La Dirección de Tránsito y Protección Civil de la Municipalidad de Villa Regina estará presente hoy y mañana en el ‘Pedaleando por un sueño’ con una globa en la cual se llevarán a cabo distintas actividades de Educación Vial.
También se sortearán seis cascos de motocicleta y seis cascos para niños para uso de bicicleta.
Desde la Dirección de Tránsito se agradece al Club de Leones por esta posibilidad de difundir las acciones que se llevan adelante, considerando que entre todos es posible el cambio de nuestra cultura vial. Además se invita a la comunidad a que se sume y acompañen en este desafío.
El presidente Mauricio Macri oficializó mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) la creación de la Agencia de Deporte Nacional (ADN), en reemplazo de la Secretaría de Deportes, y estará bajo la órbita de la Secretaría General de Presidencia de la Nación, el decreto cosechó controversias incluso antes de publicarse. Esta conversión no sólo…
La Dirección de Cultura de la Municipalidad de Villa Regina recuerda que este miércoles 8 tendrá lugar la Masterclass de Fernando Ciancio en el marco de las capacitaciones de la Orquesta Filarmónica de Río Negro. Ciancio es trompeta solista de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. La capacitación es gratuita y está destinada a estudiantes…
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, se sumó a su par salteño Gustavo Sáenz y marcó distancia con el diálogo que promueve la Casa Rosada, a la que exigió respuestas para que avancen las negociaciones.
«Quisiera sinceramente que nos den respuestas», afirmó Pullaro sobre las conversaciones con el gobierno nacional y explicó por qué hasta ahora no aceptó reunirse con Diego Santilli como hicieron la mayoría de los gobernadores «dialoguistas».
«Con Santilli tengo buena relación. Él fue candidato a gobernador en la lista que encabezaba Horacio Rodríguez Larreta y yo fue candidato a gobernador también, con lo cual tenemos buena relación desde hace mucho tiempo», explicó el santafesino en una conferencia de prensa.
«No es que no me siento con Santilli porque no me quiero sentar. Prefiero que cuando nos sentemos haya dos o tres temas que se puedan resolver», agregó Pullaro respecto al vínculo con el ministro del Interior.
Los dichos de Pullaro y de Sáenz parecen confirmar que a pesar de que Santilli logró restablecer el diálogo con los gobernadores, los hermanos Milei siguen las promesas de fondos y obras para concretar los acuerdos. Se trata de una constante de toda la gestión libertaria.
No es que no me siento con Santilli porque no me quiero sentar. Prefiero que cuando nos sentemos haya dos o tres temas que se puedan resolver
Entre los temas pendientes, Pullaro mencionó las obras en las rutas nacionales 34, 11, 33, 168 y 178. «Son rutas que están en muy mal estado, que la gente muere, que cada veinte días nosotros tenemos un siniestro vial en esas rutas y hay que invertir», dijo el gobernador, que remarcó que la Provincia reparó 3.400 kilómetros.
Pullaro también mencionó los recortes por parte de Nación a los fondos educativos, a las partidas de alimentos y medicamentos, y la deuda de la Caja de Jubilaciones y Pensiones.
El gobernador también aclaró que apoyará la reforma laboral, la impositiva y la del Código Penal que impulsa Milei.
Cada yo es un universo particular por donde transcurren historias, sensaciones, pensamientos, modos de afrontar a la realidad, intereses, gustos y disgustos, traumas, ocupaciones y preocupaciones, geografías, alimentos y excrementos, roles, miedos y orgullos, logros y fracasos, escuelas y calles, sillas y medios de transporte, lógicas instaladas y absurdos del aquí y ahora, redes sociales…
¿Marketing político?¿Respuesta al clamor popular? Nuevamente el Ejecutivo se encuentra en el centro de la polémica al presentar el proyecto de reforma del “Régimen penal Juvenil”. Pero antes de preguntarse si dicho proyecto enmarcado en el programa Justicia 2020 es “correcto” o no, deberíamos hacer foco en otras cuestiones. Como siempre, el pilar fundamental de…
A simple vista, «La muerte de Marat» parece apenas la escena congelada de un asesinato. Pero cuanto más se la observa, más se abre un pasadizo inquietante: dobleces, símbolos y silencios que Jacques-Louis David sembró como un rompecabezas para detectives del arte. Y en cada pista, una verdad más profunda sobre la Revolución Francesa… y sobre él mismo.
