El nuevo vice de la UCR regresa a Córdoba y condiciona a De Loredo
La reestructuración sin sillazos que tuvo la UCR Nacional hace un par de viernes dejó al joven intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella, al frente del partido y en el segundo lugar del armado al cordobés Javier Bee Sellares. El hombre que el exgobernador correntino Gustavo Valdés empujó en el nuevo esquema y que asoma como el engranaje del que dependerá la maquinaria radical en Córdoba.
Principalmente, porque quien quiera ser el candidato del centenario partido en Córdoba en el 2027 deberá tener el aval de los gobernadores para conseguir los fondos para la campaña. Entre ellos, y fundamentalmente, el exdiputado Rodrigo de Loredo que retornó por estos días a territorio cordobés con la promesa de que será «si o sí» candidato a gobernador del partido.
Algo que este fin de semana, y en el tradicional asado de cierre de año con él de local, el propio De Loredo repitió dentro de la tropa que reunió para la foto como la muestra de músculo frente al eje Bornoroni-Juez que había anticipado LPO.
Sin embargo, lo que nadie soslaya incluso dentro del radicalismo y varios de los comensales que estuvieron con De Loredo en la zona sur de la capital cordobesa, es que el exdiputado comanda una porción del radicalismo. Casi sin dudas la mayoritaria, pero no la totalidad de la fuerza en Córdoba.
La foto de Rodrigo de Loredo con su armado territorial
Y acá radica uno de los condicionamientos sobre los que tratará de avanzar el diálogo entre Bee Sellares y De Loredo. «Javier es el que tiene el aval de los gobernadores y lo de Leo (Chiarella) está bien, pero todos saben que terminó siendo él porque Gustavo (Valdés) no quiso y se corrió al final. De lo contrario iba el correntino derecho», dijo un cordobés que conoce el día a día del radicalismo y que, además, estuvo en la resolución de la interna en Buenos Aires, aunque con celular abierto a la discusión cordobesa.
Allá, por esos días estuvo también el enemigo acérrimo de De Loredo en Córdoba: el exintendente Ramón Mestre y en su momento, jefe político de Bee Sellares. De hecho, el actual vicepresidente de la UCR Nacional fue secretario de Gobierno del mestrismo y después la relación se rompió; aunque en el último tiempo volvieron los vasos comunicantes con el objetivo único de apurar la interna para los primeros meses del 2026.
En las pocas charlas con armadores de por medio, Bee Sellares y Mestre coinciden con que se debe apurar la interna radical en Córdoba después de lo que ocurrió en el 2025 que se va. Con una interna judicializada y con una maquinaria mucho más aceitada del mestrismo en la Justicia federal que la de del deloredismo.
«La gente de Rodrigo deberá entender que no se pueden dilatar los tiempos de nuevo. Eso pasó este año y el otro (por Mestre) los caminó en Tribunales. Esto es como el cuento del cazador y el oso: si vos vas de nuevo por el mismo camino ya es porque te gusta», reconoció sin ningún tipo de prurito y de manera muy gráfica un radical a LPO.
Por lo pronto, esta semana habrá una actividad en Córdoba que servirá como estreno de Bee Sellares al frente de la vicepresidencia de la UCR Nacional y en su regreso a la provincia. Este martes, Juan Balastegui, uno de los concejales de la capital cordobesa que responde de manera directa a Bee Sellares presentará un balance de la ciudad, una actividad que incluso aquellos que están en la organización reconocen que tiene el objetivo de marcar el retorno del por ahora funcionario de la gestión provincial en Corrientes.
Bee Sellares, además de bancas en el Concejo las tiene también en la Unicameral dentro del bloque radical. Por lo que, el diálogo entre los correligionarios avanzará casi con seguridad antes del final del 2025.

