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Últimos lugares para participar de la Feria ReEmprender

La Dirección de Turismo de la Municipalidad de Villa Regina informa que quedan disponibles los últimos lugares destinados a artesanos y emprendedores que deseen participar de la Feria ReEmprender especial ‘Carnaval del amor’ durante sábado y domingo próximos.

Los interesados pueden comunicarse al teléfono 2984 904350  o acercarse a la Oficina de Turismo ubicada en Florencio Sánchez 817.

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  • EL PRIMER PODER SOS VOS

    Un día del periodista que tiene poco de festejo y mucho de reflexión para quienes ejercemos la profesión, para quienes hacemos periodismo, de distintos géneros y por distintos medios. Pero también para la sociedad misma que es quien subvalora la pluralidad de voces que provienen principalmente de medios alternativos y consume lo que le sirven…

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    López Murphy y el decreto perdido: el “bulldog” del ajuste que cobró del Estado mientras estudiaba en Chicago

     

    El autoproclamado guardián del gasto público, Ricardo López Murphy, quedó en el ojo de la tormenta tras revelarse un decreto de la dictadura de Videla que lo benefició con una licencia de dos años con goce de sueldo para estudiar en la Universidad de Chicago, además de un viático en dólares financiado por el Estado.

    Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable

    El “ajustador” ajustado

    A veces la historia devuelve ironías imposibles de fabricar. Ricardo López Murphy, símbolo del “cuidado del dinero de los contribuyentes” y emblema del ajuste fiscal permanente, cobró sueldo estatal mientras estudiaba en el extranjero gracias a un decreto firmado por Jorge Rafael Videla y José Alfredo Martínez de Hoz.

    El hallazgo se conoció en redes sociales, cuando un usuario de X relató que, al pedir un decreto del ’78 al Archivo General de la Nación, recibió otro por error. “Una joyita. Licencia de dos años con goce de haberes”, publicó junto a las imágenes facsimilares del documento.


    El decreto 2164 y el viaje a Chicago

    El decreto N° 2164, fechado el 15 de septiembre de 1978, lleva las firmas del dictador Videla, del ministro de Economía Martínez de Hoz y del vicealmirante Oscar Montes. Allí se consigna que el joven López Murphy, entonces de 27 años y coordinador del área de Análisis Fiscal de la Secretaría de Hacienda, sería enviado a cursar un doctorado en la Universidad de Chicago, la cuna del monetarismo neoliberal.

    El texto oficial justifica la beca estatal asegurando que “los estudios están directamente vinculados con las funciones que desempeña en el área de Hacienda” y que el CONICET había declarado “de interés nacional” esa formación.


    Con goce de sueldo… y viático en dólares

    El artículo 1º del decreto es contundente: se otorga a López Murphy una “licencia extraordinaria con goce de haberes” durante 730 días, es decir, dos años. Pero no fue todo. El artículo siguiente detalla que viajaría con su esposa e hijos, por lo que se le concedía una suma diaria de 25 dólares estadounidenses para gastos personales.

    En total, el viático asciende a unos 18.250 dólares, además del salario completo percibido durante dos años sin trabajar en la administración pública. Todo, cargado al presupuesto nacional de los años 1978, 1979 y 1980.


    El economista del Proceso

    En ese entonces, la Secretaría de Hacienda estaba encabezada por Juan Alemann, funcionario que años después fue procesado por delitos de lesa humanidad tras confirmarse su presencia en la ESMA. Fue Alemann quien avaló la partida de López Murphy con la justificación de que los estudios servirían “para el mejoramiento de los sistemas de política monetaria y fiscal y del mercado de capitales”.

    Chicago, precisamente, era la sede ideológica de la escuela económica que inspiró las políticas de Martínez de Hoz y del propio Pinochet: los Chicago Boys.


    De becario del Proceso a predicador del ajuste

    El contraste no tardó en volverse viral. Hoy, el mismo López Murphy que exige recortes a la educación pública y acusa de “populismo” cualquier gasto social, fue formado con recursos estatales durante la dictadura.

    Su discurso austero, de “no gastar más de lo que se tiene”, se desmorona frente al decreto 2164: una licencia paga, en dólares, para estudiar en el corazón del neoliberalismo, con el aval de un régimen que desaparecía, censuraba y endeudaba al país.

