Sociedad

  • Plan dolarcito y superávit de fantasía

     

    Uno de los éxitos atribuibles a la actual gestión sin duda es la baja de la inflación. Mientras tanto, la pérdida sostenida y constante del valor de la moneda es altamente regresiva. Afecta mucho más a los sectores asalariados y dentro de ellos a los de menores ingresos. No hay modelo de crecimiento y menos aún de desarrollo que pueda sostenerse en el tiempo con una moneda que pierde valor constantemente. Eso atenta inexorablemente contra la generación de ahorros y capacidad de compra del mercado interno.

    Dos herramientas fueron centrales para que el gobierno lograra bajar la inflación: a) la reducción del déficit financiero del Estado Nacional de modo tal de poder financiarlo de manera genuina sin recurrir a la asistencia del Banco Central y; b) un sendero de evolución del tipo de cambio del peso respecto del dólar que actuó como ancla inflacionaria, llevándolo a un nivel de desequilibrio.

    El problema es que para intentar mantener estos dos puntos, se están comprometiendo delicadamente recursos actuales y futuros del Estado.

    ¿Qué superávit fiscal?

    El Presidente y el resto del gobierno no se cansan de afirmar que tenemos superávit fiscal. Pero, simplemente, eso no es cierto. ¿Mienten? No sería tan taxativo. Algunos ejemplos para explicar cómo fue esa reducción. 

    El 70% del “ahorro fiscal” del 2024 se explica por la caída de la obra pública.

    Jubilaciones, Presupuestos de Salud, Educación y Ciencia y Tecnología se redujeron en términos reales. El período fiscal aún está en curso pero no muestra perfiles distintos.

    En 2024 el PEN se quedó con el 93 por ciento del fondo de ATN que corresponde a las provincias. ¿En qué lo gastó? ¿Dónde está ese dinero?

    Por otra parte, exponen de una manera poco tradicional —y muy objetable— los intereses de los bonos estrella del momento: los bonos con intereses capitalizables.

    Estos bonos pagan capital e intereses al vencimiento; en dicho momento el gobierno emite nuevos bonos para cubrir ese capital y esos intereses. Ni el capital ni los intereses se pagan con recursos que salen de “la caja” de la Tesorería, sino que se cubren con una nueva emisión de ese mismo tipo de bonos. 

    Emitidos los nuevos bonos, el gobierno no contabiliza la parte de intereses como tales, sino que suma el capital e intereses de los bonos vencidos y expone el total como deuda. A modo de ejemplo, si se debieran pagar  100 de capital + 10 de intereses, el gobierno emite deuda por 110 y registra un incremento de deuda que pasa de 100 al 110, evitando de esa manera registrar 10 como intereses de la deuda.

    Esta práctica fue incluso señalada en la última revisión realizada por el FMI donde indicó que contabilizando como se debe dichos intereses nuestro país en lo que va de 2025 tiene déficit financiero.

    Así, si se contabilizaran los intereses de nuestra deuda como tales, en 2024 el Estado Nacional tuvo déficit financiero, en lo que va de 2025 tiene déficit financiero y en el proyecto de presupuesto 2026 también tendríamos déficit financiero; mientras que contabilizados como lo hace el gobierno no se refleja el impacto de los intereses en el resultado financiero fiscal.

    En todos los casos ese nivel de déficit no requirió, no requiere y se proyecta que no requiera asistencia del Banco Central. Es decir, no hay monetización del déficit fiscal. La baja del nivel de gasto público y el retiro del BCRA del financiamiento del déficit cambiaron la dinámica respecto de la “herencia recibida”.

    Vamos por dos años sin Presupuesto aprobado por el Congreso. El PEN buscó aislar al Congreso de la discusión presupuestaria en contradicción con el mandato constitucional. Así, asigna partidas y prioridades en el gasto sin discusión parlamentaria y luego, ante cualquier cambio de prioridades en la ejecución presupuestaria, se escuda en la protección del equilibrio fiscal.

