A 25 AÑOS DEL ASESINATO DE CABEZAS

En un nuevo aniversario del crimen de José Luis Cabezas, FOPEA comparte un texto colaborativo que realizó junto a 25 periodistas para mantener su recuerdo latente y reflexionar sobre lo que su muerte representa para el periodismo argentino.

A 25 años del asesinato de Cabezas, 25 periodistas mantienen su recuerdo presente

El 25 de enero de 1997 el reportero gráfico José Luis Cabezas fue secuestrado, golpeado, asesinado e incinerado en un descampado de la costa atlántica. En el 25° aniversario de su crimen, desde el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), invitamos a 25 periodistas para que lo recuerden con anécdotas vividas junto a él y reflexiones sobre lo que su muerte representa para el periodismo argentino. 

1) Gabriel Michi, amigo y compañero de cobertura

25 años de aquel 25. Un cuarto de siglo de ese siniestro día de enero de 1997 en que nuestra historia cambió para siempre. La de mi compañero y amigo José Luis Cabezas, mi cómplice en tantas “aventuras” periodísticas. La de su familia desgarrada. La de sus compañeros devastados. La de todo el periodismo shockeado. La de una sociedad conmovida. La de un país golpeado. 

25 años en que en la Argentina ocurría el peor ataque a la Libertad de Expresión desde que regresó la democracia. Un ataque que pretendió silencio, pero que obtuvo todo lo contrario. Se transformó en un grito ensordecedor contra la barbarie, contra la injusticia, contra la corrupción, contra las mafias. 

Esas mafias que buscaron seguir construyendo poder desde la impunidad. Pero no pudieron. Porque José Luis, el mismo al que pretendieron ausentar, estuvo más presente que nunca. En cada uno de sus colegas comprometidos, en cada ciudadano de bien, en la mirada dolorosa y demandante de justicia de su familia. Todos fuimos, somos y seremos José Luis Cabezas. Porque nos duele hasta el desgarro su ausencia. Pero a ellos, sus asesinos, les pesa su presencia. ¡Cabezas, presente! ¡Ahora y siempre!

2) Alejandra Daiha, directora de la revista Noticias

Fue extraño para quienes compartimos redacción con él, aceptar que aquel José Luis divertido, cabrón, padrazo y empeñado en ser un gran fotógrafo, se convirtiera en una pancarta. Ese retrato suyo en blanco y negro que dio vueltas al mundo no debió ser más que una foto carnet, pero se hizo bandera y lo congeló en el tiempo. A los demás, que pudimos envejecer, su crimen nos plantó la tristeza de saber que  también en democracia el periodismo se puede pagar con la vida. Cabezas no era un kamikaze. Debió haber cumplido hace unos meses los 60. Me lo imagino igual. Subiéndose a mesas, sillas y escaleras para lograr esas fotos desde arriba que fueron su sello. No te olvidamos, “chabón”.

3) Pablo Sirvén, actual secretario de redacción del diario La Nación; por entonces, editor general de la revista Noticias

Bolsa de carbón encima de cajón de fruta vacío. Así me enseñó a hacer asados José Luis Cabezas en uno de los dos veranos que compartimos temporada en Pinamar haciendo notas para la revista Noticias. Cantaba fuerte «Dame un limón», de Divididos, que hacía sonar todo el tiempo en el auto en el que nos movíamos entre bosques y mares.

Divertido, protestón, hiperprofesional, buscaba la mejor luz en el primer y último sol del día para lograr sus fotos increíbles. Tenía conciencia de los peligros a los que se exponía, pero su dedo haciendo clic siempre pudo más.

4) Jorge Fontevecchia, presidente y CEO del Grupo Perfil

En el resto de América Latina el asesinato de periodistas es una práctica aún no desterrada. La reacción de la sociedad argentina ante la muerte de José Luis Cabezas, enseñó a los bárbaros que asesinar a un periodista terminaba teniendo consecuencias peores para ellos mismos. La impunidad que en otros crímenes aún se mantiene, se convirtió en imposible en el asesinato a un periodista por la enorme visibilidad que el hecho tendría. José Luis Cabezas con su vida salvo la de muchos periodistas durante el último cuarto de siglo. Y lo seguirá haciendo.

5) Paula Moreno Román, presidenta de FOPEA

A un año de la muerte de José Luis Cabezas, la ciudad de Esquel inauguró una de las primeras esculturas que tuvo el país homenajeando a nuestro querido colega y reclamando por la búsqueda de la verdad y la justicia.

Gabriel Michi, María Cristina Robledo y Daniel Das Neves (UTPBA) compartieron un conmovedor momento de unión alrededor de aquel monumento ubicado frente al edificio de los Tribunales de Esquel con los ojos de José Luis tallados en la piedra y la mirada profunda clavada en el símbolo de la justicia. 

Cabezas no es, fue ni será “un caso”. Es la lucha constante contra el olvido y la impunidad que ha logrado unir a la comunidad periodística de la Argentina. Desde este rincón del país cada 25 de enero se vuelve a gritar “Cabezas, Presente”.

