CALLE 1234

Vivimos en una prehistoria de un futuro lejano que no conoceremos. La alarma sonó y su oído pudo ver cómo un nuevo día nacía de las sombras de algún imperio. Y si antes había sido la ley de la selva, hoy era la tecnología de la ley la que vendría a liberar las amarras de la conquista, y sujetar los intereses más pretenciosos…

Era cuestión de plantar las huellas como semillas para que el sendero delineara el destino a seguir. Ya lo habían hecho los mongoles y los romanos, los egipcios y los portugueses, los bereberes y los cometas, las hormigas y los dromedarios, las ruedas y los lagartos, los españoles y las ballenas, los grillos y los británicos, los satélites artificiales y otros artefactos…

Angélica construyó su casa en un terreno aledaño, Osvaldo viajó en su camión durante años, Karina se embarcó en un crucero sobre el Atlántico, Xi Pong trabajó como ingeniero de unos puentes muy léjos de sus contactos, Wendy cortó los cables en una noche de mayo, Oleg dibujó un relato sobre osos y acuarios. Sin embargo,

Todo se dispersaba y se volvía a reunir, además su mente era como un rompecabezas incompleto que de vez en cuando intentaba devolverle una imagen intacta de un mapa perdido en esa valija guardada en el medio de su pecho innato. Y desde ahí para adelante nada sería tan claro como antes.

En su cabeza le crecieron cayos, caminaba para atrás entre convulsivos pasos, sus ojos tocaban a los oscuros ángulos de un pasado por donde nunca había pasado, sus orejas se abrieron a aromas extraños, sus miedos se habían vestido de gala para una fiesta al aire libre en la calle 1234.

Podría haber aclamado injusticia para despertar al opuesto de un llamado inverso, o incluso hacer saltar a esa gotita de tristeza que resbalaba por sus dos mil y veinte caras. Pero no, al revés de esto no es aquello, y por más que haya encontrado el pajar en una aguja, los cuerpos no serían los mismos luego de cortar la tensa cuerda de una quietud desesperante, mientras el pájaro se comería al gato, y el dragón a Occidente de un solo bocado.

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