    ¿Hasta cuándo seguirá el Presupuesto sin aprobación parlamentaria? ¿Podrá ocurrir en la discusión que empieza esta semana en el Congreso? Es cierto que este modo de gestión logró reducir el nivel de inflación, pero el escenario no es sustentable. 

    El problema del tipo de cambio

    Tenemos una economía muy particular: nuestra moneda de curso legal no cumple con las tres funciones que debe cumplir el dinero para ser tal: medio de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor. La evolución del tipo de cambio entre el peso y el dólar (la moneda mayoritariamente utilizada como reserva de valor y unidad de cuenta de ciertas transacciones, como las inmobiliarias) es central en cualquier esquema de estabilización. Un tipo de cambio en equilibrio es el que se puede sostener sin comprometer otros recursos o activos públicos. En Argentina, por lo menos desde fines de 2024 y principios de 2025, esto no ocurre. 

    Sostener el ritmo de la “tablita cambiaria” nos llevó, entre otras cosas, a tener que pedirle asistencia adicional al FMI recurriendo a un nuevo crédito para fortalecer las reservas del BCRA. Uno de los requisitos del FMI para otorgar la nueva asistencia fue el cambio del régimen cambiario -pasamos de una tablita a un esquema de bandas que es el que rige actualmente-.

    El nivel inicial de la banda superior se fijó en $1.400 por dólar, e incrementa al 1 por ciento mensual. La evolución del IPC siempre se mantuvo por encima del 1 por ciento. El BCRA optó por no comprar reservas cuando el tipo de cambio se acercó a la banda inferior. La apuesta era que un tipo de cambio “bajo” ayudara a la caída del ritmo de inflación y mejorara el poder adquisitivo medido en dólares.

    Sencillamente la idea del gobierno de llegar a las elecciones generales sin mayores sobresaltos (comprometiendo recursos públicos) no funcionó. Esto quedó claro en estos días. 

    El tipo de cambio evolucionando por debajo de la inflación es también funcional a que el Estado pueda sostener la demanda de títulos en pesos.

    Parte del stock de títulos en pesos que tiene el Tesoro —o, lo que es lo mismo, los instrumentos en pesos que emite el gobierno cuando necesita financiamiento con promesa de devolver a los inversores el capital prestado más intereses— son los antiguos pasivos remunerados del BCRA, un proceso conocido como esterilización monetaria. Otra parte son los títulos emitidos para financiar el déficit fiscal. Para que haya demanda por el total de los títulos en pesos es crucial que la expectativa de devaluación sea menor al rendimiento de esos títulos, es decir, que existan expectativas de rendimientos positivos reales en dólares.

    Si los tenedores de los títulos en pesos creen que van a perder en dólares, exigen una mayor tasa para quedarse con los títulos —se vió en el aumento de la tasa de las renovaciones de estas deudas—, y en algunos momentos directamente no hay tasa que impida que desistan de renovar los títulos en pesos y se pasen a otras colocaciones —entre ellas compras de divisas—.

    Acá aparece el desafío del llamado carry trade. ¿Cómo funciona? Un inversor financiero tiene dólares y se pasa a pesos. Con esa plata compra un instrumento que le rinda una tasa en pesos. Al final del camino desarma posiciones en pesos y se vuelve a pasar a dólares. Siguen en el juego si tienen la expectativa de que los dólares que retiren le rindan una tasa superior a la que pueden obtener en otras colocaciones equivalentes o, de lo contrario, desarman posiciones e invierten en otro instrumento acá o en cualquier otro lugar del planeta. El carry trade no es malo en sí mismo; el punto es que cuando se van esos capitales, esperan llevarse el capital más los intereses en dólares. ¿Y quién genera los dólares de esos intereses?