Por Alcides Blanco para Noticias La Insuperable
El lienzo que respira suspenso
Hay obras que miramos. Y hay obras que nos devuelven la mirada. En esa segunda categoría vive «La muerte de Marat» (1793), el cuadro más perturbador y célebre de Jacques-Louis David. Una pintura que —como recordaría Baudelarie al ver su helado dramatismo— parece contener un alma suspendida.
El revolucionario Jean-Paul Marat, acuchillado en su bañera por Charlotte Corday, yace quieto, casi sereno. Un cuerpo enmarcado por un vacío monumental, donde parece no haber nada… pero donde ocurre todo.
Porque detrás de esa calma engañosa, David escondió un sistema completo de duplicaciones: dos plumas, dos cartas, dos mujeres fantasma, dos firmas, dos fechas. Un mundo doble, como si cada objeto llevara su sombra acusadora.
Las dos manos: entre la vida y la muerte
La primera pista está donde menos lo esperamos: las manos.
La derecha, la de escribir, cuelga inerte como la del Cristo de Caravaggio o la figura devastada de la Piedad de Miguel Ángel. La izquierda, rígida por la muerte, aprieta una carta teñida de sangre.
Una sostiene una vida que se escapa. La otra se aferra al engaño que lo mató.
Entre ambas, David instala un péndulo: Marat no está vivo ni muerto… está en tránsito.
Las dos plumas: ¿el arma verdadera?
David no coloca una pluma. Coloca dos. Una en la mano de Marat, aún húmeda de tinta. Otra, en la caja que funciona como escritorio improvisado.
La segunda apunta directamente al pecho herido del periodista. David deja flotando otra pregunta: ¿Lo mató Corday o lo mataron sus palabras? En plena Revolución, la pluma podía cortar más hondo que un cuchillo.
Las dos cartas: dos voces, dos fantasmas
Las cartas abren el núcleo dramático del cuadro.
En la que sostiene Marat, David reproduce la manipulación de Corday: “Basta con que yo sea muy infeliz para tener derecho a tu amabilidad.”
Bajo esa misiva traicionera, la nota que el propio Marat escribía antes de morir: una promesa de ayuda a una mujer pobre, primera aparición del papel moneda revolucionario en la pintura occidental.
Dos cartas, dos mujeres: Corday, la asesina. La viuda desamparada que Marat buscaba socorrer.
Dos fuerzas femeninas en disputa, como en las antiguas alegorías del vicio y la virtud. Pero ahora, con la República como tablero.
Dos firmas: el artista también se vuelve sospechoso
Todo cuadro termina con una firma, pero David deja dos.
Una es la de Corday, reconstruida por él mismo al copiar su carta. La otra es la suya, tallada como si fuera piedra: “A Marat, David.”
No firma el cuadro. Firma la escena del crimen.
Como Caravaggio, que escribió su nombre en la sangre de San Juan Bautista, David se inserta en el asesinato —no para confesarlo, sino para declararse heredero político de Marat.
Dos fechas: el tiempo desgarrado
Debajo de la firma aparece la última duplicación: Qué año es, ¿1793 o “el Año Dos” de la Revolución?
David superpone ambos tiempos y borra parcialmente el calendario cristiano. El tiempo viejo se disuelve. El tiempo revolucionario empuja desde abajo.
Como Botticelli en su «Natividad mística», David inscribe la hora de una revelación… pero aquí no hay ángeles ni apocalipsis: hay República.
El gran truco: convertir un asesinato en mito
La suma de duplicidades no confunde: construye.
David transforma el baño humilde en un altar laico. El cuerpo enfermo, en un mártir. El crimen, en una liturgia revolucionaria.
Y al mismo tiempo, se inmortaliza junto a él. Porque si Marat es el Cristo de la Revolución, David es su evangelista.
El frío que queda en el aire
Por eso “La muerte de Marat” sigue perturbando, más de dos siglos después. Porque no muestra solo a un hombre asesinado. Nos muestra cómo se fabrica un mito, cómo se manipula una escena, cómo un artista puede transformar un instante sangriento en un símbolo eterno.
Baudelaire lo dijo con algo de espanto: “En el aire frío de esta habitación… un alma se cierne.”
Y sigue ahí. Esperando que volvamos a mirar.
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