera hecho un gol y cientos de personas lo estuvieran gritando. Los manifestantes ya corrían dentro de la explanada frontal del  Parlamento. Entraban al edificio por el frente y por uno de los costados, todo al mismo tiempo. 

    Unos minutos antes había renunciado el primer ministro.

    La versión que circulaba, mientras yo estaba ahí, era que Sharma Oli se había ido a Dubai. Después se dijo que estaba resguardado en un cuartel militar al norte de la ciudad, desde donde mandó, al otro día, un comunicado.

    El parlamento estaba vacío cuando entraron los manifestantes.  Al rato salieron a las corridas con papeles oficiales, con cuadros, con sillas. Festejaban y exhibían las butacas de los legisladores como si fueran trofeos. 142 de los 275 escaños del Parlamento los ocupaban legisladores de la Alianza de Izquierda, sostenida por los cuatro partidos principales del país: el Partido Rastriya Swatantra, el Partido Jana Tamajbadi, y dos ramas del Partido Comunista, una maoista y otra marxista leninista, que es la que lideraba Sharma Oli. 

    El malestar que se había acumulado durante el último tiempo era porque muchos de los líderes de esos partidos y sus familias vivían una vida de lujos y riqueza, mientras el resto del país la pasaba mal. Había circulado un video sobre los Nepo-Babys, hijos e hijas de los principales dirigentes ostentando ropa, relojes, autos y viajes increíbles. Por eso, la semana anterior a las protestas Sharma Oli había prohibido el uso de 26 redes sociales en el país, entre las que se contaban Facebook, Instagram y TikTok. El lunes, después del primer día de protestas, levantó la prohibición, pero ya era demasiado tarde. 

    Después de arrasar el edificio, los manifestantes se dispersaron con distintos objetivos. Seguí a un grupo que se dirigía a la jefatura de Policía. Unos minutos después toda la policía de Nepal corría para salvarse; huían mientras los manifestantes prendían fuego la sede policial y saqueaban las armas. Los vi saliendo de la comisaría con ametralladoras, escudos y chalecos. Por primera vez sentí miedo. Había en ellos, igual, una extraña calma. Como si tuvieran muy claro lo que querían hacer. No se supo después de alguien que hubiera usado las armas. Una vez que pudieron tomarse esta suerte de revancha frenaron. Muchos levantaban escudos de la policía en señal de victoria.

    Decidí que había visto suficiente, ya entrada la tarde, y empecé a regresar. Pasé por la puerta del canal de televisión oficial. También tomado. Volví caminando solo hacia el barrio de Tamel, por calles cada vez más vacías a medida que me alejaba del centro de las protestas. Podía ver en las redes las noticias que desde Katmandú recorrieron el mundo: el incendio de las residencias privadas de los funcionarios, los presos escapando de las cárceles, la muerte de la esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal: ya eran al menos 25 víctimas.

    Llegué de vuelta al hotel y llamé a mis padres para avisarles que estaba bien. Y que tenía hacía rato un pasaje de avión a Taipei que debía salir, supuestamente, al día siguiente. Empecé a ordenar mi cabeza. A ver lo que había registrado y pensar qué iba a hacer. Porque hasta el momento lo que se sabía es que habían prendido fuego la ciudad, que no había primer ministro, no había policía. Y no sabía si iba a poder salir del país. 

    Esa noche subí un reel explicando lo que estaba pasando y fui a dormir agotado. La noche de Nepal es la mañana de Argentina. Cuando me desperté el reel había circulado un montón y había un montón de medios queriendo hablar conmigo. En Nepal viven solo ocho argentinos, y casi no había turistas porque estábamos en temporada baja. 

    Cuando salí a la calle, el Ejército había tomado el control de la seguridad nacional. Por suerte el barrio de Tamel –la mayoría son hoteles– estaba bastante tranquilo. Si el día anterior parecía pandemia, este parecía otra cosa, con vehículos militares patrullando la ciudad. Toque de queda. Todo cerrado. El único movimiento fue la celebración de Inda Jatra, en honor a un dios hindú en el que se hace una procesión, se exhiben máscaras y figuras talladas. Eso te da la pauta de la importancia que tiene ahí la religión. Salieron, hicieron su ritual y volvieron al toque de queda. Y el ejército respetó esto. No prohibió a la gente hacerlo. 

    En la calle ya no había taxis y la gente del hotel me consiguió un auto privado que me llevó al aeropuerto. Pasé por varios puestos de control y barricadas. Varias aerolíneas habían suspendido sus servicios. Algunas estaban retomando. Mi vuelo de Air Asia, increíblemente, estaba en horario. 

    Mientras dejé Nepal, el país vivió una elección inédita en el mundo. 

    La organización cívica Hami Nepal reunió cien mil participantes en un servidor de Discord y organizó una elección para proponer una salida al conflicto. Eligieron a Sushila Kakri, una mujer de 73 años, activista contra la corrupción y ex presidenta del Tribunal Suprema para guiar una transición de seis meses hacia un reordenamiento institucional. Hami Nepal llevó la propuesta a los militares, que aceptaron su nombramiento al frente de un gobierno interino que funcionará sin la cámara de representantes. 

    El domingo, desde Taiwán, subí a Youtube un video de lo que pude registrar en esas cuarenta y ocho horas históricas. Ahora, el futuro es una incógnita.

    La entrada Un cordobés en el fuego de Nepal se publicó primero en Revista Anfibia.

     

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    Grabois lanza el “Proyecto Karina”: un 3% para las grandes fortunas con chicana incluida a la hermana de Milei

     

    En una jugada que mezcla ironía y agenda social, Juan Grabois presentó su idea de un nuevo impuesto a los patrimonios más abultados, al que decidió bautizar “Proyecto Karina”, en referencia a la secretaria general de la Presidencia.

    El dirigente social y tercer candidato a diputado nacional de Fuerza Patria adelantó que impulsará un proyecto que apunta a cobrar un 3% sobre los patrimonios mayores a los US$10 millones, con el objetivo de que los sectores más ricos aporten en tiempos de ajuste. “Yo estoy armando un proyecto que se llama Proyecto Karina, porque es el 3%”, dijo con sorna en declaraciones a Radio con Vos.

    Escalas y montos

    Si bien todavía trabaja en los detalles, Grabois explicó que la iniciativa establecería distintas escalas:

    • 3% para quienes tengan fortunas declaradas por más de US$10 millones (o $10.000 millones).
    • 2% para patrimonios de hasta US$5 millones.
    • 1% para quienes posean hasta US$2,5 millones.

    El referente de Patria Grande aclaró que se trata de aplicar el tributo sobre lo declarado: “Después habrá que poner sobre la mesa lo que no está declarado”. Y subrayó que “el 99,5% de los argentinos” quedaría exceptuado.

    Una reedición del aporte solidario

    La propuesta recuerda al aporte extraordinario y solidario que en 2020 impulsó Máximo Kirchner para enfrentar la crisis derivada de la pandemia, que gravó patrimonios superiores a los $200 millones.

    El guiño a Karina Milei

    El nombre elegido no es casual: Grabois aludió al “3%” que, según audios atribuidos al titular de ANDIS, Diego Spagnuolo, habría sido exigido en supuestos pedidos de coimas que involucrarían a Karina Milei y a su mano derecha, Eduardo “Lule” Menem. El dirigente lo utilizó como chicana, dejando en claro que, para él, ese porcentaje debería destinarse a financiar políticas públicas, no a negocios turbios.

    Con su Proyecto Karina, Grabois reaviva el debate sobre la contribución de los más ricos, mientras dispara una flecha cargada de ironía al corazón del mileísmo.