    El BCRA no pudo o no quiso acumular reservas “genuinas”. El Estado fortalece al BCRA pero se endeuda para hacerlo. Todos empiezan a preguntarse si habrá dólares para ellos. Los tenedores privados de títulos en dólares se preguntan cómo el Estado le pagará vencimientos de intereses o capital. El FMI se inquieta porque las reservas que vende el BCRA para sostener la banda superior del esquema cambiario son las que ellos le prestaron al Tesoro. Algunos agentes que están colocados en pesos y esperan salir en algún momento con dólares no quieren salir tarde, entonces desarman posiciones —es decir, liquidan o cierran una operación que tenían abierta en el mercado— aunque les ofrezcan tasas reales muy altas. Ese combo obligó al BCRA a vender dólares para sostener la banda superior del tipo de cambio y el Tesoro vendió dólares propios que había comprado para cumplir con compromisos futuros y que terminó usando para intentar sostener un tipo de cambio que no era de equilibrio.

    ¿No hay pesos?

    En incontables ocasiones el gobierno sostuvo que “no había pesos” y que por lo tanto el tipo de cambio debía acercarse más a la banda inferior que a la superior. Pero la realidad demostró que pesos sobran. Es cierto que la base monetaria no está creciendo. Pero el tema pasa por analizar la cantidad de pesos colocados en bonos en nuestra moneda que pueden desarmar posiciones si creen que hay riesgo de pago o riesgo de tener rendimientos reales negativos.

    Para sostener el tipo de cambio nominal el gobierno tomó, entre otras, estas medidas:

    • Vendió contratos de dólar futuro para bajar expectativas de una devaluación futura y facilitarle la “salida” a aquellos que hacen carry trade. Si al vencimiento de dichos contratos el dólar cotiza por arriba de la paridad acordada en el contrato, el BCRA paga la diferencia en pesos. Es decir, emite moneda para cubrir lo pactado. De momento, el BCRA no informa cuál fue el resultado de los contratos vendidos que vencieron en junio, julio y agosto.

    • Aumentó las tasas de los bonos en pesos que renovaron en los últimos meses. La tasa efectiva de esos bonos duplica la evolución del IPC. Pocas veces se han visto tasas reales de esta magnitud. Por cada billón de pesos de las últimas renovaciones se pagan 40 mil millones de pesos de intereses mensuales. Dadas las últimas renovaciones ese gasto no baja de los 500 mil millones de pesos mensuales, que posiblemente el gobierno no pague, sino que emita más deuda para pagarlos. Eso no cambia, sin embargo, el concepto, puesto que esa deuda en algún momento deberá pagarse. Aún cuando, a futuro, las tasas bajen, ese incremento del gasto (financiado con deuda o pagado con recursos corrientes) ya se habrá generado. Y no pareciera que estos bonos acepten renovaciones por tasas menores a la evolución del IPC, con lo cual seguirían creciendo en pesos reales, y si el tipo de cambio sigue evolucionando por debajo del IPC también seguirá creciendo en dólares equivalentes.

    • Incrementó los encajes bancarios de modo de esterilizar el sobrante de liquidez. Esta medida y la anterior tienen un impacto negativo muy fuerte sobre el nivel de actividad. Lo reconoció el propio equipo económico.

    • Amplió la deuda con el FMI para fortalecer al BCRA (que nominalmente no aumenta stock de deuda porque reemplaza deuda ya emitida por el PEN pero incrementa el flujo de intereses y amortizaciones a pagar efectivamente por el PEN).

    • Vendió dólares que había comprado para pagar vencimiento de intereses o capital de la deuda pública.

    • Quitó las retenciones para que los exportadores adelanten la liquidación de exportaciones. El costo fiscal dependerá de qué bienes se liquiden, porque no todos tienen la misma tasa de derechos de exportación, el impacto fiscal podría ir de 1.000 a 1.800 millones de dólares.

    • Evalúa negociar, según la última información disponible, algún tipo de asistencia financiera por parte del Tesoro de USA. Al momento no se conoce si esa asistencia se hará efectiva ni cuáles serían las eventuales condiciones. 

