A 50 años de la pelea que conmovió al mundo: Alí vs. Frazier, el “Combate del Siglo”
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A 50 años de la pelea que conmovió al mundo: Alí vs. Frazier, el “Combate del Siglo”

 

El 1° de octubre de 1975, Muhammad Alí y Joe Frazier protagonizaron en Manila la tercera y última batalla de su rivalidad, conocida como el “Thrilla in Manila”. A medio siglo de aquel choque brutal, la historia recuerda no solo un combate de boxeo, sino un episodio que definió a toda una época.

Por Ignacio Elfratini para Noticias La Insuperable


Manila, el infierno en un ring

La pelea se llevó a cabo en el Araneta Coliseum de Quezon City, Filipinas, bajo un calor sofocante que rozaba los 40 grados. Alí llegaba como campeón mundial de los pesados, pero con un rival enfrente que ya lo había vencido en 1971, en el mítico Madison Square Garden de Nueva York. El combate fue presentado como el “Thrilla in Manila” y la expectativa era planetaria.

Alí y Frazier: enemigos íntimos

La rivalidad iba más allá del deporte. Alí, opositor a la Guerra de Vietnam, desafiante y mediático, simbolizaba un espíritu rebelde. Frazier, trabajador incansable y sin tanto brillo fuera del ring, era visto por muchos como su contracara. El contraste de estilos —el juego de piernas y la velocidad de Alí contra la potencia y el aguante de Frazier— convirtió cada enfrentamiento en una guerra psicológica y física.

El desarrollo del combate

Desde el primer round, la pelea fue un festival de golpes. Alí intentó imponer su jab y movilidad, pero Frazier avanzaba sin cesar, conectando ganchos demoledores. Con el correr de los asaltos, ambos quedaron exhaustos, castigados, al borde del colapso.

En el round 14, después de casi 40 minutos de furia, el entrenador de Frazier, Eddie Futch, decidió detener la pelea. Frazier quería seguir, pero ya no podía ver con un ojo y estaba al límite. Alí, tambaleante, levantó los brazos en señal de victoria. Luego confesaría: “Fue lo más cerca que estuve de morir en el ring”.

Un duelo que marcó la historia

La trilogía Alí-Frazier se convirtió en un capítulo inmortal del boxeo. La primera pelea, en 1971, quedó en la historia como el “Combate del Siglo”, con triunfo para Frazier. La revancha en 1974 fue para Alí, preparando el terreno para la definición en Manila.

A 50 años, aquella tercera batalla sigue siendo sinónimo de entrega absoluta y de la dimensión humana en el deporte. No hubo vencedores morales: Alí ganó, pero los dos dejaron parte de su vida en ese cuadrilátero sofocante.

Legado cultural y deportivo

Más allá del boxeo, el Alí-Frazier de Manila simboliza la lucha de dos visiones del mundo, el choque de personalidades y la capacidad del deporte de reflejar tensiones sociales y políticas. Alí se consolidó como una figura universal, mientras que Frazier, aunque siempre a la sombra, ganó el respeto eterno de fanáticos y especialistas.

 

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