|

ANIMALES SUELTOS/PERSONAS ADENTRO Y LA REALIDAD QUE MATÓ A LA FICCIÓN

La quietud del mundo se hace notar. El ser humano ha tenido que guardarse mientras la naturaleza sigue expresándose, esta vez en la soledad de las calles.

oso polar en Rusia
monos en Tailandia
puma en Santiago, Chile
pavos reales en Madrid, España
jabalí en Italia
ciervo en Junin de los Andes
venados en Japón
león en México

La realidad mató a la ficción, en un mundo catastrófico de muerte y desolación, pero los animales, sí, cada uno de ellos salió a decir ¡acá estoy! Esto no es una fábula, ni una película o una novela de amor. Llegó un momento de resguardo para nosotros y de suma protección, y cuando pensamos que los animales ya eran apenas un bit de información, no, cada uno de ellos salió a decir ¡aquí estoy!

tortugas en la India
patos en Paris, Francia
caballo en Italia
elefantes en China
ratas en New Orleans, EE.UU
Difunde esta nota

Publicaciones Similares

  • Cómo la Inteligencia Artificial puede Ayudar en una Elección Presidencial

    Las elecciones presidenciales son eventos cruciales en cualquier país, y la tecnología está desempeñando un papel cada vez más importante en la forma en que se llevan a cabo. La Inteligencia Artificial (IA) es una de las tecnologías más prometedoras en este campo, ya que puede brindar numerosos beneficios y mejoras en diferentes aspectos de…

    Difunde esta nota
  • ‘Vendimia Celebra’: en marcha el homenaje a la actividad vitivinícola

    Un emotivo acto de Bendición de Frutos marcó la apertura de las actividades de ‘Vendimia Celebra 2021’ que se extenderán hasta el domingo. El Intendente Marcelo Orazi y la Gobernadora Arabela Carreras encabezaron el acto que se desarrolló en el predio de la Oficina de Turismo y que contó con la presencia de representantes del…

    Difunde esta nota
  • | | | | |

    Para leer a Luis Alberto Spinetta

    Si alguien quisiera estudiar el rol y la figura del albacea literario, tiene en María Kodama y la familia de Juan Rulfo dos ejemplos que causaron escándalo por decisiones que se juzgan arbitrarias. Más recientemente, muy poco antes de morir, Nicanor Parra nombró a una sola de sus 6 hijos como albacea, causando previsibles desacuerdos…

    Difunde esta nota
  • | |

    EN CADA COPA DE VINO HAY UN POCO DE TODOS NOSOTROS

    ‘¿Qué se celebra el 24 de noviembre en Argentina? El 24 de noviembre en la Argentina se celebra el “Día del Vino Argentino Bebida Nacional”. Esa fecha pero de 2010 fue cuando se firmó el decreto presidencial 1800 que declaró al vino como la Bebida Nacional. Esta declaración es un reconocimiento al valor cultural que…

    Difunde esta nota
  • |

    DE SIERRA GRANDE A ATUCHA SIN ESCALAS

    Todo indica que la novela de la planta nuclear en Río Negro llegó a su final. La reunión que tuvo el presidente Mauricio Macri, durante sus vacaciones de verano en Villa La Angostura, con el gobernador Alberto Weretilneck  terminó por hacerlo desistir de emplazar la planta en la provincia patagónica.  El mandatario nacional esperaba mayor…

    Difunde esta nota
  • |

    A 40 años de que las aguas devoraron un pueblo entero en Buenos Aires

     

    El 10 de noviembre de 1985, Villa Epecuén desapareció bajo el agua. Cuatro décadas después, entre ruinas blancas de sal y árboles petrificados, el antiguo balneario resurge como símbolo de memoria, resiliencia y de un país que sabe volver a empezar, aun cuando todo parece perdido.

    Por Leticia Graciani Fainel para Noticias La Insuperable

    Las aguas que no perdonan

    A orillas de la laguna Epecuén, en el partido de Adolfo Alsina, la villa turística más próspera del sudoeste bonaerense se hundió en una madrugada que los vecinos jamás olvidarán. El terraplén que la protegía cedió tras días de lluvias intensas y, en cuestión de horas, un muro de agua rompió las defensas, cubriendo por completo el pueblo.

    Villa Epecuén fue durante décadas un destino de salud y descanso, famosa por las propiedades curativas de sus aguas saladas, comparables con las del Mar Muerto. Miles de visitantes llegaban cada verano atraídos por sus hoteles, balnearios y el rumor de las olas mansas. Hasta que el 10 de noviembre de 1985, el sueño quedó bajo diez metros de agua.


    Un silencio mineral

    Las imágenes posteriores parecen salidas de una película posapocalíptica: techos apenas visibles, postes doblados, árboles cubiertos de costras blancas. El agua, cargada de sal, fue carcomiendo lo que quedaba del pueblo, disolviendo paredes y pintando todo de un tono fantasmal. Durante más de dos décadas, Epecuén permaneció sumergido.

    Cuando el nivel comenzó a bajar, lentamente, las ruinas emergieron del espejo salado. Entonces aparecieron las calles torcidas, las fachadas erosionadas, los restos del matadero diseñado por el arquitecto Francisco Salamone, y los recuerdos suspendidos en un paisaje que parecía petrificado en el tiempo.


    De tragedia a patrimonio

    Hoy, Villa Epecuén se convirtió en un sitio histórico y turístico de otro tipo. Las ruinas son visitadas por miles de personas cada año, atraídas por su atmósfera surrealista y su historia. Allí se filmaron documentales, videoclips, campañas fotográficas y hasta carreras de motocross sobre los restos del pasado.

    El único habitante permanente durante años fue Pablo Novak, quien decidió volver a vivir entre las ruinas y transformarse en guardián de la memoria colectiva. Novak se convirtió en un símbolo de resistencia: “Este es mi lugar, aunque esté destruido”, repite cada vez que algún visitante lo encuentra entre los cimientos del antiguo hotel donde creció. Novak falleció a inicios del año pasado a los 93 años.


    Memorias de un país que resurge

    A cuarenta años de aquella catástrofe, el eco de Epecuén sigue resonando en las entrañas de la provincia. Es un recordatorio de cómo el abandono estatal, la falta de planificación y el desprecio por la naturaleza pueden borrar de un plumazo un pueblo entero. Pero también, una muestra de la persistencia de las comunidades del interior, que reconstruyen su identidad incluso cuando las aguas arrasan con todo.

    La villa no volvió a ser lo que fue, pero su historia quedó escrita en la sal y en la memoria de quienes vivieron para contarla. Entre las ruinas y el silencio, Villa Epecuén sigue siendo un espejo: el reflejo de un país que, aunque se hunda, siempre busca la manera de salir a flote.

     

    Difunde esta nota

Deja una respuesta