    ¿Todo por una elección?

    Todas las acciones tomadas por el gobierno para contener al tipo de cambio tienen un costo en términos de incremento de deuda, venta de activos, caída de recaudación y asfixia al aparato productivo. Una cosa es que el valor de nuestra moneda se aprecie porque estamos acumulando reservas por el superávit comercial, o de cuenta corriente, o producto de inversiones extranjeras directas, y algo bien distinto es resignar recursos fiscales para incentivar un adelanto de liquidación de divisas o endeudar al Tesoro con el FMI para que luego el BCRA tenga esas reservas para intervenir en el mercado. 

    Estamos en el absurdo de gastar recursos del Estado para sostener un tipo de cambio que afecta el nivel de actividad y por ende la propia recaudación del Estado. Todo esto solo se explica por la necesidad de sostener un desequilibrio hasta el fin de un proceso electoral. Pagaremos un alto costo económico solo para postergar lo inevitable. Si el tipo de cambio actual fuera el producto de movimientos genuinos no cabría esperar una corrección. Pero si el Estado se endeuda para mantener la situación, paga tasas que asfixian a la economía, resigna recaudación y vende activos, es bastante evidente hacia dónde se moverá el tipo de cambio, salvo algún evento imprevisto que hoy no está siquiera en el horizonte.

    Así, el gobierno que asumió cuestionando las prácticas irresponsables de la “casta” que usa recursos públicos con fines electorales eligió, de momento, el camino de usar recursos públicos con el mismo objetivo. Por lo general, si hacemos lo mismo de siempre tendremos los mismos resultados de siempre.

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    Trump y Milei: el apoyo desinformado a una “reelección” que no existe

     

    El magnate estadounidense salió a respaldar públicamente a Milei con palabras de “reelección” incluidas, dejando en evidencia su desconocimiento sobre la política argentina.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable

    La foto más cara de la Historia para la Argentina

    Donald Trump volvió a meterse en la política argentina y esta vez lo hizo con un error de cálculo notable. En redes sociales y declaraciones a medios, aseguró darle a Milei su “apoyo completo y total para la reelección como presidente”, como si la Argentina estuviera a punto de elegir nuevamente mandatario en octubre.

    La confusión es evidente: en octubre no se vota presidente, sino renovación parcial del Congreso. Como bien explica el calendario electoral, el 26 de octubre se elegirán 127 diputados y 24 senadores, no al titular del Ejecutivo. Las elecciones presidenciales recién llegarán en 2027.

    Un respaldo que revela desinformación

    En su mensaje, Trump elogió a Milei como un “líder fantástico” que habría logrado devolver la estabilidad económica “a una velocidad récord”. Sin embargo, lo que trascendió con fuerza no fue tanto el elogio sino la desinformación: el expresidente republicano presentó como “reelección” lo que son elecciones legislativas de medio término.

    El error es significativo porque deja al descubierto dos planos: por un lado, la utilización política que hace Milei de cualquier gesto internacional para mostrarse fuerte de cara a octubre; por otro, el desconocimiento de Trump sobre el sistema político argentino.

    Milei, la visita a EE.UU. y la sumisión en busca de dólares

    Este respaldo no es inocente ni aislado. Milei viajó a Estados Unidos con la mira puesta en conseguir financiamiento que le permita llegar con oxígeno a las elecciones legislativas. En esa gira, el libertario dejó la imagen de un mandatario supeditado al aval de Washington, al punto de regalar la autonomía nacional en pos de un préstamo salvador.

    Lo paradójico es que, mientras en la Argentina las familias enfrentan tarifas imposibles y aumentos de nafta cada semana, Milei aparece sonriente en las fotos con Trump, mendigando dólares y vendiendo un apoyo externo que nada tiene que ver con la realidad institucional de nuestro país.