6) Edi Zunino, condujo el equipo de la revista Noticias que investigó su homicidio

Siempre me resistí a convertir a José Luis Cabezas en bandera, primero porque fue una persona común y corriente; segundo, porque había sido un compañero de trabajo con el que valía la pena compartir horas y horas de creatividad (mis viajes laborales al exterior más inolvidables fueron “en pareja” con él); y tercero, tal vez, por suponer que pasarlo al terreno de lo simbólico le quitaria sustancia a mi propia vida. Claro que 25 años después de haber tenido 30 y pico, uno ha vivido el tiempo suficiente para ir tomando dimensión de la época histórica que le tocó vivir. La mía es la de la guerra de Malvinas, la recuperación democrática y el homicidio de Cabezas. No sé muy bien aún qué querrá decir todo eso junto, pero de tales materiales también estoy hecho y eso, en gran medida, soy. Cabezas está en mi modo de entender la Argentina y el periodismo. Todos los días. Sin falta. Es una marca de supervivencia. El efecto flash de un faro. Un tatuaje moral.

7) Guillermo Cantón, amigo y compañero de trabajo

Querido José Luis: Parece que hay mucha gente que quiere saber de vos, te diría que todos me preguntan. Sé que no te va a molestar, porque nos tenemos confianza y, seamos sinceros, te encanta. Hoy, para que te sientas orgulloso, todos hablan de vos. Les digo que eras bueno con tus hijos, malo con los malos, irremplazable con Cristina, ingenuo con los ojos, franco con la risa, incansable con la cámara, transparente de corazón, curioso de oficio, amplísimo de amigo y fraternal conmigo. Para los desmemoriados llevamos una cinta negra en tu memoria. Yo no llevo un luto. Llevo prendida una carcajada tuya de repuesto. Gracias por todo y hasta la próxima.

8) Norma Morandini, periodista y escritora. En la época era la corresponsal de la revista española Cambio 16 y el diario O’Globo de Brasil

El día que asesinaron a Jose Luis Cabezas, una amiga brasileña, Claudia Merian, casada con el entonces Agregado cultural de la Embajada de Francia, que fue quien introdujo a José Luis como fotógrafo de la embajada, me llamó para decirme que la fotografía en la que se nos ve juntas, la había tomado Cabezas. Fui a buscar la fotografía, y me impresioné porque el vidrio del portaretrato estaba partido a la mitad. Así la dejé. Tengo la foto en un lugar visible y cada vez que la miro, recuerdo a José Luis. 

9) Santo Biasatti, periodista de NET TV

No se olvide de José Luis Cabezas. Contra la impunidad siempre. El mejor homenaje que podemos hacerle es mantener con firmeza el principio de exigir justicia. No olvidamos a sus asesinos. Algunos conviven con nosotros. No olvidamos a los que callaron ni tampoco a los que renunciaron a brindarle todo su apoyo a la familia. Recordar no es un delito. Ocultarlo fue y es de miserables.

10) Ítalo Pisani, editor general del Diario Río Negro 

Los anticuerpos que nos dejó a todos la contundente reacción social por el crimen brutal de José Luis Cabezas 25 años atrás, no pueden -no deben- tener caducidad. Esta tragedia dio un giro en nuestra historia: desenmascaró a las mafias del poder, a la deleznable policía, a la impunidad. También cerró grietas entre trabajadores de prensa y puso en valor al periodismo profesional que busca la verdad cueste lo que costare. Jamás arriemos la bandera inspirada en el clamor de los papás de José Luis: “No se olviden de Cabezas”. 

11) Fanny Mandelbaum, periodista de Radio Conexión Abierta

Era enero de 1997. Yo estaba veraneando en Punta del Este y me entero del asesinato de Jose Luis. Me llaman del canal para avisarme que me mandaban una cámara porque venía el por entonces presidente Carlos Menem a presentar un libro de Emilio Perina y dar una conferencia de prensa. En el ínterin, Osvaldo Menendez, un colega de Radio Mitre que estaba cubriendo la temporada, me comenta que sería bueno que todos los periodistas fuéramos con una cinta negra para expresar nuestro dolor. Le dije que era una idea maravillosa. Compramos cinta, alfileres. Las corté y armé los lazos negros.

Uno de los jefes de noticias de Telefe me dijo que no hiciera preguntas inconvenientes. Yo le contesté que no había preguntas inconvenientes. Si no podía preguntar lo que yo quería, no iba a preguntar nada y así fue. Les conté esto a mis colegas, les dije que preguntaran ellos. Sólo puse el micrófono, pero fuimos todos con la cinta negra. 

12) Fernando J. Ruiz. Profesor de Periodismo y Democracia de la Universidad Austral. Expresidente de FOPEA (2019 – 2021)

Los ojos de Cabezas interpelan al periodismo, y no se sostiene la mirada. Los periodistas que en 1997 marcharon juntos, están desunidos. La discusión sobre dónde está el poder al cual hay que enfrentar y dónde está la verdad, confundió las brújulas. Aquel bloque profesional uniforme es hoy una comunidad quebrada y débil, casi sin referentes. No es distinto a lo que ha pasado otras veces en la historia y en muchos otros países, pero este ciclo de ruptura se alargó demasiado. José Luis y Gabriel Michi hacían periodismo, no política partidaria. A eso hay que volver. Sabemos los riesgos, pero la democracia lo exige.