     

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    Alicia Moreau de Justo: 140 años de la mujer que soñó un país justo e igualitario

     

    Este 11 de octubre se cumplen 140 años del nacimiento de Alicia Moreau de Justo, médica, feminista, socialista y luchadora incansable por los derechos políticos y sociales de las mujeres argentinas. Su vida fue una batalla constante por la igualdad, la educación y la justicia social, desde el aula y desde la calle.

    Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable

    El 11 de octubre de 1885 nacía en Londres una niña llamada Alicia Moreau, que poco después se convertiría en una de las figuras más trascendentes del siglo XX argentino. Llegó al país siendo apenas una niña, junto a sus padres exiliados por razones políticas. Años más tarde, su compromiso con la libertad y la justicia la transformaría en una pionera del feminismo y del pensamiento socialista argentino.

    Su nombre se asocia a luchas que aún hoy siguen vigentes: el voto femenino, la igualdad salarial, la educación pública y la defensa de la salud como derecho. Fue médica cuando pocas mujeres podían siquiera acceder a la universidad, y activista cuando serlo significaba desafiar todos los mandatos sociales.

    Una mujer adelantada a su tiempo

    Alicia Moreau de Justo se recibió de médica en 1914, en una época en la que el ámbito científico era casi exclusivo de los hombres. Desde entonces combinó su práctica profesional con un intenso trabajo político y social. Fundó el Centro Feminista y fue una de las organizadoras del Primer Congreso Femenino Internacional de la República Argentina, en 1910, desde donde reclamó por la educación mixta, la igualdad de derechos civiles y la protección laboral de las mujeres.

    Su militancia se consolidó en el Partido Socialista, donde conoció a Juan B. Justo, su compañero de vida y de ideales. Juntos impulsaron un proyecto de país basado en la justicia social, la educación pública, la organización obrera y la igualdad de oportunidades. Tras la muerte de Justo, Alicia continuó su labor política y se convirtió en una de las dirigentes más respetadas del movimiento socialista, una voz lúcida frente a las injusticias del poder conservador y los autoritarismos militares.

    El voto femenino y la lucha por la ciudadanía

    Décadas antes de la sanción del voto femenino, Alicia Moreau ya recorría el país organizando charlas, congresos y manifestaciones. En 1918 fundó la Unión Feminista Nacional, desde donde impulsó el derecho al sufragio y la participación política de las mujeres.

    En 1947, cuando se aprobó finalmente la ley de voto femenino, impulsada por Eva Perón, Alicia celebró el logro sin mezquindades, pese a las diferencias ideológicas con el peronismo. Lo importante, decía, era que las mujeres argentinas por fin tuvieran voz y voto. Esa actitud la convirtió en una referente transversal del feminismo nacional: su compromiso estaba por encima de las banderas partidarias.

    Médica, educadora y pacifista

    Además de su labor política, Alicia fue una médica ejemplar. En los hospitales públicos de Buenos Aires se destacó por su atención a mujeres y niños en situación de vulnerabilidad. También promovió campañas de prevención sanitaria y educación sexual en tiempos en que esos temas eran tabú.

    Durante las décadas del 50 y 60, fue una de las fundadoras de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y del Movimiento por la Paz, desde donde denunció la violencia institucional y las persecuciones políticas. Se opuso con valentía a las dictaduras, defendiendo la libertad de expresión y la democracia, aun cuando eso le valió censura y vigilancia.

    Un legado que no envejece

    Alicia Moreau de Justo murió en 1986, a los 100 años, lúcida y activa hasta el final. Había visto nacer la democracia recuperada y confiaba en que las nuevas generaciones continuarían su lucha. Su vida atravesó tres siglos y fue coherente con una idea simple y poderosa: que una sociedad justa solo puede construirse si las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, y si el Estado está al servicio de los más humildes.

    A 140 años de su nacimiento, su ejemplo sigue iluminando los debates actuales sobre igualdad, salud pública, derechos laborales y equidad de género. En una Argentina donde los discursos de odio y la desigualdad resurgen con fuerza, recordar a Alicia Moreau de Justo no es un gesto de nostalgia: es un acto de resistencia y memoria feminista.

     

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