    El verdadero desafío de octubre

    Más allá de los malentendidos de Trump, lo que está en juego en octubre es el control del Congreso. Milei necesita sumar bancas para garantizar la gobernabilidad y avanzar con sus proyectos de ajuste. La oposición, en cambio, apuesta a frenar las reformas que golpean el bolsillo y los derechos de la mayoría.

    Por eso, la pelea de fondo no es por la “reelección” presidencial —que no existe en 2025— sino por el rumbo legislativo que marcará los próximos dos años.

     

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    El emotivo video de campaña de Mariano Recalde con música de Charly García

     

    El candidato a senador por Fuerza Patria lanzó un genial spot que le disputa el concepto de «Libertad» al mileísmo.

    Por Carlos Alberto Resurgián para Noticias La Insuperable

    En las últimas horas el candidato a Senador por Fuerza Patria, Mariano Recalde, salió a jugar fuerte presentando un spot de campaña que viene a disputarle el verdadero concepto de Libertad al partido de Milei, que va mucho más allá de lo económico en un país con una larga y conflictiva historia. Con el tema Inconsciente Colectivo, de Charly García, como eje, un sinnúmero de imágenes hacen foco en nuestro presente y nuestra historia, reforzando a su vez el discurso del candidato.

    Un discurso con eje en la gente

    En su reciente presentación de campaña, Mariano Recalde sorprendió al darle la palabra en primer lugar a los vecinos y vecinas que contaron en carne propia las dificultades de la vida cotidiana. Inflación, pérdida de poder adquisitivo y angustia frente al futuro fueron algunos de los testimonios que marcaron el tono del acto.

    Recalde retomó esas voces para afirmar que el peronismo tiene la responsabilidad de volver a colocar en el centro la justicia social y la verdadera libertad, entendida como la posibilidad de llegar a fin de mes con dignidad. Para el candidato de Fuerza Patria, la batalla electoral en la Ciudad de Buenos Aires no es solo contra Milei, sino contra un modelo que castiga a los trabajadores y debilita los organismos públicos que garantizan derechos y memoria.

    Escucha, organización y Congreso

    El discurso del senador porteño giró en torno a la participación popular. Insistió en que la política debe nutrirse del contacto directo con los barrios, con las organizaciones sociales y con quienes enfrentan día a día las consecuencias del ajuste. Su apuesta es transformar la impotencia en organización y la organización en victoria.

    También defendió el rol del Congreso como contrapeso al Ejecutivo. Según Recalde, es allí donde se debe frenar la concentración de poder y los decretos que buscan desmantelar instituciones clave para la producción, la cultura y la soberanía.

    Trayectoria política

    Recalde es abogado laboralista formado en la Universidad de Buenos Aires y con especializaciones en universidades de España. Desde hace más de una década, combina la gestión pública con la representación política y la conducción partidaria.

    Actualmente es senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires y vicepresidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, donde impulsó proyectos para proteger a jubilados y trabajadores. También fue legislador porteño, presidente del PJ de la Ciudad y titular de Aerolíneas Argentinas, donde se destacó por recuperar y fortalecer la línea aérea de bandera.

    Su gestión siempre estuvo orientada a la defensa del empleo, la educación pública, la ciencia, la cultura y los organismos de memoria, convencido de que esos son los pilares de un país más justo. Con un estilo que combina firmeza política y cercanía social, busca construir una representación que exprese la voz de quienes hoy más sufren el ajuste libertario.

    Contexto histórico de un país en sombras

    Inconsciente Colectivo se estrenó en 1982, cuando la Argentina comenzaba a vislumbrar el final de la última dictadura cívico-militar. En un país marcado por la represión, la censura y la desaparición de miles de personas, Charly García logró transformar en música y palabras un mensaje potente de resistencia y despertar colectivo. La canción hablaba de recuperar la voz y la conciencia de un pueblo que necesitaba volver a imaginar un futuro distinto.