13) Diego Pietrafesa,Telefe Noticias, Secretario de Derechos Humanos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, SIPREBA

Mirar y contar.

Vos, con tus ojos en ofrenda.

Vos, contra lo conveniente y lo cómodo. 

Vos, contra los dueños de todo.

Vos, con la más humana de las épicas: hacer lo que se pueda, cómo y dónde se pueda, pero nunca menos.

Vos, a golpes de cámara contra el falso glamour y otras vanidades de oropel.

Vos, oficio de lo cotidiano, relámpago de dignidad en la precariedad profesional, salarial, laboral y moral. 

Vos, compañero. 

Los trabajadores de prensa caminamos por tus huellas.

¡José Luis Cabezas, Presente!

14) Lorena Maciel, periodista de Todo Noticias

El crimen de Jose Luis Cabezas marcó un antes y un después en mi vida y, sin duda, en mi carrera profesional. Apenas había pasado los 20 años y Radio Mitre confíó en mí a la hora de ponerme al frente de la cobertura del caso. Yo me ofrecí, obvio, no quería perderme nada.

No me entraba en mi cabeza semejante crimen, no paraban de aparecer en mi mente la carita de Candela de 6 meses, de su mujer Cristina, sus otros dos hijos también chicos. El auto blanco, Gabriel Michi desconsolado, la fiesta en lo de Andreani, la cava, la bota quemada, la tapa de Noticias, y Yabrán, si claro, Yabrán caminando en traje de baño e inmortalizado por una foto de Cabezas.

No fue un año, fueron más de 3 años donde mi vida estuvo íntimamente ligada a la investigación. Pedí en la radio especializarme en judiciales y estar yo a cargo del caso. 

Gracias a la insistencia del periodismo y de la sociedad en general se llegó a la verdad o casi toda la verdad, estoy convencida que hay muchas cosas que nunca llegaremos a saber. Cabezas fue y es un emblema de hasta dónde puede llegar el periodismo independiente. Ese que no responde a ningún otro interés que el de informar con pruebas.

15) Oscar E. Balmaceda, periodista y escritor

Estuve en Dolores y aledaños 21 meses – desde febrero de 1997 hasta noviembre de 1998 – cubriendo para La Nación la investigación por el asesinato de José Luis Cabezas. Durante ese lapso, conocí hasta el último de los personajes del capítulo que cerró la saga criminal que incluye los homicidios de María Soledad Morales, en 1990, y del soldado Omar Carrasco, en 1994.

Y lo que sigue repicando en mi memoria son algunas de sus sentencias: “Yo soy delincuente, pero yo no maté a este muchacho” (Margarita Di Tullio, alias “Pepita la Pistolera); “Me tiraron un muerto” (Eduardo Duhalde, gobernador de Buenos Aires); “A Cabezas lo mataron por el trabajo que estaba haciendo” (José Luis Macchi, juez de la causa).

16) Fabio Ariel Ladetto, periodista de La Gaceta de Tucumán. Expresidente de FOPEA (2011 – 2015)

¿Dónde hubiese estado el 21 de diciembre de 2001, qué mirada hubiese captado de los nueve presidentes que ocuparon la Casa Rosada en este siglo, desde qué ángulo hubiera inmortalizado la pandemia?.

Una ausencia se puede medir por los vacíos que deja, los momentos que no se comparten, las preguntas sin respuestas…

Por eso, cada vez que se dice “José Luis Cabezas, presente” se trata de desafiar su muerte, de repudiar su crimen y de eludir el olvido.

17) Gabriela Carchak, periodista de C5N

No fue un asesinato. Fue el intento de amordazar a un periodista, a un medio, a un pueblo, a un país. Pero los argentinos gritaron y gritaron fuerte. Tanto, que ese fotógrafo asesinado por hacer su trabajo se convirtió en un símbolo de la libertad de expresión y la lucha colectiva por mantenerla. El crimen de José Luis Cabezas marcó un antes y un después no sólo en la toma de conciencia de lo que el periodismo significa, sino también, en la confianza en el  castigo, que aunque tarde, llega a quienes  se creen impunes y dueños de la vida de los demás.

18) Emilia Delfino, periodista de CNN en Español y elDiarioAR 

La fotografía que José Luis Cabezas tomó al empresario Alfredo Yabrán en febrero de 1996, un año antes de ser asesinado, la imagen por la que fue asesinado, fue y es una acción perfecta de periodismo de investigación: la exposición del poder real, del poderoso oculto, retratado, iluminado por el ojo de un fotoreportero, en base a un trabajo de investigación previo que Cabezas realizó con el equipo que integraba. Como su acción, Cabezas estará siempre presente, como el reclamo de justicia de su familia y amigos.

19) Gustavo Carabajal, periodista de La Nación

Nada fue igual en mi vida después del asesinato de José Luis Cabezas. Durante más de un año realicé la cobertura informativa del caso para el diario La Nación y recuerdo una imagen de su hija menor, Candela. Tenía poco más de un año y escuchaba por la televisión el grito de “Cabezas, presente” que retumbaba en una de las marchas. Ella en su inocencia miraba y escuchaba atónita, cómo desde la pantalla surgía con energía, el reclamo de Justicia por su padre.

20) Liliana Caruso, periodista de Policiales y Judiciales en América Noticias y A24

El asesinato de José Luis sacudió sin distinciones. Fue la muerte brutal de un laburante, fotógrafo sencillo que desenmascaró el poder. Y el caso movilizó a una sociedad que se enteraba de la manera más brutal de las operatorias de las bandas mixtas formada por delincuentes comunes y policías. Su muerte sigue doliendo porque queda la sensación de que los asesinos la sacaron barata. Una justicia a medias. Pero por suerte queda la memoria: como en una plaza de V. Domínico que lleva su nombre y sus ojos eternos, esos que tienen la capacidad de hablar.

21) Hipólito Sanzone, cubrió el caso para EL DIA de La Plata

El martirio de José Luis Cabezas trascendió su propio horror, por todo lo que le permitió a la sociedad ver que no había visto o no quería ver. Antes de ese final hubo una trama de aprietes, condicionamientos y mensajes pesados a otros periodistas de otros medios y en diferentes circunstancias y no siempre a cargo de los mismos actores. La muerte de Cabezas permitió ver que no todo en esa Argentina era la “alegría” de la pizza y el champagne. Personalmente, me involucré por la cobertura que me asignó el diario El Día de La Plata en un trabajo de largos meses, en el que me quedó la impresión de que todavía no se llegó a la verdad revelada. Que hay personajes todavía impunes y circunstancias nunca debidamente aclaradas. Puede pensarse que todo eso poco importa ante el recuerdo de la única víctima y su sufrimiento, pero también es posible que su memoria merezca esa verdad revelada que, en lo personal, sigo considerando esquiva.

22) Liliana Franco, periodista en Ámbito Financiero

El asesinato de José Luis Cabezas fue un antes y un después para el periodismo local. Fue tomar conciencia de que investigar, denunciar, podía costar la vida. Una foto, la prueba del buen trabajo periodístico, fue la causa de que hoy tengamos que recordar a José Luis. 

Creo que la mejor manera para que la muerte de José Luis no haya sido en vano, es que, nosotros los periodistas, apoyemos los trabajos de investigación de nuestros colegas, que reaccionemos colectivamente cuando desde el poder se intente menoscabarlos o ningunearlos. Que recordemos que José Luis fue mandado a matar por sacar una foto, es decir cumplir con su trabajo.

23)  César Sánchez Bonifato, periodista 

El asesinato de José Luis Cabezas ocurrió cuando Carlos Menem era Presidente y nuestro país fue vendido a espúreos intereses internacionales. Se liquidaron YPF, Fabricaciones Militares, cerraron puertos, paralizaron los ferrocarriles, se mantuvieron “relaciones carnales” con los EE.UU., barcos argentinos fueron enviados a participar de la invasión extranjera a Kuwait, se negoció con el libanés Kadhaffi, explotó la ciudad cordobesa Río Tercero dejando a muchos compatriotas muertos.

En dicho marco, hubo asimismo empresas argentinas involucradas en turbios acuerdos. Un consorcio manejado por el empresario entrerriano Alfredo Yabrán fue uno de los beneficiados. El colega Cabezas lo descubrió en la costa atlántica y su imagen se hizo pública. Al poco tiempo, fue asesinado.

Además, se informó que Yabrán “se suicidó”, pero su cuerpo nunca fue mostrado.

El caudillo riojano Menem terminó aliándose a los Kirchner y mantuvo una banca en el Senado, hasta su muerte. “El Caso Cabezas” conmocionó al periodismo argentino. Se trató de un emblemático episodio, jamás aclarado completamente por la Justicia.

24) Oscar Ángel Flores, periodista de Radio Universidad de San Luis

En San Luis, el suceso del asesinato de José Luis Cabezas generó conmoción entre el plantel periodístico general de la provincia. Aunque no conocí personalmente al compañero reportero gráfico, las publicaciones periodísticas originadas ese año me permitieron descubrir el perfil de José Luis. La figura más conocida de nuestro colega Gabriel Michi nos acercó a la historia completa de aquel suceso que conmovió al país y dejó al descubierto el entramado mafioso existente en el poder mismo de la Argentina.                                           

Así, los periodistas Puntanos se organizaron y dejaron instaurado en un pequeño monumento nuestro reconocimiento a José Luis Cabezas en pleno centro de la ciudad Capital. También se impulsaron actos cada año bajo la consigna “No nos olvidemos de Cabezas” para seguir procurando Justicia en contra de aquellos que persigan y pongan en peligro a las y los comunicadores que se exponen en la búsqueda de la verdad.