    De Serú Girán al himno de la democracia

    El tema formó parte de la etapa solista de Charly, luego de la disolución de Serú Girán, y rápidamente se convirtió en un referente de quienes buscaban recuperar la libertad de expresión y la democracia. En diciembre de 1983, Mercedes Sosa la interpretó en el Teatro Ópera acompañada por Charly al piano, apenas días después de la asunción de Raúl Alfonsín. Esa combinación de la voz de la resistencia popular y el rock consolidó a la canción como un verdadero himno de la nueva etapa democrática.

    Un legado que sigue vigente

    Con el paso del tiempo, Inconsciente Colectivo trascendió el marco del rock argentino y quedó instalada como una pieza emblemática de la cultura nacional. Hoy se reconoce como un himno a la libertad y a la lucha colectiva, recordando que la música también fue una trinchera contra el terror, un llamado a despertar conciencias y a no olvidar que incluso en los momentos más oscuros, el arte puede encender la esperanza.

     

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    Nafta sin freno: quinta suba en septiembre y ya acumula 8% en dos meses

     

    Desde la primera hora de este martes, las petroleras aplicaron un nuevo incremento en los combustibles, con una suba promedio del 3%. En lo que va de septiembre, los aumentos ya suman cinco y golpean fuerte el bolsillo de los automovilistas.

    La nafta volvió a ser noticia este martes con un nuevo aumento que sorprendió a los conductores en todo el país. Se trata de la quinta suba en lo que va del mes de septiembre, con un alza promedio del 3% en las estaciones de servicio.

    Un bolsillo en llamas

    El incremento se suma a los ajustes de las últimas semanas, con lo que los combustibles ya acumulan alrededor de un 8% en menos de dos meses. En Shell, por ejemplo, la nafta premium que en agosto costaba $1.715 hoy se paga $1.782.

    Los movimientos se dieron de manera constante:

    • El 6 de septiembre trepó a $1.729.
    • El 7 de septiembre volvió a subir, llegando a $1.738.
    • El 13 de septiembre se ubicó en $1.752.
    • Y ahora, con el aumento de este martes, quedó en $1.782.

    Libertad para las petroleras, sorpresa para los usuarios

    El malestar entre los automovilistas es evidente. Desde junio, el Gobierno derogó la obligación que tenían las estaciones de servicio de informar públicamente sobre las modificaciones en los precios. La medida, presentada por la Secretaría de Energía como un modo de “quitar trabas burocráticas y darle más libertad al sector privado”, dejó a los consumidores sin herramientas para anticiparse a las subas.

    El periodista Sergio Cirigliano, en un móvil para C5N desde una estación Shell, destacó: “Es el quinto aumento en el mes, es una sorpresa para los conductores. Hoy las petroleras y las estaciones de servicio no tienen la obligación de hacerlo”.

    Otra muestra del modelo

    Mientras Milei insiste en liberar al mercado de regulaciones, la realidad marca que los que pagan la factura son los usuarios, que se encuentran con aumentos sorpresivos y sin control estatal. La política de “libertad de precios” deja a millones de automovilistas a merced de las petroleras, que marcan la cancha sin ningún freno.

     

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    El PRO se rompe en pedazos

     

    La Cámara de Diputados sumó hoy un nuevo interbloque: Desarrollo y Coherencia, conformado por seis legisladores, tras la ruptura del MID con el PRO y la alianza con los ex libertarios que abandonaron a Milei a fines de agosto.

    Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable


    Un nuevo mapa político en Diputados

    El bloque de diputados del MID oficializó este lunes su ruptura con el PRO y anunció la creación de un nuevo interbloque junto a los ex libertarios de Coherencia, quienes semanas atrás habían abandonado la filas de la Libertad Avanza (LLA).

    El flamante espacio se llamará Desarrollo y Coherencia, y estará conformado por seis miembros: los diputados del MID Oscar Zago y Eduardo Falcone, y los de Coherencia Carlos D’Alessandro, Lourdes Arrieta, Gerardo González y Marcela Pagano.