25) Alicia Miller, periodista e integrante de la Comisión Directiva de FOPEA

“Un hachazo invisible y homicida”. Miguel Hernández describía así el estupor ante una muerte de gigante significado. Sentí igual el asesinato de José Luis Cabezas, que pudo ser uno de mis colegas cercanos o yo misma. Del peor modo, supe que el coraje no es opción sino obligación. Y que la protección constitucional al periodismo en resguardo de los derechos ciudadanos no servirá de nada sin una democracia basada en el respeto hacia quien piensa distinto, sin un consenso de especial tolerancia hacia aquello que nos contraría, contradice o señala.

*****

Si querés profundizar en el caso de José Luis Cabezas, te recomendamos el libro “Cabezas: un periodista, un crimen, un país”, de Gabriel Michi. 

Por otro lado, compartimos estas producciones audiovisuales que profundizan en el caso: 

Difunde esta nota

Publicaciones Similares

  • La Historia Completa de Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco

    Nació el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes, su padre, Mario, era contador, empleado en ferrocarril, mientras que su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos. Se graduó como técnico químico, y eligió luego el camino del sacerdocio entrando en el seminario diocesano de…

    Difunde esta nota
  • Historia de un audio

     

    El gobierno de Javier Milei acaba de inaugurar una nueva categoría del insumo básico del espionaje y la filtración a la prensa. Las escuchas ya no se dividen en legales o ilegales. La nueva taxonomía incorpora los “audios amigos” y algo aún más inédito: los “audios amigos” registrados en una de las oficinas más poderosas de la Casa Rosada, la de Karina Milei. De ser verdaderos, más allá del contenido, esos registros marcan una debilidad en los controles del poder. En un país con una historia plagada de filtraciones y audios nunca había sucedido que el sonido sea desde el interior de Balcarce 50.

    La saga de los audios que provocaron la baja de popularidad de Milei más contundente desde que asumió la presidencia, comenzaron a difundirse el martes 19 de agosto. La primicia la dieron los periodistas Mauro Federico y Ivy Cángaro en el programa Data Clave del streaming Carnaval, y dos horas después la retomaron Jorge Rial y Mauro Federico en Argenzuela desde C5n. En grabaciones cortas -que se cree que fueron hechas en el café Petit Colón, frente a Tribunales-, Diego Spagnuolo, entonces director de Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), funcionario libertario y amigo de Milei, explica el supuesto mecanismo de corrupción de la agencia. Asegura que le contó al presidente, y advierte que la actuación se la va a llevar puesta a Karina, el Jefe. 

    “Hablé con el presidente, él sabe lo que está pasando. Saben que están choreando. No, no corrigieron nada. Saben que están choreando (.…) No te podes hacer el boludo conmigo. Pero no me tiren a mí este fardo o sea llega haber algún quilombo y a mí no me cuidan, yo esto se lo dije al presidente. Tengo todos los whatsapp con Karina. Olvidáte”, se escucha. 

    La autenticidad de la voz no fue desmentida por el protagonista. En simultáneo, el abogado Gregorio Dalbón denunció a los hermanos Milei y a otros funcionarios. El juez federal Sebastián Casanello dio paso al fiscal Franco Picardi, quien a la noche de ese día ordenó los allanamientos. La velocidad para las acciones tiene que ver con la teoría del fruto del árbol prohibido, que el mismo Picardi utilizó en otras causas de escuchas y que indica que si audios de origen ilegal son la prueba inicial, la causa caería. En eso se basa la nulidad pedida por la familia Kovalivker, dueños de la droguería Suizo Argentina, señalada en el entramado de las coimas por Spagnuolo.

    El viernes pasado, a casi diez días de la difusión en serie de los audios atribuidos al ex director de Andis, apareció la voz de Karina Milei. En dos cortes breves se escucha a quien se cree es la Secretaria General de la Presidencia pidiendo unión y contando que ella trabaja de 8 a 23. El periodista Mauro Federico no había dicho en dónde se habría grabado la conversación que volvió a presentar en Carnaval. Fue el vocero presidencial Manuel Adorni quien situó la grabación en la Casa Rosada.  

    “En cuanto a los supuestos audios de Karina Milei:

    – Si los audios son verdaderos estamos ante un escándalo sin precedentes. Sería la primera vez en la historia Argentina que se graba a un funcionario dentro de la Casa Rosada.

    – La difusión de estos audios, a 10 días de la elección de la provincia de Buenos Aires, confirma que todo lo que viene ocurriendo es una operación orquestada y diagramada de desinformación, con el evidente objetivo de desestabilizar al gobierno e influir maliciosamente en el proceso electoral. 

    Fin.”

    El lunes, mientras desde Carnaval anunciaban la difusión de otro audio con la voz de Karina Milei y donde sí habría referencias al supuesto esquema de corrupción y mencionaría a uno de los Menem en el gobierno, Adorni informó que el Poder Ejecutivo había denunciado ante la Justicia Federal una operación de inteligencia ilegal con el fin de desestabilizar al país en plena campaña electoral. “Se grabaron conversaciones privadas de Karina Milei y otros funcionarios, las que fueron manipuladas y difundidas para condicionar al Poder Ejecutivo. No fue una filtración. Fue un ataque ilegal, planificado y dirigido. Fin”, tuiteó el vocero presidencial. La medida pide el allanamiento contra los periodistas Mauro Federico, Jorge Rial y otros. Además de una medida cautelar urgente para prohibir la difusión, reproducción y circulación de los audios “en resguardo de la legalidad, la vigencia del Estado de Derecho y la transparencia de los procesos democráticos”.

    Los audios hasta ese momento no habían sido descartados por falsos. El gobierno libertario, con este paso, entró también en la historia argentina en otro grupo -además de ser el primero en el que se difunde una grabación de un funcionario desde la Rosada mientras está en funciones-; está entre los gobernantes que actuaron para silenciar al periodismo en la difusión de audios del poder. 

    ***

    Los micrófonos ocultos en la Residencia de Olivos y en la Casa Rosada aparecieron en la primera década de la vuelta de la democracia, y reaparecieron con la forma de celulares del círculo íntimo del actual gobierno. Las escuchas o los intentos de escuchar son históricos y las filtraciones a la prensa para su difusión también. 

    En un país con una historia plagada de filtraciones nunca el sonido había salido del interior de Balcarce 50. El gobierno de Javier Milei inaugura la categoría de “audios amigos”.

    En 1972, Bob Woodward y Carl Bernstein tiraron de la cuerda de la detención de un grupo de supuestos plomeros durante una noche en el edificio Watergate de Washington. Descubrieron que, en realidad, el gobierno de los Estados Unidos había mandado instalar micrófonos en las oficinas del partido Demócrata, opositor en ese momento. La saga publicada por los periodistas en el Washington Post terminó con la renuncia de Richard Nixon a la presidencia. El dato que confirmó que el presidente republicano lo sabía fue el sistema secreto para grabar conversaciones en el Despacho Oval. En una cinta se escuchó que sabía del encubrimiento. “Watergate” se convirtió en un capítulo fundacional de la historia de la investigación periodística moderna. También, de la inviolabilidad del secreto de las fuentes que desde dentro del poder funcionan como perros lazarillos para conducir a los periodistas por los pasillos de la información que se quiere ocultar. 

    ***

    Los micrófonos en la Quinta presidencial de Olivos irrumpieron mediáticamente en enero de 1990. Es leyenda la discusión entre Zulema Yoma y Carlos Menem en la que cayó un cuadro y detrás apareció un micrófono. Nadie confirmó si la pelea fue de esa magnitud, pero los micrófonos fueron confirmados por varias fuentes.  

    En el verano de 1990, Argentina vivía una ola de calor que llevaba la sensación térmica a más de 45 grados. El fenómeno climático compartió las tapas de los principales diarios con el escandaloso divorcio presidencial. Un lunes de enero, Zulema Yoma dio una entrevista en Radio Rivadavia para informar que se iba de Olivos porque “su seguridad y la de su familia corría peligro”. También denunció que sus llamadas telefónicas eran escuchadas, “interceptadas”, dijo. 

    El lunes 29 de enero de 1990, el brigadier Andrés Antonietti, jefe de la Casa Militar, dio una conferencia de prensa donde mostró fotos de enchufes y un conmutador telefónico. Aseguró haber encontrado tecnología sofisticada, otra versión periodística habló de una “antena parabólica”, para escuchar las conversaciones de la quinta presidencial. Además, informó que detectaron micrófonos en las oficinas de la Casa Rosada y dio un detalle: eran del tipo de los que necesitaban cambiar las pilas cada siete días. Juan Bautista “el Tata” Yofré había sido hasta ese mes el jefe de Inteligencia del gobierno de Menem y, décadas después, contó que al principio de su mandato había “barrido” las oficinas del presidente Menem y que había encontrado micrófonos fuera de funcionamiento. Al que escuchaban era a Raúl Alfonsín. En uno de sus libros, el autor y actualmente director de la Escuela Nacional de Inteligencia de Milei, relativizó el hallazgo de los micrófonos con pilas recargables. 

    La historia trae apellidos que se repiten en el juego de espejo de los gobiernos Menem-Milei y los audios persistieron durante los gobiernos democráticos. Con los cambios de la tecnología, cada administración tuvo un sello distinto en la manera de escuchar y filtrar. 

     El gobierno libertario entra también en la historia argentina por silenciar al periodismo en la difusión de audios del poder. 

    Los años 90 serán recordados, entre tantas otras cosas, por la irrupción masiva de los celulares. Las “pinchaduras” se “democratizaron” como Internet lo hizo con la información. En las mesas del bar frente al Tribunal de Dolores, donde varios veranos la agenda mediática obligaba a los medios a enviar periodistas en la seguidilla de los casos “Cabezas”, “Coppola” y “Perel”, se había establecido un guiño entre cronistas agotados de las guardias y de pasar enero en la ciudad que era la sede de los tribunales de todo lo que pasaba en la Costa Atlántica. Antes de empezar a hablar de alguna información que no querían que trascendiera, se señalaba a los celulares y con un movimiento se sacaba la batería, así supuestamente los teléfonos no se transformaban en micrófonos de los “servicios” de inteligencia. El gobierno de Carlos Menem también había sido advertido que los “movicom” podían funcionar como micrófonos para escuchas. 