    Zago vuelve al centro de la escena

    El nuevo interbloque será presidido por el porteño Oscar Zago, quien hasta abril del año pasado había conducido la bancada oficialista. Su regreso a un rol de conducción dentro de la Cámara marca un fuerte giro tras su distanciamiento de Milei.

    Desde el MID explicaron que la separación del PRO se debió a “profundas diferencias políticas” que se agudizaron después del acuerdo electoral de ese partido con LLA.


    Votos que marcaron distancia

    La tensión quedó en evidencia en votaciones clave: el MID se opuso al veto del Gobierno a las leyes del Garrahan y al presupuesto universitario, mientras que la mayoría del PRO acompañó a Milei, aunque con divisiones internas en la bancada conducida por Cristian Ritondo.

    Este desenlace terminó de sellar el divorcio político y abrió el camino a la alianza con Coherencia, que ya venía denunciando la falta de rumbo del oficialismo.


    Qué queda en pie en el Congreso

    Con esta decisión, solo permanecen dos interbloques en funciones:

    • Desarrollo y Coherencia, con seis diputados.
    • LLA, con 44 miembros, entre libertarios, la Liga del Interior y CREO.

    Los otros dos interbloques, que se habían formado para sumar volumen en la comisión investigadora de la causa Libra, se desarmaron: el de la izquierda con UxP y el que unía al PRO con el MID.


    La foto actual de Diputados

    Hoy la Cámara baja se organiza en 17 bloques y 7 monobloques. La primera minoría sigue siendo Unión por la Patria (UxP) con 98 diputados, mientras que LLA queda como segunda fuerza con 37.

    La creación de Desarrollo y Coherencia reacomoda el tablero parlamentario y deja a la vista las fracturas que generan los acuerdos de Milei con sus aliados coyunturales.

     

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    Kicillof explicó el nuevo sistema de votación

     

    El gobernador Axel Kicillof explicó cómo funcionará la Boleta Única Papel (BUP) en las elecciones legislativas del 26 de octubre, una reforma impulsada por Milei que ya genera polémica por su costo y por la confusión que podría generar entre los votantes.

    Por Ignacio Álvarez Alcorta para Noticias La Insuperable


    Cómo será la votación

    Kicillof detalló en su cuenta de X que “la boleta proporcionada a cada votante por las autoridades de mesa será la única válida y se entregará junto a una lapicera con la que se deberá marcar el cuadrado de la opción elegida”. Además, aclaró que “no habrá cuarto oscuro, sino un biombo que impedirá que los demás vean la opción que marca el votante” y que “tampoco habrá sobres: una vez marcada la boleta se plegará e introducirá en la urna”.

    En caso de error, el gobernador precisó que “si el votante se equivoca tiene que pedir una boleta nueva a las autoridades de mesa”, garantizando así la transparencia del proceso.


    Crítica al cambio impuesto por Milei

    Kicillof cuestionó directamente la decisión del oficialismo libertario: “Milei cambió el sistema por capricho y conveniencia política, argumentando que el sistema de boletas partidarias posibilita el fraude y es más costoso. Dos grandes mentiras: primero, porque nunca desde el retorno de la democracia hubo denuncias consistentes de fraude; segundo, porque de acuerdo al presupuesto estipulado por el Gobierno nacional, en la provincia de Buenos Aires la elección de octubre va a costar el doble que la de septiembre”.

    La explicación apunta a desmentir el discurso oficial de Milei y a poner en evidencia la improvisación y el alto costo de la reforma electoral, que se aplicará justo en una elección clave para el Congreso nacional.


    Una elección crucial

    El gobernador subrayó la importancia de la participación ciudadana: “Esta es una elección crucial para que las y los argentinos vayamos a las urnas a defender nuestros derechos y a elegir el país que queremos”.

    Kicillof llamó a la población a informarse sobre el nuevo sistema, a no dejarse confundir por los cambios de último momento y a participar activamente en un proceso que definirá la representación de la provincia de Buenos Aires en el Congreso.