    Desde esa época, en el mundo de la política se sospecha siempre de ser escuchados. Incluso una de las primeras renuncias en el gobierno de Javier Milei tuvo una supuesta “escucha” como telón de fondo. “Buen viaje”, habría sido la frase que llevó a Sandra Pettovello a asegurar que el Jefe De Gabinete la espiaba. La funcionaria había planeado un viaje que no había informado oficialmente. Nicolás Posse renunció a causa del desgaste natural según la explicación oficial. Guillermo Francos reemplazó a Posee y cuando le preguntaron por el supuesto espionaje lo calificó de un rumor aunque reconoció que él también había escuchado la frase de su antecesor a Petovello. 

    En un clima de internas en el actual gobierno, las sospechas de las escuchas entre sus miembros fueron reflejadas por la prensa en los últimos meses. Pablo Ibañez en Cenital y Ricardo Ragendorfer en Tiempo Argentino publicaron casi al mismo tiempo que la vicepresidenta Victoria Villaruel ordenó buscar micrófonos en el Congreso después de la última crisis con Milei.

    ***

    En la historia democrática, a la aparición de micrófonos, de las pinchaduras y de las escuchas, se le suma un debate que cruza a los medios de comunicación y a los periodistas: cuáles se publican y cuáles no. 

    La discusión tiene un hito. El diario Perfil a fines de mayo de 1998 publicó una serie de escuchas en las que los hijos de Fernando de la Rúa parecían usar sus influencias para aprobar exámenes en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Las escuchas estaban en un casete con las conversaciones telefónicas obtenidas ilegalmente en la casa de quien era jefe de gobierno porteño y convertido en líder de la fórmula de la Alianza. Eran conversaciones entre “Aito” y “Antonito” con una compañera y unos profesores. Los casetes fueron presentados ante el juez que investigaba las escuchas ilegales, quien las derivó a un juez federal porque el escenario del supuesto delito de tráfico de influencia era una universidad. Los hermanos De la Rúa fueron declarados inocentes por la Justicia, aparecieron las actas donde se habían presentado a rendir. 

    Pero antes, el Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley para castigar la publicación de escuchas ilegales. El texto no solo establecía penas para quienes las hacían sino también a los medios que las publicaran. El argumento era que invadía la privacidad de las personas. Eran una época en la que la grieta no existía pero sí una asociación llamada PERIODISTAS, que reunía a figuras de la prensa que pensaban distinto. La agrupación criticó duramente esa criminalización y el proyecto no avanzó. En ese momento quedó en claro que el periodismo difunde los audios cuando son de interés público. Pero también abordó otro debate que aún perdura. Tras el argumento de la privacidad no se puede ocultar el secreto. Una tensión clara, el periodismo tiene como función mostrar lo que el poder político, económico o el que fuera quiere ocultar. 

    En el mundo de la política se sospecha siempre de ser escuchados. La vicepresidenta Victoria Villaruel ordenó buscar micrófonos en el Congreso después de la última crisis con Milei.

    PERIODISTAS -integrado por Magdalena Ruiz Guiñazú, Santo Biasatti, Atilio Cadorín, Nelson Castro, Ariel Delgado, Rosendo Fraga, Carlos Gabetta, Rogelio García Lupo, Andrew Graham-Yooll, Mariano Grondona, Roberto Guareschi, Jorge Lanata, José Ignacio López, Tomás Eloy Martínez, Joaquín Morales Solá, James Neilson, Hermenegildo Sábat, Fernán Saguier, Oscar Serrat, Ernesto Tiffenberg, Jacobo Timerman y Horacio Verbitsky- rechazó la “equiparación entre intimidad y secretos” que entendían se desprendía del proyecto de ley. “No es admisible extender esa protección a cualquier secreto, ya que dentro de esa categoría también entran los actos ilegales que funcionarios públicos desearían mantener desconocidos”, se lee en el viejo comunicado. 

    La discusión sobre si los audios obtenidos de manera ilegal se deben difundir o no se mantuvo con el correr del tiempo. El “Soy yo, Cristina, pelotudo” de la expresidenta fue dado a conocer en el arranque de la temporada de La Cornisa en Radio La Red. Fue el 23 de febrero de 2017. La discusión central fue que era una conversación privada filtrada de un expediente judicial. A Parrilli, ex jefe de la SIDE de Cristina Fernández entre otros cargos, lo estaban escuchando en dos causas judiciales. La cadena de custodia de las grabaciones se rompió y llegaron a la prensa los audios con sus conversaciones con la expresidenta. En los canales de noticia hubo muchos que se negaron a publicarlo. 

    “Cinematográfica”. Así definió Majul la manera en la que obtuvo los audios. Era el fin de semana, horas antes de que arrancara la nueva temporada de su programa radial, y el periodista corría por los bosques de Palermo cuando se le acercó alguien con un sobre con las escuchas. Un año después, en un programa de televisión, Pamela David le remarcó sobre la casualidad del momento en el que le llegó a la escucha. Majul contestó: “Claro, casual no es nada. Todo tiene un objetivo (..) Bueno, pero ¿sabés qué, Pamela? El asunto es qué tenemos que hacer nosotros como periodistas. Yo sé lo que tengo que hacer como periodista. Reviso el material. Analizo como editor responsable cuál es el verdadero interés público. Y resuelvo en consecuencia”.

    El audio era la voz de Cristina Fernández, pero ya no era presidenta. Lo que marca una diferencia con los dos audios de Karina Milei que se difundieron el viernes 29 de agosto cuando ella es El Jefe, la funcionaria más poderosa en el esquema libertario.  

    Otra de las diferencias es que la mayoría de los audios filtrados a la prensa de los últimos años tienen como origen órdenes judiciales, como indica la ley, pero que se filtran de manera no clara a la prensa. Tanto en los casos más resonantes como el de Cristina Fernández de Kirchner como expresidenta; la llamada “Operación PUF” en la que se escucha a ex funcionarios kirchneristas hablar desde un teléfono público del penal de Ezeiza sobre una operación para frenar la causa Cuadernos de las coimas durante el gobierno de Mauricio Macri, el falso abogado Marcelo D’Alessio con una condena a más de 13 años de prisión por asociación ilícita, extorsión, tareas de inteligencia prohibidas y lavado de activos.

    El entramado de los audios que lograron masividad en la agenda pública es complejo, pero para los fines de la taxonomía, que implica una simplificación, se podría sintetizar que la mayoría de ellos fueron grabados por algún organismo estatal o un actor de ese organismo fuera de la ley y que por lo general las filtraciones fueron sobre los antiguos ocupantes de la Casa Rosada. El antecedente que deberían haber registrado en el oficialismo es el peligro de grabarse, pero el poder confunde la impunidad y no registraron los videos y chats del ex presidente Alberto Fernández que son la base de las denuncias e investigaciones judiciales por corrupción y violencia de género. Claro que la filtración fue después de haber dejado la Casa Rosada. 

    Esta clasificación solo se ajusta a las escuchas y deja fuera los seguimientos a políticos, periodistas y otras figuras que se han denunciado y que la ley de Inteligencia prohíbe claramente. 

    ***

    ¿Quién grabó? ¿Quién filtró? Son dos preguntas que se hacen desde el Gobierno. El viernes cuando se difundió el audio atribuido a Karina Milei, la gravedad institucional reforzó la búsqueda de responsables. Hasta ahora el “quién filtró” es lo más complejo de determinar y las más de cinco hipótesis hablan sobre quiénes con los audios amigos lograron la masividad para que la supuesta corrupción aparecieran en el gobierno que llegó con la bandera de terminar con “los curros”. En las viejas redacciones se repiten varias frases, una de ellas es la que dice que detrás de cada primicia hay una gran traición. Muchas veces son los llamados de viudas o viudos del poder quienes cuentan los secretos que en los palacios se pretenden ocultar. En este caso los audios, aunque terminen no siendo la prueba fundamental en la causa que investiga la corrupción en la era de Milei, son grabados desde teléfonos celulares de aliados y funcionarios propios. Entonces, el quién difundió podrían tener otros actores. 
    El gobierno que llegó a terminar con la corrupción gracias a las redes sociales y a los contenidos grabados desde los celulares tiene en su propia mecánica la primera gran crisis. La escena viral del lanzamiento de “Fuerzas del Cielo” y de su posterior aclaración ante el repudio generalizado. Daniel Parisi, más conocido como El Gordo Dan, fue el principal orador del lanzamiento de esa rama libertaria el domingo 19 de noviembre de 2024. Desde el escenario presentó al brazo armado de Javier Milei, ya en el gobierno. Hicieron una aclaración, el discurso había seguido. “Pero ¿armados con qué? ¿Sabés con qué? Con el arma más poderosa del Siglo XXI”, y levantó el celular.  

    La entrada Historia de un audio se publicó primero en Revista Anfibia.

     

    Difunde esta nota
  • |

    #LIBRESDEACOSO

    Fue publicada en el Boletín Oficial, la modificación a la ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, incorpora como modalidad de violencia a la mujer el “acoso callejero”. Nueve de cada diez mujeres fueron víctimas de acoso callejero alguna vez El acoso callejero es una de las…

    Difunde esta nota
  • |

    INICIO DE ALTO VUELO EN EL NOCTURNO DE KARTING

    Más de un centenar de pilotos en competencia, y muchísimos espectadores vivieron la jornada desde las gradas y perímetro del trazado. La fecha de apertura del Campeonato Nocturno de Karting, que se desarrolló la noche del sábado en el Kartódromo del Moto Club Reginense (Gral. E. Godoy) sobrepaso las expectativas. Desde muy temprano comenzó a…

    Difunde esta nota

Deja una respuesta